viernes, 9 de marzo de 2012

La música de cine de Max Steiner

 La música es parte inherente de toda película que se precie. Era inconcebible proyectar una peli sin sonido de pianola en la época del mudo, y menos cuando el cine sonoro hizo su aparición, pues dota a la historia que nos narra parte de la fuerza emocional. Hacemos referencia a su música cuando suenan estridentes las cuerdas del violín en Psicósis, o esas dos notas repetidas en Tiburón. ¡Qué sería de lo que el viento se llevó sin el tema de Tara, ni Casablanca sin as time goes by. Pues sobre estas dos últimas películas va hoy el post. Más bien sobre el compositor de ambas bandas sonoras: Max Steiner.

Max Steiner nació en Viena, Austria en 1888, cuando el Imperio Austrohúngaro aún coleaba. Le habían colocado el pomposo nombre de Maximilian Raoul Walter, pero le llamaban Max, como suele suceder.  Como casi todos los grandes compositores de música para el cine de la época dorada de Hollywood, tampoco era norteamericano. Su abuelo y su padre se dedicaron al espectáculo de variedades, fueron famosos gerentes de teatros. Max Steiner fue un niño prodigio de la música, desde muy pequeño desarrolló aptitudes para la composición, a los 14 firmó y dirigió su primera partitura.  Estudio en la academia imperial de música de Viena donde recibió clases de genios como Gustav Mahler o Johannes Brahms. Su padrino musical, además, fue Richard Strauss. Steiner se decantó por escribir melodías para espectáculos teatrales. El negocio familiar tiraba.

En esto, estalla la primera guerra mundial, así que Max Steiner, que reside en Londres donde amplía conocimientos, huye a los EEUU porque en su país, piensan que se ha pasado al enemigo. Lo hace veinte años antes que la mayoría de artistas centroeuropeos, muchos de ellos judíos, que lo hicieran al estallido del nazismo. Debido a su trayectoria ligada al mundo del espectáculo vienés, al llegar a los EEUU se asienta en Nueva York para musicar espectáculos en Broadway y allí produce partituras para los espectáculos neoyorkinos por diez años.

 Musicando al gran simio, Max a la batuta.

Steiner  se afinca en Hoollywood hacia 1929, justo al comienzo del cine sonoro, y acaba poniendo música al cine. Es considerado uno de los padres de la composición sinfónica para obras del celuloide. Abrió las puertas a otros grandes músicos como Dimitri Tiomkin, Alfred Newman o Bernanrd Herrmann. Primero trabajó para los estudios de la RKO, y luego generalizó, y mucho, sus proyectos para estudios diversos. Puso música  a cientos de filmes, uno de los primeros, King Kong, de 1933.

Estajanovista, trabaja incansablemente durante los primeros años del cine sonoro . Después de King Kong, entre otras, música Sombrero de Copa, film musical de 1935, con Fred Astaire. Sin duda, la obra más importante de los años 30 que compone es la melodía de Lo que el viento se llevó, de 1939. Llevó a cabo la idea vigente de que es necesario remarcar cada leitmotive fílmico de con una melodía particular. En el caso de Lo que el viento se llevó, el tema de Tara hace referencia a la casa y hacienda sureña de la familia de orígen irlandés, los O'Hara.

Fue nominado más de veinte veces en la categoría de mejor banda sonora, y ganó en tres ocasiones, con: El delator (1935), La extraña pasajera (1942) y Desde que te fuiste (1944).



De su puño y letra escribió las partitura de películas tales como: la ya mencionada King Kong (1933), La Carga de la Brigada Ligera (1936),  



Ha Nacido una Estrella (1937), Jezabel (1938), Amarga Victoria (1939), Camino de Santa Fe (1940), La Extraña Pasajera (1942; ganadora de un Oscar), Casablanca (1942) 



Arsénico por Compasión(1944), Desde que te Fuiste (1944; ganadora de un Oscar) Belinda, (1948), El tesoro de Sierra Madre (1948)
 El Halcón y la Flecha (1950), 

Tambores Lejanos (1951) y Centauros del Desierto (1956), La esclava libre (1957)

Un lugar en el sol (1951),

El motín del Caine (1954),



Más de trescientas partituras para películas firmó Max Steiner. Os he puesto una pequeña selección de su fructuosa obra. Steiner fue, sin duda, uno de los grandes compositores de música para el cine, cuyas melodías son recordadas por casi todos, ya que son parte inseparable del séptimo arte. Falleció en 1971. Os dejo el enlace a una página fantástica donde podéis escuchar algunas de las piezas más destacadas:

Aquí

viernes, 2 de marzo de 2012

Testigo de cargo

A continuación, con la venia del Tribunal, dispongámonos a desechar de nuestras mentes todo lo que no tenga que ver con esta publicación y juzguemos la película según las pruebas que se nos expondrán a continuación.

