De ilustre familia vascofrancesa, Harry d'Arrast trabajó en Hollywood con Chaplin, dirigió ocho películas, se enemistó con todos los productores de la época y se retiró a su castillo francés como un noble arruinado. Os cuento su historia.
Casi un aristócrata
Su nombre completo era Henri d'Abbadie d'Arrast, pero lo acortó y americanizó para ser Harry d'Arrast. Nació en una familia ilustre del País Vasco francés. Su tío abuelo, Antoine d'Abbadie, fue presidente de la Academia de Ciencias de París y a tal institución legó su castillo, el Chateau Abbadie, todavía en pie en Hendaya. Su abuelo, Jean Charles d'Abbadie, compró el castillo de Etxauz, también en pie hoy en día en Saint-Etienne de Baigorri, muy cerca de Biarriz. El castillo es hoy un hotel que muestra orgulloso las habitaciones en las que durmieron ilustres huéspedes del Hollywood de los años veinte y treinta.
El castillo de Etxauz, hoy hotel
El padre de Harry, Arnaud Michel d'Abbadie, ingeniero, se casó con la dama inglesa Katherine Taylor y se trasladó a vivir a Argentina. Allí, en Buenos Aires, en 1897, nació nuestro hombre.
Ya hecho un muchacho, estudió arquitectura en París y en Inglaterra. Combatió en la Primera Guerra Mundial, lo hirieron y lo condecoraron.
Regresó luego a París y allí conoció al director americano George Fitzmaurice, quien le habló del floreciente negocio del cine en California. Harry se lió la manta a la cabeza y dejó Europa.
Harry goes to Hollywood
Nada más llegar a Hollywood trabó contacto con lo más selecto. La primera oportunidad se la dio Gloria Swanson, así que comenzó a trabajar en dos películas de la diva dirigidas por San Wood: como asesor en The Impossible Mrs. Bellew (1922) y como actor de reparto en My American Wife (1923).
Luego Harry trabó amistad nada más y nada menos que con Charlie Chaplin. Cuenta Cabrera Infante que Chaplin, que era “un vulgar cockney de Londres” (lo dice Cabrera Infante, no yo) y no había visto a un aristócrata vascofrancés en su vida, se entusiasmó con Harry y lo contrató como asesor técnico en Una mujer de París, “para que alguien le dijera cuál era la diferencia entre un tenedor y un cuchillo de pescado”. Harry también fue ayudante de dirección en La quimera del oro y colaboró con Chaplin en otras dos pelis más.
D'Arrast y Chaplin en el rodaje de La quimera del oro
Después de esto, se lanzó a dirigir. Su carrera como director fue breve (de 1927 a 1934) y tormentosa, pero suficiente para filmar unas cuantas películas. La primera fue Service for Ladies (1927) y luego vino A Gentleman of Paris (1927), que puede considerarse una secuela de Una mujer de París, de Chaplin, pues, además, estaba protagonizada también por Adolphe Menjou. Luego filmó Serenade (1927), también con Menjou, y The Magnificent Flirt (1928). A continuación vino su primera sonora, Dry Martini (1928), con Mary Astor, y luego Raffles (1930).
Su obra maestra fue Laughter (1930), que Cabrera Infante define como “la primera comedia loca americana” y todo el mundo equipara con lo mejor de Ernst Lubitsh. Es un film, protagonizado por Nancy Carroll y Fredric March, lleno de encanto y elegancia, cinismo y sofisticación, con un inteligente guion y una perfecta puesta en escena.
Lo último que rodó en Hollywood fue Topaze (1933), con John Barrymore y Myrna Loy.
¡Ese carácter!
Las peculiaridades de su familia le dieron a Harry un carácter especial. Venía de un entorno distinguido, de una cultura anglosajona, sabía idiomas, estudió arquitectura… Era un tipo encantador, pero muy orgulloso, mordaz e irascible, y no consiguió jamás llevarse bien con los productores.
