viernes, 26 de junio de 2020

El demonio vestido de azul


Todavía no han abierto los cines, al menos en mi ciudad, y mientras languidezco esperando ese momento tan ansiado, veo pelis antiguas que tengo guardadas. Con motivo del movimiento #blacklivesmatter me acordé de esta película del año 95. Se proyectó en el Festival de San Sebastián y estuvo nominada a la Concha de Oro, aunque no ganó. En aquellos años nuestros hijos eran pequeños y solo íbamos a ver una película en todo el festival, el día de mi cumpleaños. Era el regalo que me hacían los innumerables invitados que teníamos en casa en época festivalera. Eso te llevaba a ver pelis fantásticas o bodrios terribles, no había mucha elección posible con solo una sesión. Tenía muy buen recuerdo de El demonio vestido de azul, ya sabéis que siempre me ha gustado el género negro. Gracias a esta película descubrí dos cosas: lo buenas que son las novelas de Walter Mosley y lo guapo que es Denzel Washington (que encabeza la lista de hombres con los que me quiero casar, que ya empieza a ser interminable). Creo que es la primera película de cine negro que he visto con protagonistas negros. Como mucho salía uno tocando la trompeta en un club de jazz, o una criada en las casas de los ricos. En realidad, el cine sigue siendo blanco, muy blanco.

Walter Mosley me ha proporcionado muchas horas de disfrute con sus novelas protagonizadas por Easy Rawlins, un detective negro que protagoniza novelas muy hard boiled, que incluyen siempre un fondo sobre el racismo, aparte de la trama de investigación que desarrolle cada una.  
Ay, esas camisetas Ocean...
Me encanta cómo describe el color de la piel de los personajes: café con leche oscuro, canela, marron claro o ámbar oscuro. Pensaba que las había leído todas, pero al preparar esta entrada me he dado cuenta de que me faltaban Rubia peligrosa y Beso canela, asunto que ya estoy resolviendo. La acción transcurre desde 1939 a finales de los 60, en el caso de El demonio vestido de azul en 1948. En esta historia Easy Rawlins ha vuelto de la II Guerra Mundial y malvive como puede. A través de un amigo lo contratan para encontrar a una mujer blanca que era novia del aspirante a alcalde. La única pista que tiene es que le gustan los clubs de jazz. La investigación va a ser mucho más peligrosa de lo que aparentaba porque va a destapar asuntos muy feos. Nuestro Denzel está estupendo con esas camisetas Ocean que solo él puede llevar dignamente y Don Cheadle está espectacular en el personaje secundario de Ratón.
Denzel Washington y Jennifer Beals
Es un personaje que suele aparecer en las novelas de la serie de Easy Rawlins, un auténtico psicópata que por alguna razón es muy amigo del protagonista. Creo que era imposible encontrar a un actor más apropiado para ese papel. La música de Elmer Bernstein encaja a la perfección con las imágenes y la película tiene ese poso melancólico de las buenas historias negras.
Como ya os he dicho muchas veces, soy una taruga que necesita 25 películas para enterarse de quién es un director. Al mirar la ficha en Filmaffinity pensé: “¿Carl Franklin? ¿Quién es Carl Franklin? ¿He visto algo más de este señor?”.
Qué vergüenza, este director afroamericano ha dirigido episodios en casi todas las series que me han gustado en los últimos años. Se ha dedicado más a la televisión que al cine y, entre otras, ha dirigido (para que os hagáis una idea): Roma, House of cards, Por trece razones y Mindhunter.  Además, es actor y ha participado en cosas tan variadas como Alf, Lou Grant, Hulk o Canción triste de Hill Street. Por si fuera poco, es guionista y es el autor del guion de Un demonio vestido de azul y alguna otra de sus películas. En fin, que voy a escribir cien veces su nombre a ver si se me queda.

