viernes, 25 de septiembre de 2015

Uno de los nuestros


"Que yo recuerde desde que tuve uso de razón quise ser un gangster".




Título original: Goodfellas 
Año: 1990
Duración: 148 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Nicholas Pileggi, Martin Scorsese
Novela: Nicholas Pileggi
Fotografía: Michael Ballhaus
Productora: Warner Bros

Reparto:
Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco, Paul Sorvino, Chuck Low, Christopher Serrone, Debi Mazar, Gina Mastrogiacomo, Frank Sivero, Illeana Douglas, Tony Darrow, Frank DiLeo, Frank Vincent, Mike Starr, Catherine Scorsese, Michael Imperioli, Welker White, Suzanne Shepherd, Margo Winkler, Samuel L. Jackson, Elaine Kagan, Beau Starr


Sinopsis
Henry Hill, hijo de padre irlandés y madre siciliana, vive en Brooklyn y se siente fascinado por la vida que llevan los gángsters de su barrio, donde la mayoría de los vecinos son inmigrantes. Paul Cicero, el patriarca de la familia Pauline, es el protector del barrio. A los trece años, Henry decide abandonar la escuela y entrar a formar parte de la organización mafiosa como chico de los recados; muy pronto se gana la confianza de sus jefes, gracias a lo cual irá subiendo de categoría.



Considerada una de las mejores películas dentro del género de la mafia, Uno de los nuestros cumple 25 años.

Hijo de emigrantes italianos, Martin Scorsese, se crió conociendo de cerca el mundo de la mafia. Un mundo que ya había reflejado en 1973 en Malas calles. Basado en hechos reales, Uno de los nuestros está considerada una obra maestra.

Y es que no sólo está bien dirigida sino que todo en ella es extraordinario. Todo está cuidado hasta el mínimo detalle, algo habitual en el cine de Scorsese. Durante todo el metraje, escuchamos la voz en off del protagonista Henry Hill, que es el narrador de la historia. Todo ocurre sin un momento para el descanso.

Ray Liotta da vida a Henrry Hill, que desde niño se siente atraído y fascinado por sus vecinos mafiosos, que hacían lo que querían y lograban todo aquello que se propusieran. Ellos poco a poco lo irán integrando a su grupo. El jefe de todo está interpretado por Paul Sorvino cuya imponente presencia física, maneras pausadas y parco en gestos nos trae a la memoria a Vito Corleone.

 Compañero inseparable de Henry desde niños es Tommy deVito, interpretado por Joe Pesci, que es uno de esos gángsters parlanchinos y alocados que dispara primero y pregunta después. Pesci recibió el Premio Oscar al mejor actor de reparto por este papel. El trío lo completa el gran Robert de Niro que con un pequeño gesto, con una mirada ya nos lo dice todo. Siempre he creído que el papel de gangster le sienta estupendamente bien a de Niro.

Como curiosidad puedo decir que la propia madre de Scorsese interviene en la película dando vida a la madre de Tommy, el personaje de Joe Pesci


Tachada siempre de película violenta y de lenguaje mal sonante – la palabra “joder” se oye en más de 300 veces-. Al principio no gustó mucho a los italoamericanos algo que tampoco es de extrañar.

No solo son estupendas la dirección las interpretaciones y el guión sino que los decorados y el vestuario están cuidados hasta el más mínimo detalle. La banda sonora está formada por canciones de las diferentes épocas en las que se van desarrollando los hechos.



Uno de los nuestros ha sido declarada de Importacia Cultural en Estados Unidos y seleccionada para su preservación por la Biblioteca de los Estados Unidos.


Uno de los nuestros. Rápida, excesiva, minuciosa, trepidante, violenta, detallista, mal hablada…Hay sexo, fiestas, alcohol, drogas, lujo, familia... mafia. Una gran película.


viernes, 18 de septiembre de 2015

Joyas robadas

El verano es bueno para el cine. Siempre lo ha sido. Diría incluso que antaño lo era más; al menos en mi vida, pues recuerdo cierta época en la que, para escándalo y preocupación de familia y amistades, no asistía a ningún evento veraniego, me pasaba las tardes en las salas viendo pelis de reestreno y hacía descubrimientos tan eclécticos como maravillosos.

