El hombre que mató
a Liberty Valance es un western que refleja un oeste que va dejando
de serlo. Una curiosa película del estilo acostumbrado de John Ford,
con sus adorables borrachos y sus rudos vaqueros, comandados por uno
de sus actores fetiches: el armario ropero John Wayne.
El ferrocarril llega a Shinbone, una localidad del oeste norteamericano que se ha convertido en una ciudad. De él bajan el senador del estado, Ransom Stoddard (James Stewart) y su esposa (Vera Miles). Desde que se fueron, hace ya muchos años, la ciudad ha dejado de ser aquél lejano lugar en el que las gentes vivían atemorizadas por el matón, a sueldo de los ganaderos, Liberty Valance (Lee Marvin) y su banda. Los Stoddard, que son los ilustres recién llegados, han venido a presentar los respetos a un fallecido que fue muy importante en su vida, Tom Doniphon. Requerido por el director del diario local, el Shinbone Star, fundado por el ilustre periodista Dalton Peabody, James Stewart nos hace un grandioso flashback contándonos cómo él, de joven y recién licenciado en derecho, llega a esta ciudad y es recibido con una paliza de los asaltantes de la diligencia: Liberty Valance y su banda.
Ford con los protas
Con el comienzo de
la peli, y la cantidad de talco que llevan los actores para resaltar
las canas, nos quieren hacer ver que ha pasado tanto tiempo que el
nostálgico recuerdo del oeste nos indica que ya nada es como era y
que la ley de las instituciones se ha impuesto a de los forajidos.
Hasta el secundario de lujo, Woody Stroode, que “de joven” luce
una bola de billar en todo lo alto, para avejentarlo, ha dejado
crecer la nieve en su cogote.
Ha pasado tanto que la diligencia es una pieza de museo y el pelo de Jimmy está blanco. La diligencia y el oeste ya son cosa del pasado.
El flashback nos
introduce en la historia fordiana que nos interesa en realidad: En el
oeste de los pistoleros , los saloones y ese John Wayne moviéndose
de lado con pesadez y torpeza. Jimmy Stewart hace de Jimmy Stewart, o
lo que es lo mismo, ese buen chaval, recto y honrado. Un americano
ejemplar, caballeroso y pulcro, defensor de los débiles y lleno de
ese americano afán de luchar por conseguir aquello en lo que cree.
Wayne con su clásica pose perdonavidas y Stroode, de criadito
Wayne con su clásica pose perdonavidas y Stroode, de criadito
John Wayne, que va
primero en los títulos de crédito, es el rudo ranchero, como
siempre, feo, fuerte y formal, que tiene echado el ojo a Hallie, la
camarera de la casa de comidas de Peter Erikson. La mira y se la
remira y le dedica sus rudos galanteos, pero sin moñeces. Cada
sábado que va al pueblo Wayne pasa a ver a su novia, la cual aún no
sabe que lo es, acompañado de Pompey (Woody Stroode) el gigantazo
negro, criado para todo, que no debe entrar a los locales, excepto
por la puerta de atrás, no sea que los clientes se tengan que
mezclar con un afroamericano. Pompey es servido como uno más en la
casa de comidas, pero en la cocina, con el mozo lavaplatos, que
resulta ser Jimmy Stewart.
Dalton Peabody
(Edmond O'Brien) es el orgulloso y borracho periodista, director,
fundador, impresor y mozo de la limpieza del único diario de la
zona, el Shimbone Star. Como en muchas de las pelis de Ford, a la
manera irlandesa, no se entiende la vida si no se riega con abundante
alcohol. El señor Peabody se pasa el día pimplando de la botella, y
durante todo el film exhibe su intoxicación etílica perenne junto a
la del médico, papel menor, pero también bañado en whisky. Este es
el humor de Ford. Hasta en las elecciones, que se celebran en el
saloon, se hacen contínuos guiños a la dipsomanía ya que se cierra
la barra mientras se vota y eso es un contínuo chiste para Peabody
que asegura que la cerveza no es una bebida alcohólica, con tal de
amorrarse al vaso.