Hay directores afroamericanos, como Spikee Lee, que hacen de la causa de la lucha contra el racismo el centro de sus películas. No es el caso de Carl Franklin. Algunas de sus historias inciden especialmente en este tema, pero no todas. En palabras del propio director: "Mi origen étnico es un plus, una herramienta. Me da municiones en términos de la forma en que veo el mundo. Hay ciertas historias en la comunidad negra que nos informan a todos".
Bueno, con esto os dejo dos buenas recomendaciones para el verano: las novelas de Walter Mosley y seguir atentamente la carrera de Carl Franklin.


viernes, 19 de junio de 2020

Unorthodox (Poco ortodoxa)

Esta es una miniserie de cuatro capítulos que nos llega desde la plataforma Netflix basada en la historia autobiográfica de Deborah Feldman titulada "Poco ortodoxa: El escandaloso rechazo a mis raíces hasídicas" que la editorial catalana Lumen está a punto de sacar, si no lo ha hecho ya.




Sinopsis:

Esther Schwartz, Shaphiro desde el matrimonio, es una joven casadera del barrio judío ultraortodoxo de Williamsburg, Nueva York. Plegada a las estrictas normas de su comunidad ha sido educada para casarse mediante matrimonio concertado. Tiene idealizada su vida desde muy niña pero desde que se casa empieza a darse cuenta de que esta vida no es la que quiere, así que asfixiada por las normas inflexibles y por el machismo feroz de su comunidad decide huir a Berlín ya que tiene derecho a esta nacionalidad por su madre, que también huyó de la misma comunidad ultraortodoxa.

 Mi gran boda hasídica.

Leyes talmúdicas y tradiciones de antes de ayer.

El barrio de Williamsburg, que se puso de moda con los hipsters, es un barrio que queda al norte de Brooklyn, en dicho enclave existe una populosa comunidad ultraortodoxa judía llamada Satmar. Originaria del imperio austrohúngaro, y a pesar de la moda eterna que lucen sus adeptos, esta comunidad fue creada por un tal Joel Teitelbaum a comienzos del siglo XX.

 Eso de tapar a la esposa está en todas las religiones "del libro".


Esty, que es como llaman a Esther de manera familiar es una muy joven mujer educada para ser esposa y madre cuya lengua materna es el yiddish, que es el idioma que se habla en el barrio. El yiddish es una lengua emparentada con el alemán, con trazas de hebreo y alguna otra lengua eslava propia de la comunidad askenazí, o judía noreuropea. Ella quiere a su familia y quiere pertenecer a su comunidad, pero siente que no encaja en ese ambiente opresivo así que decide huir y es aquí donde empieza la aventura de una chica sola que viaja al extranjero sin maleta y sin conocer gran cosa del mundo exterior.

Esty renaciendo en el lago Wannsee. Un renacer en un nuevo mundo.

La serie:

Basada en las propias vivencias noveladas de Deborah Feldman, se ha desarrollado un guión apasionante encabezado por la propia escritora. La dirección corre a cargo de Maria Schrader, a la que hemos visto actuando en algunos de aquellos europuddings (Series para ensalzar la cinematografía de la UE) como Camino de Santiago donde aparecía el artisteo europeo, como Massimo Ghini, Joaquim de Almeida, la propia Shrader y viejos dinosaurios yankees como Anthony Quinn, Charlton Heston o Robert Wagner, aunque quizá sea más conocida por ser una de las dos protagonistas del film  "Aimée y Jaguar" basada en una trágica historia lésbica en plena segunda guerra mundial. El libro era bastante bueno, la peli era soporífera.


Una mujer casada no debe lucir el cabello propio para no excitar a los animales que codician una propiedad privada.

Unorthodox, sin embargo, no tiene nada de infumable. Son cuatro capítulos de casi una hora cada uno que van narrando la huida de Esty desde su hogar de Nueva York hasta esa desconocida Berlín. A modo de flashbacks vamos conociendo a Esty y su vida en Williamsburg: Sus clases de piano a escondidas, la importancia de su abuela que la crió al ser abandonada por su madre, que vive en Berlín  y se aferra a ella aunque la han enseñado a despreciarla, su boda, las reglas que ha de seguir, su malestar...

