viernes, 30 de diciembre de 2016

Tierra de faraones

-Trabajando tantos hombres se terminará pronto la pirámide, ¿verdad, padre?.
-No, Senta. Se necesitará mucho tiempo, trabajarán muchos años. Unos serán ya viejos, otros morirán... y las piedras de la pirámide estarán regadas de sangre y lágrimas.

"Tierra de faraones" Howard Hawks
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Keops es un faraón rico y bastante codicioso. A base de saquear los pueblos vecinos ha logrado acumular un gran tesoro y ahora le preocupa protegerlo de los saqueadores una vez haya muerto. Como es tradición, sus más valiosas joyas quedarán encerradas junto a su cuerpo en una gigantesca pirámide, pero todos los laberintos y trampas que se usaron con sus antepasados fueron burlados por ladrones y el faraón requiere ideas nuevas.
El único arquitecto capaz de diseñar un sistema que bloqueé todas las puertas de la pirámide es un esclavo recién capturado que accederá a trabajar para el faraón a condición de que éste libere a su pueblo una vez finalizada la obra.

De este modo seguiremos la construcción de la pirámide al tiempo que asistimos a las maquinaciones de la segunda esposa de Keops, que ansía el poder una vez haya muerto el faraón, sin olvidar las tribulaciones del arquitecto, que será encerrado en la pirámide para no desvelar el secreto de su diseño.

Ya lo hice hace tiempo cuando escribí sobre "Sansón y Dalila" y hoy os vuelvo a traer una aventura histórica de esas que se hacían en los cincuenta, menos conocida que las archifamosas "Ben-Hur", "Cleopatra" o "Los diez mandamientos".

Para empezar decir que en "Tierra de faraones" no hay ningún elemento religioso más allá de los dioses egipcios que son nombrados de vez en cuando. Lo que encontraremos aquí es una reproducción más o menos fiel del Antiguo Egipto, de la construcción de la pirámide y, para añadir chicha a la historia, de las conspiraciones de Joan Collins, que le dará vida, no sólo al poster, sino a la película según avanza.

Porque seamos francos, el faraón y el arquitecto son personajes muy atractivos, pero excepto los jubilados, nadie aguantaría una película que consiste en ver a unos obreros amontonando piedras, y es ahí donde entra Collins.

Lo malo es que la abuela de Cara Delevingne nunca logró ser una de las grandes estrellas de Hollywood (sí de la televisión, cuando 25 años después apareció en "Dinastía", interpretando también a una víbora) y Jack Hawkins tampoco era el actor más comercial del mundo (obviemos lo mucho que chirría ver a ese señor inglés como un faraón egipcio), y la peli fue un fracaso.

Pero un fracaso de los gordos. Costó tres millones de dólares y apenas recaudó dos, suponiendo el primer batacazo del director, Howard Hawks, quien tardó años en volver a dirigir otra peli.

Y eso que "Tierra de faraones" es entretenida, está muy bien escrita (fue el último guión en el que colaboró el Nobel de Literatura William Faulkner) y tiene el que para mí es sin duda uno de los finales más crueles al que se ha condenado al villano en la historia del cine. Pero claro, carece de las estrellas y la épica acostumbradas en este tipo de filmes y es comprensible que la gente no comprase en la época.


Todo un clásico con el que me despido de este blog.

Tras más de dos años colaborando con mis compañeras debo decir adiós para ocuparme de las tres niñas que me han venido de golpe y a las que pondré en su momento todas las pelis de las que he hablado por aquí (bueno, "Barbarella" sólo cuando se porten mal) y muchas de las que habéis hablado vosotras.

Por último agradeceros a todas el haberme dejado participar y escribir sobre esas pelis de las que no podía hablar en mi blog, dedicado a filmes posteriores al año 2000. Espero que os haya molado. A mí desde luego que sí.

Muchas gracias y feliz 2017 a todas.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Cine navideño: Plácido (1961)

Navidad, período del año en que todo son villancicos estridentes, lucecicas de colores, comida hasta por las orejas y buenos deseos. Otra cosa es que se celebre el nacimiento del fundador de una empresa que no ha notado la crisis jamás en los últimos 2000 años. Bueno, a lo que iba, la navidad suele retratarse en el cine mu a menudo, no hay más que ver la cantidad de telefilms que nos están saturando la programación de la tele.

