Hace ya varios años que vi este impactante documental acerca del fenómeno de la romería de la virgen del Rocío (Huelva) En él se da un repaso histórico y antropológico de cómo se ha llegado a ese álgido punto de fervor religioso popular. Sin embargo, aunque el documental, que costó mucho trabajo filmar y editar, es didáctico y brillante, se convirtió en maldito.
Durante una hora larga sus autores se dedican a explicar el devenir de esta tradición y, para ello se remontan hasta que la iglesia se conforma en la vieja Hispania romana. Histórica y antropológicamente bien documentada, explica cómo el alto clero y la nobleza al alimón con la rica burguesía, que han mandado desde entonces y eso es algo que no tiene visos de cambiar, se han dedicado a enajenar al pueblo llano de tal manera que han conseguido convertirlos en obedientes seres manipulados. No dice nada que no se sepa ya, como que la romería popular es clasista en realidad, por poner un ejemplo. Este devenir del documental, claro está, molestó tanto a la jerarquía de aquella España "de la transición" que consiguieron arrastrar a los tribunales a su director, Fernando Ruiz Vergara. Esa es su parte maldita.
El documental se rodó con un respeto impecable, pero diciendo verdades como catedrales, si se me permite el chiste, y eso picó tanto a los pudientes en cuestión que hicieron lo posible por prohibir la exhibición de la cinta y arruinar la vida del director del documental. Estaba visto que, aunque nos vendían "la transición" como si fuera el paraíso, España seguía siendo cuartelera y de misa dominical.
Fernando Ruiz Vergara, el director, y Ana Vila, la guionista, habían vivido la revolución de los claveles en Portugal, y, a pesar de que no tuvieron impedimentos y de que el ministerio de cultura la seleccionó para el festival de Venecia, cuando algunos "españoles de bien" vieron el documental, se armó tal escándalo que este acabó secuestrado por las autoridades.
El motivo de la indignación de esa gente que manda tanto es que, en un momento del documental, cuando se explica la manipulación de la derecha del sentir popular durante la República, un vecino del pueblo explica como un alcalde y fundador de la hermandad rociera fue el instigador del exterminio de rojos al ganar los sublevados en la zona. Eso, claro, no gustó nada y se intentó matar al mensajero, el documental, además de sentenciar a Ruiz Vergara a dos meses de arresto y una multa que lo dejara temblando, para aviso a navegantes. El vecino que habla en la cinta y la guionista, Ana Vila, resultaron absueltos al hacerse cargo Ruiz Vergara de toda la culpa, si es que la había, lo cual pongo en duda. Resumiendo: Fernando Ruiz Vergara terminó residiendo en Portugal, dado el maltrato en su tierra.
La cinta siguió secuestrada hasta que se decidió exhibirla mutilada y el doloroso proceso de tribunales, siempre con sentencias en contra del director, acabó con su carrera cinematográfica. Así es España, me temo, que culpa de atentados contra el honor a directores de cine que plasman en sus cintas narraciones de hechos cuyos autores no ven oprobio en sus matanzas. En fin, zinéfilas todas, no hay mayor argumento para la justicia que el ver el documental con ojos curiosos y desprovistos de prejuicios. Háganlo. Por cierto, aquí está el documental sobre el documental. Rizando el rizo:
1 comentario:
Muy triste lo de la censura.
Ahora hemos evolucionado. Existe la autocensura, ya nadie se atreve a decir lo que piensa, los hechos se tergiversan... Vamos de mal en peor.
Gracias por traer este documento.
Saludos.
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