jueves, 26 de septiembre de 2019

CREEDME





 Me llega a través de una amiga la recomendación de esta mini-serie “Creedme” ( Estados Unidos, 2019) y me dispongo de inmediato a darle una oportunidad.


Conforme voy avanzando en los 8  episodios que la componen, me atrapa esta historia policiaca que arranca con el caso de Marie una adolescente que fue acusada de denunciar falsamente haber sido violada.

La serie está basada en el artículo ganador del Premio Pulitzer "An Unbelievable Story of Rape" y se inspiran en hechos reales.
Los creadores de esta miniserie son Susannah Grant , Michael Chabon  y Ayelet Waldman.
Me parece un relato magistral, con un hilo argumental coherente e intrigante que atrapa al espectador/a desde el principio.
La historia comienza en la ciudad de Lynnwood, en el estado de Washington, una joven de 18 años, Marie, denuncia ante la policía, en 2008, que un hombre ha entrado en su apartamento, la ha atado, le ha vendado los ojos y la ha violado. 


Kaitlyn Dever, la intérprete de Marie, es una gran actriz, deja aquí constancia del sufrimiento que arrastra su personaje, desde el momento de la agresión sexual, y ese sufrimiento se ve agravado por los inspectores que llevan su caso, dos policías  que se dedican más a buscar inconsistencias en su relato que a dilucidar si tienen a un violador muy cuidadoso suelto en las calles, todo lo cual termina por provocar que ella misma dude de lo que le acaba de ocurrir.



 Por otro, en 2011, dos años después de la agresión a Marie, dos detectives de ciudades vecinas del estado de Colorado Karen Duvall y Grace Rasmussen   investigan dos casos de violación en los que las víctimas fueron atacadas en sus camas, atadas y sus ojos vendados. 


Los personajes de las detectives son mujeres empoderadas que tienen que abrirse camino en una maraña de obstáculos para poder esclarecer los hechos. Se crea, pese a lo distintas que son ,un vínculo de respeto y camaradería entre ellas, una alianza que tiene un objetivo común : atrapar al hombre responsable de esas agresiones sexuales ¿están vinculados estos casos con el de Marie?
Sin duda, uno de los puntos fuertes de la serie, son los personajes de las dos detectives que llevan la investigación Karen Duvall (Merritt Wever) y Grace Rasmussen (Toni Collette).



Ellas tan distintas entre sí, se convierten en inseparables, tal cual “True Detective”, dos sabuesas que tendrán que lidiar con muchos obstáculos en un camino muy incierto y oscuro para poder llegar hasta  la verdad.
Su punto de vista en la investigación se basa en estar del lado de  las víctimas, Karen es empática, más emotiva si cabe y Grace es enérgica y con mucho empuje, ambas son tenaces y tienen un instinto policial a prueba de bombas.La química entre ellas y con el resto del equipo de investigación nos engancha hasta el punto que todo de ellas nos interesa y queremos seguirlas en cada paso,por intrascendente que parezca.
“Creedme “ me recuerda a la excelente serie “ La Caza” ( Reino Unido,2013) porque aunque en el caso de La Caza la detective era una mujer en solitario, la carismática Stella Gibson (Gillian Anderson), también existía ese búsqueda y esa persecución a modo de gato que intenta cazar al ratón.

Quiero destacar en especial la interpretación de Toni Collette, a quien hemos visto anteriormente en otras películas como “ La boda de Muriel” o “Pequeña Miss Sunshine”  .Es una actriz potentísima que pienso por fin aquí le dan un papel donde se luce de lleno, como co-protagonista.



Creo es preciso que las series y el cine en general nos muestren referentes femeninos eficaces, fuertes, valientes, perseverantes y  con capacidad de mando y decisión. Y si son mayores de 40 años mejor que mejor, porque no nos engañemos, el cine es un espejo en el que nos miramos y todavía queda mucho prejuicio que derribar.
 “Creedme” tal cual dice el título, se convierte en un alegato en defensa de las víctimas, en concreto, de las mujeres víctimas de agresiones sexuales,de las que a diferencia de las víctimas de otros delitos,como robos  por ejemplo, se duda y se desconfía.


