viernes, 29 de junio de 2018

Bob Fosse, we miss you

Bob Fosse, el maestro

Ahora me ha dado por el musical. La anterior entrada fue sobre Fred Astaire y Ginger Rogers y ahora he elegido a Bob Fosse, director de películas que me han encantado y uno de mis coreógrafos favoritos.
 Si no hubiera muerto, el pasado día 23 hubiera cumplido noventa, pero desgraciadamente murió en 1987 con solo sesenta años. Una lástima, porque nos dejó pocas películas. Y eso que comenzó a trabajar pronto. Era hijo de artistas y con trece años hizo la primera gira y con quince su primera coreografía. Trabajó de bailarín, actor, coreógrafo y en 1969 dirigió su primera película 
Sweet Charity —inspirada en Las noches de Cabiriaque debió ser un fracaso.
 Estos días he vuelto a ver las películas que le dieron fama: Cabaret, All that jazz y Lenny. Me quedan pendientes la primera y la última: Sweet Charity y Star 80. Ya sabéis que a veces las películas envejecen mal, y suele dar miedo ver cosas que recuerdas con mucho entusiasmo por si el tiempo no las ha tratado bien.
Cabaret, un musical diferente
 Sabía que no era el caso de Cabaret, porque la he visto bastantes veces a lo largo de los años y siempre me ha gustado. En la entrada en la que hablaba de Fred y Ginger, decía que el mundo se divide entre los que adoran los musicales y los que los odian. Y son posturas definitivas e irreconciliables. Pues bien, eso no aplica a Cabaret. Es un musical que gusta a todo el mundo, quizás porque no tiene la estructura típica de los musicales. Los personajes no arrancan a cantar mientras cenan o pasean por un parque. Los números musicales se dan siempre en el cabaret donde actúa la protagonista (fantástica Liza Minelli…) y están perfectamente encajados en el argumento, siempre relacionados con lo que pasa en la historia. Solo hay una canción fuera del local, que interpreta un joven nazi en un idílico merendero de campo que me volvió a poner los pelos como escarpias. Como nos descuidemos, algo parecido vuelve a pasar. Vamos, es una historia bonita; bien interpretada por Liza Minelli, Michael York y un maravilloso Joel Grey como maestro de ceremonias; y con unos números musicales de quitarse el sombrero varias veces.
Estos días, que he visto las películas seguidas y recordaba el musical Chicago, pensaba que Bob Fosse es el hombre que hace las coreografías más cargadas de erotismo que he visto nunca.
Coreografías cargadas de erotismo
Para mí que en All that jazz, que dicen que es en cierta forma autobiográfica, debían regar a los espectadores con agua fría de lo que subía la temperatura de la sala. Por si sois jóvenes y no la habéis visto (no es tan conocida como Cabaret) es la historia de un director y coreógrafo que está preparando una película sobre un cómico y ensayando un musical para Broadway. Además, se pasa el día fumando, tomando dexedrina, ligando con toda mujer que se ponga a tiro (además de tener una exmujer, una novia y una hija a las que no atiende como ellas quisieran). Todo ese estrés desemboca en un infarto y el director comienza a relacionarse cada vez más a menudo con el ángel de la muerte que viene a visitarlo (hasta la muerte es sexy en sus películas, claro que la interpreta Jessica Lange). De nuevo los números musicales están bien encajados y son excelentes, incluso para haters del musical. Los intérpretes: Roy Scheider, Jessica Lange, Leland Palmer, Ann Reinking, Ben Vereen, Cliff Gorman,  John Lithgow y Wallace Shawn están todos geniales y la película aguanta perfectamente el paso del tiempo.
Jessica Lange. Un ángel no asexuado.
Por último, Lenny. Bob Fosse dirigió está película en 1974 sobre la biografía de Lenny Bruce. Este humorista estadounidense nació en 1924 y murió en 1966. Era, pues, de la generación de Fosse. Tenía un humor provocativo, ácido e irreverente que le ocasionó numerosos problemas con la justicia que juzgaba sus números “obscenos”. La película es en blanco y negro y alterna la vida y las actuaciones de Lenny con entrevistas tipo falso documental con su exmujer, su madre y su representante. Dustin Hoffman está estupendo, pero me impresionó mucho Valerie Perrine en el papel de la mujer. Ella es una streaper de la que Lenny se enamora y junto a la que trabaja un tiempo.
Lenny. Un tema muy actual: la
 libertad de expresión
Es una relación tormentosa, mezclada con drogas, detenciones y cárcel en el caso de ella. Está maravillosa todo el rato: bailando sensualmente, borracha, drogada o en los momentos de entrevista en los que, de pronto, parece mucho más joven y totalmente inocente pese a la historia que lleva sobre las espaldas. No estoy segura de que hoy en día Lenny no tuviera problemas con la justicia. Viendo esta selección de Bob Fosse tengo la sensación de que hay cosas que han retrocedido en cuanto a la libertad de crear y decir cosas en público. Pues ya veis: tres de tres. Este hombre estará siempre en mi lista de directores favoritos.
Y que sepáis que, después de Lauren Bacall, lo que más me hubiera gustado ser es bailarina y actuar en un musical de Bob Fosse.
Mirad este enlace, a eso llamo yo coreografías eléctricas

