Ya que el atentado
de Carrero Blanco vuelve a estar de moda de una manera inconcebible,
cuarenta y tres años después de su asesinato, no he podido resistir
la tentación de hablar de esta película de seis años más tarde,
1979, en el que narran la preparación del golpe.
Se trata de la obra
filmada por Gillo Pontecorvo, un combativo director de cine italiano,
bregado en la lucha antifascista de su juventud. Esta película, que
cosechó el premio David de Donatello a la mejor dirección en el
festival de Venecia de 1979, aunque se estrenó en España en 1980,
no fue pasada por la tele pública hasta hace unos pocos años, bien
entrado el siglo XXI. Aún había reparos a proyectarla a los
españoles que ven la tele, por la existencia de ETA, decían,
aunque cabe la posibilidad de que se debiera a que aún, en las
sombras, no se tolere aquel golpe. Así nos vemos hoy, viendo cómo a
jóvenes nacidos en la democracia se les quiere emplumar penalmente
por chistes viejos, e incluso publicados por humoristas ya fallecidos
como Tip y Coll.
Antes de meternos en
harina, recuerdo a nuestros amados lectores, que voy a hablar
estrictamente de la película, y, que, por tanto, me abstendré de
elucubraciones, nacidas con el paso de los años, sobre
colaboraciones de terceros servicios secretos que sí salen, por
ejemplo, en la serie televisiva de hace unos pocos años, que no
alcanzó ni la sombra de la película que hoy nos ocupa, ni pudo
mejorar, ¿Cómo?, el excelente trabajo del maestro maquetista Emilio
Ruíz del Río, que ha servido a lo largo de los años para ilustrar
aquél momento tan importante del fin del franquismo en documentales
bienquedas y revisionistas tipo los de Victoria Prego.
Sinopsis:
La peli comienza
mostrándonos la Bilbao industrial de 1978, cinco años después del
atentado. Amaiur (Ángela Molina) va en busca de Txabi (Eusebio
Poncela). Aunque aún se quieren, las diferencias ideológicas los
han distanciado. Amaiur, una vez vuelta la democracia, abandona ETA,
Txabi aún sigue en ella.
Los flashbacks nos
muestran la represión ideológica sufrida desde la infancia por la
que pasa Txabi que lucha contra esta metiéndose en ETA. En una
asamblea de la banda se decide enviar un comando a Madrid para
secuestrar al almirante Carrero Blanco y así canjearlo por un montón
de presos antifranquistas.
Cuatro miembros de
la organización viajan a Madrid con el propósito de preparar el
secuestro. Izarra (Gian Maria Volonté), Iker (José Sacristán),
Luken (Saverio Marconi) y el propio Txabi se trasladan a a capital a
prepararlo todo.
El Komando Txikia
El Komando Txikia
Observan que el
almirante Carrero Blanco acude diariamente a misa de nueve a la
iglesia de los jesuitas en el barrio de Salamanca. El golpe parece
fácil porque no hay demasiados guardaespaldas y encuentran un
comercio donde retener al rehén.
El problema surge
cuando a Carrero Blanco lo nombran presidente del gobierno. Ya no es
tan fácil cometer el secuestro. Entonces se decide atentar contra su
vida. El comando alquila un bajo en la calle Claudio Coello y, con la
excusa de que el alquilado es un escultor, practican un túnel desde
el bajo hasta el centro de la calle para que, el día conveniente,
detonen los explosivos al paso del coche oficial del nuevo presidente
del gobierno.
Montando el cable detonador
Montando el cable detonador
Material de trabajo:
El guión de
Pontecorvo, Ugo Pirro y Giorgio Arlorio parte del libro publicado por
Julen Aguirre (Seudónimo de la escritora catalana Eva Forest). Este
libro es una larga entrevista realizada a los miembros del comando
que cuentan en sus páginas los detalles del golpe, contrariedades
que surgieron y varias anécdotas aledañas. El guión está basado
en el libro, pero no deja de ser un ejercicio cinematográfico
totalmente libre, ya que le dota de un dramatismo extra. Nos cuenta
el difícil amor de Txabi y Amaiur y los enfrentamientos ideológicos
de Izarra y Txabi.
