viernes, 28 de octubre de 2022
The Split
Hablando de ficción, si hay algo mejor que un drama judicial, es un drama judicial con personajes de carne y hueso. Es lo que ofrece la serie británica The Split (separación), creada por la prestigiosa dramaturga y guionista Abi Morgan (The Hour, River, Sufragistas...). Aunque resulten fascinantes series como The Good Wife o la maravillosa Ally Mc Beal en las que los juristas pertenecen a una élite sofisticada e inalcanzable, esta saga sobre una familia de abogadas matrimonialistas, se distingue por la verosimilitud de sus protagonistas. La sensación de que quizá podrías conocer a alguna de ellas por algún asunto legal o simplemente por haber coincidido en una reunión del colegio de tus hijos.
El personaje central es la hermana mayor, Hanna Stern, quien al principio de la primera temporada sorprende a todos –y desencadena la tormenta– con una drástica decisión (no revelaré cuál). Interpretada por la actriz Nicola Walker, Hanna es una persona comedida que aparentemente siempre hace lo correcto, casada con otro abogado y madre de tres hijos. Una mujer tan carismática dentro de su contención que cae bien incluso cuando se equivoca.
Como es habitual en las series de abogados, en la trama se entremezclan tres hilos: el de los sucesivos clientes que acuden al despacho, el que se enfoca en el propio bufete con sus rivalidades, desafíos e incluso traiciones, y, por último, el que sigue la vida personal y familiar de las abogadas, que es el que tiene mayor peso y nos permite conocer las complejidades de la relación de Hanna con su madre, Ruth, y sus dos hermanas Nina y Rose.
Déborah Findlay da vida a Ruth Defoe, la matriarca del clan. Su fuerte personalidad es casi inevitable. A mi modo de ver, lidera la familia y el despacho con una rigidez que admite poca discusión porque tiene que liderar la familia y el despacho. Sucede con ella igual que con Hanna, no cae en el estereotipo, sino que afloran sus razones y, puntualmente, algunos matices inesperados muy enriquecedores.
La hermana mediana, Nina Defoe, está encarnada por la actriz Annabel Scholey. Podría parecer que de las cuatro protagonistas es el personaje menos relevante, pero, creo que, en realidad, eso es un logro, un éxito de su papel de “segundona”. Su lugar es el segundo plano: sin alcanzar la perfección de su hermana mayor ni el espíritu libre de la pequeña, y, por supuesto, a las órdenes de su madre. Con una historia sentimental no muy afortunada y algunos problemas muy bien apuntados, la veo como un personaje no explotado del todo. Creo que en temporadas futuras su trayectoria podría dar mucho juego.
Por último, Fiona Butonn interpreta el papel de Rose Defoe. La hermana pequeña no es abogada. Se mueve entre la dulzura y la ingenuidad, el encanto y el optimismo. Cree en la bondad y no acepta injusticias de ninguna clase, pero sin interesarse por algo tan aburrido como el derecho.
Como comentaron las actrices en una entrevista, es una serie que habla de la familia y las relaciones familiares, quizá más que de asuntos legales, con el trasfondo de la separación que define el contexto de toda la saga: la de los padres muchos años atrás, cuando las tres hermanas eran todavía pequeñas. La gestión de divorcio por la experta matrimonialista, con sus aciertos y sus errores, será la clave que definirá su futuro mucho más allá de lo que todas ellas son capaces de asimilar.
Almudena Fernández Ostolaza
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