Así me vi las primeras pelis de un jovencísimo Massimo Troisi (cuánto disfruté la comedia Ricomincio da tre), casi todo lo de Arthur Penn, Alan J. Pakula, Sam Peckinpah... Qué gozada, amigas.
Esos milagros ya no suceden en verano; al menos en mi entorno. Ya no quedan cines que en julio y agosto, a falta de estrenos, programen clásicos ni retrospectivas. Pero, gracias a los dioses, existe la televisión y existe, entre otros deliciosos canales cinematográficos, el canal Sundance, de donde he extraído este verano varias joyas robadas.

¿Por qué digo joyas robadas? ¿Por qué le he puesto ese título al artículo? Pues porque me he acordado de un hermoso disco, de la italiana Alice, que se titula así, Gioielli rubati, en el que interpreta piezas hermosas como joyas que dice haber robado a su compositor, Franco Battiato.

Así pues, yo también este verano he recuperado tres joyas que habían sido robadas a mi conocimiento, porque no sabía que existían, y que he extraído de las profundas simas de mi ignorancia gracias a la televisión.

Vamos, pues, con mis tres joyas cine-televisivas.

La primera joya es la más catódica de todas, pues se trata de Mrs. Harris, un film para televisión, producido en 2005 por HBO, inteligentemente dirigido por Phyllis Nagy y brillantemente interpretado por Anette Bening y Ben Kingsley.

Mrs. Harris cuenta una de esas historias que me vuelven loca: un crimen real en la América profunda, narrado desde el punto de vista de la asesina, una mujer terrriblemente culta y sensible, destruida emocionalmente por un médico famosete, héroe local que llegó a nacional y se hizo conocido gracias a uno de los primeros métodos para adelgazar que se publicaron en los Estados Unidos.

Mrs. Harris es un relato delirante y cierto a la vez, de esos a los que la ficción no aporta casi nada, porque ya lo tiene todo, ya posee absolutamente todos los ingredientes necesarios para subyugarte. El quehacer de la directora, nada sencillo, consiste, pues, en no arruinarlo; y voto a bríos que Phyllis Nagy no lo arruina, sino que lo ensalza, lo apuntala y lo engrandece. Si no hubiera dicho ya que esta peli es un joya, volvería a decirlo: Mrs. Harris es una maldita joya.

La segunda joya robada es otra deliciosa historia de la América profunda, de Texas, por más señas. La peli se titula Elvis y Anabelle (2007) y es un cuento al que Tim Burton le habría sacado un provecho terrible, pero su director, Will Geiger, tampoco lo hace nada mal. Mejor dicho: lo hace rematadamente bien.

Los protagonistas de Elvis y Anabelle son Blake Lively y Max Minghella, hijo de Anthony, el director, y tiene secundarios de requetelujo como Joe Mantegna, Mary Steenburgen y Keith Carradine.

El film muestra una Texas fascinante, con sus misses enfermas de ansiedad, y una historia de amor surrealista, rocambolesca, gótica, soleada, calurosa, sureña.

Y la tercera joya es Birth (“Reencarnación”, 2004). Aquí abandonamos la América rural y regresamos, como regresan casi todas las películas, a Nueva York, pero a un Nueva York lóbrego, invernal, apagado, sin apenas luz, un poco como el de “La semilla del diablo”. De hecho, yo creo que el director de Birth, Jonathan Glaser, homenajea en varias ocasiones a Roman Polansky y al pelo cortito de Mia Farrow.

La protagonista, Nicole Kidman, interpreta a una de esas neoyorkinas cool, odiosamente distinguidas y elegantes, con el pelo corto; una de esas tipas con una vida perfecta que, de repente, se desbarata; sucede algo y eso hace que casi todo el mundo deje de ocupar su perfecto lugar en el mundo, que salgan de los lujosos armarios fantasmas familiares y cadáveres añejos, y que aparezca porquería donde antes relucían los logos de Dior.

Y eso es todo por hoy, amigas. Como remate, quiero hacer varios homenajes. El primero, a la tele, ya que, como he escrito en otras ocasiones, si no hubiera sido por ella, yo no habría visto ni conocido nunca los clásicos del cine, pues en las salas de mi barrio jamás programaron “El acorazado Potemkin”.

El segundo homenaje quiero hacerlo al cine de verano, al cine al aire libre y de noche, que te brinda la maravillosa ocasión de ver todo lo que en invierno se te ha escapado de las salas.

Finalmente, mi tercer homenaje es al cine americano, que va de la mano con mi obsesión por los escenarios y los pasajes cinematográficos de los USA. Y me pregunto: ¿qué fue antes? ¿Mi obsesión por la geografía de los Estados Unidos o por el cine americano? ¿Qué fue antes? ¿El huevo o la gallina?