Cartel de una peli que refleja NUESTRA NAVIDAD


Si el año pasado, con el mismo fin, colgué la peli navideña más famosa, norteamericana, por supuesto, esta vez regalo la peli española navideña más famosa, si a Chencho perdido de "la gran familia", no le importa. No se trata de otra que de la película berlanguiana "Plácido", que es el nombre del prota ( el cómico catalán Cassen), aunque su subtítulo es "siente un pobre a su mesa", añeja costumbre clasista española que, visto los tiempos, quién sabe, igual vuelve. Algunos pensaréis que estoy en plan retranca, pero es para poneros en situación, porque si algo tiene el cine fallero de Berlanga es mala leche.

Preparando el motocarro (Plaça de Sant Domènec)

FAUNA BERLANGUIANA:

Las películas de Berlanga (A Dios pongo por testigo de que un día publicaré un post sobre él) son corales. Siempre hay infinidad de personajes que retratan los tipos que nuestra sociedad posee. En esta, aparte del pobre Plácido, nos encontramos a su familia, a Quintanilla, a la familia Galán, a Concheta, a Marilú, a quien un señor le ha puesto un piso,a una legión de pobres, artistas y hasta a un locutor radiofónico (Impagable, Xan das Bolas) que retransmite la cena en casa de los señores de Galán.

SINOPSIS

Una pequeña ciudad de provincias (Manresa, por cierto) la rancia clase pudiente de la ciudad, muy en su tono hipócrita y meapilas, monta una campaña navideña para recaudar fondos "para los pobres", con el caritativo título de "siente un pobre a su mesa". La idea es que la gente apoquine y se lleve a un pobre a su casa a cenar en la nochebuena. Para ello, montan una cabalgata y piensan traer una comitiva de artistas desde Madrid para que le den lustre al acto.

¡Soy Quintanilla, el de las serrerías!

Encabezando la comitiva, han contratado a Plácido, un humilde transportista que en su motocarro, comprado a plazos, lleva la estrella de Belén. Plácido encabeza el acto pero tiene prisa en acabar, porque con el dinero que le han de pagar debe abonar la letra del motocarro antes de que cierre el banco, pero la cosa, como es natural en las historias de Berlanga, se liará demasiado y Plácido y sus desventuras nos tendrán en vilo a ver si es capaz de pagar la letra antes de que se la protesten.

El dentista sienta a la mesa al pobre (Luis Ciges). A sus hermanas las tiene a dieta.

Hay que estar verdaderamente atenta a la acción porque de ella salen chispas. Mientras el pobre Plácido va, como alma en pena, intentando reunir el dinero para pagar su primera letra del motocarro, nos enteramos de que su mujer(Elvira Quintillá) está empleada en los wáteres públicos (Escenario real, por cierto)y su hermano Julián (Manuel Aleixandre)es un cojo al que le ha salido una chapuza de repartir cestas de navidad.

Típica escena negra, coral y abarrotada de Berlanga (Hay que sacar al muerto de casa)

Todo lo que ocurre a continuación desmorona los acontecimientos. En la estación de tren los de la comitiva han traído a los abuelos del asilo y a unos pocos pobres, y se hielan esperando el tren de las artistas de Madrid. Como es natural, llegan artistas de tercera fila, postulantes y alguna vieja gloria del teatro venido a menos. La alegre comitiva se cruza con un funeral, algo tan humor negro estilo Berlanga-Azcona.

Sorteando artistas, patrocina, Cocinex

En el casino se sortean, entre los ciudadanos, a los pobres y las artistas, como si fuera una subasta, espectáculo grotesco. Cada uno se lleva a "su pobre" a casa. Los señores de Galán, se llevan a una artista y a un vejete del asilo. Berlanga contaba que no halló en Manresa ningún potentado que le cediese el ostentoso comedor de su casa para roadar. Tuvo que cedérselo en Barcelona, capital, un colega director de cine. Nos encontramos a Rivas(Xan das Bolas), que retransmite la cena por la radio, describiendo la suntuosidad de la casa, lo cual no queda nada humilde, intentando que no se note que los anfitriones se han largado, dejando a los dos invitados cenando, porque ha ocurrido un imprevisto. Por cierto, para los amantes de buscar la palabra "austrohúngaro" que sale en todas las obras de Berlanga, es durante esta escena mencionado por Félix Fernández (El abuelo del asilo).

