viernes, 30 de mayo de 2014

Molière en bicicleta

Gauthier (Lambert Wilson) es un actor de éxito maduro, encantador y atractivo que encarna a un cirujano de éxito, maduro, encantador y atractivo, en una serie de televisión "de médicos".

Una serie en la que, dando muestras de gran originalidad, capítulo sí y capítulo también, el protagonista debe llevar a cabo una operación a vida o muerte, en medio de alguna situación extrema, y con un paciente con el que el cirujano está demasiado implicado personalmente, y de paso, si puede, también arregla alguna pareja en crisis.

Alternando estos dramas médico-familiares algún trauma personal que ande de oferta, y algún que otro revolcón con alguna guapa colega, más joven que el protagonista, pero no una jovencita, que ocurre en alguna de las muchas salas que todos los hospitales del mundo proveen para estos menesteres.

Buscando una cierta legitimación como actor, Gauthier decide invertir parte de su sueldo millonario en producir y protagonizar una versión de "El misántropo" y para eso, quiere rodearse de secundarios de prestigio como Serge (Fabrice Luchini), para convencerle, no duda en instalarse en la Isla de Ré, donde Serge vive retirado hace años.


"Molière en bicicleta" (,  2.013) o"Alcestes en bicicleta", para los que no hablamos francés, pero somos capaces de diferenciar dos nombres propios sin mucho problema (algo que se ve que no le pasaba al que "tradujo" este título) es, siendo sinceros una película gafapastosa por definición, carne de festival y de circuito de V.O.S. que solo se podría producir (por lo menos con cierta holgura de medios) en Francia, ese país que consume mucho cine patrio (bueno, malo o regular, que de todo hay, no vayamos a engañarnos) sin vergüenza y sin decir "es francesa pero me ha gustado" (o eso creo yo).

En la sinopsis, y varias reseñas de "Moliere en bicicleta", se hace mención como el tema principal de la película, al egocentrismo de los actores, pero no es un tema que a mí me haya llamado la atención especialmente, más bien diría que enfrenta dos formas de enfocar la profesión de actor.

Por una parte el actor "puro" místico incluso (aka pesado) que considera que su trabajo como una creación y una vocación y dice cosas como "la herramienta del actor", y por otra, la del actor "popular" que interpreta de forma más mecánica, pero que alcanza fama y dinero con trabajos quizá menos nobles, pero indudablemente mucho mejor pagados.

Al parecer, los franceses siente adoración por Molière, primero porque aman lo propio (algo que no tienen en común con los españoles) y segundo porque no conocen a Lope de Vega o a Calderón (lo que sí tienen en común con los españoles). Esa admiración es lo que lleva a nuestro protagonista (y a los guionistas) a escoger como obra a representar (y homenajear) "El misántropo".

"El misántropo" como su propio título indica, es la historia de un hombre que desprecia al género humano y desea el menor contacto posible con él. Exactamente lo que ha hecho Serge, que después de una profunda depresión decidió dejar por completo la interpretación, y el mundo en general, aunque como dice Gauthier es curioso que haya escogido para vivir un concurrido destino turístico, la Isla de Ré.

La isla de Ré (que confieso era totalmente desconocida para mí hasta ahora) es un pequeño archipiélago situado en la costa atlántica de Francia, y un popular lugar de vacaciones, a pesar de que su ubicación no es la mejor para unas vacaciones de sol y playa, precisamente. Aunque según los habitantes de la citada isla, disfrutan de un microclima ... que por lo que se ve en la película consiste en lluvia y viento constantes.

Cuando Gauthier llega a la isla, llega con la idea de reservarse el papel de Alcéstes, el protagonista de El Misántropo, y ofrercele a Serge el de Filanto, un secundario que representa el contrapunto a la misantropía del protagonista de la obra.

Serge se niega a volver al teatro con un papel tan secundario y naturalmente ambiciona también el protagonista, al fin acuerdan turnarse ambos papeles, tanto en los ensayos como en las representaciones, lo que ayudará a la publicidad del espectáculo.

La película muestra pronto sus cartas: mostrar con detalle los caracteres de los actores, a su vez representación de los dos personajes que creó Molière y la misma cuestión de fondo ¿la solución ante un mundo injusto y cruel es aislarse por completo, romper los lazos con todos y con todo? Y un actor ¿no tiene la obligación de ser un poco un relaciones públicas, una persona que tiene que soportar que se le levante de la mesa de un restaurante para hacerse una foto o firmar un autógrafo? ¿O eso no tiene nada que ver con a interpretación?