En el fondo es una pregunta retórica. Ya sé la respuesta.

Noemí Pastor

viernes, 11 de septiembre de 2015

Annie Hall


 
Ahora que todos hablan del supuesto declive de Woody Allen, y salvo sus fans más incondicionales que le hemos declarado amor eterno,muchos le abandonaron por el camino,porque piensan que lo mejor de su talento y  creatividad se quedó en sus primeras comedias,me parecía un buen momento para rescatar una de ellas,la que posiblemente para mí sea una de las mejores,sino la mejor: Annie Hall, de 1977.


Alvy Singer (Woody Allen) es  un cuarentón bastante neurótico e inseguro que  trabaja como humorista en clubs nocturnos de New York. Tras romper con Annie( Diane Keaton ) Alvy hace un balance de su vida y sobre todo,hace un repaso a su relación con Annie. Una de las conclusiones  a las que llega es que posiblemente la vida no sea perfecta y mucho menos,las relaciones,pero a pesar de eso,la vida es corta,y las relaciones,necesarias.

Esa misma dicotomía subsistirá durante toda su obra,desde el realismo más racionalista y pesimista,surge siempre una necesidad de seguir creyendo en la vida y por encima de todos sus sinsabores,en las relaciones de pareja.


La película arranca con Alvy mirando a cámara,hablándole directamente al espectador,reflexiona sobre lo molesta que se torna  a veces la vida,y sin embargo,lo breve que nos parece casi siempre.
No es la primera ocasión en la que Alvy recurre a implicar al espectador,hay otra escena de la película en la cola de un cine,en la que su personaje se muestra irritado escuchando la conversación de un desconocido a su modo de ver,un intelectual arrogante que trata de impresionar a su acompañante ,y no duda en dirigirse a la pantalla para hacernos llegar su enfado.

¿por qué me gusta tanto Anni Hall?

 intentaré especificar algunas de las cosas más me gustan:


- el recorrido que hace de la relación entre Alvy y Annie,cómo se conocen,lo mucho que conversan,los lugares de la ciudad en los que poco a poco van creando recuerdos juntos,tiene mucho de viaje sentimental en el que la ciudad es testigo partícipe de todas sus vivencias, y a mi modo de ver muchas de las películas que muchos más años más tarde hemos disfrutado,de alguna manera beben de la fuente inagotable que es Annie Hall: "Antes del amanecer","Antes del atardecer" y "Antes del anochecer" es solo un ejemplo  pero hay muchas más...
Todas las fases de la vida en pareja están condensadas en Anni All,todo está aquí: enamoramiento,consolidación, desamor,momentos cumbre,crisis....todo está aquí retratado con ingenio,emoción y humor.


- Los monólogos,las reflexiones de Alvy es un psicoanálisis abierto en el que el espectador se puede ver reflejado en cualquier momento: angustias existenciales, dudas sobre el amor,la soledad,la falta de entendimiento y la caducidad de todo sentimiento que siempre nos parece único y eterno y termina formando parte de nuestro personalísimo legado vivencial...

- las claves de la amistad,sin ser la prioridad en el zoom de Allen,siempre están presentes en forma de complicidad,compartiendo aficciones e impresiones,son el escenario perfecto de los diálogos ágiles y delirantes a los que Woody nos tiene tan bien acostumbrad@s...


- la infancia,la familia,el origen.....la introspección como principio para comprender la construcción de lo que somos...a veces desde la caricatura o la ironía,  lo cierto es que a menudo se hace alusión a la raíz,y no es liviano el peso que se le confiere a la hora de explicar la mochila(cultural,psicológica,emocional...) que todos llevamos a la espalda.


- el psicoanálisis...en el marco de la pantalla dividida en dos ,nos asoma a las terapias personales de Alvy y de Annie, es realmente interesante ser testigo de esos procesos dinámicos en constante cambio y evolución....


- la buena sintonía entre actores,es también aquí el reflejo de la buena química que siempre existió entre Woody Allen y Diane Keaton,incluso cuando ya dejaron de ser pareja en la vida real...

- la ciudad,los personajes secundarios,las canciones interpretadas por Diane Keaton...es una película estupenda,qué puedo decir...


