viernes, 27 de enero de 2023

Tom, la última estrella del cine

Hace un par de días salieron las nominaciones a los premios de la Academia, o sea, los "Óscar" de toda la vida. Como ya sabemos, estos premios desde hace unos años no son un reflejo del cine, sino de lo que "toque" en el momento. Así, fueron hace unos años una muestra del poder del ahora caído en desgracia Harvey Weinstein, cuando Miramax dominaba la gala, mientras que en los últimos tiempos, hemos visto como se volvían "políticamente correctos", algo que no sólo les afectó a estos premios, provocando galas tan "afines" a la política correcta, que aparte de la polémica del reparto de premio, hacían que la fiesta se volviera larga y tediosa...la verdad, es que quien supo retratar mejor que nadie esta época que vivimos fue Ricky Gervais en su última presentación de los Globos de Oro (verlo en los premios de la Academia hubiera sido impensable).

Entre las nominaciones, ha habido sorpresas, y una de ellas, ha sido el "supuesto" reconocimiento de los miembros a los "blockbusters", con nominaciones a las secuelas de Ávatar y Top Gun, dando valor a que son los films, independientemente de su valor cinematográfico, que han logrado mover a los espectadores a las salas de cine tras la terrible pandemia.

Me quedo con la secuela de Top Gun, porque de las dos, es la que he visto, y siempre he sentido reticencia por ese James Cameron "Zen" que nos contó Pocahontas con seres azules. Y me quedo con este "Maverick" para hablar de su protagonista: Tom Cruise.

Y es que Top Gun: Maverick, al contrario que la original que fue una hija de su generación (clásico producto videoclipero y ochentero de Tony Scott), se nos ofrece un espectaculo básico pero más atemporal, que cae directamente sobre los hombros de Cruise, al que considero la última "gran estrella" del cine actual, una "rara avis", que se pone encima el peso y control de la producción para ofrecer al público un espectaculo, que aunque sea una secuela, rompe las reglas del Hollywood actual (superhéroes, corrección), mientras que por otro lado, sigue la estela del mismo (continuaciones, nostalgia), con una historia poco "original" que emociona si te dejas llevar por ella, como en todo buen blockbuster.

Tom sigue estando aquí, aún a sus 60 años, como la "estrella" con la que tienes cierta seguridad que si entras a ver una película, disfrutarás. Con una carrera bien asentada, y con roles de lo más diversos y emblemáticos, desde los años 80, mayoritariamente como héroe (La Tapadera, Mission Impossible, Algunos Hombres Buenos), alguna experimentación (Magnolia, Eyes Wide Shut) o con villanos emblemáticos (Entrevista con el Vampiro, Collateral), sabemos que podemos confiar en él, como en esos héroes que nos regala los últimos años, para rescatar el cine.

Aunque eso no quiere decir que su trayectoria no haya tenido batacazos en los últimos años como ese intento de resurrección del "Universo de los Monstruos" con su temible Momia, sus Jack Reachers; al final ganan ahí sus momentos de ciencia ficción como Oblivion, o Al Filo del Mañana, donde además, se reía de su faceta de "all American heroe", protagonizado a un cobarde que sólo quiere sobrevivir, al menos al principio. Y es que quizá, la comedia más pura es lo que vemos menos en la carrera de Cruise, y eso que lo intentó con un cruce con su clásico "héroe" en la divertida y ligera Noche y Día de Mangold (que quizá aquí a algunos les gusta poco por lo que le vuelve a hacer a Sevilla tras Mission Impossible II). Lo que está claro es que sus mejores momentos cómicos han sido el cameo de "Austin Powers: Miembro de Oro" o su secundario Les Grossman en la descacharrante Tropic Thunder (que quizá sea una buena representación de lo que se esconde en el Hollywood más oscuro y babilónico).

