sábado, 28 de mayo de 2022

PARÍS, DISTRITO 13

 



Me dejo llevar por la recomendación de mi amiga, que sabe por la temática de la peli, que mi respuesta va a ser un sí, porque nos gustan más las pelis de relaciones, amores, desamores, encuentros y desencuentros más que a un tonto, un palo: Woody Allen, Richard Linklater, Pedro Almodóvar....

Así que nos dejamos sumergir en la acogedora atmósfera de la sala mientras fuera cae la noche no fría  ni lluviosa, pero tampoco cálida, pues ha estado lloviendo todo el día.

"París, distrito 13" resulta ser una grata sorpresa, aún con sus irregularidades, perdonables todas en mi opinión.
Basada en las historias del dibujante Adrian Tomine , ambientadas en Nueva York,los cineastas Jacque Audiard y Céline Sciamma, las reubican en París y nos dejan una película-retrato del amor moderno , el sexo y todos sus nexos en nuestros días. De esta manera los personajes principales viven el amor, el sexo, la pérdida, la decepción ,el encuentro y el desencuentro en el marco de un extrarradio parisino, aparentemente poco glamuroso pero rebosante de vida en su interior.


Así, Emilie (Lucie Zhang), una teleoperadora que vive sin complejos y libremente una vida sexual activa, se encuentra con Camille (Makita Samba), un profesor universitario que finalmente acabará aceptando en su casa como compañero de piso. Surge una química casi instantánea y pero ambos en ese momento van en direcciones contrarias: Emilie parece dispuesta a sentar cabeza y a Camille no le apetece tener pareja estable, o no al menos aquí y ahora con Emilie.



Camille se enreda con una compañera de trabajo, Stéphanie, y parece dispuesto a intentarlo esta vez. El cruce de Emilie con Stéphanie nos deja momentos muy divertidos en los que las drogas y los celos y el resultado de la unión de estos dos elementos :el caos emocional, dejan a Emilie en un temporal estado de fuera de juego existencial.


En otro lugar del distrito encontraremos a Nora (Noémie Merlant), que quiere dejar atrás un pasado traumático para por fin cumplir sus sueños de estudiar derecho en París. Sin embargo su parecido con una " camgirl" muy popular Amber Sweet (Jehnny Beth) le juega una mala pasada y terminara siendo objeto de bullying por parte de sus compañeros de clase universitarios.
Su camino así, se cruza con el de Camille, quien cambia de profesión a fin de ganar más dinero, lanzándose a la aventura de las ventas en el mercado inmobiliario al igual que Nora decidirá de nuevo aparcar sus estudios, para ponerse a trabajar en la inmobiliaria que ahora gestiona Camille y aunque en principio establece una líneas rojas en su relación que ha de ser únicamente profesional, todo termina diluyéndose una vez más.


Por otra parte, el casual parecido de Nora con Amber Sweet, le llevará por derroteros casi inimaginables, para comprobar que había estado buscando en los lugares equivocados y que a veces una casualidad insignificante termina dando un giro de 360 grados a tu vida sentimental.


Nos damos cuenta en la película que las relaciones están vivas, se constata que funcionan como organismos con latido propio, en constante estado de evolución. Lejos de permanecer inmóviles o estables, se transforman con el movimiento de cada uno de sus protagonistas como si estuviéramos en una partida de ajedrez en la que de forma aleatoria y a veces imprevisible, cada ficha determina un efecto sobre la otra y así de manera alterna e ininterrumpida.


Tal cual nuestras células, todo se mueve y transmuta, quien sabe si buscando un equilibrio homeostático que se escapa a nuestra comprensión.

El amor en los tiempos de tinder ,nos deja frases épicas como la de Emile : " folla primero y pregunta después" ¿es ésa la secuencia lógica siempre ?¿puede darse otra? Es como si los códigos fueran otros y si el sexo va bien, pasamos a otra fase, pero:

¿ es posible también en los tiempos de tinder enamorarse sin habernos tocado ni de refilón? ¿existen otras fórmulas viables de conectar?

