viernes, 30 de octubre de 2015

De papel al celuloide: "Las viudas de los jueves"

¿Entre primos anda el juego?

Claudia Piñeiro (@claudiapineiro), guionista, dramaturga y novelista argentina, publicó Las viudas de los jueves hace ya diez años, en 2005, y enseguida se convirtió en una novela exitosa.

¿Cómo se mide, entre otros baremos, el  éxito de una novela? Pues se suele tener en cuenta si ha sido o no llevada al cine, porque las películas, en contra de la opinión general, muchas veces engrandecen los textos narrativos; o, al menos, permanecen a su altura o en absoluto los dañan. 

Eso podemos decir de la versión fílmica de Las viudas de los jueves que realizó el también argentino Marcelo Piñeyro, que no nos consta que sea primo de Claudia.

Marcelo acostumbra a adaptar al cine piezas literarias argentinas; así lo ha hecho recientemente con Betibú, otra novela de Claudia, y ya lo hizo en el año 2000 con Plata quemada, de Ricardo Piglia, por la que se llevó un premio Goya. Desde ahora aviso que la novela de Piglia y la peli de Piñeyro caerán próximamente por aquí en otro de mis Del papel al celudoide.



Tarde, pero bien

Cuando alguien me dice “No he leído nada de este autor” y cita a una de mis plumas favoritas, suelo contestar “Enhorabuena: tienes muchísimo con lo que disfrutar”.

Felizmente, eso también me sucede a mí, que de repente encuentro a una escritora o escritor que ya tieneun recorrido, pero con quien no había tenido el gusto de cruzarme en mi vida, y doy con un filón, con montones de novelas estupendas para disfrutar durante meses. ¡Qué felicidad!

Pues eso me ocurrió con Claudia Piñeiro: la descubrí tarde (porque a estas alturas de mi vida todo lo que hago lo hago ya tarde), pero bien. Bien descubierta y disfrutada.

¿Por qué disfrutada? Pues, en el caso de Las viudas de los jueves, porque la novela es de las que te sacuden, de las que te abofetean; de las que me gustan, vaya. Y, como digo, la película no se le queda atrás, aunque su planteamiento estilístico sea muy otro. Con todo, podemos resumir ambas en este high concept: se narran las circunstancias de unas extrañísimas muertes acaecidas en una urbanización muy cerrada de gente muy rica y muy pija a las afueras de Buenos Aires.




Narradoras y narradores

La novela tiene dos narradores: uno (mejor dicho una, porque enseguida la identificamos como a una de los personajes principales) narra en primera persona del singular. El otro narrador (o narradora, no hay manera de saberlo, no se identifica y narra, he aquí la peculiaridad, en primera persona del plural; en una primera persona del plural muy inquietante: un Nosotros que escribo a propósito con mayúsculas porque es un nombre propio, una marca distintiva, frente a un vos otros, los extraños, los de fuera, los que no vivís en nuestra maravillosa urbanización, sino extramuros, más allá de las puertas del paraíso.

Nosotros tenemos otras leyes, otra justicia, otro estatus, otra dimensión; habitamos en otra cara de la luna, más arbolada y hermosa. A vos otros os juzgamos, pues, con distinto rasero; mucho más estricto. Y nos da igual, porque, como decía la misma Piñeiro en su reciente novela Una suerte pequeña, Nosotros no vamos a sentarnos nunca en ese banquillo.


Negra de verdad

Así y todo, lo esencial en ambas piezas no son las muertes, ni su autoría ni su investigación. El peso total de las obras recae en la disección social de los nuevos ricos argentinos de la década de 1990, sus veloces ascensos y sus caídas en picado, su nulo aporte al progreso de la civilización o el bienestar común, porque, tanto cuando estaban arriba como una vez despeñados, no abandonaron la miseria moral.

De todas las críticas de la peli que he leído, me ha gustado especialmente la de José Arce, que habla de “Maridos desesperados” que viven en un Wisteria Lane a la argentina.


Lo que pasa en el cine

Una novela que comienza con unos cadáveres hundidos en una piscina tenía que llevarse al cine sí o sí. Y se llevó. La llevó Marcelo Piñeyro,pero después de transformar sustancialmente el texto narrativo.

En la película la primera diferencia que se aprecia con respecto a la novela son los diálogos. Qué os voy a decir que no sepáis sobre los diálogos en las películas argentinas. Pues nada. En la novela, en cambio, los personajes apenas charlan.Otra diferencia es el sexo. En la novela no hay. En la peli hay incluso procacidad verbal.

Y, al final de todo, la diferencia principal reside en el estilo, pues cada uno de los textos, el literario y el fílmico, tiene una diferente voluntad de estilo. Así, la novela quiere ser, y lo consigue, una pieza compacta, sin altibajos, sin emociones afloradas, como salida de la mente de la Teresa de la película, que consume Prozac para no sentir. En la novela no hay Prozac ni desdicha, no hay gozo ni desgarro, sino una relación templada de hechos, situaciones, que no pierde nunca la compostura, se contiene, ofrece siempre una sonrisa un poco helada, como si tras ella no hubiera nada más.

En la novela no hay voces disonantes, no hay tragedia ni comedia, apenas hay, como digo,  diálogos. En la película, sin embargo, caen las máscaras, los personajes se revelan, no son capaces de mantener su pose, se exponen.

En fin, esperando que, con todo esto que os he contado, ya os hayan entrado ganas tanto de leer el libro como de ver la peli, espero que lo hagáis y que podamos charlar sobre ambos y me despido con la ficha técnica del film y con el film completito en Youtube. A disfrutar.

Se despide hasta la próxima vuestra amiga


Noemí Pastor

3 comentarios:

Juli Gan dijo...

Siguiendo tu consejo del blog, me leí Betibú y me pareció estupenda. Ya tengo seleccionado uno de los libros que regalar a mis tías estas navidades (El otro es un libro de Chirbes). Vi la peli, Betibú, digo, y, si has leído la novela, aunque mantenga a intriga, es inferior al nivel del libro. Ahora me toca leer esta, que lo haré...Y también veré la peli, como no.

Noemí Pastor dijo...

Así da gusto, Juli. La novela es muy original. La peli, más convencional. Pero ambas merecen la pena. Un abrazo inmenso.

TRoyaNa dijo...

Noemí,
vuelvo a tu entrada,una vez vista la película de "las viudas de los jueves" y me ha recordado como he leído por aquí, a la serie "mujeres desesperadas".Me parece una disección muy honesta del desencanto y la insatisfacción de esta nueva clase alta aquí argentina que vive de cara a la galería y esconde sus miserias morales de puertas para adentro.
Me ha gustado la película,no sé quíen termina cobrando más protagonismo,si los hombres o las mujeres.
Gracias por la recomendación:)