viernes, 27 de enero de 2012

Intercambiar y compartir




Mentiras

Se cierra Megaupload para redireccionar sumas indecentes de dinero. Porque aquí no se trata de proteger la propiedad intelectual. Estamos hablando de un complejo engranaje que ha hecho ricos a muchos, que no están dispuestos a renunciar. Si las cifras no alcanzaran esas cantidades astronómicas, sería mucho más sencillo promover y difundir las creaciones artísticas, educar en el respeto y valorar una película o una canción, no como un simple objeto de consumo, sino como CULTURA, como pieza única para el disfrute y enriquecimiento personal. Más allá del gran negocio, el cine es magia, es parte de nuestra vida, es una extensa colección de emociones y recuerdos.

Explicación





El caso megaupload o por qué creo que deberían suprimirse o flexibilizarse los derechos de autor (parte I, parte II y parte III).




Me quedo con esta frase: “la libertad es un derecho fundamental, la propiedad intelectual es un derecho ordinario.” (Javier de la Cueva, abogado especialista en Derechos de Autor).



Un delicioso relato

Después de discutir

Algunas veces, después de pelearnos, íbamos al cine. Era como ir a la iglesia. Entrábamos, encontrábamos un lugar, nos poníamos de cara a la luz y dejábamos que la vida cotidiana se esfumara mientras sucumbíamos a la vasta imaginación comunal. En los cines de sesión continua de la calle cuarenta y dos nos sentábamos en gayola entre fumadores y tipos que comían palomitas, tipos con dedos que hurgaban, tipos con bocas que no paraban de masticar. Otros chupaban chocolate, lamían helados, hacían ruido con las envolturas de los caramelos. Borrachos y chiflados hablaban con la pantalla. Los vagabundos escupían al suelo. Era el cine más honesto que existe, un lugar para la gente de Manhattan que no dormía, como el zoo pero, dentro del anonimato masivo, un sentimiento privado. Podíamos ir juntos al cine aunque veinte minutos antes hubiéramos estado jurándonos odio eterno mientras nos mirábamos fijamente a los ojos. En el silencio desolado que seguía a nuestras discusiones yo decía “¿Quieres ir al cine?”, Sylvia se arreglaba el vestido, se miraba la cara en el espejo del baño, agarraba su abrigo de piel y cuando cruzábamos la puerta para salir se ataba el cinturón. Me encantaba ver su rapidez, especialmente la de sus manos, cuando se entregaba a algo. Nos lanzábamos al metro sin ni siquiera saber a qué hora comenzaba la película. Siempre había dos películas. Al menos, veíamos una desde el principio. Sentados en gayola, rodeados por los fumadores y los que comían, yo me sumergía en la felicidad de las criaturas y después me daba cuenta de que mi brazo se cerraba sobre el hombro de Sylvia y que ella apoyaba su cabeza en mi brazo. Nuestros malos pensamientos eran aniquilados por los enormes rostros del amor que brillaban en la pantalla. Después, de vuelta al mundo de la calle, la electricidad nos golpeaba los ojos, las multitudes nos arrastraban, el tráfico quería matarnos, y los malvados pájaros del matrimonio sobrevolaban nuestras cabezas, amenazándonos con descender, pero nos íbamos a casa, pronto estaríamos en la cama, escondidos, comprometidos con la oscuridad del otro (Leonard Michaels).





Emociones

Vamos atesorando en nuestra memoria momentos, imágenes e intensas sensaciones asociadas a películas. En mi opinión, esto es lo relevante y lo estamos olvidando. Hablan de cifras, muchas cifras. Nos asustan con la crisis. Nos vigilan y controlan. Las decisiones las toman una panda de ignorantes que, sin más, recortan, censuran y prohíben. ¿Nos resignaremos a pagar por los productos que nos quieran vender? ¿Dónde encontraremos esas historias mínimas que son ignoradas por su falta de rentabilidad?

Soy optimista (sí, a veces un tanto ingenua), pero éste no es el primer ataque, y de los anteriores, siempre han surgido nuevas alternativas. Muchas webs ya están “resubiendo”. En pocos días volveremos a la normalidad; ¿o estamos ante un terrorífico trailer de no ficción?

Con cariño

Para cerrar con buen sabor de boca, os dejo estas dos propuestas para el fin de semana. Que las disfrutéis.





CINE: Arrugas, un estreno de lujo.Trailer y web oficial.



LIBRO: El aviso de Paul Pen (futura película). Calidad literaria y un argumento que te atrapa. Página oficial del autorsinopsis y primer capítulo


LU

viernes, 20 de enero de 2012

Hermanas irreconciliables


Curioseando por el admirable trabajo hecho por las zinéfilas  y, leyendo sobre los óscars, recordé algo. Un cotilleo con visos de leyenda urbana. Un chascarrillo similar a aquellos publicados por Kenneth Anger en sus celebrados dos tomos de Hollywood Babilonia. Tampoco llega a la rivalidad-antagonismo enfermizo de Nino y Bruno, personajes de la película fetiche Muertos de risa de Álex de la Iglesia, pero no le va tampoco tan a la zaga. Se dice que estas hermanas, la última vez que se dirigieron alguna fría palabra fue en el funeral de su madre en 1975.

Es la historia de las hermanas De Havilland-Fontaine. Dos nonagenarias que llevan tres cuartas partes de su vida sin dirigirse la palabra. Dice la leyenda urbana que su longevidad se debe a la insana rivalidad que mantienen desde la época de esplendor de los grandes estudios. Es la historia de dos hermanas muy mal avenidas y siempre rivales. Y, aunque cotilleo, no deja de ser parte de la historia del cine, porque ellas son historia viva del cine.

