viernes, 30 de mayo de 2025
Mr. Brooks
sábado, 24 de mayo de 2025
Compañeros de ruta ( Fellow Travelers )
He dudado antes de empezar a escribir esta reseña.Estaba entre dedicarle una entrada a "Cónclave" una película que me ha parecido excelente y que si no habéis visto no os podéis perder y una serie de televisión que definitivamente me ha vuelto a demostrar que la televisión puede y debe ser arte.
Me estoy refiriendo a la serie "Compañeros de ruta "(EEUU, 2023) dirigida por Ron Nyswaner, Uta Briesewitz, Daniel Minahan, Destiny Ekaragha y James Kent e interpretada entre otros por Matt Bomer y Jonathan Bailey .
Dado que el mes que viene es el mes del orgullo LGTBIQ+ , no podía sino dedicarle una publicación a este mini serie de 8 capítulos que es sin duda una de las mejores que he visto en no poco tiempo.
"Compañeros de ruta" nos narra la historia de amor entre dos hombres muy diferentes durante varias décadas, de los años 50 a los 80 en Estados Unidos.Se trata Hawkins Fuller (Matt Bomer) y Tim Laughlin (Jonathan Bailey), el primero carismático, ambicioso, vinculado a la política , el segundo un hombre idealista ,con valores, comprometido y valiente , más enfrentado que aliado a las esferas de poder.
Desde la guerra de Vietnam, pasando por los años 70 hasta entrados los 80 con la irrupción del SIDA, esta miniserie nos llevará de la mano de sus idas y venidas, sus encuentros y sus desencuentros, su capacidad de sobrevivir a cada etapa en una sociedad hipócrita y moralista que les empuja a vivir ocultando su amor.
Son dos maneras de entender el mundo no exentas de traiciones que nos creará adicción a la pantalla y en su cierre nos quedemos con ganas de más.
El guión, el relato de los episodios históricos que van sucediéndose como telón de fondo, el posicionamiento de ambos personajes ante los mismos hechos, son tan enriquecedores que el espectador sucumbe totalmente al deseo de saber más y más , sin poder dejar de devorar cada episodio con el deseo imperioso de saber si finalmente serán capaces de reconocer aunque sea ante sí mismos lo que sienten el uno por el otro.
Los perfiles psicológicos de los protagonistas son casi antagónicos y sin embargo hay entre ellos un vínculo tan poderoso que no deja de sorprendernos incluso en las peores circunstancias.
Hay otro personaje, en este caso femenino que también sería justo mencionar, el de la esposa de Fuller interpretado por Allison Williams. Es un personaje secundario pero creo refleja muy bien esa postura ambigua de algunas mujeres en los años 50, resignadas acerca de la doble vida de su marido pero al mismo tiempo complacidas en relación a su acomodada vida familiar.No hay en ella ira o deseos de venganza, incluso en algún momento, hay cierto acercamiento hacia el personaje de Tim,conocedora de que de algún modo, Fuller siempre será un esposo compartido.
Por ponerle alguna pega a la serie, diría que me hubiera gustado mayor protagonismo de los personajes femeninos en general y otro desenlace en la única historia lésbica que aparece en la serie en particular.
Basada en la novela de Thomas Mallon, esta adaptación se convierte en un viaje a través del tiempo, revisando personajes históricos y momentos cruciales en la historia reciente de los Estados Unidos.
La serie no demoniza ni beatifica a ninguno de los protagonistas , más bien nos cuenta con neutralidad cómo esos dos hombres decidieron amarse, si es que amar puede decidirse, en unos tiempos convulsos en los que se sucedían los gobiernos más o menos reaccionarios donde la clandestinidad y la doble vida en algunos casos era la opción más viable para poder mantenerse a flote y resistir.
Tal vez hoy todo esto nos parezca superado pero la verdad es que no lo es, mientras la homosexualidad por ejemplo sea penalizada en numerosos países y aquí, en España sigan creciendo el número de delitos de odio hacia el colectivo LGTBIQ+.
Por dejar un dato reciente:
"En 2024, 64 jurisdicciones nacionales prohíben aún las relaciones homosexuales, privadas y consentidas entre hombres. De ellas, 40 castigan también los actos lésbicos. La dureza de las condenas oscila entre un amplio abanico que va desde menos de un año de cárcel hasta la cadena perpetua.
En este contexto , ver "Compañeros de ruta" es también un acto de resistencia además de un auténtico disfrute al ver cine de calidad en el infravalorado formato de serie de televisión.
