Sam Mendes
Revolutionary Road es una peli norteamericana del año 2008 dirigida por Sam Mendes y eso a mí ya me dice mucho. Mucho y bueno. Mendes es un director inglés especialista en entomologizar la sociedad estadounidense; en concreto, el idílico sueño americano de la felicidad en los suburbios, que en sus filmes, como ya sabéis porque los habéis visto o, si no, como os podréis imaginar, no es ni idílico ni feliz ni sueño (más bien pesadilla).
Así hizo en American Beauty, una de las mejores piezas de los últimos años, y así hace en Revolutionary Road, con un especial añadido de cinismo al escoger como pareja protagonista de una historia de desintegración personal y familiar a Kate Winslet y Leonardo Dicaprio, quienes unos años antes, en Titanic, habían encarnado el prototipo del amor romántico.
Mendes tiene en su currículum otros filmes reseñables, como un par de la serie de James Bond, Skyfall y Spectre, interpretados ambos por Daniel Craig, que no son precisamente los mejores de la saga. Sin duda, de toda su filmografía, me quedo con American Beauty y esta Revolutionary Road.
April Wheeler
revelado aún como los monstruos de la interpretación que son; no habían alcanzado aún el grado de consagración del que hoy disfrutan, lo cual demuestra el grandísimo ojo del bueno de Mendes.
Winslet y Dicaprio interpretan a April y Frank Wheeler, una pareja neoyorquina de jóvenes enamorados que, en la década de 1950, se muestran disconformes con la vida que ven venir a imponerse sobre sus voluntades y deseosos de romper con un destino de hermosa casa en las afueras y jardines poblados de criaturas rubias y barbacoas.
En un principio ambos abominan de esa existencia prefabricada a la que se encaminan. Pero resulta que ese american way of life no los trata a ambos por igual, porque está diseñado a la medida de los hombres como Frank. A las mujeres como April les cuesta más encajar, ya que les toca una parte menos dulce y menos resplandeciente. Así que Frank se acomoda, acepta el futuro previsto de ascensos laborales y canas al aire con los amigotes. April no. Y ahí comienza a desencadenarse la tragedia, la tragedia de Frank y, sobre todo, la de April, pero también la de todos los seres humanos que no consiguen escapar de lo que se espera de ellos.
Laura Brown
El personaje de April Wheeler nos lleva sin remedio a pensar en Laura Brown, alias “el monstruo”. Me refiero al personaje del filme Las Horas (2002), de Stephen Daldry, interpretado por Julianne Moore.
Tanto Laura como April encarnan el tabú de la madre que no se porta canónicamente con sus criaturas, un asunto de tintes mitológicos que me daría para un artículo (o varios) más, pero, de momento, lo vamos a dejar ahí. Solo añadiré que Las Horas está basada en la novela homónima que Michael Cunningham publicó en 1998 y que contiene otros interesantes personajes femeninos, como a la mismísima Wirginia Woolf.
Richard Yates
norteamericano Richard Yates. Yates fue escritor y escribidor por encargo, ya que durante un tiempo se dedicó a redactar los discursos del mismísimo presidente John Fitzgerald Kennedy. También fue guionista en Hollywood. Como murió en 1992, no llegó a conocer la versión cinematográfica de Revolutionary Road, y no sé por qué, pero creo que le habría gustado. Además, la película lo rescató del olvido y trajo consigo la reedición de sus obras.
Revolutionary Road fue la primera novela de Yates y desde su aparición fue aclamada por la crítica. No la he leído, pero le tengo ganas, porque, según dicen, la peli no alcanza ni de lejos sus niveles de amargura y desgarro.
John Givings
Puede decirse que la fuerza de Revolutionary Road descansa preferentemente sobre sus personajes, así que, para terminar este articulito no puedo dejar de mencionar a uno de los más logrados: John Givings, magistralmente interpretado por Michael Shannon.
Givings es uno de esos locos crudamente lúcidos, el único que se atreve a señalar al elefante rosa que duerme plácido sobre el cuidadísimo césped de los casoplones suburbiales y en los primorosos salones donde se reunen las vecinas y vecinos a tomar el té. Givings es el único que nombra lo innombrable y, claro, eso lo convierte en alguien terriblemente incómodo.
Sus palabras son tan hirientes como hermosas y esa es también una buena forma de calificar Revolutionary Road: una película tan cruel como bella.
Noemí Pastor
1 comentario:
Una película muy interesante y tal vez un poco incomprendida.
Saludos.
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