viernes, 15 de noviembre de 2013

Jayne Mansfield 1967

Simon Liberati
Jayne Mansfield 1967
Éditions Grasset & Fasquelle 2011

 Según Mansfield, la palabra que mejor la definía era "crescendo".

Con esta cita comienza una novela que no parece una novela y a lo mejor ni siquiera lo es. Es uno de esos artefactos literarios (oh, dioses, ya escribo como mi antiguo profesor de crítica) pegados a la realidad que solo se llaman novela para evitar demandas judiciales; un género que a mí me fascina.


Las leyendas tienden a simplificarse 

La leyenda de Jayne Mansfield comenzó la noche del 29 de junio (día de san Pedro y san Pablo) de 1967, pues esa noche tuvo lugar el archiconocido accidente que, simplificado y adelgazado en sus detalles y engordado en morbo por las propias leyes de la leyenda y por lo que en su día publicó Kenneth Anger en Hollywood Babilonia, ha pasado a formar parte de la cultura popular, al lado de otros famosos supercastañazos en coche como el de James Dean, el de Grace Kelly o el de Diana de Gales.
 

El culto a la celebridad no es cosa de ayer por la tarde

Si no la primera, Mansfield sí fue una de las primeras celebrities en autopromocionarse. Dueña de una reputación pésima, despreciada y humillada por la profesión y la intelectualidad, construyó desde la nada, desde apenas cuatro películas flojísimas, una popularidad enorme y llegó a ser la actriz más fotografiada del mundo, empatada con Elizabeth Taylor. ¿A base de qué? Pues a base de decir sí a todo.

Aunque ya en 1960 la daban por acabada, Mansfield se prodigó en presentaciones, inauguraciones, desfiles, stripteases y bolos de todo tipo en Venezuela, Tailandia, Filipinas, Holanda... Allá donde hubiera una oferta y una mínima posibilidad de protagonizar un escándalo.

Varios meses antes de su muerte, visitó en Londres la Cámara de los Lords en compañía de un diputado tory; leyó un comunicado de paz en una mezquita de Vancouver; estuvo bailando hasta el amanecer con los guardaespaldas del presidente Barrientos Ortuño en Bolivia; perdió un baúl con su ropa en Caracas y un cofre con sus joyas en Wiesbaden; provocó alborotos en decenas de aeropuertos; la expulsaron por conducta indecente de dos festivales de cine; la expulsaron incluso del hospital en el que estaba ingresado su hijo pequeño, porque había ingerido LSD y se paseaba desnuda por los pasillos.
 (La traducción y la adaptación son mías)
Su muerte, por supuesto, no hizo sino agrandar su celebridad. Si alguien cree que el culto morboso empezó con Sálvame, debe saber que el Buick con el que se estrelló Mansfield fue adquirido por un feriante que lo exhibió de pueblo en pueblo en una barraca pomposamente bautizada Tragedia en el Museo de Historia de los Estados Unidos.


Mansfield en la posteridad

La huella de Mansfield en la posteridad puede rastrearse en todo un universo extraño que va desde Federico Fellini (Tobby Dammit 1968) a Rachel Welch, pasando por un parachoques de acero que se obligó a instalar en la parte trasera de los camiones y que se llamó la barra Mansfield.

Pero quizás el mejor homenaje, el supremo, el convertirse en ella, se lo brindó el actor Harris Glenn Milstead, más conocido como Divine. Os dejo, pues, con Divine y "You think you're a man", para que bailéis un poco.



Noemí Pastor

10 comentarios:

Juli Gan dijo...

Pore Jayne. Recuerdo haber leído el Hollywood Babilonia de Kenneth Anger. (Aunque no supera el mal rollo de la muerte de María Montez)Dicen de Mansfield que, a pesar de tener fama de rubia tonta y desccocada, lejos de eso, tenía una inteligencia superior a la común y que dominaba varios idiomas. Un@ debe ganarse los garbanzos como sea, y eso es lo que hacía la Mansfield. Buen post sobre personajes del cine de todos los tiempos. :)

Peke dijo...