La autora de la presente entrada tiene la palabra.



Título español Testigo de cargo
Título original Witness for the Prosecution
Año 1957
Director Billy Wilder
Guión Billy Wilder, Harry Kurnitz (Teatro: Agatha Christie)
Música Matty Malneck
Fotografía Russell Harlan (B&W)
Productora United Artists
Duración 114 minutos 

Reparto

Tyrone Power, Marlene Dietrich, Charles Laughton, Elsa Lanchester, John Williams, Una O'Connor, Henry Daniel, Norma Varden, Torin Thatcher, Philip Sonidoge, Ian Wolfe, Francis Compton

Sinopsis

Leonard Vole, un hombre joven y atractivo, es acusado del asesinato de la señora French, una rica anciana con quien mantenía una relación de carácter amistoso. El más que posible móvil del crimen es la posibilidad de heredar los bienes de la difunta. A pesar de que las pruebas en su contra son demoledoras, Sir Wilfrid Roberts, un prestigioso abogado criminalista londinense, acepta defenderlo.




Innumerables son las adaptaciones cinematográficas realizadas a partir de las novelas de la dama del crimen, Agatha Christie. Sus personajes más famosos, Miss Marple o Hércules Poirot, no sólo forman parte de literatura mundial sino también forman parte del cine. La primera película que se me viene a la mente es Asesinato en el Orient Express (1974) dirigida por Sydney Lumet que se caracterizada por su gran reparto encabezado por Albert Finney.


Característico en la novelas de la dama del crimen es que sus personajes se encuentren atrapados físicamente, incomunicados del exterior, por lo que todos los personajes son asesinos o víctimas en potencia. En Testigo de cargo esto no es así. Esta vez, no hay que encontrar al asesino porque ya tenemos uno que ha sido acusado y deberá ser juzgado como tal, pero… ¿es culpable o inocente?


Testigo de cargo comenzó siendo un relato breve de veinte páginas, que posteriormente la misma escritora crea una obra de teatro que logra un gran éxito. El director y guionista Billy Wilder asiste a una representación y cautivado por la historia decide llevarla al cine.

Erróneamente, se asocia Billy Wilder con la comedia, pero sabemos que ha brillado en el género negro Perdición (1944) o el drama Días sin huella (1945). Con Testigo de cargo, aborda el drama judicial y la intriga, sin dejar de lado su particular sarcasmo dentro de los toques de humor que en la película también vemos.


Para llevar la película a cabo cuenta con un espléndido reparto en el que todos los actores brillan con luz propia. Aunque en los títulos de crédito no aparece el primero, Charles Laughton realiza la que para muchos es la mejor actuación de su carrera dando vida a Sir Wilfrid Roberts, un gran abogado enfermo, gruñón, pícaro, cínico y muy inteligente que está dispuesto a defender a su cliente concienzudamente. Personalmente, considero a Charles Laughton un grandísimo actor y es que logra crear siempre unos personajes que llaman nuestra atención por la naturalidad con que los interpreta. El propio Wilder dijo de él que era ‘el más grande de todos los actores’. Charles Laughton, actor y director de cine y teatro, ha sido reconocido por dar vida a personajes reales como son Enrique VII (La vida privada de Enrique VII, 1933) que el valió el Oscar la mejor actor o Rembrant (1936). Otras de sus películas más conocidas son Rebelión a bordo (1935), Espartaco (1960), Tempestad sobre Washington (1962) o como director de La noche del cazador (1954).


Siempre pegado a Sir Wilfrid Roberts, no encontramos con la maravillosa Elsa Lanchester, que es la sufrida enfermera, señorita Plimsoll, encargada de cuidar a tan antipático enfermo. Elsa Lanchester, esposa en la vida real de Charles Laughton, es la víctima inocente de las afiladas y dolientes palabras que hacia ella constantemente lanza Sir Wilfrid respondiendo así a sus cuidados. Cuidados de los que huye, ya que entre inyecciones, pastillas y siestas, Sir Wilfrid no es capaz de tomarse un coñac o fumarse un puro sin que ella se lo fastidie. A pesar de ello, el zorro Sir Wilfrid logra darse algún que otro capricho.


