viernes, 16 de junio de 2017

No puedo crear tu alma: 4 casos de Pigmalión

La historia de Pigmalión y Galatea es un relato clásico en la que un escultor se enamora de la obra que ha creado. El artista había rechazado casarse como hacían otros hombres y se consagró a su talento, hasta que al final se enamoró de una de sus bellas figuras femeninas, Galatea. Afrodita, conmovida, la hizo de carne y hueso, y así ambos quedaron juntos. De ese modo, Pigmalión cumple una fantasía típica masculina: hallar a una bella mujer, que además, ha sido creada por y para él.

(*)

En el cine, hemos encontrado esta historia muchísimas veces: Venus era mujer-A Touch of Venus (con una divina Ava Gardner), Maniquí-Mannequin (un remake muy ochentero con un Spader gominoso y snob) o La Mujer Explosiva-Weird Science (donde se muestran los 'daños' de mezclar las hormonas adolescentes y la informática de los 80).


¿Pero qué sería sólo de esta historia si no hubiera un poquito de subversión? La verdad es que un premio al deseo masculino... Así que es muy interesante movernos de esta fantasía y crear algo diferente a lo esperado... Siguiendo esta idea, el dramaturgo George Bernard Shaw realizó una adaptación de la obra de Ovidio para el teatro en 1913. En ella, Galatea se convierte en una vendedora de flores del londinense Covent Garden, Eliza Doolittle, y Pigmalión en Henry Higgins, un profesor de fonética.


La casualidad y un malentendido, unen a la inocente joven de los barrios bajos con el profesor solitario y gruñón. Ella decide tener una educación para evolucionar y él, pese a las quejas iniciales, la acoge a modo de experimento. Como no es de extrañar, ambos acaban influyendo en el otro, y Higgins, la considera una propiedad, una estatua que él ha esculpido. Ciego a los sentimientos de ella, a su alma e inteligencia, acaba por alejarla, hasta darse cuenta de lo que la necesita.


Así, Shaw pone un fondo feminista en esta historia, además de otros elementos que critican la sociedad de su época. La Galatea de su obra, no es un premio, es un ser humano, lleno de sentimientos y pensamientos, que debe ser conquistado, de igual a igual, no ser tratado como un regalo. Ella evoluciona al ser que debería haber sido en circunstancias diferentes de haber nacido en otro lugar, y su cambio no es sólo externo, es también interno, algo que deja fuera de juego a nuestro "Pigmalión", que ve a un igual finalmente, pero que le cuesta reconocerlo, porque sus sentimientos están implicados y por su creencia en la "superioridad" masculina.

 

El cine acabó por rendirse a esta historia en 1938, en una adaptación homónima, cuyo guión (del propio Shaw) ganó un Óscar, aunque el escritor lo despreciara. El sex-symbol de la época, Leslie Howard, interpretaría al profesor y la encantadora Wendy Hiller, actriz favorita del propio Shaw, a Eliza. Este film es una auténtica gozada que yo recomiendo como la más cercana a la obra de teatro, y llena de geniales interpretaciones por parte de los protagonistas y secundarios. Las emociones de Hiller y Howard van 'in crescendo', y se entiende la desesperación y enamoramiento de ambos personajes según se avanza hacia el final. Para mí, ambos superan en sus roles a intérpretes posteriores, y la película es mucho mejor que la hiperconocida My Fair Lady.


Así, hablemos de "Mi Bella Dama". La obra de Shaw se convirtió en un musical clásico y respetado, de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe, que sería llevado al cine por George Cuckor. Rex Harrison, que había triunfado en la obra musical en los escenarios, volvería a repetir el papel de profesor refunfuñón, pero su compañera en el teatro, Julie Andrews, debería ceder el puesto a la angelical Audrey Hepburn, que aunque acabó no cantando, era una reconocida estrella del momento (no como Andrews). Cualquiera que haya visto la película, que es una maravilla para los oídos y los ojos, sabe que disfrutar de algo así es conocer lo que es el cine, aunque también es cierto, que la diferencia de edad entre ambos actores resulta demasiado evidente (tanto como para preguntarse por qué Eliza no escoge de verdad a Freddy, interpretado por Jeremy Brett).... Why Can't The English, I Could Have Danced All Night, Just You Wait, On the Street Where You Live, The Rain in Spain, Without You, o I've Grown Accustomed to Her Face, son parte de las Bandas Sonoras de nuestra vida.


A continuación, hablaré de dos películas que son más bien unas versiones alternativas a este Pigmalión de Bernard Shaw: Morena Clara y Ruby Sparks.

¿En serio que Morena Clara? ¿La de Lola Flores? Pues debo decir que sí, que aunque haya una versión anterior con Imperio Argentina, y se diga que adapta a la obra es de Antonio Quintero y Pascual Guillén, hay claros ecos a la obra de Shaw. Esta Morena Clara se hizo a la medida de "La Faraona", y en ella, Lola Flores era la protagonista, que se enfrenta junto a su tío "Regalito" (el genial Miguel Ligero) a una condena por robo de jamones. El fiscal más recto de Sevilla, interpretado con gracia por Fernando Fernán Gómez, la acusa a ella y a su etnia del origen de sus crímenes, por lo que tras un gran discurso en el juicio, se ve obligado a acoger a Morena Clara y a su tío, para demostrar si la educación cambia a las personas. Así, ambos personajes, se ven influenciados el uno por el otro, y aunque parezcan pertenecer a mundos diferentes, acaban evolucionando y enamorándose (ante los atentos ojos de los fantasmas de sus antepasados, que fueron los que iniciaron el altercado entre la estirpe de Morena y la del fiscal). Y es que no hay una "despedida" de Eliza mejor, que la de la protagonista de esta película.