Amor roto por la distancia ideológica
Amor roto por la distancia ideológica
El personaje de
Txabi es inconformista, no cree que con la venida de la democracia
haya cambiado nada y sigue dentro de la organización. También cree
que la lucha vasca y la lucha obrera tiene el mismo fin y que son
complementarias. Tanto Amaiur como Izarra, con la venida de la
democracia, abandonan la lucha armada y se integran en la lucha
estrictamente política.
Denuncia social, Raúl Freire detenido por los grises.
Denuncia social, Raúl Freire detenido por los grises.
Cine político del
postfranquismo:
En una ocasión
anterior, hablando del cine político de la transición, hablé deque muy poco después de la muerte del dictador aún se hicieronalgunas películas como la de “el caso Almería”, “la fuga deSegovia” o “siete días de enero”. En el caso que nos ocupa,
además, se da el hecho de que la película está escrita y dirigida
por italianos. No es de extrañar, ya que quienes primero estudiaron
el tema de ETA, de una manera totalmente académica, fueron
italianos.
A finales de los 70
aún era posible hablar de ETA de una manera más libre que en los
años 80 y 90. En las décadas posteriores hacerlo suponía dolor y,
cuando no, una censura férrea por parte de las autoridades. No
olvidemos que esta misma película, como ya he dicho, no se proyectó
en la tele por decisión de las autoridades porque suponía mostrar
un rostro humano de ETA. Humano, dentro de lo que cabe, claro.
Efectos especiales:
Como he mencionado
con anterioridad, el trabajo espléndido de Emilio Ruíz del Río se
convirtió en una escena colosal. La escena de la voladura del auto
ha servido para ilustrar documentales en incontables ocasiones. La
preparación fue exquisita. Se realizó a escala una réplica de la
calle Claudio Coello y se acudió a incontables jugueterías para
adquirir coches de la época que aparcar a los lados. Compró tres
Dodges negros para filmar la escena de la explosión. Sólo usó uno
porque salió a la primera. A Emilio Ruíz del Río en Hollywood lo
llamaban “el mago”. Trabajó con grandes directores en EEUU. Uno
de sus últimos trabajos fue “El laberinto del Fauno”. Pero, en
la película que nos ocupa hoy, este vídeo muestra su gran trabajo.
Gillo Pontecorvo:
El director italiano
siempre demostró una sensibilidad especial por denunciar la
opresión. Bien joven ingresó en el partido comunista italiano, en
pleno fascismo mussoliniano. Luchó como partisano contra los nazis.
Abandonó el partido comunista cuando la URSS invadió Hungría,
aunque nunca dejó de ser marxista.
De su filmografía,
aparte de esta película que habla de la lucha antifranquista, cabe
destacar “la batalla de Argel”, sobre la lucha anticolonial de
los argelinos contra Francia; “Kapò”, sobre los campos de
concentración nazis; o “Queimada” sobre el esclavismo en el
Caribe y la imposición colonial.
Por último, añadir que la música corre a cargo del ilustre Ennio Morricone.
Por último, añadir que la música corre a cargo del ilustre Ennio Morricone.
Ficha Técnica:
Operación ogro.
Año: 1979.
Duración: 100 min.
Color. España-Italia.
Dirección: Gillo
Pontecorvo
Guión: Gillo
Pontecorvo, Ugo Pirro, Giorgio Arlorio, basado en el libro “Operación
ogro” de Julen Aguirre.
Música: Ennio
Morricone
Equipo artístico:
Txabi.................................Eusebio
Poncela
Izarra.................................Gian
Maria Volonté
Amaiur..............................Ángela
Molina
Iker....................................José
Sacristán
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