Es aquí cuando tengo que hablar del supuesto asesino, del hombre al que Sir Wilfrid defiende. Se trata de Leonard Vole, un hombre atractivo y encantador que se declara inocente, pero el hecho de que no tenga oficio ni beneficio le hace sospechoso de la muerte de una mujer (Norma Varden) viuda, madura y con dinero que salta a la vista que está enamorada de él. Tyrone Power (El signo del zorro, 1940; El filo de la navaja, 1946) encarna a Leonard Vole, que se ha convertido en su último papel ya que pocos meses después fallecería repentinamente en Madrid durante el rodaje de una nueva película. Tyrone Power es un acusado en principio despreocupado, sonriente y confiado que durante el juicio comienza a sentir los tormentos que las acusaciones del fiscal y los testimonios de los testigos que van haciendo mella en él. Atormentado reacciona a las acusaciones proclamando su inocencia ante el Tribunal.


Marlene… su aparición es maravillosa. En un primer momento no la vemos, únicamente escuchamos su voz. Una voz grave con un acento alemán inconfundible y un tono enérgico. Es entonces cuando la vemos. La cámara nos ofrece un plano fijo en donde la vemos de cuerpo entero, de pie, esperando en la entrada del despacho de Sir Wilfrid. Una vez que ella sabe, que ha captado nuestra atención lo mismo que si fuéramos personajes de la película, camina hacia nosotros mientras la cámara se acerca también se acerca a ella y dice: ‘Soy Cristina Vole’. Se trata de la esposa del acusado.

Una de las artimañas de Sir Wilfrid para poner a prueba a los testigos
consiste en deslumbrarlos con su monóculo.

La carrera de Marlene Dietrich se encontraba en horas bajas cuando Billy Wilder la rescató al darle este personaje donde pudo demostrar que a parte de un mito, también podía ser una buena actriz dramática. A sus 57 años, Marlene continua siendo atractiva y no podemos dejar de mirarla. Impecablemente vestida con trajes sastre diseñados por la prestigiosa diseñadora Edith Head, Marlene luce espectacular a pesar de ser un tipo de personaje alejado de lo que había hecho anteriormente. 


Billy Wilder no pudo evitar hacer un doble guiño tanto para los seguidores de  Marlene Dietrich  como para los admiradores de sus comedias y medienate un flahsback, Leonard Vole, describe a su abogado cómo conoció a su esposa año atrás en Berlín durante los años de la guerra. Ella trabajaba como cantante en un bar clandestino donde se reunían los militares americanos destinados en Berlín. Esta cantante nos recuerda fielmente tanto a la  Lola Lola de El ángel azul (1930) como a la Erika Von Schluetow de Berlín Occidente (1948) del propio Wilder. 


Es durante este flashback donde escuchamos a Marlene cantar 'I may never go home anymore', mientras toca un acordeón vestida con uniforme militar… pero los jóvenes soldados que cantan con ella acabarán rompiéndole la pernera del pantalón para poder admirar un de sus piernas desnudas.


Del resto de los personajes secundarios voy a destacar a la criada de la víctima (Una O'Connor). Vieja cascarrabias, nerviosa y de malos modales que desde el primer momento vio en Leonard Vole un oportunista que se aprovechaba de su señora (Norma Varden), pero que a su vez es la protagonista de algún que otro momento bastante divertido.

En 1957, Testigo de cargo fue nominada a 6 Premios Oscar (película, director, actor principal (Charles Laughton), actriz de reparto (Elsa Lanchester), montaje y sonido), 6 nominaciones a los Globos de Oro y una nominación para Charles Laugthton como mejor actor extranjero en los BAFTA, no logrando ningún galardón, algo que parece realmente inexplicable. 1957 fue el año de El puente sobre el río Kwai de David Lean.

A pesar de no haber recibido ningún galardón, Testigo de cargo está considerada una de las mejores películas tanto de su director Billy Wilder como dentro del género drama judicial, estando a la altura de 12 hombres sin piedad (1957) o Matar a un ruiseñor (1962).

 

Un reparto y un director y guionista de altura capaces de crear una gran película que minuto a minuto capta la atención de un espectador sorprendido ante la inmensa capacidad creativa de la dama del crimen, Agatha Christie.

Y por último, mi exposición queda vista para visionado y sentencia.

 

viernes, 24 de febrero de 2012

Los mejores años de nuestra vida (1946)


La guerra siempre ha sido un tema muy recurrente en el cine americano, bueno de hecho en el cine mundial. Ya desde los primeros Oscars de Hollywood allá en 1928 la primera película que ganó fue Wings, centrada en la Primera Guerra Mundial y hasta nuestros días en que este año también compite la última de Spielberg y que también sucede durante la Primera Guerra, War horse.
Yo no soy seguidora de las películas bélicas ni de su género aunque hay títulos que me han impresionado , como por ejemplo: Senderos de gloria, Johnny cogió su fusil... y algunas otras, pero hoy quiero centrarme en Los mejores años de nuestra vida de 1946.
Es evidente que la película es del género bélico pero tiene un trasfondo social que la hace calificarla de una de las más grandes películas de la historia del cine.

