viernes, 31 de octubre de 2025

La guerra de los mundos - y II


En anteriores episodios de este blog os conté varias cositas sobre La guerra de los mundos (en adelante, LGDLM), concretamente sobre la versión de Spielberg, y me dejé sin mencionar, porque me daba para una segunda entrega, todo el asunto de las interpretaciones de la película.

Intentaré, pues, dar respuesta a una pregunta que ya planteaba en el artículo anterior: ¿por qué los extraterrestres de Spielberg, que hasta entonces eran adorables y achuchables, se convirtieron de repente en máquinas devorahombres?

La mayoría de las respuestas traen a colación los atentados del 11 de septiembre de 2001, que dividieron en dos la historia de los Estados Unidos y estoy por decir que la del mundo entero: hay un antes y un después del 11 de septiembre, como hay un antes y un después de la pandemia de 2020.

Y hay una breve escena de LGDLM que inmediatamente nos trae a la cabeza el Nueva York de los días siguientes a la caída del World Trade Center: las paredes empapeladas con fotos de gentes desaparecidas. La conexión, pues, no es baladí.

Muchas y muchos críticos cinematográficos ven en LGDLM ecos de los atentados de Washington y New York, especialmente en los estragos que causaron en la gente corriente, como la familia de la peli, que vive en Newark, un barrio tirando a pobre de New Jersey. En LGDLM, a diferencia de otras pelis de invasiones alienígenas, los protagonistas no son altos militares ni el maldito presidente de los USA, sino una familia bastante vulgar; no se destruyen edificios emblemáticos, sino las viviendas, las calles y las tiendas de un suburbio también corrientucho y vulgar.

LGDLM se interpreta como un film antibélico que pone el acento en la supervivencia, en la huida, en lo que la gente hace por poner a salvo a sus familias. La población civil, anónima, solo escapa e intenta salvarse; no se enfrenta al invasor. Nada de heroísmo, solo sálvese quien pueda. Y, hablando de huida, tengo que llamar vuestra atención sobre la tremenda y magistral escena de la huida en coche. La tenéis en Youtube. Aprovechad para verla y disfrutarla otra vez.

Sobre el significado de la película, el propio Spielberg declaró que, aunque la historia de LGDLM es por completo fantástica, la amenaza, en cambio, es real, y que con su obra pretendía empujarnos a hacer frente a nuestros miedos.

El guionista David Koepp declaró que no había pretendido hacer referencias directas al 11S ni a la guerra de Irak, pero que la escena en la que Robbie (el hijo mayor de Tom Cruise) se une al ejército para luchar contra los invasores extraterrestres le vino inspirada por las imágenes de adolescentes palestinos que lanzan (lanzaban) piedras y botellas contra los tanques israelíes: “A esa edad uno no es consciente de las consecuencias de sus decisiones, sino que se deja llevar por el momento, la furia y la pasión”.

Hay una última teoría sobre el significado de LGDLM. Bueno, en realidad hay más, muchas más, pero ya solo os voy a mencionar esta, porque, aunque no me interesa nada, enlaza con las chaladuras de la cienciología y demás terraplanismos de los que os hablaba en el artículo anterior. La cosa es que Steven Spielberg añadió a la historia un detalle que no estaba en la novela de Wells: que las máquinas extraterrestres estaban enterradas en nuestro planeta desde hacía mucho mucho tiempo. Los invasores habían llegado a la Tierra en épocas prehistóricas. Es decir, llegaron del espacio exterior, dejaron sus máquinas bien tapaditas, ocultas y enterradas y se largaron. ¿Por qué? ¿Por qué no conquistaron entonces la Tierra y en el siglo XXI sí?

Spielberg no nos ofrece ninguna respuesta y sus personajes están demasiado preocupados por salvar el pellejo como para plantearse una cuestión semejante. Así que esa tribu, que cada vez hace menos gracia, de seguidores y predecesores de Iker Jiménez, nos da una respuesta espeluznante (no esperábamos menos): los extraterrestres estaban interesados por los seres humanos como animales comestibles. Cuando llegaron a la Tierra por primera vez, en la Prehistoria, los humanos éramos pocos, así que dejaron allí sus máquinas, se marcharon y observaron pacientemente desde su planeta cómo la población terrestre se multiplicaba. Por tanto, durante toda nuestra historia, los humanos hemos sido ganado de granja, como reses destinadas al matadero.

Esta teoría de la granja humana, por muy marciana que os parezca (está bien traído aquí lo de marciana), ha rellenado libros y conferencias varias. Podría poneros varios enlaces, pero no me apetece darle bolilla ni ahondar. Simplemente no me he podido resistir a mencionarla.

Y eso es todo, amiguis. Es una peli que merece mucho la pena, con tiene un background y un foreground literarios dignos de reseñar. Hasta la próxima, se despide vuestra amiga

 

Noemí Pastor

 

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