Fue sonada, por ejemplo, su enemistad con Chaplin, hasta el punto de que este lo borró de los títulos de crédito de la nueva versión de La quimera del oro en 1942.
Algo parecido le sucedió con Raffles en 1930: después de rodar gran parte de la peli, se enfrentó con Samuel Goldwyn y este sustituyó a Harry por su viejo amigo George Fitzmaurice.
Después de filmar Laughter se enemistó también con Irving Thalberg y se tuvo que retirar durante una temporada a su castillo de Etxauz. Regresó a Hollywood, comenzó a dirigir una nueva peli y se peleó también con Joe Shenck, quien le obligó a abandonar el proyecto.
Con el productor de Topaze, David Selznick, parece que también tuvo algún enfrentamiento el bueno de D’Arrast.
A España, a Francia y a Montecarlo
Como en Hollywood, al parecer, ya no lo soportaba nadie, marchó a España. Para entonces D’Arrast ya estaba emparejado con Eleanor Boardman, prestigiosa actriz que anteriormente había trabajado y matrimoniado con King Vidor.
Harry con Eleanor Boardman
En España él dirigió y ella protagonizó La traviesa molinera (1934), adaptación de El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón.
La película fue un fiasco y Harry, tras intentar frustradamente volver a Hollywood, se retiró a su castillo francés, desde donde se trasladaba a menudo a Montecarlo, a cultivar otra de sus pasiones: el juego. Con su carrera, acabó también su matrimonio con Boardman.
Harry murió en Montecarlo, como los nobles decadentes, completamente olvidado, mientras ardía París, en 1968. Está enterrado, sin embargo, en Etxauz, en el cementerio del pueblo, donde se puede visitar su tumba familiar.
Y con esta entrada un poco triste, se despide y os desea feliz año vuestra amiga
Noemí Pastor
16 comentarios:
Noemí,
interesante entrada de un personaje caído en el olvido.No sé por qué me ha dado la impresión de que has visitado el castillo y su tumba,¿me equivoco?
Por otro lado,ahora que termino de ver la mini-serie"Downton Abbey",creo que me hago una idea del carácter de este aristócrata vasco-francés que tanto tuvo que chocar con las costumbres y en general el "carácter" americano.
saludos!
Pues sí, TROYANA, siento mucho decirte que te equivocas. He pasado por allí varias veces, pero no me he detenido a visitar la tumba, porque tengo la mitomanía supercontrolada. Pero prometo darle rienda suelta y hacer una visita y una fotito cuando vuelva por esos territorios franceses que recomiendo a todo el mundo.
Creo que soy la única persona en el mundo que todavía no ha visto "Downton Abbey". ¡Pero qué mala vida llevo últimamente!
Ya tengo otro buen propósito para el año nuevo. Un besazo, Troyana.
Ah, se me olvidaba. Al castillo-hotel le he echado un ojo por Internet y es de un kitsch inefable.
Más besos.
Noemí,
si al final,dejas un poco más descontrolada tu mitomanía,espero compartas con nosotras esas fotos.
Me extraña que no hayas visto "Downton Abbey" porque tu eres de las que confiesa públicamente disfrutar con la televisión ;). Te lo comento porque la están pasando por A3 pero ojo,van por la 2ª temporada.Si te suena"Arriba y abajo",ésta es del estilo.Como consecuencia de lo mucho que me ha gustado "Downton..." yo de tener ocasión,sí visitaría el castillo...
Ah! y si finalmente ves "Downton..."intuyo terminarás adorando al personaje de Violet,su fina ironía,no podría pasarte desapercibida;)
Bsts
Noemí,
Me estais haciendo descubrir a unos persojaes de los más interesantes y de los cuales no habia oido hablar jamás en la vida...
Yo como tu, no he visto Dowton Abbey, aunque me he leido la crónica de Troyana, y me ha cogido un subidon impresonante, que por cierto ya me estoy bajando para verla... por lo tanto ya le estoy poniendo remedio....