Centrémonos en ella.
Tres soldados vuelven juntos a casa en el mismo avión, los tres entablan amistad en ese momento pero ya será de por vida.
La historia es narrada simultáneamente, explicando la llegada de los tres personajes a sus casas y a sus vidas familiares, muy diferentes las tres pero a la vez se van a encontrar con la similitud de problemas: incomprensión, soledad, falta de trabajo, marginación social, los tres se van a dar cuenta que para ellos la guerra les ha cambiado la vida pero en realidad la vida que dejaron sigue igual y el contraste es chocantemente brutal.
Al Stephenson (Frederic March) es un sargento veterano que descubre al volver a casa que ya no reconoce a sus hijos. Cuando se fue eran pequeños , ahora sobre todo la mayor (estupenda Teresa Wright) se ha convertido en una joven muy especial. Su mujer (grande Myrna Loy), protagoniza, para mi, la secuencia más bonita de la película. Cuando Al regresa, entra en casa, avanza por el pasillo , va viendo a sus hijos que les dice que no digan nada.... Loy , que está en la cocina , lo presiente....en esa escena.... esa mirada, ese silencio engloba a la perfección el sufrimiento vivido por las familias , por las mujeres de los soldados , y Myrna Loy, allí está simplemente perfecta.
Fred Derry (inolvidable Dana Andrews) es un capitán que vuelve a casa esperando que su mujer , de la cual se casó cuando empezó la guerra, le reciba con los brazos abiertos , pero su sorpresa es mayúscula cuando descubre que no es lo que pensaba, su angustia va aumentando cuando busca pero no encuentra trabajo....
Y Homer (increíble Harold Russell) pasa un calvario cuando tiene que volver a casa con las manos amputadas y substituidas por unos tremendos garfios y no querer enfrentarse a sus padres, a su hermana pero sobretodo a su novia.... sobrecogedora también la escena en que la chica pone el pijama a Homer, esa ternura también explica lo difícil que ha sido para todos.
Para todos ellos, pero sobre todo para los tres soldados su vuelta a casa significa un antes y un después en sus vidas... se encuentran inmersos en una sociedad que ha vivido al margen del conflicto bélico de primera mano y los trata de forma fría, duramente y sobretodo con una estremecedora indiferencia. Son héroes pero de vuelta a casa les cuesta enfrentarse a la incomodidad y no entendimiento por lo que han pasado.
William Wyler, formidable director no muy reconocido desgraciadamente, firma un bello y desgarrador melodrama,que sin caer jamás en la lágrima fácil, (cosa que no hace el señor Spielberg...),describe con una increíble sencillez pero a la vez con imágenes sobrecogedoras una historia que podría ser real , porque seguramente vivieron millones de soldados al regreso a casa. Con Los mejores años de nuestra vida empezaba un tema en el cine norteamericano que seguirían tratando en los siguientes años: las cicatrices dejadas por la guerra y la dificultad de la inserción social y familiar de estos personajes.
Fue la película que más Oscars ganó ese año: 8 estatuillas!.
Su reparto era extraordinario en ese momento: Mirna Loy, actriz todo terreno de su época, fue una gran actriz de melodrama pero se la conoció sobretodo por la serie de comedias que protagonizo junto a William Powell, sobre el matrimonio de investigadores en Ella , él y Asta, La cena de los acusados, Otra reunión de acusados.....
Fredric March, otro de los grandes del cine clásico, ganó dos Oscars, uno en esta cinta que hoy hablamos y por El hombre y el monstruo donde recreaba al Doctor Jenkyll, o la primera versión de Ha nacido una estrella.
Dana Andrews: También podríamos calificarlo de actor todo terreno , participó en muchas producciones de cine negro , entre las cuales hay que destacar Laura de Otto Preminger.
Virginia Mayo: Una de esas actrices que podríamos decir “resultona” y que siempre hacia de chica peligrosa... así lo demostró en Los mejores años y Al rojo vivo en la que volvía loco a James Cagney.
Harold Russell: actor no profesional, , autentico héroe de guerra. En un principi el actor que iba a interpretar su papel era un personaje con una deficiencia mental a causa de la guerra pero cuando Wyler conoció a Russell en un documental que filmaba no lo dudó y cambiaron al personaje por este combatiente que perdió las dos manos.... Fue el único actor que ganó el Oscar en dos categorías: como mejor actor de reparto y uno honorífico como combatiente.
Mención especial quería hacer de Teresa Wright, actriz que de pequeña me fascinó. Trabajó incansable hasta finales de los noventa, muriendo en el 2005. Pero su debut en la gran pantalla no pudo ser más impresionante (Y aquí me riño de manera flagrante porque me olvidé de ella en el comentario que hice sobre los grandes debuts para grandes actrices)... porque no me diréis que empezar con La loba, La señora Miniver y La sombra de una duda no sé merece estar en la lista!!!!
Si no habéis visto esta cinta.... os la recomiendo... en su momento estuvo perseguida por la caza de brujas, por posible comunismo , pero en realidad no es más que un precioso cántico a la paz, a la insensatez de la guerra y Wyler trató a sus combatientes de una manera preciosa.