Hallie (Vera Miles)
es la eficiente camarera de la casa de comidas de los Erikson, unos
inmigrantes suecos orgullosísimos de lucir norteamericanos. Todos
los sábados a la hora de la cena los mozos de los ranchos de
alrededor, después de ponerse tibios en el saloon o la cantina
mexicana, llegan a comer a esta casa con hambre de lobos.
Los Erikson y Pompey servido en la cocina, fuera, Hallie
Desafortunadamente el papel de Vera Miles, aunque lo desenvuelve con gracia, se limita a la chica que se enamora del pacífico y entusiasta idealista y no duda en pedir ayuda al rudo ranchero que se ve abatido al ver que su “novia” prefiere a otro que no es él, pero como es feo, fuerte y formal, lo encaja como puede, preferiblemente, sumergido en whisky.
Los Erikson y Pompey servido en la cocina, fuera, Hallie
Desafortunadamente el papel de Vera Miles, aunque lo desenvuelve con gracia, se limita a la chica que se enamora del pacífico y entusiasta idealista y no duda en pedir ayuda al rudo ranchero que se ve abatido al ver que su “novia” prefiere a otro que no es él, pero como es feo, fuerte y formal, lo encaja como puede, preferiblemente, sumergido en whisky.
Liberty Valance (Lee
Marvin) es el malvadísimo forajido abusón que impone sus leyes,
aunque sea a tiros. Siempre acompañado de los chicos de su banda,
uno de ellos un joven y callado Lee van Cleef.
Marvin, a la derecha y Van Cleef, a la izquierda.
Valance es un orgulloso fanfarrón que se atreve con todos, excepto con Donophan (Wayne). Aunque se enfrentan alguna vez, Valance no osa seguir adelante contra Donophan porque calcula que, en cuanto a testosterona, puede que no le gane. Cosas de la virilidad mal entendida.
Marvin, a la derecha y Van Cleef, a la izquierda.
Valance es un orgulloso fanfarrón que se atreve con todos, excepto con Donophan (Wayne). Aunque se enfrentan alguna vez, Valance no osa seguir adelante contra Donophan porque calcula que, en cuanto a testosterona, puede que no le gane. Cosas de la virilidad mal entendida.
Mención honrosa se
merece el pusilánime sheriff Link Appleyard (Andy Devine) un orondo
y cómico personaje poco amigo de trabajar y menos de enfrentarse a
Liberty Valance. Devine ya había trabajado algunas otras veces con
Ford, siempre sacando toda la comicidad del gordinflón de turno.
Personaje risible, comilón y pusilánime: El sheriff
Personaje risible, comilón y pusilánime: El sheriff
Como esta peli es
del año 62, descubrí, un buen día, viendo una copia íntegra de la
peli, que en la escena de la escuela, porque el entusiasta Ransom
Stoddard (Stewart), enseña a leer a todos los interesados en
aprender, empezando por Hallie y acabando por Pompey, que la censura española nos había escamoteado un par de minutos en los que se ensalza, muy fordianamente,
también, los valores de la República estadounidense y de la
democracia, y claro, eso en una dictadura militar de corte
fascistoide, como que no.
La escuela donde se enseña a leer y los hermosos valores de la joven democracia yankee
De repente a Stewart le cambia la voz, que hasta ahora no es la de Jesús Puente en esta ocasión, sino la de ese otro actor de doblaje con la voz finita que rumia las eses de manera particular. Pero no importa, al poco llega el rudo Wayne moviéndose como una rémora para decirle a Pompey que deje de aprender gilipolleces, que leer no le sirve de nada, y que se vaya al rancho a acabar la habitación que se está construyendo para cuando Hallie se convierta en su esposa.
La escuela donde se enseña a leer y los hermosos valores de la joven democracia yankee
De repente a Stewart le cambia la voz, que hasta ahora no es la de Jesús Puente en esta ocasión, sino la de ese otro actor de doblaje con la voz finita que rumia las eses de manera particular. Pero no importa, al poco llega el rudo Wayne moviéndose como una rémora para decirle a Pompey que deje de aprender gilipolleces, que leer no le sirve de nada, y que se vaya al rancho a acabar la habitación que se está construyendo para cuando Hallie se convierta en su esposa.