Sus primeros pantalones y encima jeans ajustados.


Alterna la historia lineal con estos flashbacks donde conocemos a Yanki (Yakov Shaphiro), el joven marido, que permite que su madre se meta en la vida del matrimonio, a Moishe, primo de Yanki, un arrepentido que huyó de la comunidad y ha vuelto dispuesto a hacer lo que sea para que le sea perdonado su pecado de deslealtad. Lástima que la parábola del hijo pródigo sea cosa del nuevo testamento cristiano y no aparezca en el talmud. Moishe es un oscuro personaje del que se sirven para intentar devolver a Esty a su casa. También aparece Leah, la madre de Esty, que huyó en su día y que es rechazada por una comunidad fanática. Para fanáticos el rabino, que no duda en sugerir a Moishe la plena aceptación de la comunidad si recupera a Esty como sea, aunque nadie piense en el propio parecer de la interfecta.

Moishe. Fijaos en los peots (Tirabuzones), son cortos porque se deshizo de ellos al romper con la comunidad. Ahora, arrepentido, vuelve a dejarse crecer el pelo de las sienes.

El reparto:

El elenco principal está formado por actores israelíes como la propia Esty  (Shira Haas) que han tenido que realizar gran parte de su interpretación en un idioma que no es el propio, como es el yiddish, si excepuamos el caso de Jeff Wilbusch (Moishe), que sí lo tiene como idioma materno propio de su barrio de origen en Mea Shearim, famoso barrio ultraortodoxo de Jerusalén. Eli Rosen, que interpreta al rabino, es quien formó al resto del elenco para hablar en yiddish y el que asesoró en cuestiones de cultura hasídica a las guionistas.

Leah Mandelbaum, la madre de Esty. También huyó como ahora su hija y vive con su novia, que encima es una shiksa (mujer gentil) y se atreve a vivir entre los goyim (gentiles).

El resultado es una miniserie que nos acerca algo al mundo que rodea a esta comunidad ultraortodoxa shatmar. Es una historia muy eficiente y está rodada con fuerza y valentía. Sus actores están magníficos y una de sus virtudes es que, a pesar de que no cierra la historia del todo, no lo echas en falta. Una miniserie intensa pero bien contada.

De la shiksa Juli Gan.



viernes, 12 de junio de 2020

Hunters




—Mamá, ¿tú eres una superheroína?
—Hija, soy una mujer negra en los Estados Unidos de América. Ninguna superheroína me llega a la suela del zapato.