Hasta la próxima
Bargalloneta.

viernes, 17 de febrero de 2012

Hierro azul

La Dama de Hierro (The Iron Lady, Reino Unido 2011). Dirección: Phyllida Lloyd. Interpretación: Meryl Streep (Margaret Thatcher), Jim Broadbent (Denis Thatcher). Guion: Abi Morgan. Producción: Damian Jones. Música: Thomas Newman. Fotografía: Elliot Davis. Vestuario: Consolata Boyle.
 

Contra todo pronóstico, me gustó La dama de hierro. No suelo ir al cine predispuesta a que no me guste una película; bien al contrario, procuro ir a tiro fijo, a ver lo que presumo que me va a gustar. Pero en el caso de La dama de hierro me mataba la curiosidad y, además, Thatcher siempre ha sido una de mis malas favoritas. Ya sabía yo que esta señora acabaría tarde o temprano en el cine, después de haberse paseado tanto por el pop-rock.

Me gustó porque no es lo que me esperaba. Esperaba un correcto biopic político y me encontré un relato lírico, con historia de amor y todo, y algún exceso onírico. Esperaba una puesta en escena formal, sobria y correcta y me encontré una coreografía simbolista.

Se ha escrito por ahí que el film es demasiado complaciente con la figura política de Thatcher, pero es que no se trataba de eso.


De aquellos polvos estos lodos
Antes de nada, que no se nos olvide que esto que estamos viviendo ahora no empezó hace cuatro días. Que no se nos olvide que la señora Thatcher, con el aplauso de sus compañeros de partido y sus aliados internacionales, liberalizó el sector financiero, flexibilizó (eufemismo por "precarizó") el mercado de trabajo, privatizó y cerró empresas del Estado , debilitó enormemente el sector público, recortó el presupuesto para educación (siendo ella ministra del ramo, que tiene tela) y eliminó subsidios.
Una vez dicho esto, vayamos con la película.

Bueno, no, esperad un momento. Es que me he puesto a buscar cosas aplaudibles que hizo Thatcher en política y he encontrado que en sus primeros tiempos como diputada impulsó un proyecto de ley para que los plenos de los ayuntamientos se celebraran a puerta abierta y votó contra la restauración de los castigos físicos en los colegios y a favor de prohibir ciertas cacerías de animales, despenalizar la homosexualidad y legalizar algunos supuestos de aborto. Algo es algo.

Peces azules y negros
Juan José Millás, en Hay algo que no es como me dicen, el libro que dedicó al llamado “caso Nevenka”, se sirve de una imagen muy eficaz para pintarnos el ambiente en el que tuvieron lugar los hechos de aquel estruendoso caso: nos habla de acuárium lleno de grandes peces negros entre los que nada un pequeño pececillo de colores.

Esa imagen literaria se me veía a la cabeza cuando veía a la joven Thatcher entre señores mayores encorbatados y trajeados; veía un pececillo azul entre grandes peces negros.

Thatcher dejó la Cámara de los Comunes en 1992, a los 66 años. Declaró que su marcha le daría mayor libertad para decir lo que pensaba. Así lo hizo en dos libros de memorias: Los años de Downing Street (1993) y El camino hacia el poder (1995). En 2008 su hija Carol Thatcher publicó también un libro de memorias con un título (A Swim-On Part in the Goldfish Bowl) que curiosamente hace referencia a los peces de colores.

Meryl la sufridora
No he sido nunca lo que se dice fan de la señora Streep, por razones más que nada extracinematográficas: mis terribles prejuicios la han catalogado siempre como actriz-impecable-doña-perfecta-vuelvo-en-helicóptero-a-mi-rancho-del-culo-del-mundo-a-estar-con-mis-hijitos. Soy odiosa, lo sé.
Pues bien, me alegro infinito de tener que tirar ahora mis prejuicios a la mierda y quitarme el sombrerete británico ante lo que hace en La dama de hierro.
No valoro nada, por ejemplo, cuando alguien interpreta a un campesino bielorruso oligrofrénico, porque no conozco ni conoceré jamás a ninguno en mi vida. Encuentro, en cambio, jodidamente difícil interpretar a un obrero de la siderurgia o a un tasquero de barrio, porque los he conocido y los conozco a porrillo; o a una octogenaria, porque he tenido abuelas y, lo que es más arriesgado, todo el mundo tiene abuelas o conoce a alguna y hace comparaciones, de las que la señora Streep sale muy muy bien parada.
Así que no tengo más remedio que aplaudir su paso vacilante, su expresión más vacilante aun, su mente que patina (en 2008 Carol Thatcher reveló en su libro que su madre sufría demencia senil), esos andares, esos cabeceos, ese echar mano a la barandilla o a la pared, entre tierno y sobrecogedor.

