viernes, 25 de octubre de 2024

72 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián II (Perlas y otras cosas)

Ya hicimos un repaso a la Sección Oficial, vamos ahora con las otras películas. Empezamos con Perlas. Esta es la sección menos arriesgada porque, como su nombre indica, son “perlas de otros festivales”, así que estamos hablando de buenas películas, aunque ya sabéis que esto de los gustos es muy personal. Comencé el festival con Emilia Perez, de Jacques Audiard, y fue una inauguración espléndida. Es una historia que parte de un supuesto curioso: un famoso narco, Manitas del Monte, solicita la ayuda de una abogada como intermediaria para cambiar de sexo. Pero esto es solo el comienzo, pasan muchas más cosas y, además, es un musical. Zoe Saldaña está espectacular. Imperdible en mi opinión. En cambio, me decepcionó María Callas: Letters and memories, de Tom Volf y Yannis Dimolitsas. Me hacía mucha ilusión esta película. Me parece interesante la vida de Maria Callas, me gusta Monica Bellucci y tenía muy buena pinta. Pese a que estéticamente es preciosa, la música una maravilla y a que la Bellucci lo hace muy bien, la peli resulta aburridísima. No sé qué le pasa, pero no consigue transmitir la emoción que pretende. En fanfare, de Emmanuel Courcol, ha sido una de mis favoritas del festival. Tiene todo lo que me gusta a mí de una peli en el Zinemaldi: peli francesa, buenos actores, una historia chula que te conmueve, pero sin ser un drama terrible, y ese punto de humor francés. Cuenta la historia de un famoso director de orquesta que por azar se entera a los cuarenta años de que es adoptado. Cuando conoce a su hermano se encuentra a un hombre que es el polo opuesto, excepto en el amor por la música. En una tertulia con amigos después de la proyección, se comentó que recordaba un poco a Billy Elliot y creo que es bastante buena referencia. De Nuevos directores vimos Turn me on, de Michael Tyburski. Siempre es arriesgado jugársela a un desconocido, pero ¿y el gusto cuando ves cosas chulas? No estaba segura, pero al final fui y me gustó. Y parece que no solo a mí, ganó el premio Dama de la juventud que otorga el jurado joven. La peli muestra un mundo utópico donde los humanos toman una píldora para evitar las emociones humanas; las buenas y las malas, con todo lo que eso conlleva. Un día, Joy no se toma su píldora y empieza a descubrirlas y a cuestionarse todo el sistema. Estéticamente bonita, buena banda sonora y un punto de humor que la hacen muy agradable. Me quedé al coloquio con el equipo, que siempre hace ilusión cuando te gusta una película. En estos casos de directores noveles siempre pienso, “tiene que ser muy chulo presentar tu primer largometraje aquí". El director hizo una referencia a la belleza de San Sebastián por estar rodeada de agua, un elemento que está presente en la peli y se nota que le inspira. Como a mí me pasa igual, ya me cayó bien Michael Tyburski. Espero que haga más pelis y vuelva con ellas a Donostia. Uno de los premios Donostia de este año fue para Pedro Almodóvar y se proyectó La habitación de al lado. No tuve ocasión de verla, pero mi hija y compañera de blog sí. Estaba muy emocionada porque una amiga suya trabajó en el rodaje como ayudante de fotografía y, como durante ese tiempo vivió en su casa, le contaba toda clase de anécdotas y chascarrillos del rodaje. La película debe ser preciosa estéticamente y las dos actrices están maravillosas, pero a mi hija no le conmovió la historia. En cualquier caso, yo la tengo en pendientes. Por último, una película de Zabaltegi: Las novias del sur, de Elena López Riera. Tenía curiosidad por este mediometraje (40 minutos) en el que un grupo de mujeres mayores de 60 años hablan de amor y sexualidad. La directora es el hilo conductor que investiga una larga cadena de mujeres que han sido novias, esposas y madres y que ella ha decidido interrumpir. Mujeres de diferentes clases sociales, con visiones y edades muy distintas (una tiene 103 años) hablan con sinceridad de temas que en esas generaciones no se suelen comentar en voz alta. Me ha gustado mucho. Si tenéis oportunidad, merece la pena, aunque a veces este formato de película no es fácil que tenga distribución comercial. De hecho, yo la vi junto con una selección de cortos chinos que me pareció lo más soporífero de todo el festival. Pues esto es todo por este año, el próximo más y mejor. Mona Jacinta