- el debate sobre las relaciones de pareja,son el epicentro,el alfa y el omega,el principio y el fin de la obra de Woody Allen y aun hoy, siguen siendo su principal enigma sin resolver:

 ¿por qué mueren?¿cómo surgen? ¿qué las mantiene vivas?

explorador entre exploradores,nunca ha dejado de hacerse preguntas sobre las relaciones románticas,en su caso,las mujeres,hemos sido para él,el gran misterio con el que la vida parece sin duda,más compleja a la par que interesante.

si alguien todavía no la ha visto,que no pierda más el tiempo leyendo esta reseña  y se decida a darle una oportunidad.
Para los que ya la habeis visto, permitidme que nos pongamos algo nostálgicos con este final tan poético,retrospectivo,maravillosamente narrado,¿había otro mejor?


Nota: Otras reseñas zinéfilas que hablan de Wooy Allen en este blog y que pueden ser de vuestro interés son:

 - Midnight in Paris de Noemí Pastor

 - Nueva York y Woody Allen,perfecto binomio de Bargalloneta

Hannah y sus hermanas de una servidora,Troyana.

Aquí os dejo además un enlace muy interesante sobre algunas curiosidades sobre el cine de Allen,algunas anécdotas realmente resultan sorprendentes:

http://lavozenoff.net/2013/11/11/10-curiosidades-que-probablemente-no-sabias-de-woody-allen/

Buen fin de semana zinéfil@s,

Troyana.




viernes, 4 de septiembre de 2015

Electric Boogaloo: Chuck Norris, aerobic, posesiones y ninjas

Y para volver del verano ¿qué mejor que un documental, verdad? Vale, no suena muy prometedor, pero realmente es ameno y muy, muy divertido: Electric Boogaloo, la loca historia de Cannon Films.

¿Os acordáis de Cannon? Los que seáis asiduos del canal de cine de Paramount aún podéis (queráis, o no) ver sus películas con cierta frecuencia. Resumiendo mucho podríamos decir que fueron los productores de las películas "de" Chuck Norris y Charles Bronson.


De hecho, en el documental, uno de los trabajadores de la Cannon explica que durante un cierto período de tiempo, le pedían que todos los guiones que recibieran los debía poner en dos montones, "los montones de los Chuck": Norris y Bronson.

Y cómo dice "Da igual que se hubiera tratado de Cumbres Borrascosas, hubiera tenido que hacerla Chuck Norris o Charles Bronson". Dejo de vuestra cuenta imaginaros quién hubiera sido más "inolvidable" en el papel de Heathclif.

Sin embargo, despachar dicha productora con tan solo esa definición, sería injusto y mucho menos divertido de lo que realmente es.

Su listado de películas es mucho más amplio y contradictorio: empezaron básicamente con porno suave, o con cualquier argumento al que se le añadían unos cuántos desnudos. Aunque para ello el propio Menahem Golam  se presentara en los rodajes para encargarse de que las actrices se quitaran el sujetador.

Y se hicieron famosos - y ricos - con las películas de acción y explosiones, pero también financiaron cine de autor, al tiempo que inventaban el género de ninjas y  musicales descacharrantes (como el Electric Boogaloo del título), películas ciencia-ficción épicas y hasta estrenaron una película de terror (involuntariamente) apta para todos los públicos.

Reconozco mi ignorancia, siempre había pensado que la Cannon era una máquina de hacer dinero invirtiendo lo menos posible, copiando cualquier fórmula de éxito, ofreciendo bazofia sin rubor alguno.

Para entendernos, siempre les había considerado el equivalente cinematográfico a los fabricantes (y digo "fabricantes" con toda intención) de choped, y sus (sub)productos me producían igual sensación física.

Pero lo que el documental de Mark Hartley nos desvela es qué había mucho más bajo esa fachada, y que en realidad, no se trataba de hacer dinero a través del cine (malo), sino de conseguir dinero para poder seguir haciendo cine (malo) .

Pero empecemos por el principio: Menahem Golam  dirigía y producía películas en su Israel natal, cuando se asoció con su primo Yoram Globus  juntos obtuvieron grandes éxitos (grandísimos) que les hubieran permitido mantener un negocio muy próspero de por vida. Pero los primos, en especial, Menahem Golam  no eran simples negociantes, eran realmente, grandes cinéfilos.

Y el sueño de cualquier cinéfilo es ir a Hollywood, eso y ganar un Oscar, porque esa es la idea, aunque sea difícil de creer, viendo los resultados.

