Y para volver del verano ¿qué mejor que un documental, verdad? Vale, no suena muy prometedor, pero realmente es ameno y muy, muy divertido:
Electric Boogaloo, la loca historia de Cannon Films.
¿Os acordáis de Cannon? Los que seáis asiduos del canal de cine de Paramount aún podéis (queráis, o no) ver sus películas con cierta frecuencia. Resumiendo mucho podríamos decir que fueron los productores de las películas "de" Chuck Norris y Charles Bronson.
De hecho, en el documental, uno de los trabajadores de la Cannon explica que durante un cierto período de tiempo, le pedían que todos los guiones que recibieran los debía poner en dos montones, "los montones de los Chuck": Norris y Bronson.
Y cómo dice "Da igual que se hubiera tratado de Cumbres Borrascosas, hubiera tenido que hacerla Chuck Norris o Charles Bronson". Dejo de vuestra cuenta imaginaros quién hubiera sido más "inolvidable" en el papel de Heathclif.
Sin embargo, despachar dicha productora con tan solo esa definición, sería injusto y mucho menos divertido de lo que realmente es.
Su listado de películas es mucho más amplio y contradictorio: empezaron básicamente con porno suave, o con cualquier argumento al que se le añadían unos cuántos desnudos. Aunque para ello el propio Menahem Golam se presentara en los rodajes para encargarse de que las actrices se quitaran el sujetador.
Y se hicieron famosos - y ricos - con las películas de acción y explosiones, pero también financiaron cine de autor, al tiempo que inventaban el género de ninjas y musicales descacharrantes (como el Electric Boogaloo del título), películas ciencia-ficción épicas y hasta estrenaron una película de terror (involuntariamente) apta para todos los públicos.
Reconozco mi ignorancia, siempre había pensado que la Cannon era una máquina de hacer dinero invirtiendo lo menos posible, copiando cualquier fórmula de éxito, ofreciendo bazofia sin rubor alguno.
Para entendernos, siempre les había considerado el equivalente cinematográfico a los fabricantes (y digo "fabricantes" con toda intención) de choped, y sus (sub)productos me producían igual sensación física.
Pero lo que el documental de Mark Hartley nos desvela es qué había mucho más bajo esa fachada, y que en realidad, no se trataba de hacer dinero a través del cine (malo), sino de conseguir dinero para poder seguir haciendo cine (malo) .
Pero empecemos por el principio: Menahem Golam dirigía y producía películas en su Israel natal, cuando se asoció con su primo Yoram Globus juntos obtuvieron grandes éxitos (grandísimos) que les hubieran permitido mantener un negocio muy próspero de por vida. Pero los primos, en especial, Menahem Golam no eran simples negociantes, eran realmente, grandes cinéfilos.
Y el sueño de cualquier cinéfilo es ir a Hollywood, eso y ganar un Oscar, porque esa es la idea, aunque sea difícil de creer, viendo los resultados.
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Los primos, en su momento de mayor gloria |
Y es que, si algo definía a Menahem Golam era su amor al cine, de niño, iba al cine unas cuatro veces por semana, y de adulto, junto a su primo Yoram Globus, según los testimonios, solo hablaban de cine, pensaban en cine, y aprovechaban cualquier momento libre para ... ver cine.
Y eso es lo más sorprendente de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films", como nos ofrece una visión de Goram como un romántico, dispuesto a hacer cine sea como sea. Pero ¿Por qué un cinéfilo, una persona que había visto cine hasta el delirio, y que lo amaba así, solo hacía películas nefandas?
Según uno de los muchos entrevistados para el documental (cito de memoria): "Todo el mundo tiene malas ideas, pero es que él solo tenía ideas malas". Bueno, eso podría ser una explicación.
Otros entrevistados en "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films" afirman que tenía que ver con que su gusto eran cien por cien israelí, y que nunca encajó del todo con el gusto de los americanos, especialmente cuando quería hacer cine específicamente americano.
Otros dicen que simplemente no tenían ningún criterio "Si hubiéramos puesto a un mono a escoger guiones, lo hubiera hecho mejor".
Otros, que la velocidad en producir películas era tan sumamente elevada, que era imposible que se pudiera cuidar lo más mínimo cada una de las producciones. Y es que al parecer, la estrategia de la compañía era una constante huída hacia adelante. Jamás había que preguntarse por qué un título había fallado, había que estrenar rápidamente otro, y rezar para que éste triunfara y cubriera las pérdidas del anterior.
Por supuesto el bajo presupuesto tenía algo que ver con la falta de calidad de las películas, y sin duda es lo que justifica decorados de cartón piedra, falta de días de rodaje, y muchas otras carencias.
Pero es que en sus producciones hay algo que no justifica de ninguna manera la falta de dinero, algo que podríamos llamar un plus de mal gusto. Y no solo eso, de incoherencia, de ideas absurdas, de combinar géneros imposibles de mezclar.
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Sí, también produjeron Masters del Universo |
Y eso es lo que más fascina a Mark Hartley, el director y guionista de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films", tanto que se olvida un poco - digamos que pasa sobre ese tema de puntillas - de la forma terrible de tratar a sus empleados y colaboradores de la Cannon y de que probablemente Menahem Golam y Yoram Globus eran dos personas con las que jamás hubieras querido trabajar (ni conocer).
Y obvia todo esto, quizá seducido por el lado romántico de la Cannon, o quizá demasiado interesado por describir la increíble galería de anécdotas que ha conseguido recopilar ¿y quién no estaría deseando contarlas? Veamos unos ejemplos.
- Cómo Menahem Golam intentó explicar a un chimpancé que iba a "actuar" en una de sus películas de las motivaciones de su personaje.
- Y cómo, poco después, dicho chimpancé fue sustituido por un enano con un disfraz barato de mono.
- Las increíbles combinaciones de géneros a las que Menahem Golam era tan aficionado: Aerobic, posesiones y ninjas; extraterrestres y vampiros, extraterrestres desnudas, por supuesto.
- Cuando Menahem Golam gritó a sus colaboradores que quería a "la chica de la piedra" para protagonizar "Las minas del rey Salomón" y se quedó de piedra (perdón por el chiste) al contemplar a Sharon Stone en la cinta, cuando él esperaba a Kathleen Turner (protagonista de "Tras el corazón verde" y "La joya del Nilo")
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Electric Boogaloo, itself |
Son tantas y tantas las demostraciones de que la vida y forma de hacer negocios de Menahem Golam y Yoram Globus era mucho más interesante como guión a cualquiera salido de su productora, que uno no puede culpar a los responsables de "Electric Boogaloo: La loca historia de Cannon Films" de que al final, nos haga querer un poquito a esta delirante pareja, y hasta nos haga olvidar aquella vez que renegamos cuando nos pusieron en un autocar, a traición, "Delta Force" o "Desaparecido en Combate 2", que por cierto fue producida antes que la primera porque ...
Si queréis saber por qué, o cómo terminaron produciendo una ópera con Franco Zefirelli, o el último Superman que contó con Christopher Reeve, o cómo se les ocurrió crear la primera películas "de ninjas", os invito a ver esta rápida, ágil y abiertamente humorística sucesión de entrevistas a colaboradores de la productora, empleados y actores, junto a algunas de sus escenas más descacharrantes.
En serio, no os arrepentiréis. Palabra de profesora de aerobic poseída por el espíritu de un ninja.
Loque