viernes, 18 de octubre de 2024

72 Edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián

Como todos los años por estas fechas, voy a hacer un resumen del Fesival Internacional de Cine de San Sebastián. Este año hemos tenido una cosecha buenísima de películas o yo he estado particularmente acertada en la selección. No, en serio, el público en general estaba contento. También es cierto que cada vez arriesgo menos en lo que elijo, por ejemplo, yo leo: “The End es un musical al estilo de la Edad de Oro de Broadway sobre una de las últimas familias de la Tierra. Tras la repentina llegada de una extraña, Chica, que pone en peligro la integridad del lujoso recinto familiar que Madre y Padre poseen en las profundidades subterráneas, Hijo comienza a cuestionar la aparente perfección de su vida allí.” Y huyo en dirección contraria. Una amiga que la eligió estuvo a punto de lanzarse desde el barandado porque, además, dura 148 minutos. También es cierto que esta cobardía me impidió ver la ganadora, Tardes de soledad, que a decir de los que la han visto está muy bien. Empecemos con la sección oficial: Cónclave, de Edward Berger Nos muestra los entresijos del Vaticano No sé si es realista, pero desde luego es muy verosímil. Ralph Fiennes está muy bien como cardenal Lawrence, un hombre honesto que pretende elegir al mejor candidato posible como papa. Bueno el reparto, la ambientación y la trama. Creo que la realidad debe ser todavía peor de lo que muestra la película. Le dernier souffle, de Costa-Gavras Salimos de esta peli pensando: meh... Sí, pero no. Este año el tema eutanasia es trending topic en el festival y nos parece un tema interesante. Esta peli podría haber estado bien, acercarnos al mundo de la muerte digna a través de mini historias de una unidad de cuidados paliativos. Además, a pesar de ser un tema peludo, si te lo cuentan desde un punto de vista burgués, con casas y clínicas preciosas, se hace mucho más agradable. Pero algunas cosas nos fallan. El prota, que es escritor, acompaña a su amigo médico según visita a sus pacientes y luego escribe y debate sobre ello. Este rollo de las tertulias filosóficas hace que las ideas pierdan fuerza porque te las cuentan en vez de mostrártelas. Bueno, y que son conceptos bastante simples, no hace falta subrayar tanto. Los actores están bien, pero hay personajes que se sienten un poco falsos, como la historia de la familia gitana que protagoniza Ángela Molina. Ella está guapa incluso de moribunda, pero el folclore gitano parece un poco sacado de Port Aventura. La tercera cosa que no me convenció es el arco del personaje principal, tenía una idea chula de trasladar el aprendizaje de la peli sobre su historia personal y me parece que la desaprovecha. El lugar de la otra, de Maite Alberdi Ya iba bien predispuesta porque Maite Alberdi me gusta mucho (El agente topo, La memoria infinita) y también en esta ocasión me ha encantado su película. Mercedes trabaja de secretaria de un juez. Está casada y tiene dos hijos adolescentes y vive en un entorno pobre y ruidoso. Por trabajo le toca seguir de cerca el caso de Carolina Geel, una escritora que mató a su amante en el salón de un lujoso hotel de Santiago. Al acercarse a esa mujer y su entorno, queda fascinada por ese mundo de libertad y lujo, tan alejado de su realidad. La protagonista es maravillosa y disfrutas cada minuto de la película, de la ambientación y de la historia. No os la perdáis. Hard truths, de Mike Leigh Esta me ha desconcertado. No sé qué pretendía contar el director. Pansy, la protagonista, es una mujer permanentemente enfadada. Solo sabe vivir en el conflicto perpetuo. Te das cuenta de que hay mucho sufrimiento y algún tipo de enfermedad mental, pero tampoco te explican qué pasa, ni por qué todo el mundo parece aguantar sin tratar de poner remedio. No resulta aburrida, pero no sé si he captado el mensaje. La actriz protagonista está maravillosa, pero no puedo decir que me haya gustado. Serpent’s path, de Kiyoshi Kurosawa Algo en mi interior me decía "Laura, no vayas a ver esta", pero soy