Félix Fernández, el abuelete, respaldado por la actriz Erika, Laura Granados, y entrevistado por el locutor, Xan das Bolas. 

En casa de un antiguo republicano, cosa que se menciona solapadamente y hay que oír muy fino, el pobre sorteado agoniza. El vecino que tiene estudios de medicina (Es dentista) se entera por su pobre, el gran Luis Ciges, que padece del corazón. El médico da su diagnóstico, así, por la jeta. Pero lo que más escandaliza a la comitiva de pudientes beatones, encabezada por la señora de Galán (Amelia de la Torre) es que el pobre vive en concubinato con su mujer desde hace años, así que, antes de nada, no pueden permitir que muera en pecado.

El dentista dándoselas de cardiólogo

Concheta(Julia Caba Alba), la esposa sin papeles legales del moribundo, está cenando en casa de Marilú (Amparo Soler Leal), una joven piadosa a quien un hombre casado (Antonio Ferrandis) le ha puesto un piso. Vienen a buscarla para casarla de ipso-facto.

Concheta invitada por Marilú, la chica a la que han puesto un piso

Pascual, el moribundo, no quiere casarse, pero la señora de Galán, agarrándolo del cogote, le hace mover la cabeza afirmativamente. Berlanga decía que aquella situación había ocurrido en su familia. Las escenas en casa donde cena el moribundo son antológicas, como el que porque vengan la señora de Galán quieran hacer ponerse cofia a la criada y quieran meter en la cama de esta al enfermo. Humor negro del bueno.

¡Hay que casarlos! Escena antológica

Por fin, después de muchas vicisitudes, Plácido consigue pagar la letra, pero es muy tarde y aún debe recoger a su familia. La película acaba después de una bronca entre la familia de Plácido y el dueño de la tienda que reparte las cestas de navidad, trabajo que realizaba Julián. Acaba con un villancico que dice así: "Madre, en la puerta hay un niño, parece que tenga frío. Anda, dile que entre, se calentará, porque en esta tierra ya no hay caridad, ni nunca la ha habido, ni nunca la habrá".


La familia, a casa, muy tarde, la noche de nochebuena

FICHA TÉCNICA:

Plácido, Espana, B/N,  89´ - 1961


Dirección.............Luis García Berlanga
Guión: .................Luis García Berlanga, Rafael Azcona, José Luis Colina, José Luis Font.
Música: ...............Miguel Asins Arbó

Cuadro artístico:

Cassen.......................................................Plácido
José Luis López Vázquez.........................Quintanilla, el de las Serrerías.
Elvira Quintillá.........................................Emilia
Manuel Aleixandre...................................Julián
Amelia de la Torre....................................Señora Encarna de Galán
Mari Carmen Yepes..................................Martita Galán
Jose María Caffarel...................................Zapater, productor de ollas Cocinex
Xan das Bolas............................................Rivas, el locutor de radio
Félix Fernández.........................................Pobre invitado en casa de los Galán
José Franco................................................Matías Helguera (del Círculo republicano)
José Gavilán..............................................El dentista
Luis Ciges................................................. Pobre invitado en casa del dentista
Julia Caba Alba..........................................Concheta, pobre invitada en casa de Marilú
Amparo Soler Leal.....................................Marilú
Antonio Ferrandis.......................................Ramiro

Feliz navidad, zinéfilas.


Juli Gan

sábado, 17 de diciembre de 2016

Remordimiento

Título original The Broken Lullaby
Año 1932
Duración 77 minutos
País Estados Unidos
Director Ernst Lubitsch
Guión Reginald Berkeley, Samson Raphaelson, Ernest Vajda
Obra "The Man I Killed" Maurice Rostand
Música W. Franke Harling
Fotografía Victor Milner
Productora Paramount Pictures

Reparto
Lionel Barrymore, Nancy Carroll, Philips Holmes, Louise Carter, Lucien Littlefield, Zasu Pitts


Sinopsis
Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Paul Renard, un joven francés, vive obsesionado por el recuerdo de Walter Holderlin, un soldado alemán al que mató. Después de leer y firmar la última carta de Walter, va a Alemania para hablar con su familia y pedirle perdón. Sin embargo, cuando la localiza y va a hablar con ellos, algo inesperado sucede.