Y como ironía final una paradoja: a Gauthier, un hombre popular e integrado por definición, le falta misantropía para interpretar el papel y Serge no puede interpretar El Misántropo, porque es demasiado... misántropo.

También se habla del mundo del actor, no solo de la manera de enfocar su trabajo, sino también del consabido tópico sobre que es el ambiente en el que que hay más traiciones y falsas sonrisas.

Algo que por cierto piensa una amplia mayoría de la sociedad, pero curiosamente referica a su propia profesión, empresa, AMPA o comunidad de propietarios que le ha tocado en suerte.

No es una película para recomendar a cualquiera, los versos de El Misántropo repetidos una y otra vez, pocos escenarios, un ritmo pausado y apenas tres personajes, no son elementos que atraigan a multitudes a las salas, pero a mí me ha resultado una propuesta original y con aspectos muy atractivos.

Por cierto que he dicho que son tres personajes y no os he explicado que los dos actores conocen a una guapa vecina, más joven que los protagonistas, pero no una jovencita ¿de qué me suena esto?


Loque

viernes, 23 de mayo de 2014

El puente (1977)

"El puente" es una película muy interesante del director Juan Antonio Bardem rodada en 1977. Realmente es una "road movie" de carácter social que retrata una España setentera y postfranquista que busca su sitio. Durante la película el protagonista va encontrándose una infinidad de personajes que podían (Y muchos aún pueden) encontrarse pegados a la red nacional de carreteras.

Sinopsis:

Landa, coches y chicas en el cartel, para atraer público


Juan (Alfredo Landa) es un mecánico cuarentón que vive despreocupado. Sin cargas familiares siempre se ha buscado la vida porque lo único que le interesa son la pasta, que gana arreglando motores, las mujeres, pero sin compromisos y su vieja moto montesa a la que llama "la poderosa".

Road Movie con Landa en "la Poderosa"

Es sábado, a punto de acabar la jornada en el taller mecánico, todos los currantes esperan el toque de sirena porque comenzará un puente y hasta el martes no hay que volver al trabajo. Un hombre cargado con la familia en su repleto utilitario pide, por favor, que le echen un vistazo al motor, que no tira, pero Juan le dice que no es problema suyo y le deja con la avería. Mientras los mecánicos se lavan en el vestuario, los enlaces sindicales avisan de una reunión, pero Juan se ríe de ellos. Juan no quiere problemas. Es un obrero pero prefiere mantenerse al margen de todo, ya sea laboral, social ó político.

A Juan se le estropea el plan porque su ligue lo deja plantado para irse con una pandilla de jóvenes de clase acomodada, lo que revienta a Juan, que sabe que es un obrero, pero sólo sabe protestar sobre su "poderosa". Así que "plantado", decide bajar hacia Torremolinos a ligarse guiris. Por el camino se encontrará con mucha gente que le hará cuestionarse su mundo: la abnegada y sufrida esposa de un sindicalista encerrado en la prisión de Ocaña (Pilar Bardem, por cierto), algún hijo de papá, una compañía de actores mal vistos por las fuerzas vivas, pero carcas, de algunos pueblos manchegos, jóvenes que sueñan con irse lejos del campo, moros de vuelta al Magreb, paisanos trabajadores en Alemania, hippies guiris, toreros con miedo y pueblos a quienes el amo de la tierra mata de hambre.

Landa "plantao" en Madrid

El landismo deja de serlo

Juan Antonio Bardem siempre tuvo una gran curiosidad social. Rodó esta peli en una época aún preconstitucional pero al poco de fallecer el generalísimo. Bardem era de ideología comunista, aunque tratándose de España, le bastaba con las ideas del eurocomunismo de Berlinguer o Carrillo, para disgusto de los comunistas de bien de toda la vida.

Buscando ligue

Alfredo Landa, el protagonista, sufre, en esta peli, la transformación de su personaje a lo largo de los minutos. Empieza siendo el Landa vocinglero, fantasma, "echao p'alante", baboso, con las féminas, listillo, de lenguaje cheli setentero....pero a lo largo de sus diálogos, y sobre todo, monólogos sobre su "poderosa", va convirtiéndose en un hombre nuevo. Menos fantasmón y lenguaraz y más discreto y apaciguado. Deja de ser el mero espectador de la situación que le rodea y toma un pequeño papel de actor.