 Rencillas familiares aparte, posan para la foto.

Los padres de las hermanas Havilland-Fontaine eran británicos. Tan británicos como los cuervos de la torre de Londres. El padre era abogado y ejercía en Japón. La madre había sido actriz, profesión que dejó atrás para convertirse en esposa y madre. No es que fuera una familia muy amorosa. Los padres , casados en 1914,andaban a la gresca, y la mamá Havilland, aprovechando la delicada salud de sus hijitas, se largó con viento transoceánico y se instaló en California, donde las niñas crecieron al calorcito de la floreciente industria cinematográfica. Corría el año 1919. Las niñas llevaron una infancia y adolescencia tranquilas, a pesar de que su madre volvió a casarse y el infortunado padrastro no gozaba de las simpatías  de las niñas. Lo único reseñable es que como Olivia, la hermana mayor, comenzó su carrera fílmica con su apellido, Joan, la menor, adoptó el apellido que había recaído en su madre por matrimonio, y así Fontaine figuró en los títulos de crédito.

La hermana mayor:
 

Olivia de Havilland nació el 1 de julio de 1916 en Tokio, Japón. A los tres años, junto a su hermana, quince meses más joven y a su madre, se establecen en la soleada California, como antes se dijo. En su época de estudiante se hallaba actuando en el sueño de una noche de verano, de Shakespeare, cuando la vio Max Reinhardt, productor y director de cine de origen judío y centroeuropeo, de esos como tantos otros se largaron a la primera de cambio de régimen de la vieja Europa en cuanto Hitler asomó su ridículo bigotillo por la cancillería del Reich. Max Reinhardt le dio su primer papel en el cine, y así la contrataron en los estudios de la Warner, en la época en que los actores quedaban encadenados con bola y pesados eslabones a los dueños de aquellos lugares. La emparejaron junto a la gran estrella masculina del momento de la casa, que no era otro sino el libertino tasmano Errol Flynn, protagonista indiscutible de filmes de aventuras. Así Olivia pasó a ser la “chica” del acróbata aventurero que interpretara Flynn. Concretamente hicieron siete películas, ella en el mismo papel, daba igual que fuera lady Marian, que una joven perdida en el barco pirata del capitán Blood o una decimonónica esposa de patán con galones que a fuerza de masacrar nativos americanos acaba palmando con las botas puestas en la batalla de Little Big Horn.

En el año 39 filma uno de las películas más famosas de toda la historia, haciendo el papel de Melanie Hamilton en lo que el viento se llevó. Película de la que se ha hablado y se hablará toda la vida. Se dice que se tardó tres años en encontrar una Scarlett O’Hara  en condiciones, y que Joan Fontaine , que ansiaba hacerse con el papel, consiguió una audición para Melanie. Dice la leyenda que Joan Fontaine rechazó el papel afirmando que si querían una pavisosa para el rol, llamaran a su hermana. Y, sí, Olivia se lo quedó y fue nominada a los Óscars como secundaria, premio que se llevó Hattie MacDaniel con toda justicia por representar a la Mamie negra que cuida de Scarlett.

 El papel secundario que la llevó muy alto.

La hermana menor:

Joan Fontaine nació el 22 de octubre de 1917. Con quince meses de diferencia entre las hermanas de Havilland, siempre hubo rivalidad, cosa que se agudizó al convertirse en adultas y rivales. Muy joven aparece en su primera película en la RKO, estudios para los que queda contratada en pequeños papeles a la sombra de Fred Astaire y Ginger Rogers, entre otros.  Una noche coincide con el productor David O. Selznick, que acaba de producir lo que el viento se llevó, y comienzan a hablar de una novela de Daphne du Maurier que O. Selznick piensa llevar al cine de la mano del director británico Hitchcock. Impresionado el productor ante la preparación de la joven, pide a Joan Fontaine que se presente a las pruebas para protagonista, y así Joan Fontaine se hace con el papel principal de Rebeca junto a Lawrence Olivier y la inquietante Judith Anderson como señora Danvers. Es la primera película de Hitchcock en los EEUU. Joan Fontaine, su primera rubia americana-aunque fuera inglesa- con boquilla, está estupenda como chica atemorizada, en parte porque Lawrence Olivier, que era un pequeño cabroncete, deseaba echar a la pobre Joan para que su papel se lo quedara su chica, Vivian Leigh, así que se dedicó a maltratar a la pobre Joan, cosa que Hitchcock aprovechó para sacarle todo el jugo interpretativo. Los Óscars favorecieron a sir Olivier y a Judith Anderson, y Joan no pasó de la merecida nominación. Aunque en España siempre será recordada porque sus chaqueticas de punto de niña buena se llaman “rebeca”, como la peli, como el personaje fantasma de la primera mujer del viudo Olivier, ya que, por lo que se refiere a la segunda esposa, tanto en el libro como en el film, a pesar del protagonismo, carece de nominativo.

 La segunda señora de Winter acongojada por la sra. Danvers.