Leo que dos grandes influencias de Jacque Audiard son Woody Allen y Eric Rohmer. Del primero, se puede hablar de cierto paralelismo con "Manhattan" en el uso del blanco y negro y del segundo, el referente de querer hacer una película al estilo de Mi noche con Maud (1969).

Más allá de todas las influencias, Audiard nos deja un retrato de una generación en el momento actual, en el extrarradio parisino que podría ser el extrarradio de Madrid, Londres o Berlín, por mencionar sólo algunas ciudades europeas, una radiografía de cómo se dan las relaciones hoy, con toda la espontaneidad e impulsividad de la juventud, con toda su frescura o toda su vital imperfección. Por lo pronto, nos interesa y nos deja con ganas de más.




Troyana

viernes, 20 de mayo de 2022

Gracias por ser una amiga - Recuperando Las Chicas de Oro

La actual oferta televisiva en streaming nos ofrece de forma constante nuevo contenido para ver en nuestro hogar, al ritmo que más queramos. Y es en esos momentos cuando te entran ganas de ver un clásico, algo que no repiten las cadenas de forma constante (sí, Friends, aunque clásico, está más visto que el "tebeo"), y que desgraciadamente, salió hace años y no se ha vuelto a ver (salvo en DVD), como por ejemplo Frasier, Malcolm in the Middle, Cosas de Marcianos o Spin City.

Parece que todas estas series, están olvidadas entre los entramados legales de los derechos de emisión de las diversas plataformas, aunque hay veces, en las que consiguen ser traídas de nuevo a la vida. Es el caso de Seinfeld, o más recientemente, tras mucho ruído en redes, y muchas gente llevada por el recuerdo, de las Las Chicas de Oro, que se puede ver desde hace unas semanas en Disney +.

Los 80, entre sus Dinastías y Coches Fantásticos, brillaron también con comedias "atípicas" y no familiares, como ésta, y con protagonistas que superaban incluso ampliamente la cincuentena (como ya ocurrió, con otra favorita de los espectadores, Se Ha Escrito un Crimen (disponible en Prime)).

"Las Chicas de Oro", es parte de la historia de la televisión en España. Una serie cuya melodía, cualquiera treinteañero "largo", o persona de más edad, podrá hasta tararear. Se emitió en aquella TVE, televisión  pública de dos cadenas, ahora nostálgica, a partir del año 1986, precedida del éxito que supuso esta serie "atípica" en la NBC, en el año 1985. Duraría hasta 1992.

La trama de la serie es sencilla, tres mujeres maduras comparten casa en Miami, y a ellas se une, tras el incendio de la residencia de la 3ª edad donde vivía, la madre de una de ellas. Cada personaje tiene una clara personalidad muy definida, e incluso tópica a veces, de manera que los espectadores pueden tener a su "chica favorita", y reir con los clásicos chistes de las demás. Ellas son:

- Blanche Deveraux (Rue McClanahan), una viuda sureña devorahombres, que es egoísta, vana y superficial.

- Dorothy Zbornak (Bea Arthur), una divorciada neoyorkina intelectual, cínica e irónica.

- Rose Nylund (Betty White), viuda de Minessota de origen escandinavo, inocente, metepatas y algo tonta.

- Sophia Petrillo (Estelle Getty), viuda siciliana, madre de Dorothy, descarada, algo malvada y de vueltas de la vida.

Las actrices están en estado de gracia en sus papeles, pues realmente te llegas a preguntar si no serían así en la vida real. Como ejemplo esta recopilación de clips:

Las Chicas vivirán sus aventuras en capítulos de 20 minutos, sin aparente continuidad, salvo en personajes que se repetirán a lo largo de la serie, como Stanley (ex-marido de Dorothy), Papaíto (el sureño padre de Blanche), Miles (un novio de Rose)..., que dan cierto estilo compacto a la serie, para que también veamos la evolución de los personajes.