Laura Balagué


sábado, 23 de junio de 2018

Hacer comedia de la tragedia (La Vaquilla)


Esta semana traigo a nuestro rincón zinéfilo una de las películas con la que más disfruté en mi adolescencia. La primera vez que la vi, nos la echaron en el instituto y me quedé maravillada con las chuscas peripecias de un grupo de soldados infiltrados entre el enemigo. Se atrevía a burlarse de una cosa tan seria y con tan poca gracia como fue la guerra civil española. Por primera vez se hacía de una tragedia una comedia. Cosa de García Berlanga, que encima fue alistado en la leva del biberón por la República en los estertores de esa barbaridad bélica. Berlanga, y Azcona, fueron capaces de sacar una comedia de algo tan luctuoso por primera vez, luego ya vendrían otras comedias como "Biba la banda", un par de años después.


Cartel de la peli.


Cuando hablo de la película "La vaquilla", yo no sé por qué muchos la confunden con el personaje principal de la película de subgénero delictivo y rateril "Perros Callejeros" de J.A. de la Loma que llevaba el desafortunado apodo de "el Vaquilla", nacido para cosas oficiales como Juan José Moreno Cuenca. Pero no, yo hablo de la famosa película que el maestro de maestros y austrohúngaro por vocación, Luis Garcia Berlanga, rodara hace ya treinta años en el hermoso pueblo zaragozano de Sos del Rey Católico. El pueblo se llama de esta manera porque allá vio la primera luz de su vida el rey Fernando II de Aragón y V de Castilla por matrimonio y luego viudedad, y por pasarse por el forro de las gónadas la sucesión de su hija, y por cargarse la libertad del reino de Navarra, etc, etc. Por cierto, eso de "los reyes católicos" ¿Es que el resto no lo eran?.

Escultura de Berlanga en Sos, donde se rodó La Vaquilla
Ya me he liado, como es costumbre. Volviendo sobre el tema de la película berlanguiana en cuestión, es una ácida sátira de lo que fue la guerra civil. Cuenta la historia de un heterodoxo grupo de hambrientos soldados republicanos que acuden a un pueblo de la retaguardia en zona nacional para robar la vaquilla que es parte de los festejos y así tener algo que comer en las trincheras. 


El quinteto liándola en el pueblo

El guión, siempre al alimón con el gran Rafael Azcona, narra los momentos más chuscos de esta "original " expedición formada por un teniente por derecho político, gran amante de su oficio de peluquero (José Sacristán), un brigada, militar de oficio(Alfredo Landa), un cura rebotado (Carles Velat), un torero con miedo(Santiago Ramos) y un chico natural del pueblo en fiestas cuya máxima obsesión es ver a su novia (Guillermo Montesinos). Como en todas las pelis de Berlanga, la trama es un"arco berlaguiano". Se parte de una mala situación, se aspira a mejorar, y al final se acaba igual o peor que al principio.

Plano-secuencia berlanguiano. Tres escenas a la vez.

Las peripecias del dispar grupo comienzan en unas trincheras aburridas, la inestimable ayuda de un intendente homosexual que les ayuda a cruzar las líneas, encontronazos con la plana mayor franquista, la iglesia represora, la aristocracia más rancia, y la familia política del soldado natural del pueblo. La escena final es simbológica. La vaquilla, que es el origen de la peripecia, la cual quieren robar para dar de comer a sus tropas e impedir la fiesta al enemigo, acaba muerta porque ninguno de los dos bandos sabe muy bien qué hacer con ella. Los buitres planean sobre el cadáver mientras suena "la hija de Juan Simón".  Deja claro su mensaje.




