sábado, 26 de febrero de 2022

THE CROWN


Amig@s cinéfil@s, la propuesta televisiva británica  del 2016 que os traigo es de todo menos aburrida.

¿Cómo es posible que una serie sobre la monarquía británica y la vida de Isabel II a lo largo de varias décadas nos llegue a resultar tan apasionante?

Os voy a dar algunas apabullantes razones por las cuales no tendréis más remedio que darle una oportunidad.

1) EL REPARTO DE INFARTO

Los/as actrices tanto principales como secundarios están en estado de gracia y están SOBERBIOS. A la consagrada Claire Foy, hay que añadir John Lihgow (Winston Churchill), Vanessa Kirby ( princesa Margarita ) y Matt Smith ( príncipe Felipe). Todos con un registro actoral inteligente, sobrio y exquisito. Toman el relevo después en el papel de la reina la siempre magistral Olivia Colman y Tobias Menzies que hacen un trabajo estupendo. Y no me quiero olvidar de Helena Bonham- Carter como la princesa Margarita en diferentes épocas y de Josh O´ Connor como el príncipe Carlos, además de la extraordinaria Gillian Anderson como Margaret Thatcher y de Emma Corrin, la actriz que fué elegida para encarnar a Lady Di y cuyo parecido físico con la desaparecida princesa de Gales es sencillamente asombroso.

Nos transmiten credibilidad en cada detalle, desde la forma de gestualizar, a la hora de expresarse pasando por la manera de lucir los atuendos de cada época, de la manera más natural y creíble posible. Nos trasladan al momento, nos hacen llegar los claros-oscuros de sus personajes, sus ying y sus yang, sus ángeles y sus demonios. Nos hipnotizan en cada escena, nos hacen saltar por encima del tiempo y la época para colocarnos ahí, al momento que están viviendo.


2 ) UNA HISTORIA BIEN CONTADA Y VIGENTE QUE NOS DEJA CON GANAS DE MÁS.

A través de los entresijos de la familia real británica vamos conociendo además los cambios que se suceden en cada época, desde poco después de la segunda guerra mundial hasta que el príncipe Carlos y Ladi Di tienen dos hijos y continua en la corona, la reina madre. Es tanto el interés que nos despierta la familia, la historia tan bien narrada, todos los cambios que se van sucediendo en la sociedad, en la política, en la familia, en cada pareja o matrimonio, que irresistiblemente queremos saber más.

Necesitamos una quinta temporada porque la reina Isabel II sigue viva y tod@s conocemos el desenlace que tuvo Lady Di y que en la serie no aparece, porque la cuarta temporada se queda en el declive de su relación con el príncipe Carlos que va de menos a más.

3) SALSEO DE PRINCIPIO A FIN

Si pensabais que los escándalos de la familia empiezan y acaban con el trío de ases formado por Lady Di, el príncipe Carlos y Camila Parker Bowles, estáis muy equivocados.

El padre de Isabel II, el Rey Jorge VI, se convirtió en monarca cuando su hermano Eduardo abdicó para poder casarse con una mujer norteamericana que se había divorciado dos veces.

Durante décadas , los Windson han dado que hablar. La hermana Margarita, se muestra como una mujer rebelde y libre, en constante disonancia con las estrictas normas de protocolo y decoro que la corona exige, tal cual su marido Phillip, cuyo personaje se nos dibuja como otro espíritu transgresor incapaz de sujetarse a la estricta moral de su época, su linaje y su posición. Su ambigüedad sexual , su gusto por las juergas al igual que una Margarita que persevera en seguir los dictados de su corazón, nos brindan muchos de los mejores momentos de la serie. Nos alucina cómo la Isabel y Margarita siendo hermanas pueden llegar a ser tan opuestas y al mismo tiempo, mantener cierta complicidad entre ellas durante toda su vida.

4) UNA SERIE PERFECTA PARA APRENDER HISTORIA DE MANERA DIDÁCTICA Y DIVERTIDA.