Dos Españas, la seria e intransigente y la informal

La cinta refleja una España en cambio, con una forma de ser y hablar que ahora quizá haga gracia. Sobre todo a la hora de beber en la carretera. Es la España del destape (La primera escena de la peli me da la sensación de que está puesta para captar miradas de varones reprimimidos, porque sale el trasero de una moza, que no es para tanto, pero, claro, en la época....) Estética setentera con la "poderosa", las barbas al viento, los pantalones ajustados.....Victoria Abril, por cierto, tiene un pequeño papel al comienzo de la peli, haciendo de hermana de "la Pepi", la novieta de Juan.


Es una película, a pesar del tiempo transcurrido, verla ahora podría remover conciencias, porque, a pesar de lo setentero, las cosas no han cambiado tanto y todo sigue siendo tan injusto como nos lo presenta Bardem. Merece la pena verla para pensar que siendo individualistas no conseguiremos nada.

Ficha técnica:

El puente, 1977

País: España
Duración: 104'
Género: Drama
Dirección: Juan Antonio Bardem
Guión: Daniel Sueiro; J.A. Bardem; Javier Palmero
Reparto: Alfredo Landa, Mabel Escaño, Pilar Bardem, Estanis González, Antonio Gamero, Manuel Alexandre, Carmen Lozano, Germán Cobos, Julián Esteban, Álvaro de Luna, Fernando Sánchez Polak...

Juli Gan

viernes, 16 de mayo de 2014

Mentira latente

Cuando la vida te da muchos palos, siempre se dice aquello de que es bueno hacer borrón y cuenta nueva. En el Cine existen muchos personajes que cambian de vida y dejan atrás su pasado o por lo menos... lo intentan. Uno de estos personajes es la protagonista del clásico titulado Mentira latente (1950) de Mitchell Leisen.
 

Título en castellano Mentira latente
Título original No Man of Her Own
Año 1950
Duración 98 minutos
País Estados Unidos
Director Mitchell Leisen
Guión Sally Benson, Catherine Turney
Novela Cornell Woolrich
Música Hugo Friedhofer
Fotografía Daniel L. Fapp
 
Reparto
Barbara Stanwyck,  John Lund,  Jane Cowl,  Phyllis Thaxter,  Lyle Bettger,  Henry O'Neill,  Richard Denning
 
Sinopsis
Helen Ferguson, embarazada y abandonada por su novio, emprende un largo viaje de Nueva York a San Francisco. En el tren conocerá a un joven matrimonio que también espera un hijo y que se dirige a la casa de los ricos padres de él. Pero el tren descarrila...
 
 
A pesar de ser un gran drama de los que en aquella época del Cine Clásico tenían mucho éxito siempre me ha parecido que Mentira latente es uno de los títulos menos populares a pesar de contar con una de las mejores actrices de la época: Barbara Stanwyck. Actriz de carácter que se ha desenvuelto perfectamente en diversos géneros pero siempre dando a sus personajes esa arrolladora presencia, esa independencia y ese fuerte temperamento que tanto la caracterizaba.
 
Anteriormente, ya había hablado de una de las mejores películas de la actriz, y del Cine, dentro del género de la comedia: Bola de fuego (1941) de Howard Hawks.
 
 
Sin embargo en Mentira latente, Standwyck no es una mujer fuerte. Helen es una mujer desesperada al haber sido abandonada, en la recta final de su embarazo, por un caradura al que interpreta Lyle Bettger (El mayor espectáculo del mundo, 1952), habitual en personajes de villanos.
 
En la nueva vida que Helen pretende empezar se irán cruzando personajes totalmente diferentes a los que ella había conocido. Personajes de buen corazón que la ayudarán en este cambio. Entre ellos vemos los rostros más o menos conocidos como son John Lund, actor habitual del director y el tierno y maternal rostro de Jane Cowl, además del pequeño papel de Richard Denning.
 

Barbara Stanwyck, una vez más, está asombrosa, algo que a los que nos gusta, todavía nos entusiasma más. Sobria en su actuación y dando a su personaje una expresividad que nos llega y nos sobrecoge. Primero como una mujer abandonada y sin futuro y luego como una madre que debe sobrevivir por su hijo pero con el temor de que su pasado vuelva a aparecer. Sólo con un gesto, con una mirada o con un pequeño movimiento la actriz nos contagia de sus miedos y podemos llegar a sentir al personaje.
 
El director Mitchell Leisen (La vida íntima de Julia Norris, 1946) nos lleva desde un simple melodrama inicial al suspense, un poco noir, de la segunda mitad, pero siempre al servicio de su protagonista. El argumento nace al adaptar la obra de Cornell Woolrich, de cuya pluma salieron otras buenas películas como La ventana indiscreta (1954) de Hitchcock ó La novia vestía de negro (1967) de Truffaut.
 