Los problemas entre las hermanas se agudizaron al año siguiente, cuando las dos eran candidatas al Óscar como mejor actriz: Olivia por Si no amaneciera de Mitchell Leisen, y Joan por Sospecha de Hitchcock. Se cuenta que Olivia de Havilland se ofendió una barbaridad cuando Joan Fontaine , la ganadora, le hizo el feo de rechazar su felicitación mientras subía a recoger el trofeo. Parece ser que ni la miró al cruzarse con ella. Otra puñalada más en su azarosa relación. Joan fue nominada una tercera vez a los premios hollywoodienses, en 1943 por su papel en la ninfa constante. Por su parte, Olivia de Havilland, después de ver frustradas sus dos candidaturas anteriores, se hizo por dos veces con el galardón, en 1946, por Vida íntima de Julia Norris, y en 1949 por la heredera, además de ser nominada en 1948 por Nido de víboras.

 Joan Fontaine mejor actriz por Sospecha.

Las hermanas seguían sus vidas sin hablarse, Olivia, además, plantándole cara a la política de los estudios, pues consideraba que la Warner le daba papelitos sosos y les puso un pleito, que ganó, con lo que muchos actores le estuvieron agradecidos pues podían hacerse cargo de sus carreras sin que los estudios mangonearan debido a lo que habían firmado al contratarlos.  Olivia, además, después de rodar en la Europa en reconstrucción de los años 50, se estableció en Francia, por matrimoniar con un galo, donde sigue habitando, mientras su hermana continúa residiendo en California. Ambas hace años que están alejadas tanto del cine como de la televisión. Como ya he mencionado antes, su última enganchada fue con motivo del funeral de su madre, pues las dos se acusan mutuamente: Joan de no ser avisada por parte de Olivia y Olivia de que Joan rechazó el aviso, aduciendo mucho trabajo. En fin, puede que sea la fuente de su longevidad, quién sabe, pues no falta quien dice que si continúan vivas es por la secreta felicidad de sobrevivir a la otra.

 
 Olivia ganadora por la heredera.

Un último curioso apunte en esta pequeña joya del cotilleo hollywoodiense de los años dorados. Olivia de Havilland fue Lady Marian junto al impagable marido de bisexuales y alcohólico reconocible Errol Flynn en el año 1938,

Lady Marian y Robin Hood.

y Joan Fontaine tuvo un papel de la misma época y lugar cuando se convirtió, en 1952, en la Lady Rowena de Ivanhoe, novela de Walter Scott, donde aparece fugazmente Robin de los bosques, aunque el prota lo encarnara Robert Taylor, y el papel de Rebecca, la judía, lo bordara Elizabeth Taylor. Por cierto, y para ser mala del todo, por si alguien tiene en mente la voz que dobló a la Taylor en esta película, que es la misma chirriante y desagradable que dobló a Olivia en lo que el viento se llevó, en la versión de la España más franquista. ¿Alguien no recuerda esa voz chillona y ñoña? ¡Qué repelús!

 
Lady Rowena y Rebecca


viernes, 13 de enero de 2012

Mesas Separadas

¿Habéis estado alguna vez en un restaurante de esos en los que hay que compartir mesa? Yo sí he estado, y nada tiene que ver con la categoría del mismo, puesto que lo he hecho en diferentes lugares. El caso es que, aunque en mi conversación no había nada que yo quisiera ocultar, era una situación extraña incluso a pesar de que las personas que me rodeaban tenían sus propia conversaciones y eran ajenos a la mía.  

Puesto que todos necesitamos aislarnos un poco y disfrutar de momentos de intimidad, no será tan disparatada la idea de que un pequeño hotel ofrezca ambiente familiar, cocina casera y comedor con mesas separadas.




Título original: Separate Tables
Año: 1958
Director: Delbert Mann
Guión: John Gay & Terence Rattigan (Teatro: Terence Rattigan)
Música: David Raksin
Fotografía: Charles Lang
Productora: United Artists
Duración: 108 minutos
Reparto: David Niven, Burt Lancaster, Rita Hayworth, Deborah Kerr, Wendy Hiller, Gladys Cooper, Rod Taylor, Audrey Dalton

Sipnopsis
En un hotel al viejo estilo conviven desde hace tiempo varios huéspedes fijos. Un militar retirado, con una gloriosa hoja de servicios, que teme que un suceso poco honroso llegue a comprometerle, una estricta y decadente madre y su hija, un matrimonio fracasado, un profesor de cultura griega... Viejas historias y nuevos problemas que se hacen carne viva entre los barrocos muros del hotel.



En los años 50, el dramaturgo británico Terence Rattigan, gozaba de gran popularidad y prestigio. Además de Mesas Separadas, también adaptó al cine otras de sus obras, como son La versión Browning (1951) o El Rolls Royce amarillo (1964) y también adaptaría novelas de otros autores como Adiós, Mr. Chips (1969).


En Mesas Separadas aborda un drama en el que, aunque hay algún punto de humor, lo que más destaca es la ironía. Es así como se nos muestran temas como la hipocresía moral de la sociedad, la falsedad, los prejuicios, la intolerancia, el tabú del sexo y diferentes tipos de relaciones amorosas que van desde la pasión hasta la conformidad. Vemos también cómo los tiempos cambian y nuevos aires entran en la vida cotidiana. La acción transcurre en la Inglaterra de los años 50 y algunos de los personajes están enganchados a la moda de los concursos televisados que tanto éxito tuvieron en aquella época.
 