Es preciso desmontar un sistema que pone en tela de juicio a las mujeres que sufren este tipo de delitos, series como “Creedme” son armas potentísimas contra esta doble condena que invitan a la crítica y a la reflexión.

No la dejéis escapar.

Buen fin de semana,
Troyana.



viernes, 20 de septiembre de 2019

Cuestión de acentos: Malaka

La semana pasada, Televisión Española emitió "Malaka", una serie de Globomedia que recorre el lado más oscuro y criminal de la capital de la Costa del Sol, con paseos por el barrio marginal, según la calle por donde se vaya, de la Palma-Palmilla, lleno de negocios de droga entre clanes, razas y diversas nacionalidades.

Trailer de la serie, que da una idea de los acentos

La serie, estrenada con una buena audiencia, se vio envuelta en polémica. Y a primeras, podríamos pensar que la controversia podría venir de mostrar una de las ciudades más turísticas de España, envuelta en el ambiente del lumpen, pero puedo deciros, que ya hace muchos años que los malagueños debemos vivir con productos que nos muestran como el origen del porno nacional (Torremolinos 73), los negocios sucios de época (Brigada Costa del Sol), el ambiente de las noches de oropel (Toy Boy), y eso sólo centrándonos en series. Así, aprendemos a vivir, que como un lugar con más gente que otros, la parte menos amable puede ser más grande y los periódicos no son amables con los casos reales que se han vivido allí (Caso Wanninkhoff/Tony King, mafias rusas o inglesas y la inevitable corrupción). Es por ello, que aunque la zona es un área de ocio y cultura que concentra a gran cantidad de visitantes, y hace suspirar a los locales que no pueden vivir allí, este ambiente de crímenes sea caldo de cultivo de ficciones, y alguna vez, los habitantes de allí hemos bromeado con ser la "Corrupción en Miami" de España.

Toy Boy, o el sueño de españoles del siglo XXI con alma de Alfredo Landa buscando suecas

La discusión pues, no era la temática de la serie, fue su acento.

En un ejercicio arriesgado, la productora de la serie deseó hacer un producto que se diferenciara de otras series que ocurren allí y se hizo a través de lo siguiente: el uso de actores malagueños y del acento de la zona, así como sus palabras características, que son muchas.

Del acento andaluz, podríamos hablar mucho, pero en particular, del que utilizan los malacitanos, también nos quedaríamos un rato largo. Málaga se caracteriza por estar en medio de las dos corrientes de acentos andaluces principales (oriental y occidental), lo que se traduce en que tiene una variedad muy rica y caótica, y según donde hayas nacido, sea tu barrio o pueblo, tu clase social, tus estudios y otros factores, tendrás un acento u otro, aunque se comparten vocablos muy locales, como explica el youtuber y filólogo Vanfunfun

Un resumen excepcional

Después de esta explicación podéis entender por qué, con sólo afinar el oído, varían las formas de hablar entre Maggie Civantos, Salva Reina o Vicente Romero.

Hacer una serie de forma tan local como Malaka (aunque la proyección sea global), es algo que iba a pasar factura, pues aunque hay que admitir que el sonido no es el mejor, exige al espectador no acostumbrado a este acento y a las ricas expresiones, un esfuerzo, como también ocurrió con la serie de Movistar "La Peste" (situada en la Sevilla del Siglo de Oro).

Es éste el punto donde el público puede huir o implicarse, y esto se debería hacer según la fuerza de la historia. Sin dejarse llevar por los prejuicios y prestando atención, se puede llevar a cabo el "entender" lo que se dice en Malaka, puede que hasta sin necesidad de poner los subtítulos.

