viernes, 8 de enero de 2021

Muerte en Venecia

 

Basada en la novela de Thomas Man, "Muerte en Venecia " es una película de 1971 de Luchino Visconti.

La vi hace años y he vuelto a recuperarla ahora, llevándome una grata sorpresa, otra vez.

Interpretada por Dirk Bogarde, Björn Andrésen y Silvana Mangano ,ambientada a principios de siglo XX, nos cuenta la historia de un compositor alemán cuya última obra ha fracasado y que decide pasar el verano en Venecia.

Es curioso pero en ese momento en la película Venecia está asolada por una pandemia, dato que me resultó irrelevante la primera vez que la vi, y  por razones obvias, ahora me parece como poco casual, dada la situación de pandemia que vivimos en la actualidad.


Más allá de este paralelismo, el epicentro de historia es la fascinación que el compositor Von Aschenbach se verá impactado por Tadzio, un joven andrógino que le hará plantearse su creencia de la belleza absoluta solo es asequible mediante el intelecto. 


En plena crisis creativa, Von Aschenbach ,parece viajar a Italia ,en concreto a la ciudad de los canales en busca de inspiración, pero lejos de resultar un viaje fecundo a nivel literario o musical, resulta ser un viaje iniciático que le conducirá de forma inexorable en cierta manera a la plenitud, al culmen de la belleza en la recta final a una Ítaca ficticia que tal vez nunca hubiera llegado a imaginar.




Visconti incurre  en los temas centrales también en la obra de Thoman Man: las dualidades entre la esperanza y la muerte, la juventud y la vejez, el amor y la muerte, la inteligencia y la pasión, la muerte creadora y la vida instintiva.

 Todas esas luchas de contarios subyacen en el declive de Von Aschenbach, al que la cámara acompaña en un la búsqueda incesante de Tadzio, como un ideal que sabe inalcanzable, al igual que su juventud ya no regresará jamás.


Es casi predictivo que tras las conversaciones filosóficas con su amigo Alfred, Von Aschenbach sea víctima del caprichoso destino con la irrupción de Tadzio para poner a prueba el dominio de la razón sobre la pasión .El miedo a sus propias emociones se ve en cada encuentro con Tadzio, en su mirada, en el pánico que también le despierta la oscura situación de la peste en la ciudad, una amenaza que las autoridades intentan ocultar a fin de no espantar el turismo.


Es casi onírica la escena de la playa, con Tadzio señalando un horizonte que bien podría ser la eternidad, esa última visión que conduce al infierno o al paraíso, una imagen imborrable completamente deslumbrante bañada por la luz del sol.

Esta escena con la sinfonía  5 de Mahler, es probablemente la escena más bella de toda la película.

Si no habéis visto la película, siempre es un buen momento para rescatar un clásico.Si la visteis, no os privéis de dejar aquí vuestras impresiones.

Feliz fin de semana

Troyana

2 comentarios:

ricard dijo...

Aunque tuvo mejor valoración crítica en el momento de su estreno, creo que continua siendo uno de los títulos fundamentales de uno de los mejores directores de todos los tiempos.

Saludos.

TRoyaNa dijo...

Muy de acuerdo, Ricard.
Hay películas que se convierten con el paso de los años en esenciales y para mí este título es una de ellas. En realidad los temas que aborda son atemporales, porque la pasión, la vejez, el amor platónico e inalcanzable, la belleza son claves en la existencia.
A mí la película me gusta mucho la verdad y el final, lo encuentro, sencillamente sublime.
Saludos!!!