Quizás no haya un claro protagonista. Todos los personajes van y vienen en un decorado de ambiente teatral en el que abundan los espejos y las puertas y ventanas con grandes cristales transparentes. Es así como, el director Delbert Mann [Marty (1955), Pijama para dos (1964)], logra que el ambiente no sea claustrofóbico a pesar de que la mayor parte de la película se desarrolla dentro del hotel, pero también hace que el espectador pueda mirar, y ver, a través de esos cristales o reflejos. Lo que nosotros, como espectadores, vemos como una ventaja, para el director de fotografía y los demás técnicos es un tortura debido a que todos estos reflejos y transparencias dejaban ver todo lo que se supone que no existe, es decir, focos, cables, etc…

En cuanto al reparto, sin la menor duda tengo que elogiar a todo su conjunto. Todos los actores están impresionantes, incluso aquellos que no son considerados grandes intérpretes a pesar de su popularidad. Estos personajes son seres solitarios, marginados y llenos de frustraciones que buscan afecto y compañía.


El británico David Niven [Cumbres borrascosas (1939), La vuelta al mundo en 80 días (1957)] es el Comandante Pollock, un militar retirado de pelo cano, modales protocolarios, un gran bigote y una forma de caminar muy peculiar. El actor refleja perfectamente las dos caras de un hombre que aparenta seguridad pero que está lleno de miedos. Esta interpretación le ha valido al actor varios premios, entre ellos el Premio Oscar.



En un registro nada habitual, nos encontramos con una Deborah Kerr casi irreconocible. Sibyl es una mujer solterona y extremadamente tímida que vive en el hotel bajo las alas de su dominante, egoísta y manipuladora madre, a la que da vida Gladys Cooper [La extraña pasajera (1942)]. Totalmente sumisa a lo que su madre diga Sibyl está enamorada del Comandante Pollock. Impresionante Deborah Kerr, nominada al Oscar por este papel, en un estilo de personaje nada habitual en ella. Es chocante ver a la atractiva y siempre elegante actriz de Tú y yo (1957) o a la apasionada mujer de De aquí a la eternidad (1953) en una actitud retraída y encorvada, siempre mirando al suelo evitando las miradas del resto de los personajes, queriendo pasar desapercivida y sin ser vista por nadie.


En contraposición al personaje de Kerr, nos encontramos con Rita Hayworth [Gilda (1946)]. En su primera aparición, otro de los personajes hace una descripción perfecta de ella: 'esbelta como un junco, elegante como una modelo de París y ni un día más de los treinta'. Aunque la actriz, al igual que su personaje, tenía más edad de la que intentaba aparentar, es cierto que continuaba teniendo un gran atractivo. Esta belleza queda realzada con el exquisito vestuario que para ella diseñó la prestigiosa Edith Head [Eva al desnudo (1950), El golpe (1973)]. Al margen de su impresionante físico, Rita demuestra que también podía ser una buena actriz y con este papel se confirma. Sus mejores escenas son junto a un estupendo Burt Lancaster [Forajidos (1946) ], su ex-marido y ahora escritor alcohólico. Ambos son los protagonistas de una relación, que en la película se describe de esta manera: 'cuando estáis juntos os destrozáis mutuamente y cuando estáis separados os destrozáis a vosotros mismos'.



Esta perfecta descripción viene de boca de otro personaje, la señorita Cooper, a la que da vida Wendy Hiller [Un hombre para la eternidad (1966)]. Premiada con el Oscar por este papel, Wendy Hiller es la atenta y eficiente directora del hotel que está prometida en secreto con el personaje de Burt Lancaster. Este personaje tiene la característica de no estar nunca sin hacer nada. Siempre pendiente de que todo en el hotel esté donde debe estar, supervisándolo todo y atendiendo amablemente a todos sus huéspedes.


Los secundarios también están a la altura del resto. Uno de ellos es un joven Rod Taylor [Los pájaros (1963)], estudiante que vive en el hotel con su novia Audrey Dalton,  y cuya relación, basante abierta, es censurable a los ojos de otros. Otros secundarios, habituales en el cine, son Felix Aylmer [Hamlet (1948)], un viejo profesor olvidado ya de de sus alumnos, Cathleen Nesbitt [Tú y yo (1957)], anciana que vive sola y May Hallatt [Narciso negro (1947)], marimacho solterona obsesionada con las carreras de caballos.



Mesas separadas es un acierto en su conjunto. La fotografía en blanco y negro a cargo de Charles Lang [Sabrina (1954), Con faldas y a lo loco (1959)] en su mayor parte en interiores, es impecable. Y su banda sonora compuesta por David Raksin [Tiempos Modernos (1936), Laura (1944)], es orquestal, algo que da lugar a un ambiente acogedor, tranquilo y cálido.



La película optó a un total de siete nominaciones a los Premios Oscar: mejor película, mejor actriz principal para Deborah Kerr, mejor guión adaptado, mejor fotografía en blanco y negro y mejor banda sonora de drama ó comedia, logrando el Oscar al mejor actor principal para David Niven y mejor actriz de reparto para Wendy Hiller.

Es durante los títulos iniciales, cuando escuchamos una única canción de su banda sonora titulada 'Serarate Tables' interpretada por el cantante Vic Damone y cuya letra es una introducción de lo que veremos a continuación [escuchar aquí].

Mesas separadas
Dos personas solitarias se sientan en mesas separadas
Se sientan en el salón
Tan cerca y tan lejos.

