viernes, 29 de octubre de 2021

En el calor de la noche

Sinopsis a ritmo de soul.


Cartel de la peli

Son los años 60 en un pueblo del estado sudista de Mississippi. (No sé cuántas consonantes dobles lleva este río y por ende, el estado unido, aunque secesionista, del que toma su nombre) Es un pueblo que tiene cierta importancia ya que parece ser un nudo ferroviario entre los trenes que van de norte a sur y de este a oeste. Lo cierto que Sparta, que es el nombre del pueblo, es un lugar poblado por paletos dixies que aún se ríen de las impensables actitudes de Rosa Parks o Martin Luther King jr. A este pueblo ha llegado un rico industrial que pretende montar una fábrica. 

Negro y con pasta, sospechoso.

La peli arranca con la llegada del tren a este nudo ferroviario a orillas del Mississippi y con el agente Sam patrullando por la sofocante noche "espartana". Seguimos a Sam en su recorrido hasta que este se topa con un cadáver. Un hombre blanco. El hombre blanco. El rico industrial que pretendía montar la fábrica ha aparecido muerto en medio de la calle en plena noche. 

Siendo convencido por su jefe para colaborar con los paletos sureños.

El jefe de policía, Gillespie, es un veterano policía con un carácter irascible que trata de llevar en orden al departamento de policía del pueblo. Utilizan el poco sofisticado recurso de tomar como sospechoso al primero que pillan, sin preguntar. Así, el agente Sam, detiene como sospechoso del crimen a un hombre negro bien vestido y con una billetera bien provista que aguarda el tren de las cuatro de la mañana. 


Extraña pareja policial.

El joven negro bien vestido resulta ser Virgil Tibbs, un inspector de homicidios de la policía de Philadelphia que acepta, a regañadientes y por orden de su jefe, ayudar a los segregacionistas de Sparta a encontrar al culpable de la muerte del rico industrial. 


Dixieland


La peli está basada en una novela de John Ball ambientada en esa América segregacionista que no asimila que los afroamericanos son iguales a ellos, los blancos anglosajones protestantes, por supuesto. De hecho, John Ball, con esta novela inició una saga de libros cuyo protagonista era el detective Virgil Tibbs. 

La viuda del rico muerto quiere que Tibbs siga en el caso.


La cinta se rodó en 1967, un par de años después de la primera publicación de la novela de Ball. Rodar una historia policíaca con esa ambientación en plena época de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos era bastante más peligroso que rodar historias con el mismo cariz en los años 80, como "Arde Mississippi".

Los hombres de Paco con otro sospechoso porque sí.

El director de esta película fue Norman Jewison, cineasta canadiense autor de otros éxitos como "Jesucristo superstar" o "el violinista en el tejado". Por cierto, debido a esta última peli mencionada y por el curioso apellido Jewison los antisemitas lo cosían a desprecios, sobre todo por la peli musical de Cristo. En España, por ejemplo, los curas preconciliares guiaban a sus rebaños a los cines para rezar por los pecadores que iban a ver la sesión, tolerada. Chascarrillos aparte, a pesar del sospechoso apellido (Para los antisemitas) el nonagenario director proviene, ahí está la gracia, de una familia cristiana protestante.


Encontronazo con los paletos del white power.

Ya sabemos que  Jewison tiene ciert gusto musical. No podía ser de otra manera en esta peli que goza de la música de Quincy Jones y el tema principal "In the heat of the night" está cantado por Ray Charles.

Reconstruyendo la noche de autos.