Woman power
Igual digo una estupidez si digo que La dama de hierro es una película muy femenina, pero lo digo de todos modos. He visto mano de mujer en la atmósfera, en los sobreentendidos, en la sutileza de la narratividad. Algo tendrá que ver, digo yo, que esta peli tenga directora, guionista y prota femeninas, pleno al tres que no es nada frecuente.
Le he leído a un señor crítico que la película "incide en exceso" en este aspecto feminista. Para nada. ¿O es que cualquier mínima reivindicación feminista ya es excesiva? ¿Hay alguna película, señor crítico, que incida en exceso en el antirracismo o en el pacifismo?

Y ahora no tengo más remedio que tirarme de cabeza a la piscina con la gran pregunta: ¿era Margaret Thatcher feminista?
Tengo respuesta: no. Reivindicaba sus derechos individuales, pero no mostraba ninguna solidaridad de género. Bueno, quizás una pizquita en sus primeros años, cuando apoyó legalizar el aborto en ciertos supuestos, y declaró que lo hacía pensando en experiencias propias y en el sufrimiento ajeno.
Es ilustrativo el discurso que le echa a su encantador marido cuando le pide matrimonio: en pocas palabras Thatcher denigra a las mujeres como el peor de los machos y deja clara su voluntad de separarse, distanciarse, distinguirse de esa grey a la que desprecia. No lo conseguiste, Maggie, querida: tu caída en desgracia en el Partido Conservador tuvo mucho que ver con lo que evidentemente te distinguía de los demás dirigentes. Esa falta de sintonía que siempre tuviste con Edward Heath venía de los tiempos en que no te dejó que pintaras nada en su gabinete.
Thatcher, como millones de madres, anteponía su hijo a su hija y solo incluyó a una mujer en todos sus gabinetes, no hizo nada por abrir las puertas a otras, por allanarles el camino para que no les resultara tan difícil como le resultó a ella.
Con todo, le cabe el mérito innegable de haber sido la primera jefa de gobierno de Europa, la persona que más tiempo ha permanecido en el cargo y la primera que ganó tres elecciones seguidas desde el siglo XIX. No es moco de pavo para una hija de tenderos.

En fin, como era de prever, me he salido de lo estrictamente cinematográfico. Pero, tratándose de Thatcher, ¡a ver quién se resiste!


Y, sin más, os saluda vuestra amiga

Noemí Pastor

viernes, 10 de febrero de 2012

Silencio, se "dobla".

Actores y actrices de doblaje, esos grandes desconocidos.

Siempre he pensado que la profesión de actor/actriz de doblaje es una de las más desagradecidas. Cuando el doblaje es bueno, la gloria se la lleva el actor y nadie se acuerda de lo importante que es un buen doblaje. Sin embargo, cuando el doblaje es malo, todo el mundo lo comenta. (que se lo digan sino a Verónica Forqué, ¿alguien sabe si ha vuelto a doblar tras El Resplandor?).

Porque en todas las profesiones hay paquetes, el doblaje no se iba a librar. Esto tiene una parte positiva: gracias a los malos doblajes, sabemos valorar los buenos. Y es que como dicen los actores de doblaje, su trabajo está condenado al olvido, y así prefieren ellos que sea, porque cuando el doblaje es bueno, la gente se olvida de que la película está doblada, que es lo que tiene que pasar.

Pero vamos a olvidarnos de los malos y centrémonos en los buenos, que suelen ser muy buenos.


Las actrices de doblaje españolas más valoradas.

Algunos dicen que es la mejor actriz de doblaje español de todos los tiempos. María Luisa Solá es la voz habitual de Susan Sarandon, Diane Keaton, Sigourney Weaver y Glenn Close. Amén de muchísimas otras actrices a las que ha puesto voz desde que empezó su carrera en los años 60.

Sigue en activo, y que sea por muchos años. Porque si algo bueno, entre tanto malo, tiene esta profesión, es que la voz, es decir, las cuerdas vocales, es la parte del cuerpo que más tarde envejece.






Nuria Mediavilla. Voz habitual de Nicole Kidman, Jodie Foster, Rachel Weisz, Cameron Díaz, Uma Thurman o Wynona Ryder. Hermana del también actor de doblaje, José Luis Mediavilla, empezó en los años 80 y sigue en activo.