Siguiendo en el lado de la fantasía, en 2012, se estrena Ruby Sparks, escrita y protagonizada por Zoe Kazan (sí, de los Kazan de Elia Kazan) y su pareja en la vida real, Paul Dano. Aquí, Dano es Calvin, un joven escritor estrella con bloqueo creativo...hasta que empieza a soñar con Ruby, una "Manic Pixie Dream Girl"...todo lo cual resulta normal, hasta que la chica aparece en carne y hueso en su cocina. La vida de ella se basa en lo escrito por él, de forma literal. El protagonista, tomando aún un mayor control sobre su "novia", se da cuenta de que todo lo que escribe en su máquina de escribir, es una realidad en la chica, lo cual al principio supone la mejor fantasía masculina que se pueda crear (es una auténtica Galatea, esculpida con sus pensamientos), pero después con la interacción real, acaba siendo una Eliza que quiere tener su propia vida y sus propios pensamientos, para el horror de Calvin. Solucionar tal fantasía y realidad implicará un problema para el protagonista, porque hay que tener cuidado con lo que se desea.



Así que aquí tenéis los cuatro ejemplos de algunas de las Elizas y Henrys que podéis encontrar en la gran pantalla, y que espero que sean de vuestro agrado...las fantasías son hermosas cuando se hacen realidad, pero las personas son más profundas que un sueño efímero.

Carmen

NOTA: en una variación más amplia de este mito, podríamos poner la evolución social que viven los protagonistas de los siguientes films: Educando a Rita-Teaching Rita (con el personaje de Julie Walters deseando educación), Entre Pillos Anda el Juego-Trading Places (con Murphy como el pobre carterista evolucionado y con modales), Pretty Woman (con Roberts, como la prostituta de gran corazón) o Kingsman ("los modales hacen al hombre" o a Eggsy, en este caso, y que cita a algunas de las películas de este artículo).


(*): la pintura es de Jean Léon-Gèrôme, por si tenéis la duda.

PD: "autobombo" - En nuesta página "El Sitio de Jane" celebramos, junto con la Biblioteca de Arroyo de la Miel en Málaga, un evento para conmemorar los 200 años de la muerte de la escritora Jane Austen: "Bajo el Sol de Austen". Si puedes estar en Málaga el 22/07, ¡acercate! además de charlas, picnic y teatro, pondremos Love & Friendship de Whit Stillman :)

13 comentarios:

Juli Gan dijo...

Buen repaso. Y, sí, "morena clara" entra dentro del mito de Pigmalión, con mucho sabor ibérico donde los haya, y olé, pero es lo mismo.

Un Sur con mucho Norte dijo...

Olé por las buenas reseñas cinéfilas como esta. Buen listado de Galateas, con esas Lola Flores y Wendy Hiller destacándose en los bordes del espectro.

Laura dijo...

Tenía muchas ganas de leer tu articulo desde que me hablaste del tema.
¡Me ha parecido muy interesante! Definitivamente debo revisionar Pigmalion y ahora me ha picado la curiosidad con Morena Clara.

medblogger dijo...

Completo e interesante recorrido cinéfilo sobre la historia de Pigmalión y Galatea.
Has puesto alma y voz a esas Galateas tan variopintas como maravillosas.
¡Enhorabuena, Carmen!

El Sitio de Jane dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El Sitio de Jane dijo...

@juli Gan
Gracias :)
Es que lo que me sorprendió fue ver que venía de otra obra....raro, raro, raro...

El Sitio de Jane dijo...

Gracias :). Son mis Galateas favoritas...es una debilidad ;)

El Sitio de Jane dijo...

@laura gómez
Pues sí, yo creo que le debes un segundo revisionado, intentando no hacer lecturas actuales ;) (porque ya es bastante actual) :D
Morena Clara es una joya (soltera, su señoría, porque soy muy exigente), aunque ahora me han recomendado la versión anterior de Imperio Argentina, que tendré que ver...aunque nadie se puede comparar con la Faraona :D

El Sitio de Jane dijo...

@Med Blogger
¡Muchísimas gracias! Es un honor poder honrarlas, porque aunque todas galateas, todas diferentes y especiales....mucho más que un Pigmalión se merece, aunque luego se lleve ;)

Mona Jacinta dijo...

Impresionante! Lo que he aprendido con esta entrada. Da gusto que sepáis tantas cosas.

TRoyaNa dijo...


Fantástico repaso,de lo más instructivo.Genial la inclusión de Morena Clara y Pretty Woman;)

El Sitio de Jane dijo...

@Mona Jacinta
Gracias por tus bonitas palabras...nada, se pone una a hablar de lo que le gusta y pasa esto XD

@TRoyaNa
Me alegra que te haya servido. Y argh, Pretty Woman, por fin la ví este año y no sé si era el doblaje en francés, pero me reafirmé en que hacía bien en no verla XD

loquemeahorro dijo...

Esto no suelo decirlo en público, por miedo a las represalias, pero me gusta más Wendy Hiller que Audrey Hepburn en el papel. Ea, ya lo he dicho.

Recuerdo muy vagamente la de Lola Flores y, por horrible que esto sea, me estoy acordando de "Enseñar a un sinvergüenza" película con el inefable Pepe Rubio que mantuvo la versión teatral en cartel durante muchos años.