Todos conocemos las grandes comedias sofisticadas creadas por Ernst Lubitsch, sin embargo Remordimiento resulta ser la única película dramática sonora del director. Se trata de una película de escasa duración (77 minutos) realizada en 1932 con claras pretensiones antibelicistas y que está considerada como una obra maestra.

Tiene el aliciente de contar con uno de los mejores actores de la historia del cine pero perteneciente, a demás a una gran saga de actores: Lionel Barrymore, al que personalmente siempre recuerdo como el malvado señor Potter de ¡Qué bello es vivir! (1946) pero que aquí es precisamente todo lo contrario: un hombre roto por la muerte de su hijo en el frente al que de repente le sucede algo inesperado.



Una de las secuencias que más me ha gustado es la presentación del joven protagonista: en un plano general de los bancos vacíos de una iglesia vemos, en uno de ellos, algo que al principio no somos capaces de distinguir. Mediante un largo zoom, la cámara nos muestra que son las manos en posición de súplica de un hombre que se encuentra derrumbado en el suelo, entre los bancos. Se trata de un joven francés totalmente destrozado por el remordimiento de haber matado a un soldado alemán en la guerra.


Pienso que no sólo es un drama antibelicista sino que también expone cierta crítica a la Iglesia: si matas a otras personas en una guerra, no está mal. Es un pecado que se perdona.


Remordimientos es una pequeña rareza dentro de la filmografía de Ernst Lubitsch que merece la pena recomendar.



viernes, 9 de diciembre de 2016

Florence Lawrence


Florence Lawrence (1886-1938) fue una actriz de Hollywood considerada la primera estrella de cine, ya que fue la primera intérprete que consiguió que su nombre apareciera en los títulos de crédito de los filmes. Actuó en casi 300 películas y, además, fue propietaria de una productora, empresaria y mujer de negocios, coleccionista de automóviles e inventora de los intermitentes y las luces de freno. Lawrence se divorció tres veces, se suicidó a la edad de 52 años y hoy reposa en el Hollywood Forever Cemetery.


The Biograph Girl

Florence Lawrence nació en Canadá. Su padre era fabricante de carros y su madre, inventora, empresaria, actriz y directora de su propia compañía de teatro. Ella heredó las profesiones de ambos y se dedicó, como veremos, a los automóviles, los inventos, los negocios y  la interpretación. Pero, claro, si está aquí, en Zinéfilaz, es porque se la considera una de las personas más influyentes de los primeros años de Hollywood y porque protagonizó cambios decisivos en la historia de la industria del cine.

A los tres años, en Canadá, debutó sobre un escenario, junto con su madre, en una producción de la compañía Lawrence, la empresa familiar.  A los diez ya pasó al cine y comenzó una carrera veloz que la llevó de contrato en contrato y de estudio en estudio, de manera que, a los doce, ya trabajaba para la productora Biograph por 25 dólares semanales. Llegó a trabajar con D.W. Griffith en papeles clásicos como Julieta o Cleopatra; sin embargo, nadie sabía cómo se llamaba; para el gran público, Florence Lawrence era “la chica de la Biograph”.


El estrellato

En los primeros años del cine en los títulos de crédito de las películas no figuraban  actores, directores ni productores, a pesar de que los fans inundaban los buzones de los estudios con cartas en las que preguntaban por los nombres de sus ídolos. Las corporaciones que dominaban la industria temían que, si revelaban las identidades de actrices y actores, estos demandarían salarios más altos. Y sus peores presagios se hicieron realidad.

En 1909 Lawrence firmó un nuevo contrato con Independent Moving Pictures, cuyo ejecutivo, Carl Laemmle, apostó por el poder del estrellato e ideó todo un montaje para promocionar a su reciente fichaje.

