Hoy
os traigo a este rincón cinéfilo una película italiana que ya
tiene cuarenta y dos añazos. Se trata de una cinta de Ettore Scola,
guionista y director de cine asociado a la commedia italiana. La peli
se titula "una jornada particular", en italiano original
"una giornata particolare", y ciertamente, la peli se basa
en un día concreto que fue realmente particular: el seis de mayo de
1938. Este día Hitler y sus secuaces más cercanos asistieron, como
egregios invitados por Mussolini,al desfile en su honor de miles de
italianos fascistizados hasta las pestañas. Todo eran camisas negras
(color de los fascistas italianos), penachos en los cascos, uniformes
imposibles y afilados gorritos de militares alpinos que si no estás
lista y se giran para decirte algo, te sacan un ojo...y este
acontecimiento es el punto de partida de la historia que Scola nos
trae.
Cartel
Sinopsis
con espóiler, que es lo de menos. Por mucho que se cuente la trama,
echadle un ojo.
Es
la mañana del gran día y Antonietta (Sofía Loren), una mujer en la
cuarentena, sufrida esposa y madre, con una educación elemental, y
fascista, como todo el mundo de alrededor, comienza el día
despertando a sus seis hijos y a su marido, rudo, dictatorial y poco
sensible fascista que trabaja en el ministerio del África Oriental.
(Mussolini se las dio de genio militar al haber invadido la Abisinia,
hoy, Etiopía, de Haile Selassie con armas de fuego, aviones
y vehículos Fiat, mientras los pobres abisinios iban a la guerra
desigual con algún animal semoviente, sus propios pies y lanzas y
cuchillos)
La familia desayuna para el desfile, mientras la sufrida madre curra.
Todos se arreglan, se lavan y desayunan aprisa porque
van a ir al desfile militarizado para que lo vean los altos jerarcas
de la Alemania nazi. Cada uno con su uniforme, chicos, chicas,
adultos o niños, salen de sus domicilios en ese grupo de viviendas
para clase media como si fueran una legión de hormigas (Predomina el
color negro del fascismo) con destino al desfile. El enorme grupo de
viviendas de tono gris queda prácticamente vacío, sólo Antonietta,
como abnegada esposa y madre se queda en casa para hacer las tareas
propias de la buena mujer italiana y fascista. Ella y la portera, una
anciana bigotuda, malencarada y fascista que, como no va al
desfile, lo escucha a todo volumen por la radio que ha encendido para
tal ocasión.
El grupo de viviendas manifiesta su fascismo y sus vecinos salen, de uniforme, a honrar a Hitler.
La
radio juega un papel importante en esta cinta porque continuamente
suena por todo el grupo de viviendas erigido por el fascismo, como
puede notarse por el enorme fascio que hay de adorno en su fachada,
nunca mejor dicho. Se difunde por las ondas la manifestación, los
discursos de los jerifaltes engreídos en sus uniformes de chichinabo
y las marciales y viriles marchas militares, rugidas, más que
cantadas a coro por recias voces de barítonos.
Hasta se olvida de su mal momento recordando su infancia
Y
Antonietta, sola y abúlica se prepara de mala gana para recoger los
desayunos, limpiar un poco, preparar la comida y hacer las camas de
seis hijos y la de matrimonio. Ella preferiría meterse en la cama
porque está cansada y así se lo dice a Rosamunda, el pájaro que
tienen de mascota. Antonietta está tan deprimida (No deja de ser una mujer anulada, quizá maltratada psicológicamente, y abandonada a pesar de estar rodeada de una familia que la tiene como una criada) que sin querer se
deja la jaula abierta cosa que aprovecha Rosamunda para
volar hasta el alféizar de la casa de enfrente. Afortunadamente en
aquél piso donde se ha posado el ave hay un hombre, cosa inusitada
porque debe ser el único junto a ella y a la portera que no ha
acudido al gran jolgorio fascista. Antonietta corre y llama a la
puerta del piso de enfrente para poder recuperar a Rosamunda, cosa
que hace con ayuda del inquilino de esta vivienda.