cabezona y no hago caso de mis voces internas y así me va la vida. ¡Vaya pestiño! Pseudomona (otro colaborador de mi blog) distingue entre pelis buenas, malas y feas. Esta pertenece, sin duda, a la tercera categoría. El tema de los asesinatos de niños ya no es bonito, pero, además, tal como está contado, deseas que acaben pronto con los niños, sus padres y, sobre todo, con el director. Vosotros veréis El hombre que amaba los platos voladores, de Diego Lerman. Un festival no está completo si no hay, por lo menos, una película argentina. Las monas adoramos todo lo relacionado con este país en el que brotan actores como si fueran champiñones. Si, además, la protagoniza Leonardo Sbaraglia, ya nos da un ataque de emoción. Nos ha gustado esta comedia basada en un caso real de un periodista que en los años 80 hizo una serie de reportajes sobre invasiones alienígenas en la provincia de Córdoba. Para pasar un buen rato. La virgen roja, de Paula Ortiz Fuimos a esta peli sin mucha confianza, tras avisos de nuestras gentes de que era aburrida. Efectivamente, esta peli es un poco rollo, os la podéis ahorrar. La historia en la que se basa es fascinante y Najwa lo hace muy bien, pero poco más. Si no conoces la historia de antemano, quizás resulte un poco mejor. Como no somos directoras ni guionistas, no sabemos muy bien explicar por qué esta peli se hace aburrida. De Nevenka también conocíamos los detalles y en cambio, ha resultado una peli magnífica. En esta es como que empiezas y terminas con la misma información, no hay emoción ni sorpresa. No hay cambio en los personajes y eso la hace plana. Una pena. Por cierto, Aixa Villagrán siempre me encanta en todo lo que hace, aquí también. Tengo ganas de escuchar qué le parece a Henar Alvarez cuando la vea. Los destellos, de Pilar Palomero Esta nos ha gustado sin entusiasmarnos. Una mujer divorciada y con una nueva pareja acepta cuidar a su exmarido porque se lo pide su hija. Está contada a un ritmo muy lento, a veces demasiado, pero quizás resulta apropiado para narrar ese tempo tan peculiar que tiene la enfermedad Quien haya velado a un enfermo sabe de lo que hablo. Aunque le dieron la Concha de plata a Patricia López Arnaiz, a nosotras nos gustó más la interpretación de Marina Guerola. Una actriz joven que dará mucho que hablar Cuando cae el otoño, de François Ozon Un festival sin François Ozon es menos festival. Las monas somos superfans y él nunca nos defrauda. En esta ocasión, si tuviera que resumir la película con una frase, sería: la vida es muy complicada. Al comienzo de la película, la vida de las dos amigas jubiladas que viven en un pueblecito francés no lo parece.: van a buscar setas, una espera la llegada de su hija y su nieto, se ayudan mutuamente... Pero hay muchas sombras del pasado que se proyectan sobre ellas y, a veces, la frontera entre el bien y el mal no está tan clara. Para disfrutar. Soy Nevenka, de Iciar Bollain ¡Cómo nos ha gustado Soy Nevenka! Iciar Bollain nunca defrauda... Su última visita al festival con Maixabel, nos encantó. Esta me recuerda más a Te doy mis ojos. Una historia difícil muy bien contada. Si no sois muy jóvenes, recordaréis el caso Nevenka. Además, hay un libro de Millás y una buena serie de televisión. Con todo esto (yo sentía que tenía información como para hacer una tesis), ¿qué necesidad de hacer una película sobre este tema? Pues la directora ha sabido darle otra mirada, un punto de vista real y sensible que te pone perfectamente en el lugar de la víctima y que permite ver la fragilidad y el valor de la Nevenka real. Imprescindible. (Los actores una maravilla) The last showgirl, de Gia Coppola Esta nos ha parecido correcta, no para echar cohetes, pero bien. Cuenta la historia de una bailarina de un show de Las Vegas. Es una mujer de más de cincuenta años que, cuando se entera de que el espectáculo donde trabaja termina, se siente perdida. Una mirada triste a un mundo donde el brillo y la pedrería esconden mucha miseria. Y hasta aquí os puedo contar de la Sección Oficial. Otro día voy con Perlas. Mona Jacinta