A principios de 1910 hizo que un periódico difundiera la noticia de la muerte de Lawrence, atropellada por un tranvía, para poco después anunciar que estaba viva y que iba a protagonizar su próximo film. Organizó una comparecencia pública de Lawrence en St. Louis: la estrella en ciernes llegó en tren a la estación de la ciudad y la multitud que la esperaba fue mayor que la que pocos días antes había recibido al mismísimo presidente de los Estados Unidos. Lawrence declaró: “Me resulta muy extraño que tantas personas se hayan congregado para dar la bienvenida a alguien a quien no conocen, a quien solo han visto en las películas”. ¡Oh, qué dulce mundo, ajeno al estrellato y a la celebridad!


Hay vida tras las estrellas

Lawrence fue, pues, la primera persona cuyo nombre apareció en los títulos de crédito de los films. Eso sucedió, como decimos, en 1910, con Independent Moving Pictures, donde Lawrence protagonizó unas 50 películas en menos de un año, porque a finales ya había firmado con otra productora y dos después, en 1912, creó su propio estudio: Victor Company. De hecho, Lawrence fue una de las primeras mujeres de Hollywood que estuvo al frente de una productora.

Aunque parezca mentira, toda esta intensa actividad profesional le dejaba tiempo para sus aficiones y una de ellas eran los automóviles: no es casualidad que su padre hubiera sido fabricante de carros, que su primera película, en 1906, hubiera sido “Los ladrones de coches” (“The Automobile Thieves”) y que su segundo marido fuera vendedor. Además de disfrutarlos, Lawrence también quiso mejorarlos e inventó un par de artilugios indicadores que luego se convirtieron en las señales de giro y de freno. Nunca los patentó, así que la industria de la automoción se apoderó de ellos y de los beneficios que generaron.


Ocaso

En 1915, cuando otras estrellas del celuloide, como Mary Pickford o Charles Chaplin,  empezaban a hacerle sombra, Lawrence sufrió un grave accidente durante un rodaje: un incendio provocado para la ficción que se les fue de las manos la obligó a permanecer en cama durante meses, acabó con su matrimonio y le dejó enormes secuelas psicológicas.

Su carrera en el cine, por supuesto, también se resintió, así que, con su segundo marido, invirtió en una línea de cosméticos y, con su madre, Lotta Lawrence, también inventora, patentó y comercializó un modelo de limpiaparabrisas.

Su segundo marido la abandonó por otra, lo intentó una tercera vez con un alcohólico maltratador y, claro, fue un desastre que por fortuna solo duró cinco meses.

En 1936 filmó su última película con la Metro por 75 dólares a la semana y comenzó a padecer una extraña enfermedad de los huesos.


Y final

En 1938, tres días después de Navidad, Lawrence se desayunó un batido de furmicida con jarabe para la tos. Dejó una nota que decía “Estoy cansada. Espero que esto funcione”. Y funcionó.


Lawrence fue entrerrada en una fosa que permaneció anónima hasta 1991, cuando, según unas fuentes, un actor británico desconocido y, según otras, Roddy McDowall, trasladó sus restos al Hollywood Forever Cemetery y le colocó una lápida con este epitafio: “Florence Lawrence, la primera estrella de cine”.

Noemí Pastor

viernes, 2 de diciembre de 2016

Elle





Elle es el último trabajo del director Paul Verhoeven.Es una película francesa de 2016 protagonizada por la inconmensurable Isabelle Huppert que toma como base una novela de Philippe Djian.

Aviso ahondaré en la trama sin desvelar desenlace,aunque para mi el thriller sirva de excusa para lanzar una mirada no sé si tan desdeñosa como la del director sobre la sociedad en la que vivimos,pero sí analítica y con la intención como siempre de lanzar preguntas a quienes por aquí pasen y lean.


"Elle" comienza con un asanto, Mitchelle (Isabelle Huppert) es asaltada en su propia casa y violentamente violada.Su reacción lejos de  buscar protección legal o policial, es del todo, insospechada: recoge todo,se lo cuenta a los más intimos y busca la manera de resarcirse por su cuenta.

Mitchelle encarna la viva imagen de una mujer fría,dura,independiente,por momentos,cruel con los de su entorno más próximo.Está separada y con un hijo joven que está emparejado y que pronto será padre.La relación de Mitchelle con su ex es correcta,mientras que con su madre es devastadora.


