viernes, 24 de julio de 2015

José Sazatornil "Saza" y sus momentos estelares.

Espero que no se convierta en una costumbre, porque, al igual que la última vez, he decidido postergar mi tema de la ocasión debido al reciente fallecimiento de un secundario excelente del cine español fallecido ayer. El actor más serio y más sobrio que ha dado el cine nacional. Una lástima que, para él, sólo hubiera papeles pequeños, pero, eso sí, con grandiosas escenas. Descanse en paz José Sazatornil, "Saza", el actor que inspiró a Kim, el dibujante de la revista "el jueves", la traza del personaje "Martínez, el facha".

En una peli de los 60


Su aspecto físico no le ayudó gran cosa como galán, pero su rictus, su bigotillo fino y su calva, además de su excelente voz, hicieron de él un actor peculiar en el que todo el mundo acababa fijándose. De hecho, sus gestos faciales en momentos estelares de ciertas películas han hecho reír a muchísima gente.

Alma mater de Martínez el facha

Saza hizo más de 100 películas, casi siempre en papeles pequeños, si bien, uno de sus trabajos más largos lo consiguió con la película "la escopeta nacional" de Luis García Berlanga, donde Saza interpreta a Jaume Canivell, un industrial que fabrica porteros automáticos, que pretende dar un empujoncito a su negocio codeándose un fin de semana en la finca del marqués de Leguineche en una cacería, que, como acaba pasando en las pelis de Berlanga, al pobre Canivell le perjudica al final. La escena con el párroco ultramontano encarnado por Agustín González, del que se habló la semana pasada, es todo un momentazo:



Berlanga aprovechó el modelo de industrial apaleado en "todos a la cárcel" donde Saza repite, esta vez como Artemio Bermejo, de "sanitarios Bermejo", el papel de cordero a sacrificar:



Pero, aparte de encarnar a industriales toreados por la situación y los caraduras, también ha sido la autoridad. En esa peli, obra cumbre del absurdo, llamada "amanece, que no es poco", Saza es el cabo Santos, el guardia civil que imparte orden en ese pintoresco pueblo alcarreño. El momento en el que echa la bronca al plagiador de "Fulkner" (sic) es impagable:



Y no hay que olvidar el momento desternillante en el que, en la peli de Antonio Mercero, "espérame en el cielo", es el jefe nacional de propaganda que enseña al doble de Franco a portarse como él y acaba confundiendo al falso con el Franco real. Su cara de querer que lo trague la tierra después de haberle dicho cuatro cosas a Franco es una joya:


Pero no sólo hizo de industrial o de autoridad, también hizo otros muchos papeles, como de hombre embarazado en "el insólito embarazo de los Martínez", mucho antes que Schartzenegger, e incluso de viejo poeta homosexual  en "una pareja perfecta" junto a Antonio Resines. Otro enorme secundario del cine que nos deja y del que da la sensación que no hemos contemplado lo suficiente. Una lástima.

Descanse en paz José Sazatornil, Saza.

Juli Gan

3 comentarios:

Doctora dijo...

No sabía que inspiró a Martínez el facha, aunque visto ahora las semejanzas son muy evidentes.

Mi padre trabajó de chaval en un supermercado y algunas veces le llevaba la comida a su casa. Decía que eres un tipo muy agradable.

Sin ser el prota de ninguna peli era un tío con bastante más carisma que muchos actores principales de la época. Una pena que haya muerto :(

TRoyaNa dijo...


Merecida reseña a un gran actor del cine español,un rostro que lamentablemente se sumará al homenaje que hacen todos los años en la gala de los próximos goyas.

loquemeahorro dijo...

Me encanta que te acuerdes de Saza un actor magnífico y una persona divertidísima. Hace años leí una entrevista suya en el País Semanal y tenía un humor muy fino y se reía de sí mismo como nadie. Aún recuerdo que le preguntaba al periodista si prefería que le pusiera la sonrisa uno, la dos, o la tres... genial.

Es verdad que protagonizó pocas películas, pero jamás pasaba desapercibido. Y bueno, una de las pocas en las que sí fue protagonista "El insólito embarazo de los Martínez" que citas, se aguanta gracias a él, que está magnífico, como siempre y a Esperanza Roy, que tampoco defrauda nunca.