viernes, 11 de octubre de 2024

Die Welle (La Ola, 2008)

 No sé quién fue el artista que la programó, pero el mismo día que la AfD (Alternative für Deutschland), un partido nazi, ganó en Turingia y casi en la baja Sajonia (Länder alemanes, que son algo más que nuestras comunidades autónomas), en uno de esos canales dedicados a poner cine, difundieron "la ola", (Die Welle), esa peli alemana de 2008 que dejó impactada a la gente en los cines, y yo me la volví a tragar entera.

Cooomoo Una ooooolaaaaaa...


No es que sea un peliculón, pero tiene cierto atractivo por la historia que cuenta, y aunque es, quizá demasiado moralizante, con su fanático desquiciado y todo, hace pensar, que es de lo que se trata. Cuando la vi estrenada en el cine yo ya era una adulta, pero estoy convencida que es el tipo de peli que te ponen en clase de ética o filosofía o lo que sea que dan los niños ahora en "bachi", y ojalá que en la ESO.  Mi profe de la optativa nos puso "yo, Cristina F" (Una peli brutal sobre la juventud y las drogas) y dos buenas pelis sobre el ambiente dictatorial del cono sur latinoamericano impuesto marcialmente por ese "amigo de los niños", pero, sobre todo, de los militares torturadores que fue Henry Kissinger. Nos proyectaron "Missing, desaparecido" y "la noche de los lápices". Eso te hace abrir los ojos al cine y al ambiente que te rodea.

Rainer, el profe "enrollao".

Volviendo a "La Ola". La peli nos enseña a Rainer, el profe del instituto de bachillerato enrollado. Treintañero, informal, que escucha punk y vive en una barcaza con su novia, también profesora. Es la semana de proyectos del gymnasium (Los alemanes le llaman "guimnasium", ge suave,  a la enseñanza secundaria). Él quiere dar clase de anarquismo, pero se lo ha pedido otro profe con pinta de oficinista (americana  y corbata) así que le toca dar autocracia. No le hace ni pizca de gracia, porque va en contra de sus ideas presumiblemente izquierdistas, pero ahí va.

Por otro lado están los alumnos. La peli se centra en unos pocos como Marco (El Wofgang de Sense 8 de las hermanas Wachowski), joven deportista criado en familia desestructurada. Juega al waterpolo en el equipo del insti y es el novio de Karo, una chica acostumbrada a liderar; Lisa, su amiga, siempre a la sombra; Sinan, el deportista sin mucho interés por los estudios que es de familia turca .También están otros chicos como el rico, el matón y, por supuesto, el chico marginado.

Sinan, el deportista, ayuda a su ahora amigo Tim, el marginado.

Es natural que la peli la rodaran los alemanes. Llevan 70 años con la culpabilidad de la segunda guerra mundial a cuestas...Hasta ahora, visto el auge ultraderechista. No conozco alemán de cierta edad que no se sienta culpable por pertenecer al país que aupó a los nazis. Sin embargo me hace cierta gracia la ignorancia y el descaro del mundo y del chaval de familia turca, Sinan, cuando están hablando de esta vergüenza alemana y el muy imbécil dice que a él no le toca porque es turco. Porque, claro, ni su puta madre sabe que Turquía (Si Alemania sigue siendo el III reich, Turquía me vale como Imperio Otomano) asesinó a cientos de miles de armenios hace un siglo en lo que se llamó el genocidio armenio, que es ignorado por la ONU, por el mundo en general y por Turquía que prohíbe decir o publicar nada en su país sobre eso y se cabrea mucho si alguien lo suelta por ahí. Hay que tener cara, pero volvamos al tema.

En unos pocos días, la clase que imparte el señor Wenger, porque ya ha dejado de ser el enrollado e informal Rainer, se transforma. Se respira un ambiente de unión y camaradería entre los compañeros, que deciden vestir igual, que nunca se había dado. La mayoría se entusiasma y se emborracha del ambiente fraternal que desprende el grupo que asiste a clase del señor Rainer. Los hay disidentes, claro, y eso empieza a afectar a las relaciones entre los alumnos y, definitivamente, todo el mundo. Una semana lectiva, que son cinco días, lo transforman todo, incluso a Rainer, que tarda en darse cuenta de las dimensiones que su clase de autocracia ha adoptado. Final impactante.

De rojo, un blanco perfecto.


La peli se limita a dar pinceladas de las casuísticas que se pueden dar en los miembros de una sociedad cerrada destinada a ser una élite social y/o política y no ahonda más. Eso se lo deja al espectador para que lo rumie una vez vista la cinta.

Tim es un chaval sin aptitudes sociales, pero la Ola lo transforma.


Por cierto, la peli está basada en un libro que recoge un experimento escolar realizado en el Palo Alto californiano de los años 60 que tuvo, por lo que se comenta, un desenlace que cercenaron de golpe ante las dimensiones que estaba tomando el dichoso "experimento".  Si no la habéis visto, tal y como está el mundo últimamente, es más que recomendable. En caso de que sí la hayáis visto, me remito a la misma recomendación, porque sigue dando para reflexionar.


Que el cine os haga libres;

Juli Gan

viernes, 4 de octubre de 2024

El Conde de Montecristo

 


Me habían llegado noticias de la existencia de esta película francesa, la enésima revisión del popularísimo relato de Alejandro Dumas, especialmente a partir del artículo publicado en este mismo blog por nuestra compañera Carmen R. Pero yo no le había hecho mucho caso; no al artículo, no; al artículo sí le hice caso. No hice caso a la película, en general, quizás porque el genial artículo de nuestra compañera no era precisamente elogioso.