Aún con las controvertidas polémicas que rodean el rigor de algunos pasajes, esta serie es una joya  y con ella vamos repasando los episodios que no solo sacuden al Reino Unido durante las últimas décadas, también lo que acontece en el mundo a través de la mirada de la reina. De este modo, vemos por ejemplo, el asesinato de Lord Mountbatten a manos del IRA ,la llegada del hombre a la luna, la tragedia de Aberfan, la guerra de las Malvinas....etc....etc

5) LA MÚSICA

En la serie encontramos en la música a Hans Zimmer, autor de trabajos inolvidables como Interstellar, el Rey León, Telma y Louise, Gladiador o El último Samurai, solo por poner algunos ejemplos.

6) SERIE DIRIGIDA COMO SI FUERA UNA PELÍCULA 

Uno de los directores principales de la serie y colaborador del guionista Peter Morgan es Stephen Daldry, al que conocemos por sus películas nominadas al Oscar como Billy Elliot (2000), The Hours (2002) y El lector (2008).Es un director que sabe donde y cómo poner la cámara, la utilización de los planos ,la fluidez y el ritmo de la edición es nueva tal cual una película se tratara.

7) LA MIRADA MÁS ÍNTIMA DE ISABEL II. 

The Crown pudiera considerarse como parte de una trilogía de su creador Peter Morgan, pues este guionista trató la vida de la reina Isabel II en la película "The Queen" y en la obra teatral "The Audience", ambas protagonizadas por Helen Mirren.

The Crown nos deja una biografía de Isabel II  con polémica incluida en torno al rigor de algunos episodios, que nos envuelve desde el principio con sus diálogos y sus conflictos familiares, sociales y políticos con una profundidad y un cuidado extraordinario en detalles al que sencillamente no podemos resistirnos.

Espero vuestras impresiones si después de esta reseña, os animáis a darle una oportunidad.

Feliz fin de semana,

Troyana

viernes, 18 de febrero de 2022

Nunca atribuyas a la malicia lo que se explica adecuadamente por la estupidez

 Hace un par de semanas, se estrenó en Disney + (o Star), la última serie del director Craig Gillespie: "Pam & Tommy", una nueva inmersión del australiano en personajes "reales" que resultan "caricaturas" en un mundo donde la ambición y las "pocas luces" campan a sus anchas, como ya nos obsequió en "Yo, Tonya", sobre la patinadora artísitica Tonya Harding.

Gillespie es un director del que se puede decir que es interesante y correcto. Te puede hacer dramas de aventuras clásicas como "La hora decisiva", comedietas como "Cuestión de Pelotas", embarcarse en remakes como "Noche de Miedo", "live-actions" visualmente atractivos con el elenco adecuado como en "Cruella" o películas "especiales" como "Lars y la chica de verdad". Pero donde a mí me llamó especialmente la atención fue con "Yo, Tonya".

"Yo, Tonya" era un retrato ácido y descarnado de una serie de hechos cometidos por gente "estúpida". Es sumamente hipnótico ver la vida tumultuosa de la patinadora, con una madre "castradora", una maldad innata alientada por la envidia, y un romance con un hombre de lo más lerdo, que se rodea de amigos semejantes. Y la combinación casi cósmica de todos los elementos, da lugar a un intento de asesinato chapucero y a unas consecuencias obvias para todos ellos. El film, del que no podías apartar la mirada aunque estuviera lleno de "malas personas", estaba muy bien rodado, con una historia de Steven Rogers basada en hechos reales, que nunca se hace pesada. Pero son además, Margot Robbie y Allison Janney las que sobresalen en sus roles como la protagonista y su madre, y se merecieron con creces sus nominaciones a los Óscar, los Bafta y el Globos de Oro, siendo Janney ganadora en todos los premios. Estaban acompañadas por quizá los dos personajes masculinos más idiotas, y mejor interpretados en mucho tiempo, en un film, por parte de Sebastian Stan, como marido de Tonya, y Paul Walter Hauser como uno de sus amigos.

Como dice la frase que da nombre a este artículo, Napoleón nos dijo que "Nunca atribuyas a la malicia lo que se explica adecuadamente por la estupidez", y esto es claramente lo que ocurría en "Yo, Tonya". Sí, había maldad, pero casi todo se precipitaba por una corriente de tontería e imbecibilidad.

