viernes, 22 de mayo de 2020

Charada


No se puede estar más elegante
El otro día pusieron Charada en la 2. Hacía tiempo que no veía una película en la tele porque, o no me van bien los horarios, o no soporto los anuncios. Al ser la 2 no había anuncios, lo que me animó a quedarme. Por supuesto, la había visto más de una vez antes, pero es de esas pelis que se pueden repetir. Escribí una vez en este blog una entrada que se llamaba “yo quería ser Lauren Bacall”, pero, para decir la verdad, siempre tuve el corazón partido entre ser Lauren Bacall y ser Audrey Hepburn. Y, desde luego, necesito el guardarropa de Audrey en casi todas las películas.
Charada es una película amable que mezcla una trama romántica y una de intriga. Aunque hay varios muertos, estos parecen atrezo; te da lo mismo que haya dos que diez, total, todos son malos…
Esos sombreros pill box...

El argumento, por si queda alguien sin verla, es el siguiente: Audrey es Regina, una mujer rica que durante unas vacaciones en una estación de esquí decide divorciarse porque no está enamorada de su marido. En esas mismas vacaciones conoce a un hombre atractivo (Cary Grant) que parece interesarle. Al volver a París se encuentra su apartamento vacío. El marido ha huido llevándoselo todo. El desconocido atractivo aparece y se ofrece a acompañarla a un hotel.
Hay que ser guapa para
 soportar la pañoleta
Al día siguiente, Regina se entera de que su marido ha sido asesinado y un agente de la CIA (Walter Matthau) le cuenta que su marido formaba parte de una banda y estaba implicado en un robo durante la Segunda Guerra Mundial. El motivo de su asesinato es que se había quedado la parte del botín de sus compinches. Estos están empeñados en recuperarlo y la CIA pretende impedirlo. El agente le dice que el dinero debe estar en su poder, aunque ella no lo sepa, y que corre peligro. Ahí comienzan las aventuras: los de la banda, empeñados en conseguir el dinero; el misterioso desconocido miente más que habla y cada día se presenta con un nombre nuevo; Audrey, vestida de Givenchy, huye por París al ritmo de música de Henry Mancini. Por supuesto, todo acaba bien, como debe ser.
¿Por qué no tengo este abrigo?

La película está dirigida por Stanley Donen, director de películas tan famosas como Un día en Nueva York, Cantando bajo la Lluvia, Siete novias para siete hermanos (esa siempre la ponían las monjas de mi colegio) o Dos en la carretera (esta ganó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián en 1967).
Cary Grant es Cary Grant, no seré yo quien diga nada en su contra, pero ¿no había alguien con una edad más apropiada para el papel? Vale que estamos acostumbrados a que en el cine (y en la vida) los hombres puedan ser mucho mayores que sus parejas, pero a mí me chirría un poco la diferencia. Que conste que el propio Cary Grant no lo veía claro. Ya había renunciado al papel protagonista de Vacaciones en Roma porque le parecía que había mucha diferencia de edad y sugirió algunos cambios en el guion de Charada que reforzaran el personaje de Audrey Hepburn.
...Ni este apartamento.

¿Qué decir de Audrey Hepburn? Pues, como siempre, está encantadora, guapísima y el vestuario es para morir de emoción. Es todo de Givenchy, y destacan sobre todo los abrigos, trajes de chaqueta y sombreros tipo Jackie Kennedy. Incluso con atuendos tan poco favorecedores como un pañuelo en la cabeza atado a la barbilla, está divina. Por lo visto, en determinado momento de su carrera, Audrey Hepburn exigía que el contrato de sus películas incluyera que el vestuario estaría a cargo de este modisto. No me extraña, a mí alguien me hace un vestido como el del principio de Desayuno con diamantes y no me separó de él en la vida. De momento seguiré con Amancio, pero no descarto tener algún día diseñador de cabecera.
París es otro punto de atracción: desde el maravilloso apartamento vacío del inicio, hasta la persecución por el metro, pasando por el recorrido en el bateau mouche. Es una ciudad muy fotogénica y te dan ganas de visitarla viendo la película. Sobre todo, con esa banda sonora de Henry Mancini. Estuvo nominada al Óscar, pero no lo gano. Es probable que el hecho de llevar tres años seguidos obteniendo el galardón tuviera algo que ver…
Cuando se fumaba en las pelis

He leído en Wikipedia que existe otra versión de esta película que se llama La verdad sobre Charlie y que se estrenó en 2002. No me sonaba de nada y me ha parecido atrevido hacer una versión de Charada. Las comparaciones, ya se sabe. De todas formas, la dirigió Jonhatan Demme que es el director de Philadelphia y de El silencio de los corderos, o sea, igual no hay que desecharla (aunque en filmaffinity le dan un 4,2).
En resumen, si queréis un rato agradable de evasión y disfrute de esta situación que nos ha tocado vivir, aquí tenéis un buen título. Me han entrado ganas de volver a ver Cómo robar un millón y Arabesco, a ver si las localizo.

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