La peli está protagonizada por uno de los primeros actores negros en ver reconocida su importancia cinematográfica: Sidney Poitier. En esta peli encabeza el cartel por delante del propio Rod Steiger. Poitier ya rondaba la cuarentena cuando rodó esta peli, pero seguía siendo un hombre guapete, aunque siempre fue un actor bastante inexpresivo. De hecho este año 1967 fue su gran año. Rodó tres películas que fueron auténticos éxitos. Aparte de esta historia criminal en la Mississippi más paleta y racista, también actuó en "adivina quien viene esta noche", haciendo de novio de la blanca niña bien hija de Katharine Hepburn y Spencer Tracy y en "rebelión en las aulas", donde hacía de profesor nuevo en una escuela de barrio pobre londinense donde salía la cantante yeyé  (y eurovisiva) Lulu, sin the luvvers

La trama se va desenredando.

Y aunque el prota era el inspector Virgil Tibbs (Poitier), el que se llevó el óscar a mejor actor fue Rod Steiger, componiendo a ese jefe de policía de malas pulgas y algo cachazudo. Desde luego, ese rudo policía mascando chicle de manera desaforada y manteniendo esa curiosa relación con Tibbs entre la disimulada admiración y la irritación ante su arrogante presencia es una buena razón para ver la peli. Sobre todo la escena cuando suben a ver a Endicott, el terrateniente algodonero, que va de bien educado pero que se siente humillado cuando Tibbs le devuelve el cachete (Ese sí es un zaska antológico) y el jefe de policía no mueve ni un dedo para desagraviar al rico intolerante que ve cómo ya no puede pegar a un negro sin consecuencias. 

Repartiendo.


A ritmo de soul, nos vamos en el ferrocarril,


Juli Gan.

viernes, 22 de octubre de 2021

Sexo en Nueva York - Temporada 7


En junio de 2021 comenzó a rodarse en Nueva York, dónde si no, una nueva temporada, la séptima, de esta serie que se emitió entre 1998 y 2004 (94 episodios en seis temporadas) y se prolongó después en dos largometrajes: uno en 2008 y otro en 2010. Se programó un tercero para 2017, pero quedó cancelado.

“Sexo en Nueva York” fue una serie popularísima, de gran éxito en sus estrenos y con un montón de reposiciones posteriores. Es una serie mucho más vista de lo que se confiesa, muy citada, muy referenciada, y que, sin embargo, raramente aparece en los ránkings de las series de culto. ¿Por qué? Luego hablaremos de esto.

Centrémonos ahora en que, más de veinte años después, regresa a HBO Max con el título “And just like that” (que puede traducirse por “Y así, como si nada”) y diez episodios de media hora cada uno. Dicen las malas lenguas que al rebufo del reencuentro de “Friends”, vuelven casi todos sus protagonistas, con la remarcable y estelar ausencia de Kim Cattrall, la imprescindible Samantha Jones. No dejo de preguntarme hasta qué punto se resentirá la historia de este enorme vacío, aunque, por otro lado, tengo toda mi confianza en el equipo de guionistas, cuya principal preocupación seguro que es precisamente que no se note que falta. Además, este equipo ha prometido “novedad total”, así que pinta bien.


La primera foto del rodaje de la séptima temporada (etonline.com)

Vuelve Chris Noth (Mr. Big), aunque se lo estuvo pensando, y también repiten Evan Handler (Harry Goldenblatt), Mario Cantone (Anthony Marento), el entrañable Willie Garson (Stanford) y David Eingenberg (Steve Brady). Abonado a las breves apariciones, aparece brevemente John Corbett (Aidan) y repite como director ejecutivo Michel Patrick King.

Echo de menos en el reparto al guaperas de Jason Lewis (Smith Jerrod), pero, al no estar Samantha, tampoco tiene mucho sentido.

Esta séptima temporada que ahora se rueda nos mostrará a las tres amigas, una vez cumplidos los cincuenta años, tal como anticipaba el final del segundo largometraje. Promete una visión del mundo desde la cincuentena, lo cual es novedoso e interesante.

También han adelantado que hablará de la pandemia y que incorporará un nuevo personaje no binario, Che Díaz, interpretado por Sara Ramírez, a quien conocemos de “Anatomía de Grey”.

