viernes, 19 de mayo de 2023

Caballos lentos


CABALLOS LENTOS Esta serie británica dirigida por James Hawes y Jeremy Lovering es una fiel adaptación de las maravillosas novelas de Mick Herron, que representan una renovación del género de espías. Recogen la tradición de las magníficas historias de John Le Carré –por cierto, mencionan a Smiley en un capítulo de la serie– con nuevas tramas acordes a los conflictos y medios actuales. En la jerga británica del contraespionaje, los caballos lentos son agentes del MI5 que por algún motivo están medio apartados. A veces, por un fallo imperdonable en alguna operación, otras, por algún vicio incompatible con su labor de espías (alcoholismo, etc...). En lugar de despedirlos los destierran a la Ciénaga, que es la oficina más cutre que en el mundo ha existido, gobernada por Jackson Lamb (Gary Oldman) un agente veterano repulsivo en todas sus facetas, incluida la voz en la versión doblada al español. La contraposición a la Ciénaga es el mundo triunfador que encarna la agente Diana Taverner, “segunda mesa”, interpretada magistralmente por Kristin Scott Thomas, y su ultramoderno y bien equipado edificio en Regent´s Park. La rivalidad Taverner contra Lamb se repite en el siguiente escalón de la jerarquía entre James Web (Freddie Fox), un triunfador que recuerda un poco a Draco Malfoy, y el agente reprobado River Cartwright (Jack Lowden). Los dos son brillantes cachorros de la alta sociedad en el comienzo de sus prometedoras carreras, pero, a raíz de un incidente que los involucra a ambos, Carwright acaba castigado a la Ciénaga mientras Web sigue su camino ascendente hacia el éxito. River Cartwright es el protagonista de la serie. Debe su nombre a la etapa hippie de su madre, en constante rebeldía contra su propio padre: una leyenda del espionaje. El joven Cartwright adora a su abuelo y se ve a sí mismo siguiendo sus pasos y convirtiéndose en un gran agente, por lo que no se resigna cuando lo apartan y a lo largo de la saga hace todo lo posible para recuperar su estatus. En la primera temporada, basada en la novela CABALLOS LENTOS, la acción arranca con el secuestro de un estudiante musulmán a manos de un grupo británico de ultraderecha xenófobo e islamófobo. Aunque la misión de los caballos lentos es no hacer absolutamente nada, se ven involucrados de lleno en el caso y no tendrán otra opción que recuperar sus antiguas habilidades para el espionaje. La trama es compleja, ágil, inteligente y tiene giros sorprendentes. En la segunda temporada, basada en la novela LEONES MUERTOS, se resucitan fantasmas enterrados de la guerra fría, con más peso para los agentes veteranos y las viejas historias de la lucha contra la KGB en los tiempos del telón de acero. Se despiertan las “cigarras”, no revelo qué o quiénes son. Se descubren destellos el pasado brillante de Lamb y de la, en apariencia, anodina agente Catherine Standish (Saskia Reeves). Standish recuerda a aquellas humildes mujeres oficinistas a las que recurría Smiley cuando necesitaba recordar un nombre o una fecha, porque, en realidad, eran auténticas computadoras humanas con todos los datos en su cabeza. Esta segunda temporada es tan buena como la primera o mejor, ya que añade esa vuelta a los escenarios clásicos del espionaje con una trama completamente actual. Por último, elogiar también que cada temporada se base en una novela: se nota que son historias completas de principio a fin, y no esos añadidos para estirar el número de temporadas que suelen resultar tan decepcionantes. La tercera, basada en el libro TIGRES DE VERDAD ya está lista, pero no se ha emitido. Esperamos impacientes. Almudena Fernández Ostolaza

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