Tom es por tanto, y casi siempre, el valor seguro para ver al héroe y la aventura, y sobretodo cuando lo vemos hacer sus propias secuencias de acción, que nos hacen dudar de su cordura, como nos ha mostrado en los últimos rodajes de Mission Impossible (que personalmente espero con ganas, ya que su colaboración con McQuarrie ha conseguido que esta saga sea lo que James Bond debería ser en el siglo XXI sino viviera con traumas). Su locura por el cine y por el espectador, como el mismo ha explicado muchas veces, es su motivación, por dar lo que quiere el público cuando coge sus palomitas y su refresco al entrar en una sala de cine y pasar un momento emocionante. Esto llego a ser muy claro cuando se hizo público un enfado del último rodaje de esta saga, en la que explicaba las implicaciones de paralizar un rodaje (por no respetar lo acordado en medidas contra el Covid), de cara a la industria y al público.

Tom podrá gustar o no, podremos juzgarlo a nivel personal, o lo que queramos, pero lleva 40 años como la promesa que se hizo el héroe, el actor y la que espero que no sea "la última estrella del cine". Como le recriminan en Top Gun: Maverick: "El fin es inevitable, Maverick. Tu especie se va a la extinción", a lo que él responde: "quizá así sea. Pero no hoy".

Y así lo espero yo.

Carmen R

viernes, 20 de enero de 2023

Benditos atracos

Hay temas que suponen un plus a la hora de elegir una película o una serie. Por ejemplo, si salen nazis para mí ya tienen un punto positivo. Las de juicios o periodistas me atraen siempre, los asesinos en serie/psicópatas varios también son de mi gusto. Y, por supuesto, siempre me han fascinado las de atracos a bancos. Desde las clásicas, tipo Rififí o Atraco perfecto, hasta las más comerciales como Ocean’s eleven. Creo que es un tema de gusto universal y que siempre nos hace ponernos a favor de los ladrones. Supongo que se mezcla el sueño de riquezas con la rabia que nos dan los bancos. Por eso recientemente he visto no una, sino dos series de atracos.
La primera es una serie colombiana creada por Pablo González basada en un caso real: El robo del siglo. Consta de seis episodios y narra el atraco al Banco de la República en Valledupar. Cuando pienso en atracos, siempre imagino a gente guapa y muy inteligente con habilidades casi mágicas para eliminar alarmas, abrir cajas fuertes, disfrazarse de lo que sea, con mucha elegancia y buen rollo entre los miembros de la banda. Me gusta que incluyan una escena donde van vestidos de etiqueta a una fiesta donde beben champán y hacen cualquier cosa relacionada con el golpe. Me temo que tengo a George Clooney grabado en el cerebro. Bueno, pues el robo del siglo es todo lo contrario y, según creo, mucho más parecido a cómo es un atraco de verdad. Es verdad que hay gente que sabe hacer cosas complicadas, pero viendo la preparación y la personalidad de los componentes de la banda, sería milagroso que pudiera salir bien. Cada vez hay más gente implicada, necesitan dinero para organizar el golpe, pagar sobornos a policías corruptos que, además, son idiotas. Hay rencillas entre los miembros de la banda, gente muy cruel y peligrosa con la que deberán enfrentarse, tipos que se emborrachan cuando no toca o que se van de la lengua. Un caos. No voy a hacer spoiler, pero tampoco es tan importante el final como el desarrollo de la trama. Los actores están fenomenal y resulta interesante, aunque si buscáis glamur, esa no es vuestra serie.
La otra que he visto es una serie de Estados Unidos creada por Eric García que se llama Caleidoscopio. Tiene ocho episodios y lo más peculiar es que no están numerados del uno al ocho, sino que tienen nombre de colores: Amarillo, Verde, Naranja, Violeta, Azul, Rojo, Rosa y Blanco. Se pueden ver en cualquier orden, aunque recomiendan ver Blanco en último lugar. Hay capítulos con la acción antes del atraco, durante y después. Aunque pueda parecer complicado lo de verlos en cualquier orden, no lo es. La trama se sigue perfectamente, aunque vaya dando saltos en el tiempo. Por supuesto, esta es mucho más de gente lista, casi con poderes paranormales. Me encanta esto de tener a un falsificador, uno experto en armas, otro que conduce como si fuera piloto de carreras y una experta en explosivos. Además, hay una trama de venganza contra un malo muy malo. Lo del buen rollito en la banda aquí tampoco se da, pero es mucho más glamurosa. Las imágenes tienen toques relacionados con el color del episodio y resulta bonita visualmente. Hay partes de la trama que están un poco cogidas por los pelos y hay que hacer algún acto de fe, pero resulta amena. El reparto funciona bien, especialmente, Giancarlo Espósito y Paz Vega. No os voy a decir que ninguna de las dos sea una maravilla, de esas de no perderse bajo ningún concepto, pero cada a una a su manera resultan interesantes y si sois, como yo, fans de los atracos, os pueden gustar.