El rodaje se llevó en principio bastante en secreto, aunque Sarah Jessica Parker compartió en Instagram el primer vídeo teaser de este esperado regreso.

No os voy a engañar: me voy a lanzar a una defensa encendida de esta serie, pero antes voy a nombrar un defecto: su pésima traducción al castellano. Hay fragmentos con una versión castellana penosa, sin gracia y hasta sin coherencia. Quizás no fuera posible hacerlo mejor, pues la protagonista es muy aficionada a los juegos de palabras y eso es siempre un quebradero de cabeza para las traducciones. Así y todo, los largometrajes tienen una mucho mejor versión española, de manera que algo sí se podía mejorar.

Ya está. Hecha la minicrítica, vamos con la alabanza. Un punto muy a favor de esta serie es que su contenido, veinte años después, sigue en vigor y, al menos en mainstream, no se ha superado. Vamos con uno de sus puntos fuertes: está totalmente protagonizada por mujeres, cosa que no es frecuente y menos frecuente era en 1998, cuando se estrenó. Volviendo a lo de los ránkings que os decía antes, mirad cuántas de esas series presuntamente de culto están protagonizadas por mujeres y luego hablamos.

Otro punto fuerte y rompedor: la serie consiste en una exploración de la sexualidad y el placer femeninos, algo que a menudo molestaba y provocaba críticas feroces; demasiado feroces; sospechosamente feroces. Hace más de veinte años fue una forma de presentar los universos femeninos y hablaba sin tapujos de sexo, abortos, masturbación… De mujeres profesionales, de cómo se desenvolvían en sus trabajos, de cómo se veían y cómo las veían en lo laboral, de la tensión con las carreras de sus parejas…

Como serie, “Sexo en Nueva York” evolucionó. Comenzó con un tono narrativo y acabó con otro. Con el tiempo, se hizo menos ligera, algo más amarga, pero con ese amargor sabroso del té negro bien cargadito.

Tiene especial miga su final irónicamente feliz: todas las chicas acaban emparejadas, pero con unas situaciones de pareja que no son ni mucho memos las soñadas, jugando así con las convenciones de la comedia romántica.

Ya para acabar, os voy a recomendar un artículo muyinteresante sobre esta serie. Lo publicó Emily Nussbaum en The New Yorker en julio de 2013. Se titula “Difficult Women. How ‘Sex an the City’ lost its good name” y os resumo un poco sus ideas principales.

“Sexo en Nueva York” fue una serie pionera, atrevida, con episodios de una brillante coherencia. Puede criticársele haber envejecido en un par de aspectos: el primero, la falta de diversidad (mujeres blancas y mayormente heterosexuales) y el segundo, que no son precisamente defensoras de un estilo de vida sano, pues beben, fuman y consumen fast food sin remordimiento alguno. Se me ocurre (a mí, no a Nussbaum) que quizá quieran actualizar algo de esto en la próxima temporada.

Carry Bradshaw no es una heroína; más bien, una antiheroína: no es perfecta; engaña a sus parejas. Es una tía poco complaciente, cortante, deslenguada; tiene un punto de vista cínico, es promiscua y utiliza un lenguaje soez. Tanto ella como sus amigas son taimadas, astutas, impías y tienen gran ingenio y sentido del humor. Son atractivas y triunfadoras y carecen de la fragilidad de otras protagonistas televisivas como Ally McBeal.

Termino con un aspecto que destaca Nussman y que me parece fundamental a la hora de entender la condesdendencia y el desprecio con el que los críticos (y aquí el masculino no es genérico) trataron a esta serie. Fijaos en que estas chicas guapas, elegantes, atractivas, inteligentes, profesionales, triunfadoras no gustaban a los hombres. Solo nos gustaban a las mujeres. Los críticos se cebaron contra sus carísimos modelitos de alta costura y su modo de vida pijo y obviaron todo lo demás. Puede que ya sepamos por qué.