Hasta este verano. Hasta agosto, concretamente, cuando pasé unós días en Francia y pude comprobar cómo el cartel de la película (el afiche, decía mi madre, sin saber que utilizaba un galicismo que también se usa en euskera: afixa), con un primerísimo plano del rostro trágico de Pierre Niney, lucía en todos, absolutamente todos, los cines: en las multisalas de ciudad y en los deliciosos teatros únicos de los pequeños pueblos. En Francia El Conde de Montecristo ha sido una sensación, un taquillazo, y no es para menos.

Así que voy a discrepar un tanto de nuestra sabia compañera Carmen R., voy a intentar de hablar de otras cosas que su erudito artículo no mienta y os voy a explicar por qué esta película posee todos los ingredientes y cumple todos los requisitos para convertirse en un clásico del cine histórico de aventuras.

Primero, y obvio, quizás demasiado obvio, porque es El Conde de Montecristo, estúpido; un relato que ha cautivado desde su publicación, que se ha revisitado en todos los formatos (cine, radio, televisión, tebeo, audiolibro…) y que no deja de gustarnos porque nos conecta con el argumento universal del príncipe caído a los infiernos que consigue escapar de un destino nefasto y regresa envuelto en gloria para vengarse o para restituir la justicia. Con variantes, es la historia de Ben Hur, la del jorobado de Lagardère, relatos todos ellos que forman parte de nuestro sustrato literario y audiovisual y nos agradan, en parte, porque nos enlazan a nuestra infancia.

La traducción del filme al español ha ayudado a reforzar ese vínculo, al dar los nombres de los protagonistas en español, según los antiguos usos. Así, Edmundo Dantés sigue siendo para nosotros Edmundo Dantés, y no el Edmond Dantès original, Fernand Mondego se convierte en Fernando y así todo mantiene ese toque de antaño.

Segundo, El Conde de Montecristo triunfa porque es una superproducción. Dicho de manera técnica, ahí han metido pasta que lo flipas. No han reparado en gastos y me parece muy bien, porque eso es lo que hay que hacer cuando te enfrentas a un proyecto así de ambicioso: mete dineros a tope; y si no, no lo hagas.

Aquí me han hecho caso. Se han dicho: “A por todas, a lo grande, en plan americano”. Dicho y hecho, lo han conseguido. No tiene nada que enviar esta producción a las hollywoodenses del estilo. Está a su altura en muchos aspectos y el principal es el que os digo: que se han dejado la pasta. Sin una superinversión, el cine europeo no habría alcanzado nunca estas cotas.

Y estos niveles americanos me llevan al tercer motivo del éxito de El Conde de Montecristo.

Tercero, porque, con toda humildad, el filme hace cariñosos guiños a otras superdroducciones americanas de aventuras. Ya he citado Ben Hur, el regreso y el ansia de venganza o de justicia. No puede una tampoco dejar de pensar en Batman, al ver a este noble solitario, siempre vestido de negro, tan estilizado él, en su magnífico castillo tan extravagante como lujoso, rodeado de colaboradores recolectados acá y allá de unas vidas tan trágicas y aventureras como las de su mentor.

Tiene también el protagonista algo de superagente secreto que sabe hacer de todo y todo lo hace bien. Como James Bond, como Jason Bourne, ha tenido un largo, muy largo, periodo iniciático al lado del abate Faria, en el que ha aprendido multitud de lenguas, ha aprendido a luchar, a disparar y todo lo que resulta necesario para ser el héroe solitario perfecto.

Y hasta Indiana Jones nos viene a la mente en algunas escenas. Interpreto estos pequeños homenajes como una humilde manera de hincar la rodilla, rendirse ante la superioridad americana e intentar imitar, recrear y aprender todo lo que se pueda.

Y el cuarto motivo viene dado por una multitud de buenos ingredientes, más o menos esenciales o complementarios. Ante todo, una banda sonora verdaderamente épica; a ratos puede resultar un pelín machacona y repetitiva, pero sin duda cumple con sus pretensiones de grandiosidad. Su compositor, Jérôme Rebotier, ha compuesto para decenas de filmes franceses (también para cortos, documentales y series) y también tiene su discografía particular. Y, para no alargar demasiado este artículo, solo citaré a los eficientes intérpretes franceses: sólidos, discretos, sobrios y de evidente formación clásica.

Por acabar con algunos peros a la película, diré que tres horas de metraje son demasiadas, que media horita menos habría encajado mejor y que algunas escenas se alargan demasiado; por ejemplo, para mí siempre son excesivamente largas las luchas y las peleas, incluidas las de espadachines, por mucho que aprecie su estilizada coreografía.