El hecho real del trueque entre los bandos atrincherados ya se había rodado veintidós años antes gracias a una peli de Pedro Lazaga, habitual de las comedias de la época con Landa, López Vázquez, Gracita Morales, Aparicio, etc, etc, llamada "Posición avanzada", rodada en pleno franquismo de los tecnócratas del Opus. Algunos detalles de la peli la hacen recordar viendo las descacharrantes escenas de los cinco republicanos infiltrados en las tropas enemigas.



También es curioso que tanto Lazaga como Berlanga, para purgar su pasado, fueron miembros de la División Azul pasándolas canutas en Rusia en plena juventud.


Guerra chapucera y toros, retrato español.

Berlanga dió muchas vueltas a esta historia. La quiso hacer en los cincuenta, pero hacer humor de un hecho tan serio no parecía bien ni a rojos ni a azules, que ya es curioso, pues en este punto estaban de acuerdo. Cuando acudía al extranjero con alguna peli tipo "Bienvenido míster Marshall" o "el verdugo", Berlanga aprovechaba para hablar con exiliados, que torcían el gesto con reprobación ante la idea de hacer una sátira. El humor, como alguien dijo una vez es igual a tragedia más tiempo. Así que Berlanga tuvo que esperar muchos años para llevar a cabo esta filmación. Tanto que la historia evolucionó. Al principio iba a narrar la historia de un pueblo en pleno frente, dividido en dos, por medio de una franja blanca que delimitaba las dos Españas. Quizá os suene al pueblo "fregatriz" Villaarriba y Villaabajo, donde aprovechó la idea original del primer boceto de la vaquilla. Aunque cosas como las del intercambio de tabaco por papel de fumar son absolutamente ciertas.


Secundarios de lujo. Agustín González, comandante fascista; Amalia de la Torre, condesa trastornada; Adolfo Marsillach, marqués y Fernando Sancho, el alcalde fascista. La idea de Berlanga era contar con Luis Escobar (marqués de Leguineche en la escopeta nacional), pero no pudo ser.

Una de las especialidades de Berlanga era hacer secuencias corales donde los actores, diseminados por todo el cuadro, van desarrollando sus cometidos, como por ejemplo, la escena de la barbería en la que, mientras Landa espera ser inyectado por Luis Ciges, por cierto, también divisionario en Rusia en su mocedad, Sacristán se desvive por recordar su profesión de barbero afeitando a un Agustín González que resulta ser el comandante franquista.


Violeta Cela interpreta un mínimo personaje de la novia de Guillermo Montesinos. Una chica con carácter que elige al alférez fascista(Juanjo Puigcorbé) aunque se nota que aún quiere al pobre perdedor.

Como decía más arriba, las películas más exitosas de Berlanga solían contar con varios aspectos similares: Una, es que en todas ellas aparece la palabra fetiche "austrohúngaro", dos, que no hay un protagonismo individual pues suele estar repartido entre un puñado de actores y tres, que siempre se da el llamado "arco berlanguiano". Esto no es otra cosa que, partiendo de una situación un tanto incómoda, se toma una oportunidad de prosperar, que finalmente se trunca, acabando igual o peor que al comienzo.

Magistral resumen de la peli en 30 segundos:




La Vaquilla fue una película exitosa sobre la guerra civil antes de que este lamentable pasado inundara la literatura, el cine y la televisión. Puede que su éxito fomentara la aparición de otras obras versadas sobre el tema.


Juli Gan

viernes, 15 de junio de 2018

Handia: el gigante cervantino


La primera parte del metraje de Handia no consiguió atraparme. Pasaban los minutos y solo veía acontecimientos inconexos y diálogos insustanciales. Tonta de mí.

Luego, sin embargo, me fue inundando la línea de las imágenes, las palabras escasas, plurilingües y escogidas, y, para cuando acabó, ya estaba prendada de la épica triste del relato.

Por cierto, en mi sesión,  en el cine, la gente aplaudió al final. Hacía años que no presenciaba yo una chaparrada de aplausos espontáneos antes de los títulos de crédito. No lo presenciaba  desde el estreno de Death Proof, de Tarantino, allá por 2007. ¿A vosotras y a vosotros os pasa a menudo? A mí no, pero quizás sea porque soy asidua a las sesiones entre semana y a deshoras, ergo con poco público.