Mientras escuchamos esta canción al comienzo, un travelling nos introduce en las vidas de unos seres solitarios con los que poco a poco lograremos simpatizar, mientras que al final, otro largo y memorable travelling nos aleja de ese pequeño y aislado hotel, que ofrece ambiente familiar, cocina casera y comedor con mesas separadas.




viernes, 6 de enero de 2012

Lo mejor y lo peor del año 2011... (personalísimo)


 
No me gusta hacer listas, lo reconozco, pero a la vez es un motivo de morbo hacer el repaso del año, repasar cuales han sido las películas que he visto y cuales han sido las que más me han gustado y las que considero que mejor el director si se hubiera quedado en casa.... por otra parte reconozco también lo que supone que tu hagas una lista y que la gente este de acuerdo contigo o que otros te tiren los platos por la cabeza.... pero me arriesgo y aquí la tenéis , muy personal y a la expectativa de todas vuestras opiniones y críticas.
(La lista va por orden de cuando las he visto no es una calificación de mejor a peor).

LAS DE HABLA HISPANA
  1. CHICO Y RITA
    Fue toda una sorpresa para mi, esa fusión de animación y buen cine (tándem Mariscal-Trueba). Un guión con sentimiento...a los diez minutos me había olvidado de que era una película de dibujos y me centré totalmente en la historia.
  2. UN CUENTO CHINO
    Es evidente que si el actor principal no hubiera sido Ricardo Darín no hubiera ido a ver la película, pero luego me hubiera arrepentido porque esta sencilla historia del hombre de la tienda y su relación con un chino me encantó y sobre todo su interpretación!
  3. EL HOMBRE DE AL LADO
    Otra argentina que también pasó sin pena ni gloria , en cambio esta historia entre vecinos que empieza muy bien y acaba estilo Un dios salvaje, me gustó, recomendable.
  4. LA PIEL QUE HABITO
    Almodóvar es Almodóvar y te gusta o no te gusta, no es de términos medios, yo soy de las primeras y soy bastante incondicional... aquí re descubrí a Elena Anaya, que me entusiasmó y la historia con el giro final me sorprendió!
  5. MIENTRAS DUERMES
    Pero que bueno es Luis Tosar!!!! Nominado lo estará y tiene muchas posibilidades de volver a ganar el Goya... y es que este chico se lo merece!!! Llegas a odiarlo tanto y además me lo hizo pasar muy mal, no la iba a ver pero la recomendación insistente de Troyana, afortunadamente, hizo que fuera a la sala y viera la nueva cinta de Balagueró.
LAS MEJORES DEL AÑO
  1. WINTER'S BONE
    Película independiente que garantizó una merecida nominación a Jennifer Lawrence. Esta historia de la América más profunda no dejó indiferente a nadie que la vio, aunque fuimos pocos!
  2. EL CISNE NEGRO
    Pero finalmente quien se llevó el Oscar el año pasado fue Natalie Portman.... y que decir de su interpretación?? simplemente maravillosa aunque ahora desde la distancia creo que la película está un poco sobrevalorada...
  3. NUNCA ME ABANDONES
    Es quizás la película más triste y a la vez bonita que he visto jamás!!!! La fui a ver porque salia Carey Mulligan (que mirada, por dios!!!!)y me quedé echa polvo una semana entera...aun de vez en cuando la recuerdo... la historia de esos jóvenes que aceptan su realidad sin poder protestar, y esa historia de amor tan tierna....si todavía no la habéis visto, recuperarla,
  4. MIDNIGHT IN PARIS
    Siempre es un placer ver un Allen, y nos tiene acostumbradas a la cita anual, esta vez tampoco me decepcionó!
  5. BEGINNERS
    Una buena historia y mucho mejor un trío de actores que solo para verlos a ellos ya valió la pena su visión! Ewan McGregor, Mélanie Laurent y el gran Christopher Plummer, todo un Capitan Von Trapp saliendo del armario.
  6. LA BODA DE MI MEJOR AMIGA
    Sin lugar a dudas la película que más me ha sorprendido y con la cual más me he reído este año. Y lo más importante hice un descubrimiento que no voy a dejar pasar: Kristen Wiig... como me reí con ella. Una preciosa y rara historia de amistad, impagable el discurso de ella!
  7. SOMEWHERE
    Muchos la han calificado de aburrida, y yo sigo diciendo lo mismo es aburrida porque Sofia Coppola así lo quiso y es muy arriesgado por su parte pero a mi me gustó.
  8. EL ILUSIONISTA
    Maravilla absoluta y un hermoso y tierno homenaje a Jacques Tati.
  9. UN DIOS SALVAJE
    Segura candidata a los Oscar, la historia salvaje de Polanski de meter dentro de cuatro paredes a cuatro magníficos actores le ha salido perfecto!
  10. THE ARTIST
    Ya he dicho bastante de ella … Una OBRA MAESTRA!!! Quién no la haya visto aún, que deje de leer coja el dinero y corra.... al cine!!!!
LAS PEORES DEL AÑO
  1. MÁS ALLÁ DE LA VIDA
    Cada vez que la recuerdo la creo más penosa, es de lo más flojo de Eastwood
  2. EL CASTOR
    Me encanta Jodie Foster pero no soporto a Mel Gibson....
  3. UNA MUJER EN ÁFRICA
    Que decepción, y eso que considero a Huppert una de las grandes!
  4. SUPER 8
    La lagrimita fácil made in Spielberg (aunque sea de Abrahams!) que nos tiene acostumbrados me sobró!!! yo soy de ET!!!
  5. MELANCOLIA
    Sin palabras, aún tengo que hacer la crítica en el blog pero es que me da una perezaaaaa, bueno si, una palabra , la voy a DESTRIPAR!!!!
  6. LA CARA OCULTA
    Que horror!!!! no sabéis cual es, verdad??? no os preocupéis!!!
  7. MISION IMPOSIBLE
    O cómo salir en cada plano de la película sin despeinarse....
  8. LA NOCHE DE FIN DE AÑO
    La vi solo por mi Michelle.... la película no vale nada pero ella me recordó tanto al papel que hizo Ingrid Bergman en Asesinato en el Orient Express (y no tiene nada que ver eh??), pero creo que ella le hace su homenaje particular, además su personaje se llama Ingrid!!!
En fin lo dicho... muy personal!
Hasta la próxima.
Bargalloneta.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Harry d'Arrast: un vasco en Hollywood