Noemí Pastor

viernes, 15 de octubre de 2021

El juego del calamar




Dado el fenómeno social en el que se ha convertido, me decido a darle una oportunidad, también animada por una compañera ex- zinéfila Anoche soñé que había vuelto a Manderly de nuevo (manderly07.blogspot.com)  y me encuentro con una serie coreana que me sorprende para bien, superado el shock de las primeras escenas con un juego que me resulta infantil y a la vez violento.

"El juego del calamar" de Hwang Dong-hyuk nos conduce por una gran yinkana de juegos tradicionales y letales con la particularidad en el que tod@s los participantes tiene algo en común : vienen de situaciones económicas muy desfavorables, arruinados y en su mayoría endeudados.


El espectador queda atrapado en el espectáculo puede ser que manido pero siempre resultón de ver cómo la competitividad y la ley del más fuerte se abren paso entre los jugadores, a fin de conseguir el cotizado premio, que es una importante suma de dinero.



Las pruebas normalmente son simples juegos infantiles con la salvedad de que la gente muere conforme va siendo eliminada. La organización de los juegos, por otra parte, es tan secreta, anónima y criminal, que viene a darle a la serie de tan solo nueve episodios ese halo de misterio y de intriga que nos deja enganchad@s de manera irremisible a la pantalla.



Pero "El juego del calamar " esconde algo más que puro espectáculo y entretenimiento, es una demoledora y sádica crítica al sistema socioeconómico en el que estamos inmersos: el capitalismo, el individualismo, la competitividad, la ley darwinista de la supervivencia del más fuerte, el valor nulo atribuido a la vida humana, la ausencia de escrúpulos y el dinero como único dios en una sociedad perdida, materialista y mercantilizada.



Sólo se perciben destellos de humanidad aislados en algunos jugadores que se resisten a perder la piel de humanos en un claustrofóbico circo romano donde los ricos pagan por ver cómo las clases más pobres se destrozan entre sí y luchan contra los elementos impuestos  a fin de seguir con vida.

Este festival despiadado de sudor y sangre, lejos de decaer conforme avanza, va "in crecendo " y sostiene una tensión calculada que resulta adictiva. Este proyecto que  además de contar con Hwang Dong.hyuk como creador, tiene como protagonistas a  Lee Jung-jae, Park Hae- soo, Wi Ha-jun, Oh Young- soo y Jung Ho-yeon .

Si todavía no la habéis visto, dadle una oportunidad, porque no os arrepentiréis, y ya de paso, si os apetece debatir, pasad luego por aquí y compartimos impresiones a ver qué os pareció.

ATENCIÓN CONTIENE SPOILER:

Y ahora entro en debate sólo para quienes la hayan visto:

¿le habrías dado otro final?¿ te resulta coherente el giro de guion en el último tramo?


En mi opinión, me hubiera gustado que ya puestos, el anciano enfermo, fuera un personaje más manifiestamente maléfico y retorcido todavía, que hubiera disfrutado con el espectáculo  pero  al mismo tiempo que por alguna razón hubiera dejado con vida al protagonista sólo porque éste sin saberlo, hubiera detonado alguna tecla entrañable, pura y oculta de su infancia, puede que su último reducto de bondad.

Sea como fuera, "El juego del Calamar" es una serie adictiva, muy bien realizada y mejor interpretada, que merece la pena ver y disfrutar. Y sí, para quienes piensen que es imposible, una serie puede ser buena y al mismo tiempo, popular.

Buen fin de semana a tod@s

Troyana.


viernes, 8 de octubre de 2021

¿Qué pasaría sí...?

¿Qué pasaría si no hubiera continuaciones? Si de cada nueva idea no fueran a salir 20 películas o series contando lo que sucedió en la histoira, 10 versiones, 15 remakes y 20 alternativas...pues que quizá estaríamos hablando de que Hollywood y la industria del entretenimiento han vuelto a encontrar la "originalidad" perdida.