La historia del gigante de Alzo se me quedó pegada a la cabeza durante las horas e incluso durante los días posteriores y no hice sino reparar en los muchos aciertos de la película.

Una cosa que en la narrativa funciona siempre muy bien, por ejemplo, es un narrador segundón; esto es, no el propio protagonista, sino un secundario de lujo, alguien que siempre estaba allí, que lo vio todo, que intervino en los acontecimientos, que los provocó incluso. Un Sancho Panza, podríamos decir, a fin de cuentas, alguien sin cuyo contrapunto la historia quedaría coja y no habría avanzado. En el caso de Handia el sancho es Martín, el hermano mayor (de edad, no de estatura; perdón por el chiste fácil y malo) del gigante.


                                             -¿Por qué no entiende lo que le digo? ¿Es retrasado?
                                   -No. Es vasco.

Este sancho es, a a la vez, Cervantes, el autor, el hacedor, el creador del mito. Al igual que el propio Miguel de Cervantes Saavedra, Martín tiene un brazo impedido por una herida de guerra. Pero recordemos que este sancho no se llama Miguel, sino Martín. Miguel se llama su hermano, el gigante: Miguel Joaquín Eleizegui Arteaga.

En este baile de nombres veo también algo muy cervantino, pues al genio de Alcalá de Henares le gustaba someter a sus personajes a este juego de diferentes denominaciones e identidades abiertas y múltiples. Esto lo hizo Cervantes en las Novelas Ejemplares, en las que casi todas y todos los protagonistas tienen más de un nombre, y también en el Quijote, cuyo héroe se llamaba Alonso Quijano, pero también don Quijote de La Mancha o El Caballero de la Triste Figura.

Así, el bueno de Miguel Joaquín tiene también otros nombres más épicos o comerciales y en el mundo del espectáculo se le conoce como el gigante de Alzo, el gigante guipuzcoano, el gigante de Bilbao, el coloso español  e incluso the spanish colossus; aunque él quería llamarse sencillamente handia.

Hay más toques cervantinos en la peli. Está también esa fusión, esa confusión entre Sancho y Quijote, que se produce entre los hermanos Martín y Joaquín. De jóvenes, cuando vivían juntos en el caserío de Alzo, la gente los fundía, los confundía. Luego se lanzaron al mundo cada cual con su función, con su papel. Más tarde los papeles se reinvirtieron y la gente volvió a fundirlos, a confundirlos, otra vez. Me explico a continuación.

Cuando Martín y Joaquín eran unos muchachos, se llevaban poca edad y siempre estaban juntos. La gente de Alzo y alrededores no sabía quién era quién.

Luego los separó la guerra y, más tarde, tras su reencuentro, cuando deciden aventurarse en el mundo del espectáculo, se definen sus papeles: Martín siempre quiere ir más allá, visitar otros escenarios, conquistar otros territorios, otros mercados, viajar hasta América, ganar más dinero; Joaquín, en cambio, nunca habría querido salir de Alzo, odia ser exhibido, cree que la gente se ríe de él, detesta esa vida que se pasea ante sus ojos y que él solo ve por un agujerito, el del ventanuco del carromato que lo transporta de pueblo en pueblo, el de la manta con la que lo cubren cuando debe pisar la calle, para que la gente no lo vea y quiera luego pagar por verlo.

Años después, cuando llega la decadencia y la ruina, Martín se rinde, abandona sus sueños de aventura americana y desea regresar a Alzo. Entonces, como digo, se invierten los papeles y es Joaquín el que ruega vehementemente a su hermano para que sigan con el espectáculo, que lo mejoren, para seguir atrayendo a la gente y sus monedas.

En ese momento, en el momento del regreso a la pobreza, cuando el público, la gente, les da la espalda y de nuevo se tienen solamente el uno al otro, entonces vuelven a fundirse en el abrazo del cartel de la película y a confundirse ambos en el imaginario popular, en los rumores que circulan por esos pueblos de dios y difunden la leyenda de un gigante vasco con un brazo impedido por una herida de guerra.

Handia me hizo pensar en bastantes más cosas. Por ejemplo, en la realidad, la invención y la memoria, en la historia que no es solo lo que sucede, sino también, o quizás sobre todo, lo que recordamos que sucede, lo que creemos que sucede o lo que relatamos que sucede. Los recuerdos, las creencias y los relatos a menudo no encajan entre sí y, al tiempo, suceden cosas ante nuestras propias narices que somos incapaces de ver.