Recogiendo el testigo de este film de 2017, Gillespie es uno de los directores de esta miniserie de 2022, donde repite también el actor Sebastian Stan, de nuevo en un papel Tommy Lee, con una inteligencia bastante limitada, de manera que se vuelve a lucir en la interpretación de otro "marido" de la protagonista de cierta cortedad mental. Pamela Anderson es interpretada más que correctamente por la británica Lily James, que para parecer la playmate y vigilante de la playa, luce protésis, peluca y maquillaje a raudales, pero afortunadamente ninguno de estos extras, oculta su interpretación. El tercero en el vértice es Seth Rogen, como Rand, un "carpintero" o "manitas", con conexiones con la industria del porno, al cual, el descubrimiento de una cinta X casera, lo llevará a pensar que le ha tocado la lotería, como si algo así fuera a cambiar realmente lo que es. Porque todos los personajes, al final, están condenados por su propio "yo" a ese destino del que se quieren escapar.


La serie, obviamente para adultos, no es un plato de buen gusto para muchos, y tiene ciertas escenas "escandalosas", más centradas en la industria del porno, o ciertos "diálogos filosóficos" de Tommy Lee, que en la propia cinta del escándalo (la cual, afortuandamente, no se recrea ni muestra). La serie recoge con fuerza lo que veíamos en "Yo, Tonya", como un conjunto de circunstancias adversas, o no tanto, manejadas por personas sin mucha inteligencia, que pueden llegar a hacer más daño del que se puede esperar, sólo por su estupidez, más que por su maldad. Con estos personajes, que son víctimas de su idiotez, o bien de circunstancias adversas, no sabemos si reir o llorar, pues realmente, ves la penuria que da lugar a sus decisiones, movidas por la ambición o la simple tontería.

El relato, con sus dosis de morbo, en una historia ya de por sí provocadora (el robo y venta de una cinta X por la primitiva internet), nos hace no sólo reflexionar sobre la situación de las personas que vivieron ese momento, si no también, sobre el concepto de la intimidad, y sobre todo, de la libertad a privacidad de las figuras públicas, en relación a aquellas que se ganan la vida a través de la explotación de su físico. En estos cuatro episodios que se han emitido hasta la fecha en la que escribo el artículo, sabes que evidentemente, es triste la desaparición de la intimidad, incluso en personajes que puedan resultar insufribles como Tommy Lee, o el impacto en una actriz no muy talentosa, que había vivido a través de sus portadas Playboy, pero que tenía derecho a que no se difundiera lo que hacía en su dormitorio. Por cierto, que Pamela Anderson, al contrario que su ya ex-marido, no ha autorizado esta serie, aunque su personaje es quizá el que mejor parado sale hasta el momento, con una lastimosa atención sobre este tipo de estrellas.

Y bueno, deseando quizá alguna serie que no muestre la estupidez cotidiana y real, de la que ya tenemos bastante, me despido por hoy.

