miércoles, 9 de diciembre de 2020

El expreso de Shangai

 

Sabía que esta semana me tocaba reseña en Zinefilaz y no tenía nada pensado ni preparado. “Iré al cine”, pensé. Y sí, fui, pero Volver a empezar, una peli irlandesa de pobres, no me daba tema para una entrada en este blog. Para el mío sí, pero es que yo despacho cualquier cosa con 150 palabras y este es un blog serio. Así que entré en pánico y rebusqué entre mis pelis clásicas si había algo sugerente. Me llamó la atención el título de El expreso de Shangai. ¿Había visto yo esta película?¿Era esa?¿ O quizás 55 días en Pekín? Alguna de actriz guapa y chinos había visto allá por la prehistoria, pero no recordaba nada. Así que me dispuse a verla porque creo sinceramente que no la había visto nunca.

Desde luego, lo único que tiene que ver con 55 días en Pekín es que la acción transcurre en China y en época de guerra. Bueno, y que hay una súper estrella: Marlene Dietrich y Ava Gardner, que no solo son guapas, son mujeres con una fuerza especial. Más de treinta años separan las dos películas.

Las pieles serán poco ecológicas, pero
sofisticadas...

El expreso de Shangai se estrenó en 1932, en plena Gran Depresión, y su director es Josef Von Stenberg. Me he enterado por Wikipedia, que tanto contribuye a mi cultura, que es una película “pre-code” que es un término que incluye a las películas realizadas entre el inicio del cine sonoro y la aplicación del código Hays en 1934. Este código marcaba unas normas de censura, qué temas se podían tratar y cuáles no y en qué términos. Quizás no habría podido rodarse a partir del 34, con esta mujer fatal tan fatal que es Marlene Dietrich en esta historia sin que siquiera reciba su merecido por ser tan fresca.

Josef Von Stenberg nació en Viena y tuvo una infancia de cuento de Dickens. Bastante joven comenzó a trabajar limpiando y reparando rollos de película. De ahí paso a aprendiz de montador y como era muy listo pronto trabajó de editor. En el año 1925 realizó su primera película y el éxito le llegó cuando eligió a Marlene Dietrich para El ángel azul. El personaje enigmático y seductor tuvo gran éxito y llevo a una estrecha colaboración entre el director y la actriz que hicieron juntos siete películas:  El ángel azul, Marruecos, Fatalidad, El expreso de Shangai, La Venus rubia, Capricho imperial y El diablo era mujer.

Ese fumar tan elegante

Marlene Dietrich nació en Alemania en 1901 y desde joven tuvo claro que quería ser actriz. Trabajó en teatro, parece que en algún pequeño papel en el cine y en espectáculos de cabaret. Así se le daba luego tan bien hacer de mujer fatal. La fama le llegó con El ángel azul y se consolidó con las otras películas que hizo con Stenberg. Está claro que eran películas “pre-cod” porque sus papeles iban de cabaretera que arrastra a los hombres a la perdición (El ángel azul), a famosa aventurera (El expreso de Shangai) o a seductora de hombres (El diablo era mujer). Claro, esto conllevó numerosos escándalos y El ángel azul fue prohibida en la Alemania nazi; Marruecos causó mucho revuelo porque la protagonista, vestida de frac, besaba a una mujer, y el gobierno español de la II República elevó una protesta por El diablo era mujer (el personaje era una mujer española, con lo recatadas que eran).

En cuanto nos quitemos las mascarillas,
lanzaré un movimiento de recuperación del
sombrero con velo.


La historia de El expreso de Shangai nos muestra a un grupo de personajes de distintas nacionalidades que coinciden en un tren rumbo a Shangai en una época crítica: hay tropas rebeldes que pueden acechar al tren (los malos son los seguidores de Mao). Marlene Dietrich interpreta a Shangai Lilly, una hermosa aventurera sin escrúpulos. La cosa se complica cuando coincide en el tren con el capitán Harvey (Clive Brook), un antiguo amor con el que rompió por un malentendido. ¿Podrá él perdonarle su casquivanez? También viajan en el expreso una enigmática cortesana china, una señora que tiene una pensión en Shangai, un pastor escandalizado por ir en un tren repleto de pilinguis, un señor que siempre apuesta y un hombre misterioso (medio chino, medio europeo) que resultará ser un rebelde malísimo.

Escena de acción con Clive Brook

Si no la habéis visto, tiempo habéis tenido, así que no vale quejarse de spoilers. Todo termina bien, Marlene en realidad es súper buena persona (hasta el pastor se da cuenta), está dispuesta a sacrificarse por salvar a su amor, pero la cortesana china resuelve el problema por la vía de la daga milenaria. Marlene está impresionante, fumando y mirando por encima del hombro a todo bicho viviente, con esas cejas contrarias a la naturaleza humana y esos sombreros con velo que tanto ayudan a parecer enigmática. Dice frases tan estupendas como “No estoy casada. Necesité más de un hombre para cambiar mi nombre por el de Shangai Lilly”. No imagino la situación para decir esta frase en mi vida, sobre todo porque nadie me llama Shangai Lilly, pero, después de “Si me necesitas, silba. Ya sabes cómo se hace. Se juntan los labios y se sopla”, es de lo que más me gustaría contestar alguna vez. Creo que de vez en cuando merece la pena echar la vista atrás y recuperar una de esas joyitas del cine clásico.

 

 

 

 

3 comentarios:

Juli Gan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juli Gan dijo...

Y a mí que Marlene Dietrich me parecía incluso fea. Una personalidad fascinante y toda una antifascista, sí, que gana muchos puntos, pero no encuentro la belleza en sus rasgos duros. Hay tantas pelis clásicas que no he visto, como esta, por ejemplo...A ver si me enmiendo.

Mona Jacinta dijo...

No es mi tipo de belleza favorita, pero me parece de una presencia y una fotogenia impresionante. Qué suerte que nos quede tanto por ver.