Ya ha tardado Tarantino en hacer la peli que quería. Pero ha
merecido la pena. Ha podido recrear, a su manera, claro, una época y un
ambiente, precisamente la época y el ambiente en el que se lanzaron a las
antenas de casi todo el mundo las teleseries que lo criaron en la infancia y, como
el mismo Tarantino nos dice, nos criaron a todas y a todos, a santas y a
criminales, a frailes y a brujas malvadas, a víctimas y a asesinos.
Entona una
oda a la ficción popular de entretenimiento de finales de los sesenta y
comienzos de los setenta, a la vez que nos hace sufrir (es Tarantino, ¿qué
esperabais?) al referenciarnos continuamente la dura realidad, el lado sórdido
de la historia de Hollywood que se permite el lujo de reescribir para regalarle
un final más feliz, aunque esto era fácil: cualquier final hubiera sido más feliz
que el que en realidad fue.
Además, ha homenajeado a Los Ángeles, esa ciudad que difícilmente
se distingue de los decorados y que fue más hermosa de lo que es (aprovecho
para recomendaros el ma-ra-vi-llo-so documental LA plays itself ) y que, como también nos recuerda, no solo es la ciudad del cine, sino también
la de la tele y la del porno, aunque esta última industria ande bastante de
capa caída o, al menos, muy distanciada de lo que era en los sesenta y los
setenta, a diferencia de la de la tele, que quizás esté mejor que nunca.
En Érase una vez en
Hollywood no dejamos de encontrar sus típicas rupturas de ritmo, su
tendencia a unir pedazos de relatos, minirrelatos o simples pasadizos, sus
habituales recosidos de citas, referencias y pequeños homenajes. Para ello se
ayuda de divertidas apariciones de estrellas (me cabrea no haber reconocido a
algunas hasta los títulos de crédito finales; Brenda Vaccaro, por ejemplo, se
me despistó): muchas viejas glorias y también nuevas glorias (Dakota Fanning,
Lena Dunham) que asesinan a las viejas y medio secuestran y retienen en estado
de estupidez a las muy viejas.
Es también esta peli un falso biopic y un Dos cabalgan juntos. Me explico. Y
empiezo por Dos cabalgan juntos. Sin
ser yo nada de amante ni conocedora del western, tampoco soy tan cerrada como
para no percibir ese aliento de camaradería masculina, de fidelidades perrunas
entre colegas. DiCaprio se luce desde el principio en este duelo amoroso con su
paternaire y Pitt, con bastantes menos oportunidades de lucimiento, espera
hasta el final para mostrarnos un registro que ya nos había mostrado antes,
pero al que aquí el bueno de Quentin le saca bastante más partido.
Y voy ahora con lo del falso biopic. Digo que es falso a
sabiendas de que ninguno es del todo verdadero, porque Tarantino ha querido
reunir en dos personajes las miles de historias reales de tantos y tantos perdedores
de Hollywood, gentes que, tras haber rozado la gloria, se reconocen después en
su declive, en fase de hundimiento, y nadan desesperadamente hacia la
superficie tratando de hacer reflotar sus carreras, mientras en el mundo
suceden cosas que nunca habrían previsto y a las que se ven incapaces de hacer
frente, porque su época ya ha periclitado.
Nunca esperé ternura de parte de Tarantino, pero aquí la
hay, la aprecio. Es una ternura muy suya, eso sí, mezclada con un religioso respeto
al trabajo de profesionales de base, cierta pesadumbre nostálgica (la banda
sonora, espléndida como siempre, ayuda) y un tono burlón algo paternalista.
Sea
como sea, el duro de Quentin se ablanda con estos dos curritos de la industria
que necesitan un carajillo para madrugar y hacer frente a la jornada laboral,
porque, claro, la ingesta de alcohol tiene sus consecuencias, hace que se
olviden del texto, dan problemas en los rodajes y, al final, nadie los quiere y
acaban convertidos en anónimos que mueren en las primeras escenas.
Las historias de perdedores en el cine o en elespectáculo en
general (como Ed Wood, como Man in the Moon, como el Joker de Joaquin Phoenix y alguno más)
no nos dejan indiferentes a quienes tenemos cierta dosis de friquismo en las
venas. Además, es ficción dentro de la ficción, cine dentro del cine, tele dentro del
cine. Cómo no nos va a gustar.
Ficha técnica (filmaffinity.com):
Título original Once Upon a Time in... Hollywood
Año 2019
Duración 165 min.
País
Estados Unidos
Guion Quentin Tarantino
Intérpretes
Leonardo
DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsch, Margaret Qualley, Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning, Damian Lewis, Luke Perry, Lorenza Izzo, Nicholas Hammond, Keith Jefferson, Spencer Garrett, Mike Moh, Clu Gulager, Martin Kove, James Remar, Lena Dunham, Austin Butler, Leslie Bega, Maya Hawke, Brenda Vaccaro, Penelope
Kapudija, Rumer Willis, Dreama Walker, Madisen Beaty, Sydney Sweeney, Costa Ronin, Julia Butters
Premios 2019:
Festival de Cannes: Sección oficial
largometrajes a concurso
2 comentarios:
Me ha gustado la reseña, espoilers aparte, sobre todo lo de "curritos que necesitan un carajillo para madrugar". En serio.
Saludos.
Me alegro, Ricard. Un saludo.
Publicar un comentario