Buen fin de semana,
Troyana
miércoles, 21 de mayo de 2025
Misión Imposible 8: confía una vez más
Ya casi son 30 años los que se cumplen cuando Tom Cruise decidió convertir una serie clásica de televisión de los años 60, en un film acción y espionaje de los 90. Contando con guion de David Koepp y la muy acertada dirección de Brian de Palma, nos regalaron una de las películas de entretenimiento de esa época, volviendo a la fórmula clásica de dobles agentes y mentiras, en una época donde James Bond debía reconvertirse, y la ciencia ficción y fantasía dominaban la taquilla. El actor, convertido también en productor, junto a Paula Wagner, traía un reparto internacional, algunas escenas icónicas (como su caída al bajar a una sala de defensa con una cuerda, o su final en el Eurostar(*)), una historia que no aburría y que podía resultar problemática para los fans de la original, y una recuperación de la maravillosa BSO de Lalo Schiffrin (bien modernizada por dos miembros de U2).
La que se prometía como una nueva saga que daría a Cruise su puesto en el olimpo de la acción, porque el de la actuación ya lo tenía, y que ayudaría a dar su imagen de "última estrella de Hollywood", cayó en picado con una secuela, donde el cambio de dirección que daría John Woo, el estilo de acción algo ridículo muy propio del final de los 90 (debido al Bond de Brosnan) y la ridiculez de la trama (esas falleras quemando santos en la Semana Santa sevillana), harían que Cruise dejara esta saga durante seis años.
¿Y qué pasó entonces? El timón sería recuperado por J.J. Abrams, el genio que había conseguido el éxito con la serie Lost, y había probado que podía moverse en el espionaje con Alias. Era una nueva oportunidad a una saga que imitaba el estilo de James Bond, pero de una forma partícula. En esta nueva aventura, además de adaptarla a la acción del momento, se le dotó a Ethan Hunt de un corazón, que no sólo estaba relacionado con la amistad de los miembros de su equipo, si no también a través de la aparición de una esposa, que le daría profundidad, y con suerte no acabaría muerta, que para eso no estamos en una película de Nolan. Además, el villano, cuyos motivos no estarían tan claros, sería interpretado por el gran Philip Seymour Hoffmann, que daría "gravitas" al asunto.
La recaudación y el interés fueron suficientes como para que llegara la cuarta, esta vez dirigida por Brad Bird, y que para muchos de los seguidores, fue la que definió el concepto de esta saga: Hunt y su equipo luchando espectacularmente contra el villano, mientras mantenía lazos de amor y buen humor, y salvaban a todos, tomando decisiones que afectaría su vida personal, pero que darían un nuevo día a la humanidad.
Y ese es el estilo que siguió en las demás películas, con un equipo más estaba que en las primeras películas, y una idea de unificar las películas, a través de la llegada del director Christopher McQuarrie, un gran profesional, metido en la definición de la trama, muy influido por Cruise, y al borde del ataque cardiaco debido a las acrobacias, cada vez más al borde del abismo, que el actor ha querido hacer en cada película. Y es que los últimos cuatro filmes, incluido esta último que se estrena, son una vuelta de tuerca a ese universo que había impuesto Bird, y evolucionado por McQuarrie. Todas las de este director son tremendamente entretenidas, poniéndote al borde del asiento, y en la que en mi opinión, resalta Fallout (la sexta), que tiene los suficientes elementos de misterio, acción, piruetas, humor y cariño.
Llegamos al punto final. A Misión Imposible: Sentencia Final. Considerada como la segunda parte del film anterior (Sentencia mortal), ambas fueron afectadas por el Covid, los cambios de fecha, el precio de rodajes espectaculares con acrobacias extremas, y en el caso de la primera, el impacto de otras películas en el momento de su estreno (el 'barbenheimer'), lo cual hace que a fecha de hoy, no sepamos si este broche final será rentable o no. Muchos ya dicen que el final de esta saga costará dinero, pero Cruise y su obsesión por el cine y por cerrar este ciclo de su vida, junto a su éxito como Top Gun 2, hacen que pueda permitirse esta inversión y apuesta.
Sobre la película, dejando destripes y spoilers fuera, resultará ya el último exceso, y por tanto, el último entretenimiento que Ethan Hunt nos puede dar, con apuestas altísimas, líneas que rozan la distopia, y un guion muy cogido por los "pelos", pero que en el universo de Misión Imposible, es totalmente válido y razonable. Además de Cruise, el resto de actores como Ving Rhames, Simon Pegg, Hayley Atwell y el resto, no sólo hacen una interpretación más que correcta de sus personajes, si no, que queda claro y se siente que han disfrutado con ellos tanto como quieren que el espectador se lo pase bien.
Es difícil que nuevos espectadores vayan a ver este broche final (a no ser que los metan en el cine, como hice yo con una amiga el sábado pasado, en una de las sesiones de preestreno), y que los que se bajaron "de este viaje" en alguna película anterior regresen, pero los que nunca abandonaron (pese a las falleras), o los que nos volvimos a subir (como Hunt en el rascacielos de Dubai, en esa cuarta parte), van a verse recompensando, una vez más, por esta película que merece ser vista en el cine, que te entretiene a la vez que te hace reflexionar sobre el impacto de nuestras decisiones en el destino y legado que queremos dar...algo que estaría muy relacionado con lo que Tom Cruise ha querido hacer con el cine y su profesión. Algo que es mucho más honesto que el 90% del cine actual, de las sagas sin sentido (no te miro, pero te miro Fast and Furious), o que las revisiones de los héroes clásicos que deben pagar su pasado en nuestra sociedad actual (¡ay, qué mal acabamos, Mr Bond! y más tras Skyfall).