Y hablando de ver, también me hizo pensar Handia en ese agujerito del que hablaba antes, a través del cual el grandullón Joaquín contemplaba la vida, el mismo agujerito por el que la gente, en las barracas del espectáculo, lo contemplaba a él; el mismo agujero estrecho y limitador por el que nos asomamos todos a la vida.

Podría hablar más de todas esas cosas en las que me hizo pensar Handia, pero me quedo al final con la historia triste de un verdadero friki, de un solitario monstruito de feria que nunca quiso abandonar su aldea y, sin embargo, recorrió millas. Fue a Bilbao, fue a Madrid y conoció a la reina. Fue a Lisboa, a Burdeos, a París, a Londres. En Stonehenge contempló unas piedras colosales y, durante el viaje en barco, avistó la cola de una ballena que era también más grande que él.

viernes, 8 de junio de 2018

Un sol interior






"Un sol interior" es una película francesa del 2017 dirigida por Claire Denis e interpretada entre otros por Juliette Binoche y Gerard Depardieu.

Nos cuenta la historia de Isabelle,una artista parisina divorciada que tras varias relaciones sin éxito, quiere encontrar el amor.El amor de verdad.

La directora de la película en una entrevista relata que las experiencias de Isabelle son una versión de sus propias experiencias en el amor, un amor que parece se muestra esquivo una y otra vez.

Pero entonces ¿por qué  merece ser vista "Un sol interior" calificadamente en mi opinión muy inmerecídamente con un triste 5`8 en filmaffinity? analizaremos a mi modo de ver,sus principales puntos fuertes....

1)- La sucesión de experiencias amorosas, los perfiles psicológicos.....

No sólo por la galería de personajes masculinos de la edad postmoderna que vivimos, tan variopinta como muchos de ellos reconocibles:

-esposos infieles,jóvenes treintañeros o cuarentañeros fóbicos al compromiso y sin embargo eternamente jugadores en el campo de la ambigüedad incluso en varios frentes al mismo tiempo,hombres cincuentañeros aburridos encerrados en matrimonios que hace tiempo  perdieron fuelle,hombres acomplejados por un status que perciben inferior al de sus parejas........la propia Isabelle responde a un cliché de divorciada cincuentañera desorientada que no termina de amarse lo suficiente para atraer a sus vidas estos perfiles tan poco prometedores.....
la pregunta sería:

 ¿atraemos lo que creeemos merecer? ( y por favor,os invito a que me deis vuestra opinión)





2)- el cuestionamiento del amor romántico

La película es un ejercicio desmitificador del amor romántico,ése mito cargado de estereotipos con el que se nos ha ido educando a generación tras generación y tanto daño nos ha causado,al presuponer por ejemplo dogmas tales como:
la felicidad te la ha de dar otra persona,existe la media pareja y es para toda la vida,el amor todo lo puede o todo lo perdona.....etc....etc....etc


A fuego lento hemos sido socializados con el cine,la música,la literatura,el arte....en una creencia del amor romántico que tarde o temprano se vuelve en nuestra contra,porque si hay algo de lo que pone en entredicho la película es que ese ideal ,esa eterna expectativa, no siempre y de forma infalible, se ve respaldada.
la pregunta sería:
¿merece la pena esa insaciable búsqueda?


3) - Juliette Binoche y Gerard Depardieu



Binoche ( Herida , La insoportable levedad del ser...entre tantas otras) es la gran baza de esta película, sabe a estas alturas de su trayectoria profesional,manejar cualquier registro emocional en pantalla,se desenvuelve fluidamente en la línea de la comedia ácida y el drama intimista.Es una maravillosa elección que hace que la película se vuelva una apuesta segura porque refleja a la perfección en todo momento ese camino tortuoso plagado de conatos sentimentales que vive Isabelle.


 
Gerard Depardieu ( Cyrano de Bergerac,entre tantísimas otras),ya lo sabemos,rara vez nos deja indiferentes.
La directora confiesa que :
"Él puede hacer que las líneas de diálogo sean profundamente naturales.Es más,dice que escuchó en su cabeza el título definitivo de la película cuando él dijo una frase de su personaje a Isabelle : "No te cierres a las cosas nuevas....busca tu verdadero camino y encontrarás tu sol interior".