La serie supuso una pequeña "revolución" en su momento, pues entre capa y capa de comedia, trataban temas (con humor) que eran más serios, como la muerte, la soledad, el trato a los mayores, el sexo maduro, el racismo, o el SIDA, y mucho más. Abajo un clip sobre la homesexualidad:

Ver la serie ahora supone aceptarla como producto de su época, y es un elemento que sigue manteniendo su gracia casi de forma original (salvo aquellos chistes de Reagan o Bush, la URSS, que pillarán los que conocen la época), porque las personas, pese a todos los cambios sociológicos que se han producido en casi 40 años, siguen siendo básicamente iguales. De hecho, es mucho más valiente, arriesgada y cómica, en sus planteamientos, que otros productos que van de innovadores ahora. Por ejemplo, Sexo en Nueva York, puede suponerse una heredera casi directa de las Chicas de Oro, aunque se ve más claramente en su revival "Just Like That", cuya tónica con los tiempos actuales, la han convertido en un producto ya caduco, especialmente si se comparan con las Chicas de Oro originales, cuya gracia perdura y se arriesgaba mucho más en su momento.

Sinceramente recomiendo darse un baño de nostalgia con esta serie, que puede que os vuelva a sorprender si llegásteis a verla en los 80, o le deis una oportunidad si no fue así, y podáis ver que "a las chicas  (a cualquier edad), les gusta divertirse".

Carmen R.

Nota 1: hubo un remake español en 2010. Se recomienda huir y mantenerse firme con la serie original.

Nota 2: la serie tuvo un spinoff con Sophia, Blanche y Rose, The Golden Palace, que sólo duró una temporada y en el que se puede ver a un joven Don Cheadle.

Nota 2: no os perdáis algunos cameos o caras conocidas que salen, como Julio Iglesias, Bob Hope, Quentin Tarantino o George Clooney.

viernes, 13 de mayo de 2022

Alcarràs

No hace mucho hice una entrada en este blog sobre la película Libertad de Clara Roquet y comenté que había un grupo de directoras de cine jóvenes en este país muy potente. Me reafirmo en esta idea después de ver Alcarràs. Ya suponía que me gustaría porque Verano del 93 me emocionó. Hace cuatro años que Carla Simón estrenó su anterior película y me ha gustado leer que la directora cree que está bien ese intervalo, que ella no tiene tantas cosas que decir. No es frecuente oír esas palabras hoy en día ni que la gente se tome su tiempo para reflexionar, que no intente entrar en un ritmo de producción y consumo vertiginoso. Además de gustarme su cine, me cae bien Carla Simón. Me parece una mujer “normal”, sensata. Me gusta que hayan formado un grupo de directoras que son amigas entre sí, que se ayudan, se leen los guiones mutuamente. No compiten, sino que colaboran. Será la vena feminista que me asoma, pero me parece un comportamiento más propio de mujeres. Por cierto, la vena feminista se me ha hinchado este fin de semana cuando he leído que las mujeres directoras suponen solo el 15% de la profesión. Lo que nos falta por hacer… En Alcarràs, cuenta la historia del fin de una forma de entender la agricultura, de pequeñas explotaciones familiares que están abocadas a la desaparición por la competencia de grandes explotaciones y la falta de regulación de los precios. La narración se hace a través de una familia en la época de la que será su última cosecha porque van a perder las tierras por no tenerlas correctamente escrituradas. Carla Simón decidió no trabajar en esta película con actores profesionales, hizo un casting en Alcarràs y excepto su propia hermana, que es actriz y hace un papel, todos son gente del pueblo. Por supuesto, eso le añade mucha verosimilitud a la historia: las manos son de agricultor, saben cómo se coge un melocotón, pueden llevar un tractor… Hay muchas pequeñas historias dentro de Alcarràs. Una vez más muestra su habilidad en dirigir niños. La niña Ainet Jounou está maravillosa, en su mundo de juegos y libertad, que a la vez es consciente del drama en el que viven a través de cosas que para ella son importantes: que retiren un coche viejo que era escenario de juegos o que sus primos no puedan ir a jugar con ella. Los hijos adolescentes, con sus propios intereses o con la búsqueda desesperada de la aceptación del padre; el abuelo, que no entiende que en el mundo actual el valor de la palabra dada no se tenga en cuenta o que un cesto de higos no resuelva un conflicto; la madre preocupada por todo y por todos, intentando ser el pegamento de la familia; los conflictos entre hermanos, que pueden parecer irresolubles hasta que se resuelven; los temporeros, que son piezas de quita y pon y el padre de familia, furioso, intentando tirar hacia delante negando la realidad que le rodea. La familia de mi padre viene de un pueblo de Lérida y muchas cosas me resultaban cercanas. Yo también viví veranos en los que podías corretear sin que nadie supiera bien dónde estabas, en que hacía un calor que se caían las moscas, los mayores iban al campo y por las tardes cogíamos lechugas y tomates de la huerta. Mi familia abandonó la agricultura hace ya muchos años, pero lo que has vivido en la infancia se queda grabado para siempre. Eso mismo le pasa a Clara Simón. Tuvo una infancia difícil: sus padres murieron de SIDA y se fue a vivir con sus tíos, que también cultivan melocotones. Según ha dicho entrevistas, ella quería darle un final feliz a la historia, algo optimista y luminoso, pero los agricultores le dijeron que el futuro pinta muy negro, que no era realista imaginar que las cosas se iban a arreglar. Los actores están muy bien, resultan muy creíbles, quizás porque hacen papeles muy pegados a su realidad. Me encantan las escenas de comidas familiares, esas conversaciones que parecen espontáneas, esa manera de construir la historia con pequeñas piezas que van encajando. Por cierto, hay una escena de una bofetada que me gusta mucho más que la de Gilda. Si la veis, ya me comentaréis. He leído que todo el pueblo de Alcarràs ha ido a ver la peli y que ha servido para que se reabrieran cines en entornos rurales que llevaban muchos años cerrados. ¡Bien por Clara Simón!

