viernes, 13 de febrero de 2015

Descalzos por el parque

-En este mundo hay los que miran y los que actúan, y los que miran se sientan a mirar lo que hacen los activos. Esta noche tú has mirado y yo he actuado.
-Y fue más penoso mirar lo que tú hacías que para ti hacer lo que yo miraba.

"Descalzos por el parque" Gene Saks
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Hoy os traigo una comedia romántica muy oportuna, no sólo porque mañana sea San Valentín, si no porque además la acción transcurre durante el mes de febrero.

Jane Fonda es una joven divertida y algo inmadura que se acaba de casar con Robert Redford, un abogado serio e irónico. Su matrimonio empieza estupendamente con una luna de miel en un lujoso hotel de Nueva York, sin embargo las cosas se torcerán cuando llegan a su nidito de amor, que resulta ser un pisucho minúsculo repleto de averías situado en un quinto sin ascensor (en el doblaje francés lo cambiaron por un noveno ya que en esa época los quintos sin ascensor eran muy comunes en Francia y no les hubiera hecho gracia el suplicio que le suponía a los personajes subir las escaleras). 

A todo esto hay que añadir la aparición de su vecino de arriba, un dandy sesentón que les enseñará exóticas comidas y peculiares antros donde la pareja descubrirá que no tienen nada en común. Así, el matrimonio caerá en una crisis avocada al divorcio, sin embargo la cosa acabará bien, porque es una película (y digo esto porque el filme está basado en el primer matrimonio de Neil Simon, el escritor de la obra, que sí acabó realmente en divorcio).


Tras cosechar un tremendo éxito en Broadway, "Descalzos por el parque" fue llevada a la gran pantalla manteniendo a Robert Redford (cuya carrera cinematográfica estaba por despegar) y a Mildred Natwick (que fue nominada al Oscar como la madre de Jane Fonda), quienes ya habían trabajado en la obra teatral. Por desgracia para Elizabeth Ashley (pareja de Redford en Broadway) Paramount quería a una actriz famosa para protagonizar la película e inmediatamente pensaron en Natalie Wood. Y seguro que también hubiese bordado el papel, pero Wood estaba de año sabático, así que, tras pensar en Sandra Dee, Geraldine Chaplin o Nancy Sinatra, eligieron a Jane Fonda, que ya era bien conocida para el público (aunque aún faltaban dos años para que la conocieran cachito a cachito en "Barbarella").

Cuando me puse por primera vez "Descalzos por el parque" no sabía si me iba a convencer. La premisa era muy interesante y los actores me gustan bastante, pero ya me había llevado algún chasco con otras comedias de la época tan aclamadas como "Desayuno con diamantes" o "El apartamento" (sí, no me mola "El apartamento", prefiero mil veces "Irma la dulce"). No obstante, a poco que escuché a la pareja interactuando me di cuenta de que iba a gustarme.

Al contrario de lo que sucede con "Desayuno con diamantes" las situaciones, personajes y diálogos de "Descalzos por el parque" son completamente actuales pese a estar en los años sesenta de tal manera que la obra podría ambientarse en nuestros días cambiando tan solo el paisaje, el vestuario y el peinado de las mujeres.

Y es que hoy en día seguimos viviendo las mismas calamidades que los protas de la peli, o sea, pisos sin ascensor, habitaciones minúsculas, vecinos extraños, madres cotillas... y también podemos toparnos con tipos estirados y mujeres espontaneas que pese a su evidente incompatibilidad se casan, discuten, se reproducen y mueren.

En este apartado hay que decir que los dos protagonistas están soberbios, ambos jóvenes y esplendorosos (soy mujer y heterosexual, pero aún así debo decir que el culo de Jane Fonda, cuya blusa está calculadamente metida por dentro, resulta hipnótico), y además los secundarios, Charles Boyer (también estupendo, así como la habilidad de sacarle de escena justo antes de que resulte cansino) y Mildred Natwick son los complementos perfectos para la pareja.

Así, recomiendo "Descalzos por el parque" como una comedia romántica ágil, ingeniosa y divertida (os vais a reír de verdad) con el encanto de los sesenta y de Nueva York por la que no han pasado sus casi 50 años.



Doctora

8 comentarios:

TRoyaNa dijo...

Doctora,
la revisé recientemente y no me entusiasmó.
Me pareció,contrariamente a lo que expones,que la película no había envejecido bien,todo demasiado bien intencionado y convencional,especialmente el final previsible y caramelizado.