Rosa Guiñón, esposa del también actor de doblaje, recientemente fallecido, Rogelio Hernández, y madre de la actriz de doblaje, Rosa María Hernández. 

Rosa Guiñón lleva haciendo doblaje de películas desde los años 50. Entre otras actrices, ha sido la voz de Audrey Hepburn, Natalie Wood o Barbra Streisand. Y sigue prestando su voz a Meryl Streep.



Gracias a su espléndido trabajo en La Decisión de Sophie fue galadornada, merecidamente, en 1986 con uno de los premios Atril de Oro, galardones que reconocen la labor de estos actores y actrices.



Otra de las actrices mejor valorada es, la ya desaparecida, Elsa Fábregas. Voz habitual de Vivien Leigh, Katharine Hepburn, Doris Day y Gena Rowlands. Empezó a trabajar como actriz de doblaje, ni más ni menos que en 1935 y está considerada como una de las más importantes y reconocidas. Además de las mencionadas actrices como sus doblajes más habituales, también le prestó su voz a Bette Davis en ¿Que fue de Baby Jane?, a Elizabeth Taylor en ¿Quien teme a Virginia Woolf?, a Rita Hayworth en Gilda o a Judy Garland en El Mago de Oz. Nos ha dejado su magnífico legado en más de 800 películas.




Y no podía faltar:






Mercedes Montalá, actriz de doblaje y actriz a secas. Voz habitual de Julia Roberts, Sharon Stone, Michelle Pheiffer y Catherine Z-Jones.

También se dedica a la locución publicitara, animación (me imagino que ha doblado a muchos personajes de dibujos animados pero a mi, al escuchar la voz de Mercedes, se me viene a la cabeza el personaje de Sarabi, de El Rey León) y narración.






Hasta ahora, todas las actrices de doblaje mejor valoradas tenían un tipo de voz media. La sexta actriz de doblaje tiene un tipo de voz denominada joven y se llama Nuria Trifol. Ella es quien dobla a Natalie Portman, Scarlett Johanson, Keira Knightley, Anne Hathaway o Christina Ricci.


Sin embargo, no voy a poner como ejemplo el doblaje de ninguna de estas actrices sino el de una película de anime, La Tumba de las Luciérnagas.






Y de una voz joven a una voz grave. Marta Angelat es la voz de Emma Thompson, Anjelica Huston, Cher y Geena Davis.



Me gustaría que supierais que no hay muchos vídeos de estos actores y actrices ejerciendo su profesión. A veces resulta desesperante encontrar algo que no sea un trozo de película.



Graciela Molina. No digo que sea la mejor actriz de doblaje, pero me gusta mucho el tono de su voz. También es la voz de Natalie Portman y Christina Ricci, aparte de Kirsten Dunst y Brittany Murphy. Fue la voz del niño de El Muñeco Diabólico.


Este vídeo merece la pena verlo. Graciela Molina en mitad de la entrevista pone voz de niño pequeño de repente. A mi me da miedito...




Mar Bordallo le pone voz a Drew Barrymore, Jessica Alba, Lindsay Lohan, Jennifer Love Hewitt o Anna Paquin. También se considera voz joven de 0 a 40 años.





María del Puy es otra de las veteranas del doblaje. Doblaje habitual de Ingrid Bergman, Katharine Hepburn, Geraldine Chaplin y Jaen Fonda. Sigue en activo.








Celia Honrubia fue la voz habitual de Katharine Hepburn (sí, se que van 3 actrices de doblaje de Katharine Hepburn, pero es lo que tiene hacer películas durante 62 años, que te doblan unas cúantas) Greta Garbo,  Faye Dunaway y Farrah Fawcett. No obstante, también ha doblado a Lauren Bacall, Anne Bancroft, Ingrid Bergman, Jacqueline Bisset, Claudia Cardinale, Julie Christie, Glenn Close, Bette Davis, Yvonne de Carlo, Olivia de Havilland, Dolores del Rio, Olimpia Dukakis, Faye Dunaway, Joan Fontaine, Ava Gardner, Paulette Goddard, Glenda Jackson, Deborah Kerr, Sofía Loren, Anna Magnani, Virginia Mayo, Kim Novak, Maureen O'Hara, Irene Papas, Jane Russell, Anne Seymour, Simone Signoret, Barbara Stanwick, Barbra Streisand, Liz Taylor, Ingrid Thulin, Liv Ullmann, Raquel Welch, Esthe Williams, Jane Wyman, Alida Valli, Barbara Ruch, Maggie Smith y así una interminable lista de actrices. 

Celia Honrubia está, merecidamente, retirada.