Te presto un libro con tal de poder hablar
El
vecino solitario del piso de enfrente se llama Gabriele (Marcelo
Mastroianni), un hombre al que Scola nos acaba de presentar hace nada
de una manera magistral (Ved la peli, no os arrepentiréis del gran
trabajo de esta pareja de actores míticos) Gabriele intenta alargar
al máximo la inesperada visita de Antonietta. Le ofrece café, le
ofrece prestarle un libro (Los tres mosqueteros), intenta trabar
conversación, pero Antonietta rehúsa alegando mil quehaceres y
marcha. Al poco rato Gabriele se presenta en casa de Antonietta con
"los tres mosqueteros" quizá porque se siente solo.
Consigue que Antonietta le convide a café pero en esto que llega la
portera bigotuda y fascista, haciendo de portera, como no, para
prevenirle de que ese vecino no es trigo limpio, que a ella no le
gusta hablar, pero, es un pervertido y, sobre todo, un renegado.
Antonietta discute con Gabriele mientras suben a la azotea a recoger
la colada. Antonietta tiene un momento de debilidad y besa a
Gabriele, que no la corresponde, y es aquí donde Gabriele se
descubre. Le han echado de la radio monopolizada por los
mussolinianos, donde era locutor y le han echado del partido, porque
estaba afiliado, como todos, por el simple y mero hecho de ser
homosexual. Sin trabajo, sin amigos, sin casa, malvive en ese piso
prestado y gana unas pocas liras escribiendo señas para correo,
trabajo que le ha cedido un amigo antes de ser embarcado para
alejarse de Italia por sus preferencias sexuales.
La portera facha viene a prevenirla
Arrepentida
de su actitud, Antonietta acude al piso de Gabriele para pedirle
perdón. Hacen las paces, comen juntos y después acaban acercándose
tanto emocional como físicamente. Pero la parada fascista ha acabado
y los primeros asistentes al desfile comienzan a regresar. Antonietta
corre disparada a casa para que no la pillen con la cena por hacer.
En casa todos comentan sus acontecidos fascio-fastuosos. El marido,
todo ufano pretende acabar el día con una guinda coital añadiendo
que de ella, si todo sale bien, le podrán llamar Adolfo a lo que
venga. Antonietta prefiere sentarse a leer "los tres
mosqueteros" mientras asiste atónita a la marcha de Gabriele de
su piso, con equipaje en la mano escoltado por dos policías. A
Gabriele también lo expulsan del país. Antonietta cierra el libro,
lo guarda y se acuesta para dormir.
Tengo un invitado y yo sin arreglar
Loren
y Mastroianni trabajaron juntos en once películas, como por ejemplo,
matrimonio a la italiana o los girasoles, su trabajo conjunto siempre
resultó excelente. Este film en concreto que resalta la belleza del
momento en que dos seres que sufren, cada uno a su manera, se
encuentran y buscan su compañía porque así se sienten
reconfortados por un momento de sus tristes vidas.
Afecto entre dos desconocidos
La
peli de Scola se llevó el golbo de oro de 1978 a la mejor película
y fue candidata a los óscars como mejor película extranjera. Hasta
Mastroianni fue candidato a mejor actor ese año. “Una jornada
particular” es una película que, a pesar de estar ambientada en un
día concreto de mayo de 1938, cuenta en esencia una historia que
podría extrapolarse a cualquier época en el tiempo: Dos seres
solitarios que se encuentran y se reconfortan en compañía.
Dos chismes antes de despedirme. Sofía Loren gozaba de tener un marido productor, Carlo Ponti, que le reservaba papeles estupendos y Alessandra Mussolini, nieta de aquel fanfarrón y prepotente duce, hace el papel de una de las hijas de la Loren.
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