viernes, 2 de marzo de 2018

Elemental, querido Reginald

En los últimos años de este joven siglo XXI, hemos visto una nueva eclosión alrededor del personaje de Arthur Conan Doyle, Mr Sherlock Holmes, y el doctor Watson. Parece que este carácter victoriano hace las delicias de un público muy diferente al original, aquel que esperaba con ansías su ejemplar del Strand Magazine para continuar descubriendo los misterios organizados por malvadas mentes criminales, que se enfrentaban al racional intelecto de Sherlock. Ahora, la audiencia es mundial, posmoderna y de diferentes culturas. Como en aquel Imperio Británico, lleno de pueblos, estamos en una aldea global, pero bien conectada, que sigue obsesionada con el detective y su amigo, el doctor, más de 100 años después.
Una nueva, heroica versión con la parafernalia propia de un film de Bond
 Así, si pensamos en las series y películas que han girado recientemente alredor de estos caballeros, nos encontramos una visión de superhéroes de la mano de Guy Ritchie, una inspiración moderna y muy rendida a sus obsesos fans con el Sherlock de la BBC, o una versión de diferente género (con Joan Watson interpretada por Lucy Liu), en una clásica serie estadounidense de detectives como Elementary (curiosidad, Miller y Cumberbatch, comparten el mismo doblador en la versión de España). Y quizá deberíamos contar también, una adaptación crepuscular con Ian McKellen en su Mr Holmes, o la que se prevee adolescente y femenina,protagonizada por su "hermana", en la representación que hará la niña "prodigio" actual, Millie Bobby Brown (Once en Stranger Things), en Enola Holmes.

Los héroes en acción, según la BBC.
Esta obsesión holmesiana actual, como he comentado, lleva existiendo desde hace años, pero no en todas las épocas, las adaptaciones han tenido el mismo éxito. Para llegar a un caso similar como el que nos rodea ahora, tendríamos que irnos a los añorados años 80, donde tras el fracaso setentero de la maravillosa "La vida secreta de Sherlock Holmes" de Billy Wilder, y  la aparición de algunos telefilmes o "El Hermano más Listo de Sherlock Holmes" de Mel Brooks, se resucita definitivamente como adolescente en "El Secreto de la Piramide" (y en la serie inglesa "El Joven Sherlock Holmes") Y en medio, Granada TV, productora de esa serie, toma a Jeremy Brett,  para crear un de las mejores encarnaciones del personaje. Cualquiera que haya visto esta serie estará de acuerdo, de que pese a algún episodio no bien llevado o con sin el suficiente presupuesto, Mr Brett hizo una maravillosa recreación del personaje.
La clásica serie de Granada TV de los 80
Y en esa década maravillosa, hubo una pequeña joyita que jugaba también con el detective y el doctor, en un pastiche que pedía a gritos la complicidad del espectador, y que debido a su presupuesto y naturaleza, quedó relegada al videoclub y a los pases televisivos: "Without a Clue" o "Sin Pistas", en su título en España.
¿Detective y Doctor?
"Sin Pistas" cuenta la historia del Dr Watson, sí, nuestro doctor de siempre, que cuenta las aventuras de Sherlock Holmes, pero  que también actúa como una especie de Arthur Conan Doyle, ya que el doctor es el proveedor de historias para el Strand Magazine. Y no sólo eso, también es, en realidad, el verdadero cerebro que resuelve los casos. Harto de ser ignorado por el gran público (sólos Mrs Hudson y los pilluelos de las calles saben quién es), debe crear el personaje del famoso detective, para que todo el mundo quede enganchado a las historias. Pero llega el momento en que debe poner a alguien de carne y hueso para interpretar a Holmes, y no se le ocurre otra cosa que contratar a un actor borrachín, sinvergüenza y mujeriego, anclado en un supuesto pasado "glorioso" (no tanto), y olvidado/desconocido, Reginald Kincaid, interpretado por Michael Caine.

Sin Pistas cuenta divertida comedia con misterio, donde nada es lo que parece, y llena de humor, pero además, funciona como una crítica al autor y a los personajes, homenajeando al escritor real. Watson, en su frustación por no ser tomado en consideración por los lectores y el público, llega a crear un personaje, que se acaba rebelando, que finaliza siendo más grande que la vida y empujando a su creador, como le pasó a Doyle en la vida real incluso en plantear "su asesinato". Por otro lado, el actor Reginald, metido en su método, acaba siendo influenciado por su personaje, que le da un significado a su vida.
¿Actor y detective?
 Tanto Caine como Kingsley, están en estado de gracia, y aunque son los más conocidos del reparto, no podemos olvidar a Jeffrey Jones como Lestrade o Paul Freeman como Moriarty. Principales y secundarios hacen grandes interpretaciones. La dirección es correcta para su presupuesto y la música, ¡oh, es del gran Henry Mancini! Su tema principal es una bella melodía que se os quedará en la cabeza.
La película es sátira y pastiche, obra de aventuras, comedia inocente para un público familiar (o casi), y una historia de amistad. Es por ello que sería una auténtica vergüenza que no la viérais, si sois fans del famoso detective y su compañero de aventuras. Os aseguro de que os pasaréis unos momentos muy divertidos, aunque seáis fanáticos acérrimos de la obra de Doyle, pues se toma desde la interpretación, pero también el respeto y amor a las novelas. Aunque eso sí, pide disculpas al autor en los títulos de crédito.

¡No os la perdáis!


Nota: Iron-Man III tiene un extraño homenaje a este film, en mi opinión: el mandarín resulta ser un un actor inglés, borrachín, mujeriego y shakespereano, interpretado por Kingsley, en esta ocasión. ¿Creeis que Marvel Studios hizo esto de forma accidental?

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