viernes, 18 de marzo de 2016

Cabaret, 1972

Se pueden contar con los dedos de una mano películas que sean mejores que las obras literarias en las que están basadas. Una de ellas, sin duda, es la película “cabaret” de Bob Fosse, por muchos motivos, además.

Cabaret está basada en el libro de Christopher Isherwood “adiós a Berlín”, en el que cuenta la historia de un estudiante universitario inglés que se da una vuelta por la Alemania de la república de Weimar (Los años 30 del siglo XX). Isherwood se pasó una temporadita en aquella Alemania agitada llena de nazis al acecho. Acabó largándose, claro.



Cabaret juega con el paralelismo simbiótico entre los números de la función y la vida real. Cuando comienza el film, el maestro de ceremonias del cabaret nos recibe y nos saluda con un marcado acento alemán (Brillante, Joel Grey) a la par que vemos bajar del tren a Bryan Roberts (Michael York), un licenciado británico de Cambridge que llega a Berlín para continuar sus estudios y acaba en una pensión que tiene de inquilina a una norteamericana que quiere triunfar en el mundo de la farándula. De momento es estrella de un decadente cabaret. La chica, aprendiz de mujer fatal, se llama Sally Bowles (Espléndido papel el de Liza Minnelli).

Atención, porque voy a "espoilear" un poco. Quién no haya visto la peli y no quiera saber nada, que sólo vea los vídeos. Necesito desmenuzar la peli para poder hacer el paralelismo trama-musical.



La historia se conduce mediante los números del cabaret.


El estirado Bryan Roberts y la alocada Sally Bowles se hacen amigos. Comparten vivencias en la pensión y en el cabaret. Con el fin de poder tener algo de dinero, Sally le presenta a algún amigo, Fritz Wendel (papel que lleva Fritz Wepper), un pobre buscavidas que intenta triunfar a toda costa sin conseguirlo, para que aprenda algo de inglés. Bryan, con una carta de recomendación inglesa, también comienza a darle clase a Natalia Landauer (Interpretada por Marisa Berenson), una rica heredera judía. He aquí una subtrama de la peli. El pobre diablo de Fritz se propone seducir a Natalia para dar el braguetazo de su vida, pero acaba enamorándose de ella. Ante el rechazo de Natalia, por las leyes raciales, Fritz, como un kamikaze, confiesa que él también es judío. Toda una osadía en pleno auge del nazismo.




Un día de guardia baja, Sally y Bryan acaban iniciando una relación amorosa. Sally se siente feliz, como así lo canta.



Maximilian von Heune (Helmut Griem) es un aristócrata seductor que pone un poco de chispa a la vida de la pareja. Sally pretende casarse con él a toda costa. Porque el dinero mueve el mundo...



Lo malo es que Maximilian se siente tan interesado por Sally como por Bryan. El tema de la bisexualidad contado y cantado.


He aquí cuando aparece el nazismo, en un bucólico entorno de pueblo. Es terrible, pero muy bien llevado. Todo parece tan inocente, hasta que no acaba siéndolo. El “tomorrow belongs to me” es uno de los momentos más destacados de la peli. “¿Aún crees que podréis pararles los pies?” Pregunta Bryan al aristócrata Maximilian, que cree que el nazismo es bueno porque aleja la amenaza del comunismo.


La historia con Maximilian no acaba demasiado bien cuando la mujer fatal, que no lo es, se entera de la historia entre sus dos amigos varones. Pero aún hay un problema mayor. Sally está embarazada ¿Quién de los dos es el padre? Bryan pide que se case con él, pero Sally acaba abortando. Tiene dudas sobre cómo será el futuro de una pareja tan distinta. Ella, una “artista” alocada y él un inglés estirado y ocultamente homosexual. Bryan decide irse, entonces de Berlín.



Bob Fosse dirigió uno de los mejores films musicales que ha habido nunca. Ganó el óscar al mejor director en 1973 compitiendo nada menos que contra el Padrino, otra excelente adaptación de la novela de Mario Puzo, que, en cambio, ganó a la mejor película. Con todo merecimiento, Liza Minnelli se llevó el óscar a la mejor actriz, y, como no podía ser de otra manera, Joel Grey, el de mejor actor de reparto. La historia narra, bien acentuada por los temas musicales, la extraña época del Berlín de los años 30 del siglo XX. Una época convulsa en la que el Cabaret era uno de las pocas vías de escape colorido de una sociedad gris.

La cinta acaba, como no, con la despedida del maestro de ceremonias que nos recuerda que el cabaret, durante el rato que hemos estado bajo su cobijo, nos ha quitado las penas. Lo malo es que la escena final deja entrever mucho brazalete nazi entre el público que no augura nada bueno.

Ficha técnica:

Cabaret, 1972

EEUU. 

Género: Musical, drama.

Duración: 120 minutos.

Direccción: Bob Fosse.

Guión: Jay Allen (Basado en la novela "Adiós a Berlín" de Christopher Isherwood)

Música: Ralph Burns, John Kander, Fred Ebb

Reparto:


Liza Minnelli:................................Sally Bowles

Michael York:................................Bryan Roberts

Joel Grey:......................................Maestro de ceremonias.

Fritz Wepper:.................................Fritz Wendel

Marisa Berenson:..........................Natalia Landauer

Helmut Griem:..............................Maximilian von Heune

Elisabeth Neuman:........................Frau Schneider

Helen Vita:....................................Frau Kost

Ralph Walter:................................Herr Ludwig




3 comentarios:

  1. Puede que Bob Fosse fuese todavía mejor coreógrafo que director de cine pero esta película muestra su indudable sentido musical del montaje cinematográfico. De todos modos, el cambio de tono entre el número que abre la película y su repetición al final es un ejemplo excelente de como dar sentido a la narración pura, sin diálogos (aunque, en este caso, con canciones). Como lo es la escena campestre, terrorífica, en que un joven nazi entona "Tomorrow Belongs To Me". Y cuando Liza Minnelli canta "Cabaret", su expresión es desgarradora. En fin, una película inolvidable y un excelente resumen.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Juli Gan
    muy buena reseña.
    Para mí,que no soy de musicales,"Cabaret" es la excepción en cuanto a películas que me entusiasman y me seducen.Hay subtramas dentro de la gran trama y así,en el marco del nacismo,o su caldo de cultivo, se abordan otras cuestiones como las de la orientación sexual,que no dejan de ser transgresoras para el Berlín de los años 30.
    Lizza Minnelli está soberbia aquí,y siempre se quedará en mi memoria el tema "Money,money...."
    Un abrazo Juli.
    Posdata: Aprovecho para decirte que vi hace poco "De chica en chica" que tu reseñaste aquí,y la verdad es que la encontré muy divertida,así que gracias por la recomendación:)

    ResponderEliminar
  3. ¡Una maravilla! La banda sonora y los números musicales son excepcionales y tanto Liza como Joel Grey están fantásticos. Por lo demás creo que refleja bien ese ambiente "clandestino" de aquella época.
    Saludos.

    ResponderEliminar