viernes, 26 de diciembre de 2014

El orgullo de los yanquis (1942)

Ahora que nos van a meter en las pantallas de cine la historia de Stephen Hawking, un genio de la astrofísica que sufre la devastadora afección de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), nos la quieren vender como la primera película que habla de este mal degenerativo. Eso es porque no se acuerdan de una peli clásica del año 1942 titulada el orgullo de los yanquis.

El cartel anunciante

La peli, rodada en plena segunda guerra mundial,  narra la historia,  a la manera “ensalzahéroes” del Hollywood clásico, de Lou Gehrig, un bateador del equipo de béisbol de los yankees de Nueva York, de ahí el título. El verdadero Lou Gehrig, un atleta zurdo contemporáneo y compañero de equipo de otros ilustres del bate como Babe Ruth, que sale en la peli, o Joe Di Maggio, esposo ocasional de Marilyn Monroe.

Gary Cooper con Babe Ruth, leyenda del béisbol, en el rodaje.

Gehrig, hijo de emigrantes alemanes, lo cual se hace notar en los acentos paternos de la versión original, nació y se crió en Nueva York a principios del siglo XX. Sus padres, perseguidores del sueño americano, se esforzaron por dar una buena educación a su hijo, que, destacando en los deportes, acabó haciéndose un indiscutible del, entonces, popularísimo béisbol, siendo miembro del dream team de los yankees de Nueva York durante catorce años, entre 1924 y 1938, que fue cuando abandonó este deporte aquejado de una enfermedad que le impedía mover los músculos. Por cierto, al ELA, en los EEUU le siguen llamando “la enfermedad de Lou Gehrig”, a pesar de Stephen Hawking.

Sinopsis “espoileada” como la de Titánic:

Dirigida por Sam Wood, el patriótico director tan afín a las ideas maccarthyanas de echar a todos los rojos de la industria fílmica, y protagonizada por Gary Cooper haciendo de joven estudiante a la edad de 41 años, lo cual no encaja demasiado bien, pero bueno, es que es Gary Cooper y lo dejamos estar, narra con plantilla “ensalzahéroe”, la historia de este hijo de emigrantes alemanes que alcanza el sueño americano, que se va al cuerno por culpa de una enfermedad degenerativa.

El pequeño Louie probando fortuna con la zurda.

Se ve a Lou de niño, volviendo de la escuela, que juega al béisbol con los chavales del barrio, y del batazo, rompe el cristal de un comercio. La madre, que en casa es la alemana que corta el bacalao, ya que el padre está sometido a lo que diga su férrea señora, riñe a Lou porque debe centrarse en los estudios. La madre, cocinera en la universidad de Columbia, consigue que él estudie allí.
A pesar de “la vida mejor” en el país de los sueños, los padres, cocinera y portero, no han conseguido nada mejor. La madre, aquejada de una enfermedad, va derecha al hospital para pobres, pero Lou firma con los yankees, en contra de la voluntad de su madre, que nada sabe de esto, para poder pagarle una clínica de las caras.

Mamá Gehrig es mucha mamá.

Y Lou Gehring  comienza a jugar con los Yankees de Nueva York, primero chupando banquillo, cuando en Chicago, contra los White sox, sale a la jugar por primera vez, una espectadora, papel interpretado por Teresa Wright, lo pone nervioso. Lo que son las cosas, vuelven a coincidir en la cena, y allí comienza el noviazgo a distancia. La niña, por cierto, es la hija de un magnate de las salchichas.

El orgullo de los yankees y señora

Son años de vino y rosas. Todo es genial. Él se hace un jugador indiscutible, un americano impecable, guapo, fuerte, trabajador, honesto y buen esposo. Un retrato propagandístico de primera, publicitado, sobre todo, por ese papel que interpreta Walter Brennan, que es una mezcla de periodista deportivo, mánager y amigo de la familia. El único punto conflictivo lo pone mamá Gehrig, en el papel de suegra dominante, que acaba suavizándose.

Los Gehrig en el campo, para ver jugar al nene.

La última media hora conduce al problema médico de Lou. Un mal día empieza a sentir sus músculos agarrotados. Ya no rinde tanto en el campo de juego. El médico le da malas noticias. Lleva con entereza su dolencia y dice adiós en el estadio de los Yankees ante su afición, abrazándose a compañeros, como Babe Ruth, que sale en la peli interpretándose a sí mismo. Y Lou cabizbajo entra a los vestuarios mientras se oye “play ball!” (¡Juego!).