Y eso es todo, amigas. Ha sido una hermosa sorpresa de fin de verano este rencuentro con mi mundo literario de la infancia, de la mano de una película que, estoy segura, veré con gran placer unas cuantas veces más.

Os saluda vuestra amiga


Noemí Pastor

viernes, 27 de septiembre de 2024

Presunto inocente, la serie.

Para los fans de Scott Turow, “Presunto inocente” es mucho más que una novela, una película o una serie: es un universo. Lo que sucede es que se ha diversificado en varios universos paralelos porque se solapan en el tiempo distintas historias. Todo comenzó con la novela de 1987 Presunto Inocente. Cuenta en primera persona la historia del fiscal Rusty Sabich acusado del asesinato de su compañera Carolyn Polhemus. Lo de primera persona no es un dato irrelevante, luego lo comento. Al libro siguió la película en la que Harrison Ford interpreta a un Rusty maravilloso en una cinta impecablemente fiel al libro. Ambas marcaron un hito en los 80 cosechando un buen número de adeptos al thriller judicial que continuará con las historias de John Grisham y series míticas como Ley y Orden. El tercer hito es la novela Inocente, de 2010, en la que Turow imagina la vida del fiscal veinte años después. En este caso la historia gira en torno al fallecimiento de su mujer, Barbara Sabich, y otorga un relevante papel al hijo de ambos, Nat. El desfase temporal se produce cuando, sabiendo lo que le sucede a esa familia en 2010, viene la serie nueva en 2024 y decide situar al joven Rusty en la actualidad. Es innegable que abre muchas posibididades. ¿Qué méritos tiene la serie? En mi opinión, es un acierto atribuir más protagonismo a Bárbara, la esposa de Rusty, que en las obras anteriores quedaba un poco desdibujada. Me gusta también la actualización del talante antiracista del fiscal, que se aprecia en algunos comentarios algo dispersos de la novela y ahora, en un mundo tras “Black Lives Matter”, se muestra mucho más explícitamente. Asimismo, es agradable la actualización tecnológica: en la serie tienen móviles que permiten, por ejemplo, localizar las ubicaciones de los personajes, hay cámaras de tráfico y existen los análisis de adn. Es gracioso revisar cómo en la novela clasifican a los sospechosos por sus grupos sanguíneos. Y el mayor acierto, sin duda, es el personaje de Tony Molto, interpretado por Peter Sasgaard, que se merecería una serie para él solo. Por el contrario, se puede reprochar a la serie la omisión del personaje de Sandy Stern, que obliga a un giro extraño en la figura del fiscal jefe Raymond Horgan. Stern es un personaje demasiado importante en el imaginario de Turow para cargárselo sin más. Tampoco considero acertada la supresión de la trama de corrupción que planea a lo largo del libro. La novela pone sobre la mesa cuestiones esenciales del sistema judicial americano y del funcionamiento de la fiscalía dándole una dimensión mucho más profunda que el mero “esclarecer un asesinato”. Y, por último, considero que no aporta nada el cambio de enfoque del personaje de Rusty, o mejor dicho, su desenfoque. En el libro es él quién nos cuenta la historia y, por supuesto, es inocente y lo sabemos desde el minuto uno, como no puede ser de otra manera en una historia contada en primera persona. En la serie han decidido desdibujarlo. No solo introduciendo muchos más puntos de vista, sino presentando a un Rusty más agresivo y huraño, incluso violento en ocasiones, que está mucho mas cerca de ser un sospechoso razonable. Supongo que habrán pensado que así se añade suspense, pero a mí me parece que han cambiado por completo la esencia de la historia: ya no es el inocente acusado en falso que tiene que descubrir la verdad para salvarse. Solo me queda recomendar que veáis esta serie, por supuesto. Y pedir a los productores que sigan adaptando las novelas de Scott Turow. Quedan muchas joyas sin llevar a la pantalla.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Casa en llamas




Tras este período vacacional, regreso a Zinéfilaz con una película catalana que vi en el cine en versión original y me dejó una buenísima impresión. Se trata de "Casa en llamas" .





"Casa en flames"( título original) está dirigida por Dani de la Orden e interpretada por Emma Vilarasau ,Enric Auquer, María Rodríguez Soto, Alberto San Juan, Macarena Gómez y Clara Segura entre otros.
Es una película del 2024 y ya desde aquí os vaticino que la próxima edición de los Goya se llevará más de un galardón. Al tiempo...