sábado, 14 de enero de 2023

El día que murió la música

 El tres de febrero de 1959 es recordado como "el día que murió la música". Fue un hecho trágico. Un accidente en el que perdieron la vida cuatro jóvenes, tres de ellos, músicos de éxito de la corriente del efervescente rock and roll. El mayor de ellos, justo el que no tiene película biográfica, apenas contaba 29 años. El más joven, 17. Ellos fueron leyenda del rock justo cuando empezaba su carrera. Sus cortas vidas dieron para sacar muy celebrados temas de rock  que se han hecho famosos en el mundo entero y a Don McLean le dio para parir un himno en 1971, "american pie". Un himno cuya partitura en subasta se vendió por más de un millón de dólares. Pero volvamos al cine. Hoy dos biografías rockeras que acaban en tragedia: "La historia de Buddy Holly" (1978) y "la bamba" (1987).


"The Buddy Holly Story" (1978) 

Esta peli fue rodada para televisión y está protagonizada por el rubio Gary Busey. Busey hace de Charlie Hardin Holley, que fue un joven y talentoso músico texano conocido familiarmente como Buddy. Buddy Holly nació en una familia texana muy melómana. Desde muy niño dominaba varios instrumentos y solía tocar con sus hermanos piezas estilo country. 

Gary Busey es Buddy Holly, detrás el antiguo doble de Troy Donahue.

Buddy y un par de amigos, Don Stroud, que, por cierto, comenzó en el cine haciendo de doble de Troy Donahue, y Charles Martin Smith (El contable bajito de "los intocables de Elliot Ness"), fundan "The crickets" (Los grillos) Un conjunto con aires de música para jóvenes, es decir, menos country y más rock. 

Camino hacia el éxito

El trío va haciéndose conocido, no sin dificultades, ya que a la gente mayor el rock le parece una abominación y acaban grabando y teniendo éxito. Ello les lleva a Nueva York donde les ficha un productor para que toquen en el teatro Apollo. El santuario de la música afroamericana. Ahí está la gracia porque, por la radio, creyeron contratar cantantes negros y corrieron un riesgo para tocar en un lugar donde nunca antes había tocado un blanco. Momento de éxito. En la actuación aparecen otros artistas. Uno de ellos, del que hablaré después, ya que, curiosamente aparece en las dos pelis, y el grandioso cantante Sam Cooke. Del que se hacen colegas y con el que se van de gira.

Sam Cooke a la derecha con los Crickets detrás.

Estabilidad y consolidación:

Tras desavenencias en el trío, Holly decide quedarse en Nueva York y el resto de los crickets se vuelve a Texas. Holly ha conocido a una empleada de la casa de discos con la que se casa. Graba, compone y sale de gira por todo lo largo y ancho de los EEUU, porque el rock es un éxito y se hinchan a dar conciertos.

Buddy y María


Tragedia:

Invierno en el frío del medio Oeste. El rock por la noche hace que suba la temperatura. La música suena genial pero el traslado se hace en un autobús cuya calefacción está estropeada. Fletan una avioneta para que tres de sus músicos puedan viajar rápido y dormir en una cama en un hotel en el destino siguiente. En principio, Big Bopper (El músico del que no conozco biopic) no iba a viajar, pero, como iba afectado por una gripe, Waylon Jennings, de la banda de Holly, le cedió su plaza. La última escena de la peli es Holly  dándolo todo en su último concierto la noche anterior a su muerte. Todo un éxito. Sobre su imagen sonriente y satisfecha un letrero que nos cuenta el fatal accidente aéreo que acabó con su vida.