Carmen R

viernes, 11 de febrero de 2022

Belfast

En cuanto me enteré de que se estrenaba una película de Kenneth Branagh, quise verla. Soy muy fan de este hombre como director y como actor. Además, le tengo que agradecer que me descubriera a Shakespeare. Ya sé que es un poco increíble llegar a Shakespeare a través del cine, pero tenía la idea de que sería un autor clásico, aburrido y anticuado. Cuando vi Mucho ruido y pocas nueces quedé prendada. La compré para leerla y seguí con alguna cosa más, de las que yo consideraba que serían más asequibles, como Sueño de una noche de verano, Como gustéis o Trabajos de amor en vano. De nuevo fue Kenneth Branagh quien me llevó hasta Hamlet con su película En lo más crudo del crudo invierno y, por supuesto, con su Hamlet en 1996. De ahí ya pasé a comprar casi todas las obras del autor y las he disfrutado mucho. También he seguido al director, aunque no lo he visto todo. Repasando su filmografía, veo que ha hecho cosas muy diferentes. No tenía ni idea de que Los amigos de Peter era suya. Fue una peli que me emocionó mucho en su día. Y ahora me entero de que ha dirigido cosas tan variadas como Thor, Cenicienta o Asesinato en el Orient Express.
El tema de Irlanda del Norte me interesa. Creo que en su día no me enteré en profundidad de lo que pasaba y el libro No digas nada ;de Patrick Radden Keefe me pareció muy bueno y me impresionó por la magnitud del conflicto.
Por lo visto, en Belfast, Branagh ha querido recordar su infancia en un barrio de la ciudad en plena época de los conflictos entre católicos y protestantes. El director es el segundo de una familia protestante con tres hijos que vivió esa época tan terrible en Irlanda del Norte. La familia se mudó a Inglaterra cuando él tenía nueve años para huir de la situación de violencia. Es una película en blanco y negro que, de alguna manera, me recordaba a Roma, de Alfonso Cuarón. Quizás porque las dos tiene un fondo autobiográfico, por la ausencia de color y por estar narradas desde los ojos de un niño.
La visión infantil permite al director contar una situación terrible tal como la ven los niños: puede haber un momento de terror porque una banda de gente está rompiendo cristales y asustando a los vecinos y, un rato después, estar jugando en la calle completamente ajenos a los problemas de los adultos. Quizás parte del público considere que es una película demasiado blanda, que, con las historias tan terribles que sucedieron, se centra en una bastante anodina. Una familia protestante con problemas económicos, con un padre ausente por trabajo, con mucho arraigo en su barrio y su ciudad, con fuertes lazos familiares. No hay dramas irresolubles, nadie está en la cárcel o muere en un atentado y, sin embargo, la violencia lo impregna todo. Me parecía interesante la forma como los niños hablaban entre ellos o preguntando a los adultos sobre la religión ¿es una suerte ser católico porque puedes portarte fatal y con confesarte todo queda borrado? ¿cómo se distingue a un católico? ¿has de llamarte Patrick o Sean? El niño protagonista vive en una calle donde la mayoría son católicos y se llevan bien con sus padres, la niña que le gusta es católica ¿será eso un problema? El mundo de los adultos resulta difícil de comprender, incluso cuando te haces mayor.
Además de interesarme la historia, la película es visualmente preciosa y todos los actores están maravillosos. Jude Hill, el niño protagonista, está genial y los padres: Caitriona Balfe y Jamie Dornan resultan una pareja muy atractiva. A destacar los momentos de baile, tanto en la calle como en el funeral. La pareja de abuelos tampoco puede ser mejor: Judi Dench y Ciarán Hinds. Me maravilla Judi Dench que puede ser una seductora directora del MI6 (o I5, nunca sé cuál es cuál) o una abuela irlandesa en bata y resultar siempre perfectamente creíble. También me encantaron los guiños al cine de nuestra infancia: Hace un millón de años o Chitty Chitty Bang Bang. Cuando las pelis reflejan parte de tu propia infancia, te emocionan el doble. Y qué decir de la música de Van Morrison, que tan bien le va a la película. Es oír las primeras notas y ponerte triste. La verdad es que la historia de Irlanda siempre tiene un punto triste, hasta cuando está tratada con humor, como en Café irlandés. Y ese pueblo bien se merece el homenaje que les ha tributado Kenneth Branagh. Os la recomiendo sin dudar.

viernes, 4 de febrero de 2022

Bloody Sunday (Domingo sangriento, 2002)

El domingo pasado, 30 de enero, se cumplió el quincuagésimo aniversario de la matanza de Bogside en Derry, Irlanda del Norte, también conocida como el domingo sangriento. Una manifestación pecífica en pro de los derechos civiles de los norirlandeses, sobre todo, los católicos, se convirtió en una masacre por culpa del ejército británico que se dedicó a abrir fuego real alcanzando a 26 personas de las cuales acabaron muriendo 14. 


Hecho real.

Pongámonos en antecedentes un poquito acelerados y nada detallistas. A principios del siglo XVII y por culpa de la maldita religión, a la corona británica no se le ocurrió mejor idea que enviar a su ejército a la vecina Irlanda para echar de sus tierras a los irlandeses católicos y repoblar el lugar con ingleses y escoceses protestantes. Los irlandeses, aunque en su tierra, no tenían el poder ni la pasta de la corona británica así que perdieron la guerra y tuvieron que convivir desde entonces con esos vecinos, que son minoría pero que están arriba en la pirámide social de ese trozo de la Irlanda británica también llamada Úlster. Con el paso de los años la cosa solo podía empeorar cosa que acabó pillando velocidad interstelar durante el siglo XX. Los irlandeses del Úlster vivían en una discriminación constante. Discriminación para encontrar trabajo, para tener vivienda, para elegir representante legislativo en Reino Unido...Así era muy difícil vivir. Entre todo lo anterior y la cantidad de estados de excepción, toques de queda e incluso la aprobación de la ley británica que te podía encarcelar sólo por ser irlandés, la cosa estaba que quemaba y el IRA, una organización, primero política y luego armada, que nació en Irlanda a comienzos del siglo XX, se nutría de jóvenes frustrados hartos de detenciones, abusos y falta de futuro, con lo cual el problema persistía.