4) El contexto social. Y sí, es Francia,pero podría ser cualquier otro país de la cultura occidental postmoderna.Una sociedad en la que las relaciones líquidas reinan.No se perciben inteligencia emocional,no hemos sido educados para saber amar y ser amados,se presupune esta capacidad en un contexto social en el que las relaciones afectivas parecen abocadas al consumo,a lo perecedero,a la falta de compromiso y permanencia.....La pregunta sería:

¿es ésta la forma de relacionarse que va pareja a un sistema capitalista en las sociedades "avanzadas"?¿ por qué Europa,y así lo reflejan muchos cineastas actuales, está plagada de incapacitados emocionales?


5)- El desenlace

Evidentemente, no desvelaré el desenlace. Sólo dejo constancia de lo que a mí me parece un cierre casi perfecto,admitámoslo,el final es siempre un elemento clave en la valoración que interiormente a menudo hacemos de la película completa.

Lejos,muy lejos de todo convencionalismo,hay una lectura entre líneas de lo que interpretamos subjetivamente como la moraleja de este cuento moderno.

El/la espectador/a es llamad@ a extraer sus propias conclusiones de sobre dónde y cómo hallar y preservar la felicidad porque lo que parece evidente es que además de que la suerte puede jugar su papel más o menos relevante( como viene a sugerir Woody Allen en algunas de sus últimas películas),la última palabra, por descontado, siempre la tienes tu.

Feliz fin de semana,


Troyana

viernes, 1 de junio de 2018

Políticamente correctos

En los últimos años a través de las redes sociales, especialmente de forma virulenta en los últimos meses, hemos visto llegar una fiebre de corrección política. Lo que en un principio parecen reivindicaciones justas y de sentido común, pueden derivar, como todas las tendencias, en una sobreprotección de la parte a defender en perjuicio de un equilibrio común entre el total de la población.

Esta idea presentada arriba podría derivarse en un ensayo social, pero al ser esto Zinéfilas, lo que presento a continuación, es el impacto de estas tendencias en el mundo del cine y la televisión.

¿Cuál es la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto? Esto está muy ligado a los valores de la sociedad en un momento determinado. La puritana generación que salió con el Macartismo en los años 50, vivía en los valores clásicos estadounidenses y capitalistas, en una lucha constante con el comunismo. ¿Hubiera aceptado films de los años 30 provenientes de directores europeos como Fritz Lang? ¿se hubiera podido hacer una película como Metrópolis en ese momento? Las respuestas son complicadas, pues en un contexto social que se volvió enfermizo, el haber expuesto ciertas ideas te hubiera conducido al ostracismo social y laboral.



Recientemente, en una época de derecho y respeto, vemos cómo algunos films pueden llegar a ser censurados. Es algo que en occidente nos puede sorprender, pero se puede comprender, pues no todos los países comparten los mismos valores. Por ejemplo, Irán consideró que Zoolander promovía los derechos de los gays y no permitió su exhibición en este país.



¿Pero qué pasa cuándo la censura se produce en países con libertad de expresión, de los considerados "buenos" y "abiertos" por sus ciudadanos o vecinos? Es aquí donde puede llegarnos la preocupación. Y no me refiero a la censura de que 50 Sombras de Grey fuera para mayores de 18 años en EEUU y sólo para los de 12 en Francia. A lo que se va a aquí es a una "limpieza" por corrección política.

Por supuesto, la falta de corrección no se debe confundir con la provocación. Hay multitud de ejemplos de mayor o menor gusto (Salo (120 días en Sodoma), Ninfómana, el Centípedo Humano, por ejemplo), que se mueven entre las expresiones de arte más extremas o la provocación morbosa, para generar una reacción en el espectador. Aquí la provocación no es exagerada, es más sutil e incluso subconsciente, para cambiar el punto de vista cotidiano del individuo, o subvertir su pensamiento.

Como en aquellos tiempos anticomunistas o los de la censura franquista por ejemplo (¡oh, esas películas redescubiertas al verlas sin censura!, como Resplandor en la Hierba), en la actualidad, se está haciendo una censura más fina, de tres maneras, a saber:



- Por un lado, en países como Estados Unidos, se pide la eliminación de aquellos films que en los ojos actuales pueden resultar no correctos. Un ejemplo de esto era una petición para eliminar "Lo que el Viento se Llevó", por su trato hacia la gente de color (pese a que Hattie McDaniel lograría un Óscar por su interpretación de Mami), o la visión de la Guerra de Secesión de este país.