¡Subtítulos! ¡Si nunca se necesitó de subtítulos para "La Juani" en "Médico de Familia"! Pero no quiero ser negativa y quiero pensar que verdaderamente no es un problema de prejuicio contra el acento andaluz... Los subtítulos son algo que siempre me ha hecho gracia pues me recuerda a algunas veces en las que he leído comentarios de, por ejemplo estadounidenses, que los pedían tanto para el "Period Drama" británico, como para escenas con "cockneys" como la siguiente de la estupenda "Snatch, Cerdos y Diamantes".

¿Te has enterado?

Esto es un ejemplo maravilloso de actuación, pues convierte al muy "americano" Brad Pitt, en un "gitano" británico, que evidentemente habla con acento de clase baja del resto de personajes.

Y es que esa conversión, ese trabajo de actor, es algo que normalmente se reconoce en la industria, como por ejemplo con Hugh Laurie

¿En serio me dices que House es inglés?

Desgraciadamente, en España, el principal problema es la dicción, así que no podemos aspirar a tener actores sabiendo hacer bien los acentos, en la mayoría de los casos. Quizá un caso para quitarse el sombrero es Óscar Jaenada, nacido en Espugles de Llobregat, que hace un maravilloso acento gaditano en "Luis Miguel" o mexicano en "Cantinflas".

Trabajo de actor

En cualquier caso, esta historia de acentos con o sin subtítulos, no importará si el policiaco "Malaka" da una trama que enganche al espectador (y TVE no le da un mal horario). Ningún acento fue problema en "Narcos" (colombiano), "Fariña" (gallego, con incluso partes en este idioma), "Nueva Reinas" (argentino) o incluso "Trainspotting" (escocés), porque había una trama potente, y es lo que deseo para "Malaka".

Carmen R.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Quien a hierro mata


Fui a ver esta película un poco a ciegas. No conocía de nada al director, de hecho, pensaba que era su primera película ("¡Qué la echen de Zinefilaz!" estáis pensando, lo sé). Claro, a posteriori busqué la filmografía y entendí por qué no he visto nada de este hombre: tiene muchas pelis de miedo, género que aborrezco, pero toda la colección de Rec me sonaba. Tampoco he visto la serie El ministerio del tiempo en la que participó, pero amigos cinéfilos me han hablado bien de ella.
El caso es que, desde que vi Fariña, me he aficionado a los narcos gallegos. Y mira que estoy un poco aburrida de los colombianos, Pablo Escobar y los cárteles del mundo mundial (esto deja fuera a Don Winslow y su maravillosa trilogía de la que me declaro súperfan). Pero los gallegos me encantan y como ese era el tema, me animé. Además, está protagonizada por Luis Tosar que es uno de mis actores favoritos y, aunque he jurado mil veces no ir a ver pelis por los actores (he sufrido grandes decepciones), siempre hace un poquito de peso que salga alguien como Luis Tosar.
Luis Tosar, fantástico protagonista
La historia nos muestra a un importante narco, Antonio Padín, que sale de la cárcel a causa de una enfermedad (¿ictus? ¿algo degenerativo?). El caso es que el hombre está fatal y muy deprimido y decide que quiere irse a una residencia en vez de volver a casa con sus hijos. Lo que no sorprende porque los hijos, aunque continúan en el negocio familiar, lo hacen sin pizca de inteligencia, talento o sentido común y el hombre está muy decepcionado. Los narcos también lloran.
Xan Cejudo. Un malo muy bueno
Luis Tosar es Mario, jefe de enfermeros de la residencia de ancianos. Ahí tengo algún pero. Es el jefe de enfermeros, pero hace de todo, como los médicos de House, que lo mismo diagnosticaban lupus que iban al laboratorio o llevaban una camilla. Nuestro Mario es igual:  lo mismo da purés que hace fisioterapia, reparte medicación o pasea por los jardines. Además, siempre está de turno, abusan de él. Claro que como la residencia es privada, igual es normal… El enfermero es un auténtico ángel, que no solo sabe cuidar al viejo narco, sino que le entiende y sabe cómo abordarle, no con ese tono ñoño que suele emplearse con los ancianos. Lo que pasa es que el personaje tiene una cuenta pendiente con don Antonio que iremos descubriendo poco a poco. Por otra parte, los hijos se meten en un negocio del que van a salir trasquilados y quieren que su padre les apoye, a la vez que desconfían del ascendiente que Mario tiene sobre él.
La primera parte de la película se hace un poco larga, me parece demasiado detallado el proceso, los flashbacks para conocer el pasado de Mario. Dura 107 minutos y ganaría si durara 90. En el momento que comienza la acción más directa, la peli coge ritmo y se pone mucho más interesante. Tengo que reconocer que la parte de la trama china no la pille, pero la moraleja es "no te fíes de los chinos", cosa que es del dominio público, desde Fumanchú no han dado más que disgustos.
Enric Auquer, todo un descubrimiento
Si nos ponemos exigentes, hay algunos flecos de la resolución del asunto que no están bien, pero en conjunto la historia se sostiene.
El contrapunto de la historia personal del personaje de Mario, casado y a punto de ser padre, funciona bien como aspecto luminoso del personaje sin resultar cursi, que no es un equilibrio sencillo.
Los actores, en general, están muy bien. Luis Tosar ya he dicho que es un valor seguro. El personaje podía haber resultado exagerado, pero le da un punto de contención que lo hace muy creíble. Xan Cejudo, recientemente fallecido, está estupendo en el personaje del capo del narcotráfico que, pese a estar muy mal de salud, no pierde ni una chispa de inteligencia ni de maldad.
María Vázquez, excelente secundaria
De los hijos del narco destaca la interpretación de Enric Auquer que está genial como hijo impulsivo y descerebrado. También me ha gustado María Vázquez en el papel de esposa de Mario.
En resumen, un digno thriller que, con sus limitaciones, merece ser visto.