"Casa en llamas" gira en torno a un fin de semana en familia.Montse (Emma Vilarasau) que hace tiempo está divorciada ,ha reunido a sus dos hijos para pasar un finde en la casa de Cadaqués, en la Costa Brava.
A partir de aquí. el director orquesta un reparto de actrices y actores excepciones y el espectador no puede más que sucumbir a los giros de guión y las sorpresas que se suceden a veces en tono dramático a veces en tono cómico y casi siempre tragicómico.



Dani de la Orden nos deja una galería de personajes maravillosa , repletos de escandalosa imperfección como no podía ser de otro modo tratándose de la condición humana, tan compleja,tan caótica tan contradictoria.

Es así que la matriarca es capaz de cualquier cosa a fin de que ese fin de semana en familia se realice, caiga quien caiga, porque es sabido que en estos tiempos de prisa, pantallas y deshumanización, a veces lo más complicado es conseguir reunir a la familia en torno a una mesa, mirarse a los ojos y conversar.



Nos deja así Dani de la Orden una reflexión en torno a la paradoja de la incomunicación precisamente en una sociedad hiper tecnológica donde supuestamente estamos más conectados que nunca y sin embargo somos incapaces de establecer un verdadero contacto humano de igual a igual. Además, se abordan otras cuestiones no menos importantes como las mentiras, las dudas en la maternidad, la soledad, el amor , el desamor, el nido vacío, las complejas relaciones entre padres e hijos, la hipocresía y esa delgada línea que separa el bien y el mal en el comportamiento propio y ajeno.



En "Casa en Flames" nada es lo que parece y las máscaras están a la orden del día.Todos esconden sus verdaderas intenciones y los roles adquiridos dentro del clan familiar a pesar de que los hijos han crecido, permanecen de alguna manera intactos, como si el tiempo en ese sentido se hubiera detenido.



Quiero destacar un guión portentoso que sorprende y no deja tregua al espectador,tenía la sensación de que estaba en una magnífica obra de teatro donde lo importante era el diálogo y ese magnífico retrato de unos personajes perfectamente perfilados.
Y si de interpretación hablamos , no puedo dejar de destacar especialmente la brillante actuación de 
Emma Vilarasau  y por añadidura la de Enric Auquer  y María Rodríguez Soto.
Como mínimo Emma merece un goya a mejor interpretación femenina, eso como mínimo pero yo también otorgaría un galardón a la película como mejor guión. Ya veremos qué pasa al final.

Como broche de oro, ese acertado tema de Joan Dausà "Crema ho tot", cierra una película redonda que no me quedo corta si califico como de las mejores películas españolas en lo que llevamos de año.

Encantada estaré de compartir impresiones con vosotr@s si le dais una oportunidad.Id al cine por favor.
Buen fin de semana,


Troyana


lunes, 22 de julio de 2024

El "falso" Conde de Montecristo


Los que somos aficionados a las adaptaciones de libros clásicos, recibimos con alegría cuando un autor es "recuperado" para la gran pantalla. En general, y como ya he comentado previamente en este blog, las adaptaciones, si son "de época", idealmente pueden diferir de su fuente escrita al tratarse de un medio diferente, pero generalmente, son admirables si se mantiene la "esencia" o el espíritu que se adapta. De los tiempos recientes, una adaptación correcta para mí es la "Jane Eyre" Cary Fukunagua, mientras que otras no han corrido la misma suerte.

A esto hay que añadir que, lamentablemente, parece que son los mismos escritores o las mismas obras, las que se acaban llevando a la gran pantalla. Mientras podemos "palidecer" esperando una versión de "Norte y Sur" de Elizabeth Gaskell para el cine, o cualquier tipo de adaptación para "Memorias de un Solterón" de Emilia Pardo Bazán (si no la habéis leído, hacéros un favor, e id a por ella), volvemos a escuchar como "Cumbres Borrascosas" tendrá una nueva revisión (*) de la mano de Emerald Fennell ("Promising Young Woman", "Saltburn").

Adaptación de Norte y Sur de 1975, mi favorita y la pongo porque "quiero"

Y en esa línea, nos vamos con Alexandre Dumas (Padre), cuyos "tres mosqueteros" aparecen de vez en cuando en nuestras pantallas, como el año pasado. Aunque mejor que aquella "bizarrada" con Logan Lerman que acababa con "combates aéreos", Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte firmaron una película en dos partes, con un elenco maravilloso formado por Eva Green, Vincent Cassel y François Civil, pero con un sabor de boca amargo, por una revisión que adaptaba formas de las películas de acción estadounidenses, una banda sonora deudora de Zimmer, y una versión del libro totalmente agridulce. Pensando en que sería el gran éxito francés del año y dominaría el espacio internacional, consiguieron convencer a diversos productores para embarcarse este año con otro Dumas: El Conde de Montecristo.