- En otros, como en Reino Unido, se hizo el "smoking ban", y así, a partir de 2007, no se podían mostrar a personajes fumando. Cuando los personajes iban a fumar, salían de la pantalla. Todo esto se hace por el bien "de la juventud". Pero ¿cómo quedarían los personajes de Bogart y Bacall en El Sueño Eterno sin sus cigarrillos? Claro está, que el film podría pasarse a "mayores de 18 años", como si el ejercicio de exhalación de humo se pareciería al uso de otras drogas como las de Trainspotting, pero no lo juzgaré aquí




- El último movimiento es la autocensura de algunos estudios y televisiones por la corrección política. Personajes clásicamente blancos interpretados por actores de color como Sophie Okonedo en The Hollow Crown o Samuel L. Jackson con Nick Fury en el universo Marvel, aunque en estos casos, más que corrección, podemos afirmar sin género de dudas, que es por solvencia profesional.



En este último punto, se podría incluir el uso que hace de Disney de castings multiétnicos en sus sagas galáticas o marvelianas, aunque se entiende, porque son films de proyección mundial y es por tanto, muy normal, que se incluya gente de todos lados, aunque se siga prefiriendo a actores blancos, en la mayoría de los casos, como protagonistas.



También cabrían aquí, quizá guiados por la corrección política del momento las versiones de "sólo mujeres". No hablo del test de Bechdel para saber si hay mujeres, y están bien representadas en las películas, hablo de adaptaciones femeninas, como la última Cazafantasmas, o la próxima Ocean's 8. Personalmente, se puede entender que en un film como "Master & Commander", la cuota femenina sea baja, debido al lugar donde se plantea, y no creo que se llegará a hacer una versión femenina de esta gran película.



¿Cuándo es lícito hacer versiones femeninas? ¿Es ésta realmente la pregunta correcta? ¿Debemos seguir haciendo cosas de chicas basadas en éxitos de chicos? ¿No tenemos nuestras propias historias que contar? Porque se ha demostrado por activa  y por pasiva, que sí las tenemos, incluso en campos supuestamente sólo masculinos como la acción (por ejemplo, en televisión con Peggy Carter en Agente Carter o Emma Peel en Los Vengadores) o en el cine (con Ellen Ripley en Alien y Sarah Connor en Terminator)

Creo que en una película, la cuestión no es que un estudio quiera llenarse los bolsillos en base a "regalar" o aprovecharse de un colectivo supuestamente marginado (mujeres, gays, el que toque...), lo que se debe pensar es en dar oportunidades a los miembros de esas comunidades, como si sólo fueran personas con buenas ideas, capaces de crear películas emocionantes y a la vez, rentables. Y actualmente, esto se podría hacer aumentando la diversidad para lograr películas diferentes pero que puedan ser interesantes, y de paso, rompan con la repetitividad de temas que vemos en nuestras pantallas.

Sé que el mundo del cine es un negocio al final y no tiene corazón. Es por ello que lo que pido por aquí es que olvidemos la corrección y demos más oportunidades a todos. Hay grandes historias que quizá obliguen a encender un cigarrillo, tramas que puede que no relaten lo más bonito del ser humano, pero que hagan que sintamos a sus protagonistas, personajes de color, de sexo o género, en situaciones de ventaja o no, que se comen la pantalla. Demos oportunidad a que estas historias valientes y quue estos personajes con carisma se desarrollen, no por cuota, sino por ingenio, y estoy segura de que serán rentables, porque el público sólo verá protagonistas con los que empatizar y películas con las que emocionarse. Quizá esto último no sea muy políticametne correcto, pero sí más de justicia y sentido común.

Carmen R.

Fuentes: 
http://cinemania.elmundo.es/noticias/prohibiciones-por-el-mundo-10-peliculas-censuradas-por-motivos-absurdos/
https://larepublica.pe/espectaculos/855449-50-sombras-de-grey-los-adolescentes-en-francia-si-podran-ver-el-filme-erotico
https://www.theguardian.com/film/2015/jun/25/us-critic-deniably-racist-gone-with-the-wind-should-be-banned-from-cinemas
https://www.theguardian.com/books/2017/jul/07/smoking-ban-movie-cigarettes-legislation-work-public-tobacco
https://www.express.co.uk/showbiz/tv-radio/667894/Sophie-Okonedo-Undercover-The-Hollow-Crown-Benedict-Cumberbatch-Dominic-Cooke