De ilustre familia vascofrancesa, Harry d'Arrast trabajó en Hollywood con Chaplin, dirigió ocho películas, se enemistó con todos los productores de la época y se retiró a su castillo francés como un noble arruinado.  Os cuento su historia.

Casi un aristócrata
Su nombre completo era Henri d'Abbadie d'Arrast, pero lo acortó y americanizó para ser Harry d'Arrast. Nació en una familia ilustre del País Vasco francés. Su tío abuelo, Antoine d'Abbadie, fue presidente de la Academia de Ciencias de París y a tal institución legó su castillo, el Chateau Abbadie, todavía en pie en Hendaya. Su abuelo, Jean Charles d'Abbadie, compró el castillo de Etxauz, también en pie hoy en día en Saint-Etienne de Baigorri, muy cerca de Biarriz. El castillo es hoy un hotel que muestra orgulloso las habitaciones en las que durmieron ilustres huéspedes del Hollywood de los años veinte y treinta.

 El castillo de Etxauz, hoy hotel

El padre de Harry, Arnaud Michel d'Abbadie, ingeniero, se casó con la dama inglesa Katherine Taylor y se trasladó a vivir a Argentina. Allí, en Buenos Aires, en 1897, nació nuestro hombre.
Ya hecho un muchacho, estudió arquitectura en París y en Inglaterra. Combatió en la Primera Guerra Mundial, lo hirieron y lo condecoraron.
Regresó luego a París y allí conoció al director americano George Fitzmaurice, quien le habló del floreciente negocio del cine en California. Harry se lió la manta a la cabeza y dejó Europa.

Harry goes to Hollywood
Nada más llegar a Hollywood trabó contacto con lo más selecto. La primera oportunidad se la dio Gloria Swanson, así que comenzó a trabajar en dos películas de la diva dirigidas por San Wood: como asesor en The Impossible Mrs. Bellew (1922) y como actor de reparto en My American Wife (1923).
Luego Harry trabó amistad nada más y nada menos que con Charlie Chaplin. Cuenta Cabrera Infante que Chaplin, que era “un vulgar cockney de Londres” (lo dice Cabrera Infante, no yo) y no había visto a un aristócrata vascofrancés en su vida, se entusiasmó con Harry y lo contrató como asesor técnico en Una mujer de París, “para que alguien le dijera cuál era la diferencia entre un tenedor y un cuchillo de pescado”. Harry también fue ayudante de dirección en La quimera del oro y colaboró con Chaplin en otras dos pelis más.
 D'Arrast y Chaplin en el rodaje de La quimera del oro

Después de esto, se lanzó a dirigir. Su carrera como director fue breve (de 1927 a 1934) y tormentosa, pero suficiente para filmar unas cuantas películas. La primera fue Service for Ladies (1927) y luego vino A Gentleman of Paris (1927), que puede considerarse una secuela de Una mujer de París, de Chaplin, pues, además, estaba protagonizada también por Adolphe Menjou. Luego filmó Serenade (1927), también con Menjou, y The Magnificent Flirt (1928). A continuación vino su primera sonora, Dry Martini (1928), con Mary Astor, y luego Raffles (1930).
Su obra maestra fue Laughter  (1930), que Cabrera Infante define como “la primera comedia loca americana” y todo el mundo equipara con lo mejor de Ernst Lubitsh. Es un film, protagonizado por Nancy Carroll y Fredric March, lleno de encanto y elegancia, cinismo y sofisticación, con un inteligente guion y una perfecta puesta en escena.
Lo último que rodó en Hollywood fue Topaze (1933), con John Barrymore y Myrna Loy.

¡Ese carácter!
Las peculiaridades de su familia le dieron a Harry un carácter especial. Venía de un entorno distinguido, de una cultura anglosajona, sabía idiomas, estudió arquitectura… Era un tipo encantador, pero muy orgulloso, mordaz e irascible, y no consiguió jamás llevarse bien con los productores.
Fue sonada, por ejemplo, su enemistad con Chaplin, hasta el punto de que este lo borró de los títulos de crédito de la nueva versión de La quimera del oro en 1942.
Algo parecido le sucedió con Raffles en 1930: después de rodar gran parte de la peli, se enfrentó con Samuel Goldwyn y este sustituyó a Harry por su viejo amigo George Fitzmaurice.
Después de filmar Laughter se enemistó también con Irving Thalberg y se tuvo que retirar durante una temporada a su castillo de Etxauz. Regresó a Hollywood, comenzó a dirigir una nueva peli y se peleó también con Joe Shenck, quien le obligó a abandonar el proyecto.
Con el productor de Topaze, David Selznick, parece que también tuvo algún enfrentamiento el bueno de D’Arrast.
 