Este extracto de un diálogo de Hunters ilustra lo que más me gusta de la serie: la mirada ácida sobre la pretendida perfección democrática de los Estados Unidos en la década de 1970. También me ilustra uno de sus hilos conductores: las constantes referencias a tebeos, series televisivas y elementos de la cultura popular de la época. Ya sabéis: la nostalgia siempre funciona.
Pero comencemos por el principio y hagamos las presentaciones.
Hunters es una serie de Amazon, de producción propia, muy recientita, pues se estrenó en febrero de 2020. De momento solo tiene una temporada, pero, si el mundo vuelve algún día a parecerse mínimamente a lo que era, tendrá una segunda.
Lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en esta serie, es que es hija de su tiempo. Es lo que vengo entendiendo por una serie “modernita”, de las que se llevan ahora, con todos sus ingredientes; a saber: gran estrella de Hollywood (Al Pacino, que el pasado 25 de abril cumplió ochenta añazos), magnífica puesta en escena, estupenda dirección artística, ambientación setentera tarantiniana, nostalgia televisiva, mucho tebeo, fantasía, superhéroes,  James Bond,  Batman, malos de Spectra, violencia presuntamente refinada, mal gusto deliberado, atrevimientos narrativos, piruetas de guion, revisiones históricas…
A esto añade Hunters unos protas, los buenos, no tan buenos y unos malos malísimos, de opereta, nazis diabólicos. Agrega, además, unos durísimos flashbacks sobre el holocausto, escenas que transcurrieron en Auschwitz de las que te hacen desviar la vista de la pantalla, seguidas de episodios de humor grueso, números musicales en rosáceos parques de atracciones o narraciones oníricas sobre el amor más allá de la muerte.
Esta mezcla delirante descoloca bastante al principio. Luego ya te vas haciendo al tono y te lo tragas.
Voy un poco con el argumento. En la década de 1970, en Estados Unidos, los nazis están por todas partes, poco a poco van escalando a posiciones de poder con el objetivo de instaurar el Cuarto Reich.  Ante esta amenaza, el millonario Meyer Offerman, superviviente de los campos de exterminio, organiza una cuadrilla galáctica de cazadoras y cazadores de nazis. No parece, pues, casual que esta serie haya sido gestada cincuenta años después de la gloriosa década de 1970, en un momento de efervescencia de movimientos supremacistas y de la extrema derecha por casi todo el mundo.
Porque no todo es tebeo en Hunters. El personaje de Pacino está levemente inspirado en Simon Wiesenthal, un arquitecto judío de Austria que pasó cuatro años en campos de concentración y que en la década de 1970, ya asentado en los USA, creo el Centro Simon Wiesenthal, que desde entonces se dedica a dar caza a los nazis que huyeron de Alemania y se infiltraron cómoda y lujosamente en los Estados Unidos y colaboró con el Departamento de Justicia de Estados Unidos en la búsqueda de estos criminales de guerra. Simon Wiesenthal aparece como personaje en Hunters, interpretado por el gran Judd Hirsch.

También el personaje de Ruth Heidelbaum, la abuela de Jonah, el otro prota junto a Pacino, tiene una conexión con lo real, pues está inspirado en la verdadera abuela de de David Weil, el creador de la serie, que fue la única superviviente de su familia tras pasar por Auschwitz y Bergen-Belsen.

Algunos de los nazis “cazados” por Pacino y sus secuaces tampoco han nacido de la imaginación de los guionistas. Por ejemplo, Wernher von Braun, “el hombre del espacio”, existió de verdad. Perteneció a las SS y en la Segunda Guerra Mundial trabajó para el ejército de Hitler en la construcción de cohetes y misiles. Luego se rindió al ejército aliado y los norteamericanos, a través de la operación Paperclip, lo ficharon para la NASA.
En la serie a Von Braun le limpian el forro los cazadores de nazis; en la realidad, murió de cáncer a los sesenta y cinco años en su estupenda casa de los suburbios residenciales de Washington.

Para terminar, os repito lo que más me ha gustado de Hunters: cómo se pitorrea del patrioterismo americano, cuando hace sonar el himno nacional durante discursos de nazis reciclados en honrados políticos que se han cargado a toda su familia, niñitos incluidos, y se llevan la mano al corazón henchido de amor a los yueséi. Aquí tengo que citar a ese monstruo de la interpretación especializado en personajes extremos que es Dylan Baker.
Dylan Baker, honrado padre de familia que invita a barbacoas en su jardín
Y, por supuesto, como os decía antes, me chifla la caña que le mete al racismo, a ese fascismo básico subyacente en los USA que parece enraizado ensu ADN, a pesar de las continuas proclamas de libertad e igualdad, con referencias directísimas a los nuevos fascistas: esos angry white men que siguen ahí, quizás ahora más activos que nunca, cuya ira se prende tan fácilmente.

viernes, 5 de junio de 2020

Escenas a la luz de la luna

Hechizo de luna, ver ahora en Filmin



No soy ninguna experta en astrología, pero al parecer esta semana tenemos un eclipse plenumbral de luna y eso me llevo a pensar en la luna como un elemento cinematográfico recurrente e imantado de cara al espectad@r.
Y aquí me tenéis , igual que una vez me detuve observando el papel de los espejos (Espejos y reflejos en el cine ) o la lluvia en algunas escenas (Escenas en la lluvia ) hoy os invito a que deis un paseo por algunas escenas de cine en las que el telón de fondo era una luna, en una u otra de sus fases.