Es muy habitual que de una película, aunque no recordemos todo con claridad, se nos haya quedado una imagen, una escena o una secuencia, quizás porque sea un momento clave de la historia o quizás por su diálogo o su belleza de imágenes. En Mentira latente, hay una secuencia que me gusta especialmente porque se trata de un momento en el que ocurre algo cotidiano y que estoy segura que todos hemos protagonizado, aunque sin el dramatismo de una película clásica, por supuesto. 

En la película ocurre así:
intentando ya reconstruir su vida y durante las compras navideñas, Helen se encuentra en la calle con Bill (John Lund), que la invita a entrar con él en una tienda en donde venden estilográficas. Lo más habitual a la hora de comprar una estilográfica es comprobar cómo se escribe con ella y eso es lo que vemos que hace Bill hasta que se detiene y con rostro serio y pensativo se dirige a Helen y le pide que pruebe ella la estilográfica para ver qué le parece. Helen sin pensarlo y con naturalidad, se quita el guante de la mano derecha, coge la estilográfica y escribe… pero al momento se da cuenta de que ha comedido un grave error…
 
Bien, quizás los que no hayan visto la película no le den tanta importancia a esta secuencia o, como buenos cinéfilos, sean capaces de adivinar lo que Helen había escrito. El caso es que cuando voy a comprar un bolígrafo me acuerdo de este personaje de Barbara Stanwyck a la hora de probarlo.
 
Mentira latente, una gran película protagonizada por una grandísima actriz que, para aquellos que disfrutan con el Cine Clásico, será toda una delicia.

 

viernes, 9 de mayo de 2014

Katharine Hepburn: la mejor actriz?


Es Katharine Hepburn la mejor actriz de todos los tiempos??

Pregunta sin doble intención ni doble juego, para algun@s seguramente si, para otros estará entre las mejores....
Evidentemente yo estoy en el primer grupo, y además como buena "zinefila" y mitómana, me pelearía con cualquiera que dijera lo contrario!. jajajaja! (verdad Troyana?)

Bueno ahora en serio... lo que si que estaremos de acuerdo todos y todas es que Kate, como gustaba que le llamaran entre amigos ha sido una de las grandes, ya no sólo en el periodo clásico de Hollywood sino también hay pocas actrices que actualmente puedan llegar a su nivel, si exceptuamos a Meryl Streep, o Susan Sarandon, o Glenn Close, para decir algunas; incluso su alter ego en El aviador; la gran Cate Blanchet que ganó el Oscar interpretándola a ella.


Pero también estaremos de acuerdo en que Kate era única, en su estilo, en sus interpretaciones, en su carisma... no ha habido nadie como ella, incluso podíamos decir que era una actriz egoísta porque cuando ella salía en pantalla se comía a todo bicho viviente que aparecía junto a ella....  menos Cary Grant o su gran pareja Spencer Tracy, en nueve de sus películas. Ellos estaban a su altura, aunque había escenas en que también se los comía, para que negarlo!


















Con una filmografía de más de cincuenta títulos, muchos de ellos autenticas delicias y obras maestras, Kate también es única en cuanto a los premios porque es la única actriz que ha conseguido cuatro estatuillas de la academia , de momento sólo puede ganarle Streep, ya que Ingrid Bergman se quedó en tres.


La vida de Kate también era única, de familia acomodada (siempre perfecta en sus interpretaciones de niña rica, o no lo estaba en La fiera de mi niña??), su padre fue un urólogo muy respetado y su madre una de las primeras feministas que lucharon a favor del derecho de las mujeres, así que nuestra pequeña Kate  fue educada junto a sus cinco hermanos en una atmósfera de libertad y en el que los deportes eran base de su educación. De hecho era una gran nadadora , nadó en su Fenwick natal hasta días antes de su muerte, y una gran golfista, en todas las películas que sale practicando este deporte evidentemente nunca fue doblada.



Y ya que hoy hablamos de la Kate más íntima, ella fue quien desgraciadamente descubrió el cuerpo de su hermano ahorcado en el desván de su casa cuando tenia 12 años. A partir de ese hecho traumático, Kate decidió llamarse Jimmy (en honor a su hermano), y creció con un carácter cerrado y de marimacho, tan característico después en la vestimenta de Kate con sus famosos trajes pantalón, rompedores en la época clásica.