viernes, 6 de septiembre de 2019

¡Milana bonita!

Siempre es difícil adaptar una novela para el cine. Es complicado condensar personajes y capítulos en una historia que resulte comprensible en la narración cinematográfica. La película "Los santos inocentes" lo logró con brillantez.

Familia para ser mandada, que para eso estamos, señorito.

Miguel Delibes publicó esta novela en 1981, quizá porque el tema del servilismo, y los abusos de clase social en los latifundios del suroeste peninsular no se podía escribir antes bien por el régimen político que lo seguía permitiendo durante el siglo XX, bien porque la censura hubiera sido implacable por pertenecer a ese mismo régimen clasista y abusón.



La adaptación para el cine no tardó en fraguarse y así, tres años más tarde, la película se presentaba en el prestigioso festival internacional de Cannes, donde sus protagonistas masculinos ganaban ex-aequo el premio a la mejor interpretación en su categoría, quizá porque era difícil decidir quién de los dos destacaba.

Premio en Cannes

Mario Camus, su director, quizá sea uno de los mejores adaptadores de literatura tanto a cine como a televisión. Así rodó la adaptación de con el viento solano, novela de Ignacio Aldecoa en 1967, la leyenda del alcalde de Zalamea (1972), La Colmena (1982) donde sale hasta Cela, su autor, haciendo un pequeño papel, la casa de Bernarda Alba (1987), la ciudad de los prodigios, (1999), y para la televisión Fortunata y Jacinta(1980) o la forja de un rebelde (1990). La pericia de Camus para rodar literatura lo convierte en un referente.

Régula acoge a su hermano discapacitado "jubilado".