En esta película da la sensación de que nadie es capaz de amar de manera sana.Todos son egoístas,todos engañan o son engañados,todos se mueven por el ego descomunal.Hay contadas excepciones y tal vez en la película provienen de personajes secundarios o no tan relevantes.

Extrapolando este análisis a la sociedad burguesa a la que nos asomamos, en "Elle" todo es perverso,no hay amor incondicional,no hay desinterés ni pureza,todo está corrupto,como la sociedad misma,mermada por diferentes patologías de las que por supuesto,tampoco se escapa el sexo.

Es el deseo que se despierta en Mitchelle otro enigma con el que Verhoeven parece estar provocándonos ¿quien termina siendo verdugo y quien víctima?¿quíen en definitiva se convierte en el oscuro objeto de deseo del otro?


No veo feminismo por ningún lado,algunas voces han aclamado a Mitchelle como el ejemplo del empoderamiento femenino,no es ésa mi visión. Lejos de percibirla como un icono de la emancipación ante la sufrida agresión, creo que en ella también se despierta un viejo demonio que habitaba en ella desde niña a raiz del asalto y que está sospechosamente unido a la autodestruccción.

¿qué relación existe entre ese placer recien descubierto al sufrir una agresión sexual y el episodio traumático que vivió con su padre de pequeña cuando él acabó con la vida de muchos de sus vecinos en un momento de posible enajenación mental?


No es Mitchelle para mí un icono del feminismo porque ni se ama a sí misma,ni es capaz de amar a nadie y para mí una lectura feminista pasa no sólo por el empoderamiento desde la autoestima sino además desde la sororidad que aquí en esta satíra voraz por supuesto brilla por su ausencia,empezando por la tóxica relación que mantiene con su madre y el egoísmo galopante que practica con la que se supone es su mejor amiga a quien engaña desde hace meses.

No creo el mensaje del director fuera en esa dirección,sino más bien,y por supuesto conjeturo,en lanzar una mirada incisiva y puede que irónica de una sociedad  tan avanzada económica y culturamente como tóxica en la que el individuo está emocionalmente incapacitado.

Qué paradójico resulta que uno de los personajes menos dañinos sea la vecina,católica practicante,devota de las figuras de belén a tamaño natural....¿es ésto un toque de humor en un panorama desalentador?

Para mí Mitchelle es la representación directa de una sociedad enferma,es la francesa pero podría ser cualquier otro país de la cultura occidental, donde los vínculos sanguíneos significan poco o nada donde tampoco son vitales los vínculos afectivos no sanguíneos, y donde cubrir las insaciables necesidades del ego se convierte en el único interés del individuo, más solo y aislado que nunca.

Todo lo demás,en mi opinión,es una película excelente,que despertará polémica (misógina? feminista?) para mí, ni una cosa ni la otra, sino más bien,misántropa,desencantada con la humanidad en general,al menos en cuanto a sociedad moderna se refiere.





 Nadie como Isabelle Huppert para dar vida al personaje de Mitchelle,con ese aire francés distante y por momentos gélido.


Por otro lado, hay una excelente combinación de factores que se confabulan para hacer de ésta una película recomendable,además del trasfondo filosófico y provocador:

- el gato burgués......testigo impertérrito del asalto,como un esfinge,ve como el mundo se desmorona casi sin pestañear.

- el momento voyeaur.......ésa observando a su posible agresor.......desde la ventana......(¿la ventana indiscreta?) momento desconcertante de morboso deseo,desde la casa que ha sigo también testigo mudo del asalto y ahora se convierte en la torre de control desde la cual se dispone desde el anonimato de ese objeto de deseo que no es ni de lejos aceptable....
 

-  el desenlace,que a mi modo,no podía ser de otro modo.........ya que ella está ya encerrada en una espiral de la que dificilmente podría salir por sí misma.....sólo había que recordar su mirada perdida cuando su padre cometió esos atroces crímenes....



Excelente película con tantas lecturas o posibles interpretaciones como espectadores.En cualquier caso,cine poco convencional que levanta ampollas y pone el dedo en la llaga,ese cine incómodo y perturbador cada vez más necesario sobre una Europa por momentos demasiado condescenciente consigo misma,pobre en valores y carente de brújula ética o moral.


Buen fin de semana

Troyana