En cuanto a  amores, sólo se casó una vez, poca gente lo sabe,  de muy joven con un amigo, del que se divorció muy rápido, después llegaron los sonados romances con Howard Hugues, el multimillonario que perdió la cabeza por ella y le regaló el libreto y los derechos de autor de  Historias de Filadelfia, John Ford o evidentemente con Spencer Tracy con el que estuvo casi 30 años, con el que no se casó por ser católico , irlandés y alcohólico. Cuenta la leyenda urbana que cuando Spencer murió  en la casa de ambos, Kate llamó a la mujer de él para preguntarle que traje le ponía para el entierro.
Mujer única ya lo he dicho. Fue gran amiga, del gran director George Cukor con el que tuvo una amistad que duró más de cincuenta años.



Pero también hay la historia oscura  de Katherine...


Soy una gran admiradora de Kate, siempre lo he sido  y eso me ha hecho buscar, comprar y leer mucha de su bibliografía... hace años me compré ilusionada un libro titulado: Kate. El lado oscuro de Katahrine Hepburn de William J. Mann, un libro completísimo y muy espeso que hablaba de la parte más oscura de mi ídolo!.

Y aunque es un libro duro, durísimo , no dejando siempre bien a Kate, el libro no me decepcionó en absoluto, al contrario me hizo admirarla todavía más. Cuenta esa parte de la vida de Kate que no nos gusta escuchar ni leer , pero que no deja de ser su vida, historias de su posible homosexualidad, de la verdadera relación entre Spencer y ella... de su carácter no siempre "agradable".
Repito un libro, duro, muy espeso, con mucha información pero que te hace admirar mucho más a la persona no a la artista.
Muy recomendable!.

Hoy no he hablado de sus películas , pero su vida fue de cine!


Hasta la próxima,

Bargalloneta.






 

viernes, 2 de mayo de 2014

Lost in Translation


“Poesía es lo que se pierde en una traducción.” (Robert Frost)



Tú también estás perdida, Charlotte. Por extraño que parezca, estás sola entre la multitud de Daikanyama, rodeada de traducciones infieles e infiables que confunden las erres con las eles. Estás sola en la ciudad más poblada del mundo. Eres desdichada en un hotel de cinco estrellas.

Te niegas a admitirlo, pero lo estás;  navegas en un mar negro y solo descansas cuando encuentras otra nave a la deriva, otro paracaidista que no sabe dónde ha tomado tierra, porque eres capaz de captar sus señales en medio del clamor eléctrico de Tokio.

Pues bien, Charlotte, tengo una mala noticia: eso no te pasa por ser joven e inestable. No. Es aterrador, pero los años no te quitarán las ganas de huir ni la incertidumbre; siempre habrá un desfase horario que hará las noches interminables.

  

- ¿Qué has estudiado?
- Me licencié en Filosofía.
- ¡Ah! Creo que con eso se gana pasta.

Bob y tú sois un poco Bacall y Bogart. En principio, no tenéis nada en común; sois mujer y hombre y os separan más de tres décadas. En el fondo, no obstante, sois iguales, porque todos los humanos lo somos; si rascas un poco, bajo capas accidentales encuentras lo mismo: miedo y vanidad.

No os conocéis ni queréis conoceros. No esperáis nada el uno del otro. No os amáis; solo os apuntaláis mutuamente. Y os concedéis momentáneamente el derecho a ser crueles con los demás: con la esposa de Bob y con esos seres bajitos un poco ridículos.


¿Qué te dijo, Charlotte? ¿Que se acerca una tormenta? ¿Que va a estallar algo en vuestras vidas?

Lo que venga después será menos evanescente; se podrá contar; tendrá nombre: se llamará divorcio, eclosión… Pero no sucederá en la pantalla.


Amigas, amigos, como muestra de agradecimiento por haberme leído hasta aquí, ahora vienen los extras: un chascarrillo, una curiosidad, tres perlitas de la banda sonora y el film completo.

Ahí va el chascarrillo: Coppola estuvo cuatro años casada con Spike Jonze. Durante ese tiempo acompañó a su esposo en montones de rodajes por todo el mundo. Mientras Jonze trabajaba, ella mataba el tiempo como podía en hoteles de lujo de las ciudades más fascinantes del universo. Coppola y Jonze se separaron el mismo año en que se estrenó Lost in Translation.

Ahora, la curiosidad. Suntory, la marca de güisqui que anuncia Bob, existe de verdad y también tiene refrescos y cervezas: www.suntory.com.

Vamos con tres cositas de la banda sonora. La primera es Brass in Pocket, pero en la versión de Pretenders, para que no sufráis.



More than this de Roxy Music.


 Y Just like Honey de The Jesus and Mary Chain.



Y, para acabar, aquí podéis ver LIT en versión original sin subtítulos.



Eso es todo. Se despide hasta la próxima vuestra amiga

Noemí Pastor