Y es que muchas veces, lo que queremos es buscar una película única, no enfretarnos de nuevo al hombre de la máscara que te persigue con una sierra mecánica, a la enésima adaptación de los amores de Elizabeth Bennet y Mr Darcy, a monstruos radiactivos que pululan por el Pacífico, o a un nuevo superhéroe que salía 5 minutos en la última película del género.

Siendo comprensivos, se entiende que como he dicho antes, estamos ante una "industria", y el fin de toda empresa es obtener el beneficio material a través de la emisión continuada de productos, elementos paralelos los unos a los otros, porque así aumenta sus ganancias.

Marvel había creado un universo en el mundo del papel y siempre quiso, de forma natural, llevar este mundo al cine y la televisión. Sus intentos antes del Spider-Man de Raimi en 2002 o los X-MEN del 2000, fueron torpes y de bajo presupuesto, más bien creados, por las productoras que habían comprado los derechos de los personajes. Con cierta gloria, en cambio, a partir del 2000, generaron el interés en los tebeos en la gran pantalla. de forma desigual. Un plan con muchos cabos sueltos hasta que Marvel se "independiza" y crea el MCU (esa tanda de películas hechas a través de Disney) y el éxito en el mundo de los tebeos crece exponencialmente y domina la pantalla.

En la televisión, los personajes se habían limitado a una serie de series infantiles de dibujos de los 70, como Spider-Man y sus amigos, hasta los años 90, donde se vuelve a producir Spider-Man y también La Patrulla X, con un estilo a medias entre los dibujos occidentales y los japoneses, logrando trasladar de forma bastante efectiva lo que se había narrado en viñetas. Luego llegaron más series de animación, pero no se recuerdan de la misma manera que éstas entre los nostálgicos.

Marvel expandió su universo en la pequeña pantalla con acuerdos con ABC o Netflix en la última década. De aquí saldrían series que son de lo mejor de la "Casa de las Ideas" como la grandísima Daredevil, o la muy entretenida Agente Carter. Consideradas no canónicas actualmente en el universo MCU (cosa curiosa, pues 2 personajes de Agente Carter salían en Avengers: Endgame, como cameos de alto nivel), la empresa, a través de Disney, nos hizo llegar tres nuevas series por su plataforma de pago: Wandavision, Falcon y el Soldado de Invieron y Loki. Estas series han sido tres apuestas desiguales, donde la clara ganadora, es la primera que se estrenó, y que ha provocado una nueva eclosión de series para el año que viene, en forma de segundas temporadas o spin-offs como el Agatha Harkness que se anunció esta semana. Minetras tanto, llegará Ojo de Halcón en unas semanas.

Desde luego, que los aficionados a los cómics, o aquellos que han disfrutado del evento cinematográfico que ha sido (y que parece que continuará siendo) el MCU, pueden sentirse a gusto, aunque una no puede dejar de pensar a veces, si esto no parece más que una "telenovela" a gran escala, donde el final no existe y que en algún momento, empezará a tener agujeros de guión (si es que no existen ya).

La última serie, cuyo último capítulo de la temporada llegó este miercóles, y que se ha unido a este conjunto de películas y series, es What if...?, en formato de animación, y sinceramente, aunque  desigual pero con un desarrollo muy positivo, en general, resultado más coherente que algunas de las "expansiones" que se han lanzado como carnaza al espectador en los últimos años.