viernes, 6 de mayo de 2022

Clickbait o nada es lo que parece

 Nuestra sociedad vive muy influida, demasiado, por la conexión internáutica. Las redes sociales del todos conectados con todo el mundo en tiempo real es uno de los alicientes de esta miniserie que tiene cierta relación con otras producciones cinematográficas en las que se refleja el fenómeno, como sucedía en "Black mirror", serie de hace una década, donde todo un primer ministro de la Gran Bretaña se veía obligado a hacer ciertas cosas en medio de una retransmisión impelido por unos ciberdelincuentes. 

Arranca fuertecilla

En este caso que nos ocupa, la miniserie explica el drama de una familia que ve como el padre es secuestrado y se anuncia su inminente ejecución cuando el vídeo de denuncia que ha creado el secuestrador llegue a 5 millones de visitas. La familia vive angustiada cómo cada visita de un cibercurioso aumenta su amenaza de muerte.

la hermana del secuestrado y el policía del caso.

Los ocho capítulos de esta miniserie van contándote a cada paso aspectos que desconoces acerca del secuestrado, de su esposa, de su hermana, de sus hijos... de todos aquellos que le rodean. Cada capítulo está titulado con el nombre de uno de sus personajes, que, aunque el hilo narrativo sigue su curso, se centra algo más en dicho protagonista destacado.

Acoso de los medios.

Esta serie australoestadounidense (El gentilicio me ha quedado estupendísimo) fue una de tantas víctimas dela pandemia. Empezó a producirse en 2019 y el 2020 y sus confinamientos la hicieron postergar su edición final hasta 2021.

La familia en apuros.

Una de las virtudes de la serie es que nada es lo que parece. La historia poco a poco va deshaciendo  su misterio y los giros de guión son bastante buenos. También llama la atención la de pequeños papelitos con buenos personajes siempre relacionados con la historia principal de alguna manera, como es el ambicioso periodista capaz de todo por ganar, la chica romántica que sólo desea hacer el bien y lo estropea todo, o el joven cibernauta. Ahora que estamos en pleno apogeo de los canales productores de series a mansalva, para un fin de semana, no está nada mal.

Juli Gan.