A España, a Francia y a Montecarlo
Como en Hollywood, al parecer, ya no lo soportaba nadie, marchó a España. Para entonces D’Arrast ya estaba emparejado con Eleanor Boardman, prestigiosa actriz que anteriormente había trabajado y matrimoniado con King Vidor. 

Harry con Eleanor Boardman

En España él dirigió y ella protagonizó La traviesa molinera (1934), adaptación de El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón.
La película fue un fiasco y Harry, tras intentar frustradamente volver a Hollywood, se retiró a su castillo francés, desde donde se trasladaba a menudo a Montecarlo, a cultivar otra de sus pasiones: el juego. Con su carrera, acabó también su matrimonio con Boardman.
Harry murió en Montecarlo, como los nobles decadentes, completamente olvidado, mientras ardía París, en 1968. Está enterrado, sin embargo, en Etxauz, en el cementerio del pueblo, donde se puede visitar su tumba familiar.

Y con esta entrada un poco triste, se despide y os desea feliz año vuestra amiga

Noemí Pastor

viernes, 23 de diciembre de 2011

El (re)estreno del mes: El Rey León



Lo sé. Hoy no tenéis tiempo de leer blogs. Os han dado las vacaciones, tenéis que desplazaros o estáis muy liados con los preparativos de la cena de mañana y aún os falta un regalo que deberíais tener para ayer.  Así que prometo no entreteneros mucho y el único propósito de ésta entrada es sacaros una sonrisa y traeros un poco de nostalgia.



El re-estreno de El Rey León en 3D éste mes nos tiene a los de mi generación con el alma en vilo, los pelos de punta y la nostalgia a flor de piel. Porque para aquellos que en enero del año 1994 éramos niños (9 años  en mi caso) ésta película nos marcó profundamente. 

¿Quién no recuerda el "aaaaaaaaaaaaaaaa cigüeña (como decíamos todos) o el hakuna matata? ¿Quién de mi generación no ha cantado aquello de "yo quiero ser Rey León?". ¿Quien no recuerda a Simba diciéndole a Scar: "no Scar, no voy a matarte, yo no soy como tú"? y dándonos una lección a todos de que se puede perdonar y de que la venganza no es el mejor camino, cuando, si, todos queríamos que lo despeñase por el acantilado.


Aprendimos lealtad de los fieles Timón y Pumba.



Porque eran leales y, sobre todo, eran amigos. Y no importaba que a Pumba le oliera el aliento, estuviese gordo o fuese un cobarde. Tampoco importaba que Timón fuese un pesado, que hablase demasiado y que le chiflasen las faldas hawaianas 


Estuvieron al lado de Simba cuando fue un cachorro repudiado y exiliado y Simba matuvo su amistad cuando llegó a ser el Rey León. Allí estaban el jabalí y el suricato, orgullosos amigos, en lo bueno y en lo malo.



Lo mejor de ésta canción no es la frase en sí, hakuna matata, sino lo que nos decía al principio y nos hicieron repetir hasta la saciedad, "Vive y deja vivir", ese gran lema.


Otra emotiva relación de amistad fue la de Mufasa con Rafiki.



También nos emocionamos con la historia de amor de Simba y Nala, y la canción de Elton John, "La Noche del Amor". "Se perderá sus juergas de león y todo por amor".  



Y ahora confesad, cuántos gatos y perros habéis oído llamar por el nombre de Simba y Nala.


También aprendimos que la envidia no trae nada bueno. Y que lo importante no es el individuo, sino el grupo cuando la manada, dirigida por Scar, se quedó sin comida. Porque la envidia, la avaricia y la codicia no traen nada bueno.



Nos emocionamos con el re-encuentro entre Simba y su madre, Sarabi, años más tarde, cuando Sarabi creía que Simba habría muerto. La llegada del hijo pródigo.




Y cómo las mentiras siempre se descubren. Pasaron muchos años pero al final Simba, que había cargado con la culpa de creer que había matado a su padre, descubrió que él no había tenido nada que ver con aquello. Porque las mentiras, tarde o temprano, siempre se descubren. 


Son incontables los valores, emociones y recuerdos que me trae ésta película, que fue la primera que me regalaron en mi vida. Y ahora, 18 años después, podré volver a verla en el cine y "El Rey León" volverá a marcar a una nueva generación.


Zinéfilaz os desea una muy Feliz Navidad. Sed felices, disfrutad todo lo que podáis, pero sobre todo, tened MUCHO cuidado en la carretera. 

Felices fiestas.





viernes, 16 de diciembre de 2011

Un Dios salvaje


Vuelvo a reseñar aquí una película de Polansky: "Un Dios Salvaje (Carnage),su último trabajo en el 2011.
Después de ver en cine últimamente algunas películas de las que salgo despagada,por fin salgo de un cine satisfecha,como diría Barga,dando una valoración de 10 sobre 10.


 Basada en la obra de teatro de Yasmina Reza, Polanski parte del enfrentamiento de dos niños de unos 11 años en el parque,uno de ellos termina agrediendo a otro valiéndose de un palo y propinándole un golpe en el que el agredido llega a perder hasta dos dientes.
A raíz de este incidente, los padres del "agredido" invitan a los padres del "agresor" a mantener una reunión en casa de los primeros,a fin de hablar sobre lo ocurrido.


De este modo,nos encontramos en el piso del matrimonio Longstreet  interpretado por Jodie Foster y John C.Reilly recibiendo a los Cowan,interpretados por Christophe Waltz y Kate Winslet.