No he encontrado en youtube ni una muestra de una película que haya doblado. Llamadme paranoica pero creo que los de los derechos de autor están barriendo después de la fiesta.



Matilde Conesa. Además de ser la voz habitual de uno de las mejores actrices de la historia (si, queridos fans de Bette) Bette Davis, así como de Jean Arthur, Lauren Bacall, Jane Wyman o Anne Bacroft, también era la voz habitual de algunas actrices españolas como, por ejemplo, Amparo Rivelles. Porque como dicen algunas actrices de doblaje en el reportaje que os recomiendo, Voces en Imágenes, "algunas tenían una cara bonita pero no eran actrices en absoluto."


Pero además de todo esto, también fue la voz de uno de los personajes más carismáticos del mejor porgrama infantil español, me refiero a la Bruja Avería y a La Bola de Cristal. Sigue en activo y es una de las escasas voces graves femeninas del doblaje español. 









Los actores de doblaje españoles más valorados.


Jordi Blau. Habitualmente y me atrevería a decir, que exclusivamente, es la voz de Robin Williams, Tom Hanks, Tom Cruise, Sean Penn y Kenneth Branagh También hace locución publicitaria, narración, animación y canto.

Está en activo y su tipo de voz es media.







Una voz más que reconocida por todos. Quizás si os digo Ricardo Solans, no se os venga nada a la cabeza, pero seguramente si os digo Robert DeNiro, ya os vaya sonando más. Ricardo Solans, un veterano, habitual doblador del, ya mencionado, Robert DeNiro, Al Pacino, Dustin Hoffman y (alguien tenía que doblarlo, que vamos a hacer con él...) Sylvester Stallone.

Solans sigue en activo y su tipo de voz es grave.










Y ahora sobran las presentaciones. Su voz es tan conocida como su rostro. Constantino Romero es el doblador habitual de Clint Eastwood, Roger Moore y el chuache, es decir, Arnold Sch (soy incapaz de escribirlo)

Sigue en activo y su voz es del tipo muy grave.








Luis Posada es el doblador principal de Jim Carrey, Leonardo DiCaprio, John Cusak o Johnny Deep. También presta su voz a locución publicitaria, animación y narración.








Iván Muelas. Voz de doblaje habitual de Will Smith, Paul Bettany, Jared Leto o Jon Seda. También se dedica a locución publicitaria, narración, animación (Fry (Futurama)) y canto. Su tipo de voz es media y está en activo.







La voz de Rogelio Hernández es una de esas voces con las que creo, más familiarizados podemos estar, al menos en mi caso. Para mi, se trata de una voz totalmente familiar, conocida.  Por desgracia, nos dejó el 31 de diciembre del pasado año. A ver quien dobla ahora a Jack Nicholson o a Michael Cane, que eran dos de sus habituales junto a Marlon Brando y Paul Newman.

A mi no me parece una voz grave, pero al parecer, lo era.



                                       



Ramón Langa. Al igual que Constantino Romero, este actor de doblaje es mucho más mediático y su rostro es más conocido que el de los demás.

Voz habitual de Bruce Willis y Kevin Costner. Voz grave y en activo.


Y os parecerá broma pero no he encontrado un sólo video medio regular de este señor, pero como conocéis la voz de sobra, a otra cosa, mariposa.



Pepe Mediavilla. Parece que la cosa se queda en familia. Si teníamos a toda una familia de dobladores (padre, madre r hija), también tenemos a dos hermanos. Pepe Mediavilla, hermano de Nuria. 

Su doblaje más conocido es el de Norman Freeman. Pero también es el doblador habitual de James Earl Jones, Victor Argo y Phillip Baker Hall. 

Su tipo de voz es muy grave. Sigue en activo y también se dedica a locución publicitaria, animación y narración.








Arsenio Corsellas es otro ejemplo de toda una vida dedicada al doblaje. Durante las décadas 60 y 70 dirigió prácticamente todos los doblajes de los filmes doblados en los estudios Voz de España S.A. 

Voz habitual de Sean Connery, Nick Nolte, Burt Lancaster y Rock Hudson. También se dedica a hacer locución publicitaria, animación y narración. 
Es otro ejemplo de voz muy grave y sigue en activo.








La de Camilo García puede ser otra de esas voces que nos son tan familiares en el cine.
Si digo aquello de "Clarice, ¿han dejado ya de chillar los corderos?" creo que no hace falta ni que os deje un video. Habitual doblador de Anthony Hopkins, Gerard Depardieu, Gene Hackman y Harrison Ford.








Si os interesa el tema, os diré que hay un interesante reportaje sobre el doblaje, llamado Voces en Imágenes de Alfonso S. Suárez.



Y yo me despido hasta la próxima. Un abrazo a todos.