Pero, ¿resulta fundamental una serie que juega exactamente con proponer, a modo de Dimensión Desconocida, historias paralelas que no son canónicas? Verdaderamente, puedo decir que para los más fanáticos sí, pero incluso puede gustar a los seguidores habituales que no se lo han visto todo, aunque que conocen a los personajes más populares. En verdad, no sé si incluso la serie ha actuado como una especie de "laboratorio de pruebas" para saber cómo seguir expandiendo el negocio, en función de la acogida de los espectadores, pero está bien hecha como hemos dicho, bien planteada, e incluso, los doblajes de los personajes están realizados, en muchos casos, por los actores originales. Además, no es la primera vez, que plantear un "universo alternativo" a la historia, como hacía Spider-Man into the Spiderverse, merece más la pena que seguir por la ruta habitual (cosa de la que Marvel ya ha tomado nota y veremos las consecuencias en Spider-Man: No Way Home o Dr Strange: Multiverse of Madness.

Y sólo me queda decir. ¿Tendrá esto un final alguna vez? No lo sé, pero dependerá de la paciencia del espectador, y para lograr no "quemarla", Marvel tendrá que mantener una estructura monstruosa de actores y talento detrás de las cámaras. Que no se me malinterprete, que me parece fantástico crear universos de talento, que siempre he sido fan de la Hammer o los monstruos de la Universal, aunque estos no se tomaron en serio, y quizá ahí, Marvel, DC, o cualquier productora de tebeos que quiera expandirse, debería tomar nota. Y eso sí, que la existencia de estos universos no "entierre" otro tipo de propuestas cinematógraficas, más originales y que cuenten historias cerradas.