En los últimos mosqueteros, no hay mucha agua ni jabón

Esta película nos llega a España en agosto y ya adelanto que como en el caso de los Mosqueteros, el que espere fidelidad a la obra, o a las formas, puede ya irse decepcionado. Este Montecristo, encabezado por Pierre Ninney, y secundado por Laurent Lafitte, es otra adaptación moderna, que se esconde en un entramado de época, que no respeta el momento histórico (aunque por supuesto no es Bridgerton en lo que se refiere a vestuario), que sacrifica la riqueza del texto original mediante cambios que no se entienden, y que están hechos pensando en una audiencia contemporánea, a la que no se espera que reflexione mucho durante las casi 3 horas que dura la película.

En general, si no se conoce el texto de Dumas, se puede ver una película de época, más o menos correcta, pero a la que le "falla" algo, que cae en tópicazos sin sentido, y cuyo protagonista, en vez de ser una fuerza de la naturaleza y la venganza, casi sobrehumana, se dedica a autoflagelarse y sus momentos de brillantez, quedan ensombrecidos, por un punto de vista posmoderno, cansado y muy poco espectacular.

Momento marinero de Edmund con la "aristocrática" Mercedes y su primo

Porque si algo es la obra original, es eso, "espectacular". Es una exageración, un drama "victoriano a la francesa", un descenso a los infiernos y a la locura, mientras que brillan algunos momentos de esperanza y humanidad.

Como he dicho al principio, no podemos esperar que una adaptación ponga todas las escenas de una novela, especialmente si ésta tiene unas 1700 páginas, pero el espíritu debe perdurar y subsisitir. En esta obra audiovisual, ese aura literaria está desaparecida, y ya no por los cambios (burdos algunos), si no, porque los personajes y escenas que quedan, han sido ultrajadas, dándoles una esencia totalmente alejada de lo que Dumas quería transmitir. No quiero citaros ejemplos porque no quiero estropearos la visión si os atrevéis, pero aún me "hierve la sangre" con la situación de Haydée y el final de la película.

Los villanos. Uno con parche, por si creíais que eran de los buenos

El Conde de Montecristo es una obra "complicada" debido a su extensión, y hemos visto muchísimas veces como ha sido mal llevada al cine, adaptándola a los gustos del momento, como ya pasó en las versiones de Jim Caviezel o Richard Chamberlain, que son películas entretenidas, pero que poco tienen que ver con la novela. Ante esto, quiero decir que si una cosa está bien hecha, la extensión o los "recortes" a la obra original poco importan, como ya sabemos en el caso de "Lo que el Viento se Llevó" o "El Señor de los Anillos".

Otro Conde que tenía "tela" que cortar y fue un delito de ver

En cualquier caso, e insisitiendo en el párrafo anterior, debido a la complejidad del libro, más que una adaptación en una sola película, quizá una miniserie o una serie pueden ser la respuesta. Así, la adaptación de TVE de Pepe Martín en 1968, gozó de éxito, o la de Gerard Depardieu. Y también en 2024, nos llegará otro Conde de Montecristo.

Así, al igual que en otros momentos donde dos productoras han hecho adaptaciones de la misma obra, como con "Valmont" y "Las Amistades Peligrosas" o las dos Emma's de 1996 (la de Miramax y la de ITV), RAI acaba de terminar otro Conde de Montecristo. En este caso, es una serie de ocho episodios protagonizada por Sam Claflin, y esperamos que aunque sea para televisión, la duración permita una adaptación fiel a la obra, en la que al menos, no es que haya "recortes", es que no se cambien "clases sociales", motivaciones o personalidades de los personajes.

Claflin, también te veremos y esperamos que no nos decepciones

Una mala adaptación no puede ser salvada por sus actores (como Ninney o Lafitte, aunque está aquí como un villano al que le falta retorcerse el bigote) o por decir "somos franceses, la obra es francesa y nosotros la sabemos adaptar", porque esta revisión de 2024 demuestra que esto no es verdad. Así pues, sólo acabo diciendo que si hay justicia en este mundo, espero que La Patellière y Delaporte no vuelvan a tocar a Dumas, o a algún otro autor.

Disfrutad de un buen verano. Nos vemos a la vuelta.

Carmen R.


(*): https://www.elle.com/culture/movies-tv/a61587838/wuthering-heights-emerald-fennell-date-cast-rumors-news/