Los primos, en su momento de mayor gloria

Y es que, si algo definía a Menahem Golam  era su amor al cine, de niño, iba al cine unas cuatro veces por semana, y de adulto, junto a su primo Yoram Globus, según los testimonios, solo hablaban de cine, pensaban en cine, y aprovechaban cualquier momento libre para ... ver cine.

Y eso es lo más sorprendente de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films", como nos ofrece una visión de Goram como un romántico, dispuesto a hacer cine sea como sea. Pero ¿Por qué un cinéfilo, una persona que había visto cine hasta el delirio, y que lo amaba así, solo hacía películas nefandas?

Según uno de los muchos entrevistados para el documental (cito de memoria): "Todo el mundo tiene malas ideas, pero es que él solo tenía ideas malas". Bueno, eso podría ser una explicación.

Otros entrevistados en "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films" afirman que tenía que ver con que su gusto eran cien por cien israelí, y que nunca encajó del todo con el gusto de los americanos, especialmente cuando quería hacer cine específicamente americano.

Otros dicen que simplemente no tenían ningún criterio "Si hubiéramos puesto a un mono a escoger guiones, lo hubiera hecho mejor".

Otros, que la velocidad en producir películas era tan sumamente elevada, que era imposible que se pudiera cuidar lo más mínimo cada una de las producciones. Y es que al parecer, la estrategia de la compañía era una constante huída hacia adelante. Jamás había que preguntarse por qué un título había fallado, había que estrenar rápidamente otro, y rezar para que éste triunfara y cubriera las pérdidas del anterior.

Por supuesto el bajo presupuesto tenía algo que ver con la falta de calidad de las películas, y sin duda es lo que justifica decorados de cartón piedra, falta de días de rodaje, y muchas otras carencias.

Pero es que en sus producciones hay algo que no justifica de ninguna manera la falta de dinero, algo que podríamos llamar un plus de mal gusto. Y no solo eso, de incoherencia, de ideas absurdas, de combinar géneros imposibles de mezclar.
Sí, también produjeron Masters del Universo

Y eso es lo que más fascina a Mark Hartley, el director y guionista de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films", tanto que se olvida un poco - digamos que pasa sobre ese tema de puntillas - de la forma terrible de tratar a sus empleados y colaboradores de la Cannon y de que probablemente Menahem Golam  y Yoram Globus eran dos personas con las que jamás hubieras querido trabajar (ni conocer).

Y obvia todo esto, quizá seducido por el lado romántico de la Cannon, o quizá demasiado interesado por describir la increíble galería de anécdotas que ha conseguido recopilar ¿y quién no estaría deseando contarlas? Veamos unos ejemplos.

- Cómo Menahem Golam  intentó explicar a un chimpancé que iba a "actuar" en una de sus películas de las motivaciones de su personaje.

- Y cómo, poco después, dicho chimpancé fue sustituido por un enano con un disfraz barato de mono.

- Las increíbles combinaciones de géneros a las que Menahem Golam  era tan aficionado: Aerobic, posesiones y ninjas; extraterrestres y vampiros, extraterrestres desnudas, por supuesto.

- Cuando Menahem Golam  gritó a sus colaboradores que quería a "la chica de la piedra" para protagonizar "Las minas del rey Salomón" y se quedó de piedra (perdón por el chiste) al contemplar a Sharon Stone en la cinta, cuando él esperaba a Kathleen Turner (protagonista de "Tras el corazón verde" y "La joya del Nilo")

Electric Boogaloo, itself

Son tantas y tantas las demostraciones de que la vida y forma de hacer negocios de Menahem Golam  y Yoram Globus era mucho más interesante como guión a cualquiera salido de su productora, que uno no puede culpar a los responsables de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films" de que al final, nos haga querer un poquito a esta delirante pareja, y hasta nos haga olvidar aquella vez que renegamos cuando nos pusieron en un autocar, a traición, "Delta Force" o "Desaparecido en Combate 2", que por cierto fue producida antes que la primera porque ...

Si queréis saber por qué, o cómo terminaron produciendo una ópera con Franco Zefirelli, o el último Superman que contó con Christopher Reeve, o cómo se les ocurrió crear la primera películas "de ninjas", os invito a ver esta rápida, ágil y abiertamente humorística sucesión de entrevistas a colaboradores de la productora, empleados y actores, junto a algunas de sus escenas más descacharrantes.

En serio, no os arrepentiréis. Palabra de profesora de aerobic poseída por el espíritu de un ninja.

Loque