Contexto histórico del rodaje:

Lou Gehrig, jugador en la época de la crisis del 29, donde todo el mundo necesitaba un desahogo, era, como todo el que llevaba felicidad de la simple a los seguidores del béisbol, un querido ídolo de la sociedad americana. La película, filmada en 1942, recién entrado EEUU en la segunda guerra mundial (El ataque japonés a Pearl Harbor fue el 7 de diciembre del 41) desea ensalzar los valores patrios de una juventud a la que quieren enredar en el ideal de fuerza y voluntad y morir joven por la patria, cosas que se leen en el prólogo escrito de esta peli.

Gary Cooper probando el bate

Gehrig, retirado en 1938, muere en 1941. La película está, por lo tanto, rodada un año después del fallecimiento, a los 38 años, del jugador de béisbol. Nunca antes se había hecho una despedida tan clamorosa a un jugador de béisbol como la que se le hizo a Gehrig en 1939 en el estadio de los Yankees de Nueva York, con el aforo completo, abrazándose a Babe Ruth, con el que había habido roces y malentendidos años atrás.

Walter Brennan haciendo del amigo protector lleno de fe

Es una peli sobria, confeccionada con la hechura americana del ensalzamiento sin oscuridades del protagonista para narrar una historia simple, aunque a veces difumine la verdad. Gary Cooper interpreta al atleta, algo simple, buen hijo, buen marido, intachable, americano ejemplar, fuerte y formal (lo de feo para John Wayne). Canta un poco que  Gary Cooper  sea un estudiante veinteañero a los cuarenta, pero bueno.
Teresa Wrihgt  interpreta a la buena esposa, siempre alegre, guapa y elegante como buena americana y Walter Brennan al periodista y mánager que tiene una fe ciega en él, que se convierte en su consejero, amigo, dama de compañía y segundo padre. Cabe destacar que en esta cinta hay un par de jugadores de béisbol que se interpretan a sí mismos, destacando Babe Ruth, el sultán del bate, uno de los jugadores más famosos de todos los tiempos. Tiene pinta de orangután tragaldabas y fashionvictim. Los rifirafes con Gehrig quedan apenas insinuados por actores de reparto.  Curioso es que nadie haya hecho una peli sobre Babe Ruth con la de historias y leyendas que sobre él se cuentan.

Placa conmemorativa a un ser querido

La enfermedad de Lou Gehrig ocupa los últimos treinta minutos de esta cinta de  dos horas. Con todo el pudor a las cosas desagradables de la vida, apenas queda retratado en unos pocos gestos y una visita al médico donde lo único que queda claro es que le queda poco de vida. En aquella época aún no se rodaban cosas que fueran demasiado fuertes para el público, sin embargo, no se puede decir que la inminente historia de Stephen Hawking sea la primera en tratar el mal llamado ELA, que en EEUU es más conocida por “la enfermedad de Lou Gehrig”.

Ficha técnica:

Título: The Pride of the Yankees  (El orgullo de los Yankees) 1942
Duración: 128 min.
País: Estados Unidos
Director: Sam Wood
Guión: Jo Swerling, Herman J. Mankiewicz (Historia: Paul Gallico)
Música: Leigh Harline.
Productor: Samuel Goldwyn (RKO Pictures)

Género: Drama.

Juli Gan

4 comentarios:

Doctora dijo...

Nunca había visto a Walter Brennan tan joven.
Es interesante, he oído a veces eso de “la enfermedad de Lou Gehrig”, pero no sabía de dónde venía.
Creo que el beisbol triunfa tanto en EEUU porque es de los pocos deportes en los que no importa tener buena forma física, ahí está Babe Ruth, y así los yankis se sienten identificados con los deportistas.

La peli no me llama mucho, porque ni me va el deporte ni me gusta Gary Cooper, pero no creo que desentonase tanto como estudiante. Gary Cooper tiene pinta de haber tenido esa cara de palo desde los 6 años :)

loquemeahorro dijo...

Yo también había oído lo de "la enfermedad de Lou Gehrig" y te juro que pensé que sería un médico que la investigó, o algo así. Bendita inocencia.

Con lo de la edad del caballero, me has dado una idea para una futura entrada.

TRoyaNa dijo...

Juli Gan,
muy interesante todo lo que nos cuentas y bien traido a raíz del estreno de la peli sobre Stephen Hawking.

Manderly dijo...

Argumento bastante habitual para la época: héroes nacionales.
A mi siempre me dio la impresión de que Gary Cooper siempre fue viejo... algo que no queda bien a muchos de sus personajes. Lo cierto es que es un actor que no me gusta mucho.
Saludos.