Las historias que
rodaba John Ford siempre parecían simples y ágiles, pero rascando
un poco, en esta memorable cinta, podéis encontrar ricos matices de
cada personaje. El romanticismo siempre desde una óptica muy
escueta. El humor despreocupado e infantiloide. El amor por la bebida
alcohólica. El personaje rudo pero caballeroso. El orgullo de
pertenecer a los Estados Unidos...
Ford, de pasada, en
esta cinta, nos mete en un triángulo amoroso donde el personaje del
rudo vaquero, caballeroso, se retira cuando ve que su novia, a la que
no se ha declarado nunca, porque primero es tener la casa y luego la
boda, se enamora del atildado caballerete lleno de ideales venido del
este. Wayne se duele de este amor no correspondido, como los hombres,
agarrado a una botella.
La cinta destila
nostalgia de un salvaje oeste que ya ha sido domesticado y que, a
pesar de descubrirse la verdad de una historia, conviene que la
leyenda siga siéndolo. Por cierto, es curioso que esta magnífica cinta "del oeste" esté basada en una novela escrita por una mujer llamada Dorothy Johnson.
Si no habéis visto
este estupendo film, os invito a que lo disfrutéis.
Ficha técnica:
El hombre que mató a Liberty Valance; The man who shot Liberty Valance.
EEUU, 1962, 123' B/N Drama, Western.
Dirección.......................................................John Ford
Guión.............................................................James Warner Bellah, Willis Goldbeck, basado en una novela de Dorothy M. Johnson.
Música............................................................Cyril Mockridge
Fotografía:......................................................William Clothier
Reparto:
Tom Donophan...............................................John Wayne
Ransom Stoddard...........................................James Stewart
Hallie Stoddard...............................................Vera Miles
Dalton Peabody.............................................. Redmond O'Brien
Liberty Valance................................................Lee Marvin
Link Appleyard.................................................Andy Devine
Peter Erikson...................................................John Qualen
Nora Erikson....................................................Jeanette Nolan
Pompey............................................................Woody Stroode
Juli Gan empuñando el Colt 45
Ficha técnica:
El hombre que mató a Liberty Valance; The man who shot Liberty Valance.
EEUU, 1962, 123' B/N Drama, Western.
Dirección.......................................................John Ford
Guión.............................................................James Warner Bellah, Willis Goldbeck, basado en una novela de Dorothy M. Johnson.
Música............................................................Cyril Mockridge
Fotografía:......................................................William Clothier
Reparto:
Tom Donophan...............................................John Wayne
Ransom Stoddard...........................................James Stewart
Hallie Stoddard...............................................Vera Miles
Dalton Peabody.............................................. Redmond O'Brien
Liberty Valance................................................Lee Marvin
Link Appleyard.................................................Andy Devine
Peter Erikson...................................................John Qualen
Nora Erikson....................................................Jeanette Nolan
Pompey............................................................Woody Stroode
Juli Gan empuñando el Colt 45
1 comentario:
Hay tantos motivos para ver "El hombre que mató a Liberty Valance"!!
Yo la veo como una especie de alegoría sobre la construcción de los USA: el territorio lo conquistaron los aventureros, los tipos duros que sabían manejar un arma, pero quiénes asentaron el país fueron los hombres de leyes.
Y esa parte del Oeste, dura y autosuficiente que representa J. Wayne al final reconoce su derrota ante la ley y el orden y le cede el mérito a todo un pie tierno (aunque después de que le haya demostrado que es más valiente que nadie).
En este orden de cosas, Vera Milles vendría a ser el trofeo, como desgraciadamente suelen ser las mujeres en tantas películas (víctimas o premios, que dicen). Aunque como bien has dicho, conquistar a una mujer a base de no decirle absolutamente nada porque sería de poco hombre, quizá no era la mejor táctica del mundo.
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