Prefiero sin duda "Desayuno con diamantes" o "El apartamento".
La primera porque aunque tenga un happy-end Audrey allí está maravillosa,y sus problemas para el compromiso,me parecen sin duda plenamente vigentes,la segunda porque Jack Lemmon está soberbio y ese final con Shirley MacLaine huyendo de la fiesta de nochevieja para jugar a las cartas con el humilde de Baxter,contra todo pronóstico,sencillamente no tiene precio.
Pero bueno,ya sabes, para gustos,los colores...

Tarambana dijo...

Las películas "antiguas" como las que sueles comentar por aquí tienen encanto. Suelen gustarme, seguramente porque la mayor parte de las veces son agradables, sencillas y divertidas.

No me suena haber visto "Descalzos por el parque", pero la apunto y la veré.

Por cierto, gran crítica. Siempre comentas curiosidades sobre los actores o el rodaje que están muy bien.

lola dijo...

Hola, he visto un par de veces Descalzos por el parque y aunque no es que me entusiasme mucho reconozco que es agradable de ver. Además Robert Redford es ahí un verdadero bombón.
Saludos y buen fin de semana.

Manderly dijo...

Muy divertida!!! Y menuda pareja!!! Creo que forman un buen dúo!! No me canso de verla y siempre me río un montón!!
Quiero recordar (podría decir todas) las escenas de Mildred Natwick. Todas geniales!!!
Y como bien dices, es un tema que más o menos continúa igual que entonces.
Saludos.

loquemeahorro dijo...

Me gustó cuando la vi, hace muchos años, pero tengo la extraña idea de que si la viera ahora, me decepcionaría, aunque después de tu entrada, quizá le dé otra oportunidad.

Qué pena que no actuara Natalie Wood, no solo es una de mis actrices favoritas de siempre, sino que hacía una magnífica pareja con Redford, como demostraron en Propiedad Condenada.

pd. Yo viví en un cuarto y un quinto sin ascensor cuando era jovezna y no me agotaba tanto comos los protagonistas de esta peli que también eran veinteañeros, así que entiendo lo de los franceses.

Doctora dijo...

TROYANA: El apartamento siempre me ha parecido muy sosa, más romántica que comedia en sí. Y Desayuno con diamantes es que no sé ni en qué género ubicarla... romántica supongo... y llevar esa peli a nuestros días me parece imposible. Descalzos por el parque se sigue representando.
Sea como sea, para gustos... :)

TARAMBANA: Bueno, también hacían películas más duras y complejas, pero es cierto que en cuanto a las comedias era todo más ligero y familiar que hoy en día.
Me alegro de que te gusten los post, intento que queden interesantes aunque no se haya visto la peli :)

LOLA: Para mí lo bueno que tiene la peli es que justo cuando una escena se empieza a hacer pesada acaba, eso es importante.
Robert Redford estaba aquí en su mejor momento, sí.

MANDERLY: Al principio me decepcionó un poco el personaje de Mildred Natwick, porque pensaba que sería más borde y puntillosa, pero luego es verdad que se hace querer.
Es una peli muy simpática :)

LO QUE ME AHORRO: A mí Jane Fonda me cae simpática, creo además que encaja muy bien en el personaje, pero Natalie Wood era una opción estupenda.
Yo llevo toda la vida en un 4º sin ascensor. Lo malo que tenía el piso de la peli es que además de las escaleras había que recorrer un pasillo entre tramo y tramo.

Vigo dijo...

Es una comedia aparentemente muy simple pero muy resultona. Yo al menos la recuerdo de "pe a pa" y eso significa que algo de poso deja. Creo que muchos matrimonios maduros estarían de acuerdo en la afirmación de que eran más felices cuando eran jóvenes y no tenían casi nada que ahora que ya son más mayores y tienene pasta (o será algún tipo de "sesgo cognitivo" que dice que "cualquier tiempo pasado fue mejor).

Curioso el cambio de actriz respecto la versión teatral... Jane Fonda lo hace muy bien, pero me solidarizo con la cara que se le debió de poner a la actriz teatral cuando ve que se va a rodar una película donde han cogido a tus compañeros de reparto y a tí te dejan fuera del proyecto.

Doctora dijo...

VIGO: Al final la moraleja de la peli sería que si hay amor da igual donde se viva.
Lo de la actriz de la obra teatral sí es triste, pero ya se sabe cómo funciona esto. Además, hay que pensar que Robert Redford no era famoso, si lo hubiera sido quizá sí hubieran arriesgado con una actriz desconocida, pero es lógico que quisieran al menos una estrella en la pareja.