Magnífica entrada! y como yo sique soy mitómana, meaputo el castillo y el lugar para ir algun dia!!! jejejeje
Hala, ¡Qué bueno! Estoy preparando un estudio sobre Jean baptiste Elissanburu, que fue un escritor-poeta-bertsolari-militar labortano (saratarra) que ganó un puñado de premios literarios de la mano de los mecenas d'Abbadie (el tío de Henri d'Arrast d'Abbadie) Recuerdo que hace unos lustros echaron una retrospectiva fílmica de Harry d'Arrast en el zinemaldia. En cuanto al palacio-hotel de Biarritz, pues eso, muy al gusto kitsch de la belle epoque. Me alegro de este acierto de post, Noemí.
¿He dicho palacio de Biarritz? No, de Hendaia.Y el que premiaba juegos florales en euskara era el abuelo, el mismísimo Antoine D'Abbadie. Si es que estoy de un disperso...Urte berri on!
Claro que sí, que me encanta la tele, TROYANA, pero no lo puedo ver todo. ¡Qué más quisiera yo! A ver si, con el año nuevo, me reordeno la vida y hago cosas normales. Más besos.
Hola, BARGA. Bueno, menos mal que no soy la única que no ha visto "DA". La verdad es que todo el mundo habla bien de la serie. Por algo será.
Yo sí soy mitómana, lo que pasa es que siempre me lo he reprimido. Algún día algún psicoanalista me explicará por qué. Besos nocheviejeros.
Jolinas, Elissamburu, JULI. Creo que en su época tuve que leer el Piarres Adame, del cual no recuerdo nada. Sí recuerdo, en cambio, la retrospectiva del Zinemaldi y que se editó un libro sobre d'Arrast. Ahora no recuerdo escrito por quién. Buena suerte con Elissamburu. Ta urte berri on.
Muy curioso y desconocido para mi. Me ha encantado la entrada y los comentarios tan palaciegos. Para mi es importante descubrir estos nombres muchas veces medio olvidados. Parece que el cine siempre se asocia a los más conocidos y queda tanto por descubrir. Viva la curiosidad. Feliz 2012 a todas!!!!
Biquiños
Me alegro mucho, LU, de que la entrada te haya resultado novedosa e interesante. Para eso estamos en esto, ¿no? Para aprender y compartir lo que aprendemos, sabiendo que nunca lo sabremos todo. Venturoso año, amiga.
Menuda vida novelesca, y era totalmente desconocido para mí, lo de que le borraran de los títulos de crédito no sé ni cómo calificarlo.
Feliz año Noemí, sigo leyéndote pero tengo problemas para comentar por la verificación visual.
pd. Yo sí veo Downton Abbey, es un pelín culebrón en su segunda temporada, pero te hace volver a amar a Maggie Smith (si alguna vez no lo has hecho)
Hola, LOQUE. Parece ser que lo borró Chaplin. Nunca lo he confesado pero a mí Chaplin personalmente siempre me ha caído mal y como cineasta tampoco he llegado a entenderlo del todo, con excepciones, claro.
Picaré con "DA", lo juro.
Feliz año. Yo también sigo leyéndote, aunque la mala vida que llevo últimamente no me deja comentarlo todo. Besos.
Leí hace poco un libro sobre D'Arrast escrito por José Luis Borau (me costó mucho encontrarlo). La suya es una historia fascinante, más todavía por el hecho de que es una figura casi totalmente ignorada en la historia del cine (excepto por algunos críticos muy puntuales).
He conseguido algunas películas suyas, (pocas: la mayoría parecen estar perdidas) y todo parece indicar que era un cineasta particular, con un estilo propio.
Me ha gustado mucho la entrada y me ha sorprendido mucho encontrarla. Pensé que estas cosas me interesaban sólo a mí...
Hola, Pablo. Una de las muchas cosas buenas que tiene Internet es que te permite encontrar gente que se interesa por lo mismo que tú. Saludos y gracias por la visita. Vuelve.
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