viernes, 17 de mayo de 2019

Gracias a Dios

François Ozon

Me gusta François Ozon. No siempre, pero casi. Y el tema de la pederastia en la Iglesia Católica me interesa. Dos buenas razones para ir a ver Gracias a Dios. Creo que soy incondicional de Ozon desde que vi En la casa, que me fascinó. También me gustaron Joven y bonita, Frantz y Una nueva amiga. No así El amante doble que me pareció un pestiño psicológico imposible de tragar, pero soy una mujer fiel en mis quereres y este director tiene crédito para rato. Me pasa igual con Almodovar o Woody Allen, aunque me hayan decepcionado muchas veces, cuando me gustan, me gustan tanto que se lo perdono todo.
Aquí François Ozon se mete en un jardín que le ha ocasionado bastantes problemas. Su película cuenta una historia real, la del sacerdote Bernard Preynat que abusó de más de setenta niños en los boy scouts de Lyon en los años 80. En el escándalo también esta implicado el arzobispo Phippe Barbarin que intentó ocultar el asunto.
Imagen que expresa el concepto
de modernización de la iglesia
La película cuenta la historia desde el punto de vista de varias víctimas. El que inicia la investigación es un hombre católico, muy implicado con la iglesia, padre de cinco hijos que, al enterarse de que el sacerdote que abusó de él en la infancia vuelve a Lyon, decide hablar con el arzobispo e intentar que aparten al hombre de todo contacto con niños y lo expulsen de la iglesia. Es un hombre paciente y razonable, que pretende arreglar las cosas desde dentro de la iglesia, sin recurrir a los tribunales ni organizar ningún escándalo. El segundo personaje ha podido también rehacer su vida. Sus padres informaron a la iglesia, pero tampoco denunciaron a los tribunales por proteger a su hijo. La tercera víctima sufre secuelas severas y lleva una vida más desestructurada.
Melvil Poupaud, uno de los protagonistas
Las víctimas crean una asociación, buscan víctimas cuyos casos no hayan prescrito y se ayudan y apoyan porque, incluso en los que parecen mejor adaptados, hay huellas de ese pasado atroz.
La historia presenta imágenes del pasado, esos niños de aspecto frágil que acuden a un campamento de verano donde el padre Preynat es la estrella y ser uno de sus favoritos, un privilegio. Sin necesidad de escenas escabrosas, el director consigue que se te pongan los pelos de punta.
Otro aspecto que me gusta es como se mezclan con la historia los tiempos de la liturgia: la Navidad, Semana Santa o Pascua. Imágenes entrañables y bellas de la misa del gallo y el árbol de Navidad que ocultan una realidad sórdida y oscura.
Ozon tuvo problemas en todos los aspectos: conseguir financiación, encontrar lugares en los que grabar (en Lyon fue imposible) y después del estreno, aguantar muchos chaparrones.
La polémica ha perseguido al director y su película, pese a que no me parece que esté hecha con pretensión de escándalo, sino de denuncia y de reflexión. Me recordaba a Spotlight (aunque esa me pareció mejor). Es suficiente con contar lo que ha pasado de verdad, no necesitas echarle ni un gramo de dramatismo extra. Otro estilo era El Club de Pablo Larrain, mucho más dura y agresiva, pero también excelente.
No dejéis que los niños
se acerquen a mí
Cuando se estrena una película sobre este tema, se leen titulares "crisis en la iglesia católica por los casos de pederastia" o "los escándalos sacuden a la iglesia", pero yo no veo que se sacuda gran cosa. Se hacen unos discursos, unas declaraciones de buenas intenciones y se sigue intentando echar tierra sobre el asunto. Me sorprende que a algunos católicos les escandalice más que se cuente que el hecho de que haya sucedido.
Ozon entrevistó a varios miembros de la asociación "Palabra liberada" que es la que llevó adelante la denuncia a Preynat. Exploró sus recuerdos de infancia, sus recuerdos, el despertar de su sexualidad…
Con todo, como película, me parece un poco plana. Creo que a una historia tan potente se le podía sacar más partido. Hay una parte que me parece intencionada, de guardar un tono un poco frío, como documental, para contar los hechos, pero hay algo que no acaba de funcionar. La historia del primer personaje ocupa mucho más que las otras y, cuando crees que la película está centrada en ese personaje, aparecen los otros. No sé explicar muy bien qué es lo que falla, pero, aunque es una buena película, no es redonda. Con todo, os aconsejo que la veáis y me comentéis qué os ha parecido. Todavía faltan películas sobre este tema, a ver si ayudan a conseguir que se mueva ese mamut que es la Iglesia Católica.
Laura Balagué

2 comentarios:

Juli Gan dijo...

Terrible tema. Una vez estuve tentada a hablar de pelis irlandesas, internados para niños y pederastia, pero al final desistí. Me ha recordado a "los niños de San Judas" y "las hermanas de la Magdalena", y esta segunda, basada en hechos reales. Y ya que has mencionado a Almodóvar "la mala educación", también. Saludos cinéfilos.

Mona Jacinta dijo...

Es verdad, Juli Gan, se me había olvidado La mala educación. Todo lo que ayude en la denuncia de este tema debe ser bienvenido.