La película cuenta la historia de una familia de guardeses de la finca de unos marqueses en las dehesas extremeñas en el tardofranquismo. Paco, el bajo (Alfredo Landa), es un padre de familia callado y observador al que el amo ha mandado a cuidar su finca a un páramo perdido junto a su mujer, Régula (Terele Pávez), y sus tres hijos: La niña chica, que a pesar de llevar este sobrenombre es la mayor, una criatura dependiente, Quirce y Nieves, los hijos que observan todo con los ojos de otra época. Nieves (Belén Ballesteros) se quedó con el papel porque la mirada melancóloca que desprendía era lo que Camus buscaba.

Sirviendo al amo en la caza.

Con la familia de Paco y Régula llega a vivir Azarías (Paco Rabal), hermano de Régula, como está viejo y le faltan luces, el amo de la finca donde trabajaba, lo echa sin contemplaciones, porque los derechos de los trabajadores, y menos sin contrato, no han llegado el suroeste rural peninsular, y menos para molestar a los latifundistas de rancia alcurnia camuflados en las altas esferas del Movimiento que manda en el Estado obediente de la dictadura.

Azarías y su milana bonita.

Paco, el bajo, es un obediente, servil, más bien, secretario, que significa ayudante del cazador, fuera de serie. Tiene un olfato sobresaliente del que se sirve el señorito Iván (Juan Diego) para exhibirse en las partidas de caza de su finca. El señorito Iván es un déspota y clasista al que sólo le importa la caza, tanto como para desgraciar de por vida a Paco, el bajo, porque, realmente, las vidas de los que están por debajo de su alcurnia, le importan bastante poco, aunque se atreva a discutir con el embajador francés en las sobremesas de las partidas de caza entre habanos y licores,  haciendo acudir a la mesa de los señores a los criados de alrededor para "demostrar" que hasta las mujeres como Régula, esas que sólo están para lavar la ropa, limpiar la casa y abrir la barrera a los señores marqueses, saben escribir. Una escena brutal, por cierto.

Mis esclavos saben escribir y ya les vale.

Escenas que desgranan el descarnado despotismo clasista y el servilismo de los aparceros de la finca se pueden contemplar varias veces. El trato a la servidumbre es rancio y humillante. Don Pedro, el administrador de la finca,(Agustín González) pone los ojos en Nieves, la hija de Paco y Régula, para que haga de criada. La considera un asno a la que se puede domesticar. Paco y Régula están temerosos de dejar a Nieves, la hija adolescente en la casa, pero ni saben ni pueden imponerse a lo que manda don Pedro. Don Pedro está casado con doña Pura (Agatha Lys) que engaña a su marido con el señorito Iván, pero el administrador de la finca, aunque lo sabe, no se atreve a hacer nada porque él es consciente de que su clase es inferior a la del hijo de la marquesa. Es irónico el clasismo intermedio de don Pedro, que mira con desprecio a los sirvientes pero con impotencia al señorito, contra el que no se atreve a hacerse respetar.

A mandar, señorito.

Por último, hablamos de Azarías, un papel que Paco Rabal lleva con maestría. Paco Rabal se pasó varias semanas en un pueblo extremeño conviviendo con un vecino para aprender su forma de hablar y sus gestos y maneras. Hay quien dice que hasta compró la ropa del vecino para crear a Azarías.

Amo y esclavo, un clásico de la filosofía hegeliana.

Azarías es un hombre mayor, con cierta discapacidad intelectual, al que han echado de la finca donde trabajó toda su vida porque ya es viejo y hace cosas que no agradan, como defecar en cualquier parte. Le gusta ir a casa de su hermana y acunar a la niña chica, que es la única que lo comprende. Un buen día, su sobrino Quirce, le regala una cría de grajo que se ha encontrado y Azarías la domestica. Esa es su Milana bonita, su alegría, su ilusión...El desencadenante del final de la película que tendréis que ver si aún queda alguien que no la ha visto.

La novela es sobria y desgarradora y la película se adapta al texto de Delibes como un guante. Una cinta difícil de olvidar.

Por Juli Gan.