Carmen R

viernes, 1 de octubre de 2021

69 Edición del Festival de Cine de San Sebastián

Este año el Festival de Cine de San Sebastián se ha acercado más a la normalidad. Mucha más gente que el año pasado, aunque seguíamos con aforo reducido, entradas numeradas y normas estrictas. Lo peor, que había que coger las entradas cada mañana a las siete. Hemos dormido poco este festival. Este año he tenido una becaria con acreditación en mi blog y hemos podido ver más pelis para comentaros. Yo empecé con Un segundo de Zhang Yimou (el director de maravillas como Sorgo rojo o La casa de las dagas voladoras). Disfrute mucho con esta película que es un homenaje al cine, con todo lo peculiar que puede ser mostrar cómo era el cine en los años 60 en China. Después fui a ver Jane by Charlotte, un documental que ha dirigido Charlotte Gainsboug sobre su madre, Jane Birkin. Yo de joven, además de querer ser Lauren Bacall, quería ser Jane Birkin. Viendo el documental creo que mejor no, no ha tenido una vida fácil. Es un estilo de documental bastante particular, basado más en la relación que en la biografía. Me gustó. Una de las películas que más me han gustado en esta edición ha sido Maixabel, de Iciar Bollain. La directora es experta en tratar temas difíciles con inteligencia y sensibilidad y también en esta ocasión lo consigue. Blanca Portillo y Luis Tosar están espléndidos y muestra uno de tantos aspectos de nuestra historia que quedan por abordar.
Para compensar, ahora una que me pareció un rollo, aunque se llevo el premio a la mejor dirección y a la mejor intérprete exaequo con Jessica Chastain. Hablo de As in heaven de Tea Lindeburg, un drama rural en la Suecia del siglo XIX que en mi opinión os podéis ahorrar tranquilamente. También os digo que a mí no me elegirán nunca como jurado y, si me eligieran, los otros miembros me expulsarían porque rara vez estoy de acuerdo con el palmarés. Le dieron el premio del jurado al mejor guion a Benediction de Terence Davies, un peñazo sobre la biografía de Siegfried Sassoon, un poeta inglés que sobrevivió a la Primera Guerra Mundial. No dudo de que el personaje sea interesante, pero la película me pareció aburridísima. Por el contrario, mucha gente se aburrió con Vous ne desirez que moi de Claire Simon, que está basada en la relación que mantuvo Yann Andreas con Marguerite Duras. Es cierto que como película resulta lenta y poco cinematográfica, pero la historia me interesó. También os diré que Duras ha caído varios puntos en mi estima. Arthur Rambo, de Laurent Cantet, un director muy de mi gusto, nos muestra cómo las redes sociales pueden encumbrar o hundir a una persona. Una reflexión interesante y poco maniquea sobre un joven de origen argelino de un suburbio de París que triunfa de forma espectacular con una novela. De pronto aparecen unos tweets escandalosos que escribió con un pseudónimo… Red Rocket no me gusto tanto como la anterior que vi de su director, Sean Baker, The Florida Project. En esta ocasión nos muestra a un actor porno venido a menos que vuelve a su ciudad natal. Una historia de perdedores en el Texas profundo. A mi becaria le gustó Josefina, la opera prima de Javier Marco que cuenta la relación entre un funcionario de prisiones y la madre de un preso.
Y a las dos nos encantó Mass, un drama dirigido por Fran Kranz. Dos parejas, que tienen en común una terrible desgracia que afectó a sus hijos, se reúnen para intentar sanar sus heridas. La historia es terrible y los actores espectaculares. En cambio, me dormí en el documental sobre Buñuel de Javier Espada. Tengo que reconocer que fui a verla a las 4:30, que es una hora en la que el cine debiera estar prohibido, pero me pareció que no tenía alma, que era como ver el No-Do. En un muelle de Normadía, de Emmanuel Carrère (no sabía que este hombre dirige, además de escribir) nos cuenta la historia de una famosa escritora que se hace pasar por limpiadora para poder conocer de primera mano la vida de estas mujeres. Juliette Binoche está estupenda, como siempre, y la parte que muestra las condiciones de vida de las trabajadoras está muy bien, pero la historia decae un poco. Ahora van tres opiniones de mi ayudante. La hija, de Martín Cuenca le pareció una historia que atrapa pero que resulta muy inverosímil. Si consideramos que una anterior película de este director era Caníbal, no es de extrañar. Distancia de rescate, de Claudia Llosa aborda el tema de la maternidad (tema recurrente en este festival) de una forma tan extraña que mi amiga no la entendió. Os aseguro que mi amiga es muy lista, si no la entendió es que algo no está bien explicado. Por fin El buen patrón, de Fernando León de Aranoa (un valor seguro). Yo me la perdí por culpa del autobús que me hizo llegar dos minutos tarde, pero espero que la estrene pronto porque según me dijo es una comedia que mantiene la crítica social que es característica de su obra y le gustó mucho. Enquête sur un scandal d’ etat de Thierry de Peretti es súper sin más. Una historia de investigación periodística sobre corrupción policial que no aporta gran cosa. Se puede ver, pero no es un peliculón.
La abuela, de Paco Plaza nos espantó a las dos. Claro que no sabíamos que íbamos a ver una peli de terror. Yo leí que cuidar de su abuela se convierte en una pesadilla para una joven y me imaginé visitas a los servicios sociales, búsqueda de cuidadoras y cosas así, no me imaginaba la abuela diabólica. Las actrices están muy bien, pero solo recomendable para amantes del género. Los ojos de Tammy Faye de Michael Showalte me decepcionó un poco, pero quizás es solo consecuencia de mis expectativas. Trata la historia de un matrimonio de telepredicadores que estafaron a sus seguidores. Jessica Chastain tiene una interpretación impresionante y, además, canta muy bien, pero esperaba que la historia fuera más interesante. También vi una serie completa, porque soy una jabata. La Fortuna, de Amenabar. Es una serie de aventuras sobre un tesoro rescatado del fondo del mar. Un buen producto comercial que mantiene el interés y está bien interpretado. Además, uno de los protas es Stanley Tucci, que me encanta. Y para terminar, Todo ha ido bien, de mi admirado François Ozon. Una buena historia sobre la eutanasia que no resulta sensiblera ni ñoña, que es un peligro que corren las películas que abordan este tema.
Y esto es todo, amigas. En conjunto creo que la 69 edición ha sido buena. Igual en la 70 ya vamos sin mascarilla…