Realmente Misión Imposible 8 merece la pena, pero es decisión aceptarla o no. Pero tranquilo, este mensaje no se autodestruirá en cinco segundos.
Carmen R.
(*): en realidad, no es un Eurostar, si no un tren TGV de la SNCF, que el actor consiguió al invitar a cenar a un alto cargo de la compañía de transportes francesa
viernes, 9 de mayo de 2025
La peste
viernes, 2 de mayo de 2025
Matlock, Kathy Bates entre tiburones trajeados
La edad de oro de la tele de pago crea series como champiñones donde artistas veteranos siguen prodigándose. Así, hace poco, encontré a la simpar Kathy Bates protagonizando una serie de intrigas legales en un caro bufete de abogados neoyorkino. Esta avezada actriz septuagenaria continua dando guerra en el mundo de la interpretación después de haberse pasado media vida en el teatro y de impactar y aterrorizar a medio mundo en la adaptación para el cine de la novela Misery de Stephen King, donde martirizaba a James Caan.
La serie que protagoniza Kathy Bates empezó con cierta gracia; nos encontramos a una adorable ancianita que acude a un elegante y caro bufete de abogados neoyorkino para conseguir trabajo. No es extraño ver ancianos currando duro en los EEUU, y Matty Matlock, que así se llama el personaje de la Bates, necesita con urgencia ganar un sueldo según nos cuenta. Pero no os fieis, es abogada, y muy buena, y sabéis que los abogados tienen picos de oro para engañar sin piedad.
Kathy Bates no se jubila.
Matlock es misteriosa pero engancha su personalidad, su oficio y también lo que nos va descubriendo de su vida. A los del bufete les cuenta que necesita trabajar porque es una abuela viuda a cargo de un nieto preadolescente. En esa pecera llena de tiburones que resulta ser el bufete se sumerge la ancianita y consigue que no se la coman. Ahora es cuando el espectador va conociendo al resto de la plantilla de abogados estirados con deseos de hacerse socios de la firma, que aguantan jornadas interminables de manera estajanovista con tal de no ser comidos como "pezqueñines" que son para llegar a "tiburonear" como los peces gordos.
En el ascensor con dos abogados que pelean por ser socios del bufete.Uno de los dueños de la firma es Markston sénior (Beau Bridges), que por su posición puede permitirse el lujo de usar traje y corbata y va vestido como un cow-boy de oficina, con sus jeans y su corbata tejana (O corbata bolo). Hay un sénior, lo cual implica a un júnior (Jason Ritter, el hijo de John Ritter), un abogaducho algo pusilánime que pelea con su exesposa en la carrera por ser admitido como socio del bufete. La ex, aunque excelente abogada, por lo que se ve, y bastante estirada, por lo que se aprecia, es Olympia Lawrence, que defiende el estereotipo de mujer luchadora afroamericana que tiene que romper el techo de cristal y los muros de carga machistas y racistas. Y por último están los jóvenes abogados pringados que comparten despacho y no reciben bien a la competencia, aunque pueda ser su abuela. Ellos son Sarah Yang, una inflexible joven asiático-americana, pelota hasta el hartazgo, y Billy Martínez, el joven de origen hispanoamericano, que es un poco menos intragable e intentan hacerlo pasar por tío dulce. Con todos estos personajes ya tenemos la cuota de casi todas las minorías étnicas del país.
Trío de becarios. Como en Fama, esta cuesta y lo van a pagar, aparte de con sudor, con horas en la ofi.Uno de los chistes recurrentes, que en España no se entiende demasiado, es que la abogada se apellida Matlock, igual que un famoso personaje televisivo cuyo apellido daba título a una vetusta serie sobre abogados criminalistas de hace más de treinta años. Como si hicieran en España una serie con un pescador apellidado Chanquete, poco más o menos. Sólo que la Matlock que interpreta Bates esconde muchos secretos. Ella entra en el bufete por la puerta pequeña, esa en la que tiene que codearse con otros abogaduchos bisoños, alegando necesidades económicas pero tiene otro objetivo muy concreto. Hay una subtrama que se va enganchando a las tramas de cada capítulo. Esta no os la cuento, pero siempre podéis echar un ojo a painkiller. Está relacionada.
Beau Bridges, tiburón jefe.Matlock, al igual que el abogado del Lincoln, son la nueva hornada de series sobre letrados alejadas, pero no mucho, de la caspa de los noventa que traían series como "La ley de Los Ángeles". Sólo por ver a una actriz con la presencia de Kathy Bates ya merece la pena.