Esta lista nace de una previa lluvia de ideas entre algunas amigas,algunas de ellas antiguas colaboradoras de este blog como Lu Tartaruga Máxica y Manderly por eso, me gustaría completarla también con vosotr@s, porque seguramente, hay un título que os venga a la cabeza y que no se haya mencionado aquí...…...3.2.1...empezamos...

1) Hechizo de luna, 1987




Esa luna llena a la que le ladran los perros, es la misma que desata las pasiones entre Loretta y Ronnie en esta deliciosa comedia romántica de los ochenta.


2) E.T. (1982) de Steven Spielbierg



Otra luna imponente nos hizo creer a quienes vimos la película por primera vez siendo adolescentes que éramos nosotros los que volábamos en esas bicicletas .El mago Spielbierg de la mano de Elliot nos hizo sobrevolar los márgenes de ese bosque, nos hizo creer que la amistad no tiene límites ,que también era posible entre un niño y un extraterrestre.



3) Viaje a la luna (1902)  de Georges Méliès


Maravillosa aventura la de " viaje a la luna" pioneros del cine que abrían el camino ya en 1902 a lo que poco a poco iba a ir configurándose como "el séptimo arte".



4) Magia a la luz de la luna de Woody Allen (2014)
Un mago empeñado en desenmascarar a una supuesta falsa médium, ésa es la premisa de la que parte esta adorable comedia de Allen en la que la luna también se confabula para crear una atmósfera casi mágica.

5)Lunas de hiel de Roman Polanski (1992)

Pero no todas las lunas iban a ser amables, también las hay amargas, como  la relación amorosa de la pareja protagonista, Peter Coyote y Emmanuelle Seigner, encarnaban  a una pareja toxica que durante un crucero y no sabemos cuántas lunas, despiertan el morbo y la curiosidad  a través del relato de su propia relación en otra pareja  mucho más convencional interpretada por Hugh Grant y Kristin Scott Thomas.




 6) "La teta y la luna" de Bigas Luna

Un niño (Biel Durán) de nueve años está celoso de su hermano recién nacido y le pide ayuda a la luna para encontrar una mujer que lo amamante.Así era Bigas Luna,jugando con las metáforas,lo simbólico,los senos y las pasiones más bajas como la envidia y los celos.



7) Y otra vez Bigas Luna recurriendo a la luna en "huevos de oro" (1993) ,esta vez con telón de fondo del Benidorm de los rascacielos,una película irregular que sin embargo nos dejó un personaje imborrable, el interpretado por Javier Bardem, un macho ibérico, machista, primitivo, muy codicioso y muy fan de Julio Iglesias. La luna aquí es testigo de esa líbido sexual que parece activarse aún más con la luz lunar.



8) "Un hombre lobo americano en Londres" (1981)






No podía faltar en esta lista dedicada al cine y la luna , una película de hombres-lobo.
Y sí personalmente tenía que rescatar este título ochentero porque recuerdo el miedo que me causó cuando la vi , el mismo que sentí cuando vi el vídeo de "Thriller" de Michael Jackson por primera vez.






9)"Luz de luna" (2016)








Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia y adolescencia, que crece en una zona conflictiva de Miami. 
En su día esta película ganó a mi modo de ver un merecidísimo Oscar, aquí os dejo un enlace a la entrada que le dediqué : moonlight porque me pareció una historia de resilencia durísima pero con momentos de una belleza y una sensibilidad extrema.


Os invito a que ampliéis la lista con vuestros títulos,ésos no figuren aquí y que también tengan a la luna como protagonista en algún momento.


Féliz fin de semana cinéfil@s


Troyana