viernes, 28 de abril de 2023

20.000 especies de abejas

Se está celebrando en Donostia la 20.ª edición del Festival de Cine y Derechos Humanos. Hace años que asistimos a la inauguración con unos amigos y hemos visto verdaderas joyas y algún que otro ladrillo. Antes de empezar se dio el premio que el festival otorga a personalidades del cine implicadas en los derechos humanos. Recayó en Carmen Castillo, una directora chilena con una historia personal terrible y una obra muy vinculada a la lucha contra la injusticia. No he visto nada de esta directora, pero me gustaría después de ver el video que proyectaron sobre ella. Acerca de la transexualidad en niños vimos un corto precioso hace unos años, La pureza y este año, con todo el revuelo mediático que este asunto genera, 20000 especies de abejas ha sido la elegida para abrir el festival. Es la ópera prima de Estíbaliz Urrusola, que decidió abordar este tema tras el suicidio de Ekai, un joven transexual de Ondarroa de solo dieciséis años. Ha tardado cinco años en desarrollar el proyecto, ha entrevistado a muchas familias de Naizen, la asociación de familias de menores transexuales y ha creado una película preciosa sobre una realidad muy compleja. La película está rodada en francés, euskera y castellano, lo que resulta natural porque muestra a una familia que vive en Bayona, pero proviene de un pueblo de Bizkaia. Son un matrimonio con tres hijos que están pasando una crisis de pareja. La madre decide irse de vacaciones con los niños al pueblo de su madre. El hijo pequeño, Aitor, no se siente a gusto con su sexo y durante esas vacaciones el asunto se va a hacer más evidente. Hay que decir que uno de los grandes aciertos de esta película son las actrices. Es una historia de mujeres, hombres aparecen pocos y de refilón. Ane, la madre de Aitor, es Patricia López Arnaiz y está tan estupenda como siempre; la abuela, Lita, es Itziar Lazkano que está muy bien en un papel que no resulta simpático; Ane Gabarain es Lourdes, la hermana de la abuela que es apicultora y tiene un papel maravilloso como la persona que mejor sabe acercarse a Aitor. Y qué decir de Sofía Otero, la niña que da vida a Aitor/Lucía, es un prodigio de expresividad en un papel que no es sencillo y que ofrece una gama muy amplia de emociones. Por lo visto hicieron un casting de más de 500 niñas, pero según la directora, enseguida destacó sobre las demás. No me sorprende que ganara el premio a mejor actriz en el festival de Berlín. Lo mejor de esta historia es que está contada sin alharacas, mostrando un conflicto desde el ámbito de lo personal y lo familiar, sin necesidad de hacer proclamas o discursos políticos. Yo me sentía muy identificada con la madre, cuando intenta hacer frente al deseo de su hijo por ser niña con el discurso “no hay cosas de niños y de niñas”, pero el deseo de Aitor por ser Lucía va más allá de llevar el pelo largo o pintarse las uñas. He de reconocer que a mí me parece un tema muy confuso, con muchas aristas y que me genera dudas si las diferencias de género no llevan a los menores a desear cambiar de sexo, si en un mundo con más igualdad seguirían existiendo niños no conformes con su sexo. Pero, en cualquier caso, estamos donde estamos y lo que es inaceptable es que los menores sufran y tengan que aceptar ser quienes no sienten que son. Hay algunos aspectos de la película que no me han gustado tanto. Trata de mostrar varios conflictos: el de Ana con su madre y el recuerdo de su padre escultor, vocación que ella también tiene; su crisis matrimonial y profesional y las consecuencias de enfrentarse a la opinión de los demás. Eso hace que haya momentos en los que la película pierde fuerza y ritmo, se hace un poco lenta, cosa que no sucede cuando la historia se centra en el tema de la transexualidad. Pero en conjunto es una película estupenda y muy necesaria. Creo que resulta muy educativa. Deberían proyectarla en los colegios e institutos y, por supuesto, deberíamos verla todos los adultos que somos los más difíciles de educar.

4 comentarios:

Tawaki dijo...

Da gusto leer una reseña así. Es una película que pienso ver.

Mona Jacinta dijo...

Muchas gracias. No te la pierdas!

TRoyaNa dijo...

Mona Jacinta,
la película la vi recientemente y me gustó mucho. La veo educativa y como tu dices, bien podría proyectarse en los institutos. En torno a la transexualidad, en mi opinión, es preciso referentes cinematográficos, debate, reflexión y sigue siendo asignatura pendiente un plan preventivo real en torno al alarmante número de suicidios entre los jóvenes que es un tema incómodo y en ocasiones, tabú.
Saludos

Mona Jacinta dijo...

Pues sí, querida Troyana, más reflexión y menos vociferar es lo que necesitamos.