Sin salir del apartamento situado teóricamente en Nueva York,produciendo el efecto de que la acción sucede en tiempo real,veremos cómo las dos parejas intentan solucionar el conflicto intentando llegar a un acuerdo que desde el principio se presume como poco espinoso.


Polansky,magnífico director de orquesta,que se maneja como pez en el agua en los espacios cerrados,se las ingenia para hacer toda una disección de la naturaleza humana,haciendo una crítica demoledora y brillante sobre el comportamiento social de dos parejas burguesas que intentan ante todo,anteponer los códigos de conducta políticamente correctos para solucionar un conflicto difícil en el que entra en juego no sólo lo racional si no también lo emocional.

Analicemos uno a uno a los personajes,porque realmente no tienen desperdicio.
Empezamos por los Longstreet,los anfitriones.


La señora Longstreet, Penélope(magnífica Jodie Foster) es escritora,idealista concienciada,apasionada del arte y de África,aboga desde el principio por solucionar el conflicto del modo más civilizado, más "occidental"posible.
Sin embargo,su moral en el fondo culpabilizadora y tan poco neutral como la de cualquier otro, la traiciona una y otra vez.Culpa al niño agresor,culpa a los padres.....se ve así misma como una mujer sencillamente ejemplar que intenta disfrazar su autocomplacencia con un halo de humildad que pronto,se descubrirá más como una pose que como una actitud real.Como madre del niño agredido,se muestra ofendida,finge comprensión y empatía,pero su naturaleza moralista y estricta se pondrá al descubierto más pronto que tarde.



El señor Longstreet, Michael,(extraordinario John C.Really) vende artículos del hogar como cisternas,pomos de puertas...etc....es un hombre tosco pero amansado,se ha acostumbrado a dejarse guiar por su esposa,por las buenas maneras,pero esconde un hombre egoísta y mezquino,más primario de lo que se permite aparentar,menos sofisticado y mucho más animal.



La señora Cowan, Nancy,(grande Kate Winslet,aquí mi favorita),madre del niño "agresor" se muestra en principio conciliadora y dispuesta a llegar a un acuerdo,pero a medida que transcurre la discusión,irá saliendo su verdadero yo,en dos vertientes, una como madre que intenta justificar la agresión que ha causado su hijo,protectora,gregaria y condescendiente dos,como esposa frustrada,sobrepasada por las cargas familiares,saturada y sin apoyos por parte de su esposo,el cual en parte,se auto-excluye de la responsabilidad de la casa y de los hijos.


El señor Cowan,Alan,( excelente Christophe Waltz)es un hombre de negocios que trabaja para una compañía farmacéutica.Es cínico,soberbio,distante,frío y carente de escrúpulos.Sus formas son aceptables,pero es el hombre ocupado,ausente,más pendiente de su trabajo que de su familia,mira a los demás por encima del hombro y es irónico,cruel y mordaz.





Con este plantel de actores y un guión ágil que no da tregua al espectador,el resultado no puede ser más estimulante.A las buenas intenciones,le suceden el vuelo de puñales en todas las direcciones,de pareja a pareja, alianzas espontaneas e interesadas: entre las mujeres y entre los hombres y rencillas escondidas de pareja que salen a la luz en el fragor de la batalla.


Hay tensión primero reprimida,después manifiesta,pero en ese acaloramiento,también hay lugar para las situaciones cómicas,en las que no podemos evitar la risa.Hay escenas memorables:la del vómito,la del bolso por los aires,la de los tulipanes,la del móvil....la gente en la sala se ríe,no podemos evitar reírnos y resulta tremendamente liberador en mitad de la encendida dialéctica por momentos tan exaltada ,que es casi inevitable la carcajada ante una situación en la que sabemos podríamos vernos cualquiera.

Polanski nos transmite un mensaje claro: la lucha entre lo que queremos ser y lo que realmente somos,la hipocresía, la conveniente farsa que se interpreta a nivel social para no dejar aflorar los bajos instintos que están en todos nosotros y también nos definen.
Hay una crítica solapada pero en el fondo,atroz hacia una sociedad egoísta y mezquina,carente de valores y de rumbo,donde impera el "sálvese quien pueda,que éste es mi hijo" ,donde da igual el bien y el mal si  lo que está en peligro es tu interés,tu territorio,tu gremio,tu reducido clan.


No es la primera vez que este genial cineasta adapta una obra de teatro ni tampoco la primera vez que con fino bisturí de neurocirujano,disecciona la condición humana,con esos claros-oscuros que incomodan, que no queremos ver ni aceptar.Si apunta a la clase media-alta,es porque es ahí donde anida y se hace más visible  el uso del protocolario catálogo de comportamientos adecuados,oportunos y aceptablemente contenidos.

Estos 70 minutos convencen de principio a fin y se te pasan en un suspiro,te quedas con ganas de más y eso teniendo en cuenta que hay una única localización,todo diálogo y cuatro actores.Todo un prodigio.

Al final,se pone de manifiesto que los adultos con toda nuestra experiencia,hemos de aprender en ocasiones a desaprender lo aprendido,para ser más espontáneos y ver si con ello,somos capaces de entendernos,tal cual los niños,que a menudo se entienden sin necesidad de que mediemos o intercedamos, a su manera,de forma mucho más directa,sencilla y natural.
El plano final es sencilla y llanamente,espectacular,narrativa poética al servicio del espectador.Resultado final: 10 sobre 10.Polansky,como cineasta,una vez más,a tus pies.

Troyana.