Último concierto.


"La Bamba" (1987)

Recuerdo que se hizo promoción de esta peli y de su banda sonora interpretada por Los Lobos. esta peli sí llegó a estrenarse en los cines de manera internacional. Cuenta la historia del adolescente Ricardo Valenzuela, conocido universalmente como Ritchie Valens. En la peli el nombre del actor aparece al final del reparto como " Y presentando a Lou Diamond Pillips como Ritchie Valens". En esta peli quienes tiene peso específico son la madre del prota (Rosanna de Soto) y Bob, el hermano mayor, con sus conflictos (Esai Morales). Ritchie era un chaval californiano de orígenes mexicanos. Un loco de la guitarra que aún va a la escuela. La peli comienza con una escena un poco desasosegante. Unos chavales jugando en el patio de un insti al baloncesto y dos avionetas que se estrellan en el aire. es una pesadilla de Ritchie de la que luego nos cuentan más, pero ahí está la fatalidad del destino.

Un adolescente californiano

Camino al éxito:

Un día prueba con un grupo,"The shilouettes, y es admitido como guitarrista. El líder tiene una reacción recelosa porque percibe que es bueno. Valens acaba cantando y componiendo. Un cazatalentos le pone a grabar. Valens se empieza a hacer una celebridad, menos para el padre de su novia del insti, aunque lo pintan más como celoso de la seguridad de su hija negándose a que salga con un músico que como racista. Tampoco es que les diera mucho tiempo a sus dieciéis o diecisiete años.

Concierto en la tele


Estabilidad y consolidación:

Valens es un joven que crece en una familia coya madre es muy importante. Tiene un hermano buscavidas que es como el personaje antagónico con el que mantiene una relación de altibajos. Valens tiene miedo al avión pero debe cogerlo para ir al este a cantar en la tele y dar conciertos en Nueva York. Por ahí sale un amuleto que le da un chamán para que lo proteja (La superstición como elemento infalible). Su progresión es exitosa y se suceden los conciertos. Si en la peli de Holly salía Sam Cooke, en la de Valens sale Jackie Wilson.

Big Bopper y Valens a punto de subirse a la avioneta

Tragedia:

La gira del rock de invierno por el medio oeste es dura. Hace frío y media caravana está incubando la gripe. En esta peli Valens es aceptado a pie de avioneta como pasajero jugándosela a cara o cruz. Es Buddy Holly el que tira la moneda. Por otro lado, en una bronca navideña, peleando con su hermano Bob, este arrancó el amuleto protector de Ritchie sin querer. Ya sabemos que eso, en el cine, es científicamente catastrófico. Llanto inconsolable en el pequeño universo de Ritchie enterados del accidente por la radio. Llora su cuñada, sus compañeros del insti, su manager, su novia Donna y, sobre todo su madre abrazada a su hermano. La escena final es la de un Bob abatido gritando el nombre de su hermano dándole un puntito dramático, al ¿verdadero prota? de la peli.

Ritchie y su hermano Bob de resaca en Tijuana


Curiosidades:

En la peli de Buddy Holly, al final sale un tipo morenito con unas maracas, quizá es Valens. Big Bopper sale un poquitín más y tiene frase. En la bamba, Holly sale tocando un segundo y tiene frase en la escena del avión. Big Bopper sale también en esta segunda. El personaje, leyenda del rock, que sale en ambas con sendas piezas de rock cantadas es Eddie Cochran. Fatales casualidades de la cochina vida Cochran murió un año después en un accidente de tráfico en el Reino Unido, cuando estaba de gira europea.

Esta ha sido la historia de dos leyendas del rock que fallecieron prematuramente cuyas vidas dieron para sendas pelis....Y el resto es rock and roll.


Juli Gan. (En los enlaces azules hay pelis y, sobre todo, música)