El diputado Cooper intentando negociar con todo el mundo.

Con este panorama tan feo la asociación por los derechos civiles de Irlanda del norte, harta del maltrato del Estado y del clima de violencia que cada semana generaba muertes por arma de fuego, decidió montar una marcha simbólica y, sobre todo, pacífica para reclamar el fin de la discriminación, del estado de excepción y de los abusos de la corona sobre los norirlandeses católicos, porque vuelvo a recordar que la religión y el poder que detenta cada "facción única y verdadera" tiene mucha culpa de algunos de los males del mundo.

Soldado "paraca" que no lo ve claro, pero que acaba entrando en el corporativismo.


La peli.

La película dirigida por Paul Greengrass en 2002 tiene un par de características especiales. La primera es que parece que se esté viendo un documental. La fotografía y la forma de dirigir los planos son casi los que realizaría un cámara recogiendo un hecho que pasa delante de sus narices. La fotografía grisácea y el continuo movimiento de la cámara ejerce un efecto de nerviosismo para quien está mirando la pantalla. Aunque no sea preciosista, porque no se desea serlo, sí es efectivo, porque se llevó el Oso de oro del festival de Berlín, aunque fuera compartido con "el viaje de Chihiro".

Marcha pacífica de miles de norirlandeses

Aunque el protagonismo se centra en el diputado protestante Ivan Cooper (James Nesbitt), que lucha desde las instituciones, pero desde el pacifismo, la película intenta ser coral. La cinta comienza la víspera por la noche con dos escenas simultáneas y paralelas. Por un lado, el diputado Cooper anuncia que pese a las prohibiciones por parte de la corona, la marcha pacífica por los derechos civiles de los norirlandeses (católicos) se llevará a cabo igualmente, por el otro el general Ford (Tim Pigott-Smith) del ejército británico, anuncia que están preparados para repeler una más que segura agresión. 

Marcha pacífica de una buena parte de la población mayoritaria de Derry, sin London.

Durante toda la cinta se suceden escenas de las posiciones de ambos lados. Por una parte, Gerry y sus amigos y por la otro los soldados paracaidistas del ejército británico. Gerry es joven, desfavorecido por las leyes "religiosas" británicas, católico y ha sido encarcelado por una absurda ley por la cual te pueden encerrar sólo porque a los ingleses les parece. Curiosamente, Gerry, tiene una novia protestante. Por otro lado están los soldados del cuerpo de paracaidistas. Hay un soldado que parece disentir que de lo que ve y escucha de sus compañeros. También nos encontramos en la cinta  al jefe de la policía norirlandesa y al mayor del ejército británico que asisten a la matanza desde el cuartel.

Agachaos que tiran con bala y no pelotas de goma.


La segunda parte de la cinta, donde se precipitan los hechos que hicieron tristemente famoso al domingo sangriento (También traducible como maldito domingo), logra despertar el terror, el asombro, la tristeza, y la impotencia de quien lo ve. Aquel domingo en Derry (Londonderry para los unionistas, o sea, protestantes a favor de Inglaterra) impacta de lleno en el espectador.

Y empieza la caza.


Y, como suele ser habitual, al final de la cinta, cuando acaba como empieza, con las declaraciones del general y del diputado, a una se le hiela la sangre cuando lee la impunidad y el ninguneo de la corona ante la matanza mientras se escuchan los nombres de los asesinados. El diputado está abatido pero lanza una sentencia triste: Esa matanza provocará un aluvión de alistamientos en el IRA ya que la juventud, agredida, sólo verá el camino de la violencia para frenar la violencia.

Dolor por tu familiar muerto.

Para los títulos de crédito nada más acertado que el "Bloody Sunday" de los irlandeses U2.


Juli Gan.