No conozco mucho sobre esta actriz, sólo que en su época se consideraba a Marilyn como una especie de secuela o imitadora de Jane. Cuando tuve un poquito más de razón, me di cuenta de que no había color, pues me parecía -desde mi ignorancia- que la primera actuaba y la segunda sólo posaba. Sería interesante leer el libro.

Noemí Pastor dijo...

Hola, Juli. Este libro cuenta que Kenneth Anger era satanista y tenía una secta en la que "militaba" la propia Mansfield. Cuenta Liberati que Anger inventó o al menos propagó el falso mito de la decapitación de Mansfield, que no sucedió en realidad: en la misma Red hay fotos que muestran el cadáver enterito. Me disgusta un poco esto, la verdad.
Hay otro mito que querría desmontar yo: el de la inteligencia superior. Liberati lo corrobora, pero a mí me parece sumamente sospechoso que las dos rubias más neumáticas de Hollywood (incluyo a Monroe, por supuesto) fueran superdotadas. Me suena a leyenda urbana o a fabulación de departamento de publicidad de estudio de cine. Un beso, Juli.

Noemí Pastor dijo...

Hola, Peke. Mansfield y Monroe siempre han ido asociadas por imagen, leyenda, muerte prematura y morbosa, etc. Está claro que Monroe era más actriz o al menos tuvo más oportunidades para demostrar su talento. El libro es delicioso, se lee en un pispás y repasa con mucho acierto una época crítica de Hollywood. Bicos, maestra.

TRoyaNa dijo...

Muy interesante lo que nos cuentas de Jayne Mansfield y genial interpretación la de Divine,la letra de la canción,no tiene desperdicio;)

Noemí Pastor dijo...

Hola, Troyana. Repito que el libro se lee muy a gusto y con gran interés. Y Divine nunca falla. Probablemente se podrían acabar todos los posts con un vídeo de Divine.

loquemeahorro dijo...

Creo que he visto tres pelis "de" Jayne Mansfield, la más famosa y presitigiosa creo que es "Bésalas por mí" (aunque más bien sería "Bésalos por mí") la vi hace muy poco y me sorprendió que es una secundaria muy-muy secundaria.

Yo también tengo Hollywood Babilonia (incluso ha sobrevivido a las grandes limpias de libros de mi casa) y creía a pies juntillas lo de la decapitación.

Gracias por la aclaración, porque francamente es una imagen muy macabra que no podía quitarme de la cabeza (y nunca mejor dicho)

Noemí Pastor dijo...

Hola, Loque. Pues yo, películas de Mansfield no sé si he visto una o ninguna.
A ver si hojeo el libro, encuentro el trocito dedicado a la decapitación y lo copio o lo resumo.
Yo también tengo de siempre el libro de Anger y, como buena mitómana, lo he releído con morbo, pero siempre me ha disgustado su tono. Ahora que sé que era líder de una secta satánica he empezado a entender algo. Besos, sister.

Manderly dijo...

Aunque en su momento tuvo bastante éxito (con sus películas) e incluso obtuvo algunos premios por ello, lo cierto es que la mayoría no recordamos ninguna de sus películas. Yo no conozco ninguno de sus títulos (quizás en EEUU sea más popular por su trabajo).
Como dices, el una 'leyenda' no un 'mito' que en su día supo hacerse notar gracias más a su físico que a otra cosa. Y con ese final que tuvo, 'crearon' la leyenda. De no haber sido así ¿se acordaría alguien de ella?
Saludos.

Noemí Pastor dijo...

Hola, Manderley. Parece ser que en vida Mansfield también fue muy popular; por su físico explosivo, como bien dices, pero también por su capacidad de escandalizar y por su omnipresencia mediática. Se me ocurre preguntarme: si Manfield tuviera hoy treinta años, ¿quién o como quién sería?
¿Alguien se atreve a hacer comparaciones?
Besos, Manderley.