Hoy, como en otros momentos, os traigo un tema que surgió en una conversación. La semana pasada hablé con dos grupos diferentes de amigos sobre las actuales plataformas que tenemos para tener cine y series en nuestros hogares; al igual que en un caso anterior cuando hice una lista de ventajas y defectos, salió la siguiente frase: "¿sabes que Prime Video/Filmin tiene muchas películas para viejos?"
Con esa frase, se puede denominar a cualquier film más allá de los más populares de los años 80, (aunque estos también están quedando antiguos para algunos). Nos referimos a cualquier película de más de 30 años, pero especialmente a aquellas que van desde los años 70 para abajo, muchas en blanco y negro, que mucha gente de menos de treinta años parece negarse a ver.
Independientemente de la orientación de la plataforma y sus “arriesgadas” decisiones para llenar el catálogo (estos días vemos un avance aplastante de los telefilmes de Navidad), hay una especie de consenso sorpresa en el caso de Prime y Filmin, que acumulan títulos de los años 30, 40, 50 o 60. Ambas plataformas pueden llegar a ser desechadas por algunos que creen que ver algo así es formar parte del público de las "pelis del oeste de 13 Televisión", que parece especialmente orientada para jubilados.
Este prejuicio, llevado incluso con un orgullo casi soberbio, hace que mucha gente desconozca joyas escondidas, y luego se sorprenda cuando de casualidad ven algunas en Días de Cine Clásico de La 2.
¿Es esto una manía a lo antiguo, a lo que está en blanco y negro, a ritmos diferentes a los films actuales? En los últimos años, la falta de ideas de Hollywood (principal exportador de cine, no lo neguemos), la sobrexplotación de géneros (superhéroes, videojuegos y juguetes, sagas adolescentes), las decisiones comerciales (estudios de mercado sospechosos) y la falta de valentía a la hora de hacer propuestas originales (muertas desde hace años o trasladadas a la televisión), nos han llevado a un vacío y una repetición constante de modelos. Si a eso le unimos, una generación (que se acerca ya a los 40 años), que fue alimentada con films de dibujos en su infancia, o películas especialmente orientadas su franaja de edad (fórmulas de Disney/Nickelodeon), en la que no se les mostraba riesgo y se les decía todo el timpo “esto es los que os debe gustar”, empiezo a entender que ver algo más allá, puede considerarse extraño, y hasta “snob”.
Sinceramente,esto me hace pensar en una serie de motivos pero la principal, es que nos falta “cultura” cinéfila.
El cine, considerado el séptimo arte, sufre un deterioro similar al de las demás artes en nuestra civilización posmoderna. La educación en esta rama es cada día más ligera y descuidada, obsesionados como estamos en un modelo didáctico demasiado especializado y centrado en la adquisición de habilidades concretas, con pleno desprecio por otras más genéricas, que permitan un pensamiento más diverso e imaginativo (justo lo que se dice que se quiere, pero se consigue lo contrario). Si la filosofía, la literatura, la música, o la pintura son cada vez más minimizadas (y otras ramas más científicas), es muy difícil que los niños y jóvenes tengan los conocimientos y ejemplos necesarios para poder atraverse a andar por sendas inexploradas.
Es aquí donde el papel de los padres/tutores es importante si queremos que tengan una cultura cinematográfica. Al igual que con la lectura, si los mayores de la casa no suelen leer (en este caso, ver películas de todo tipo), no hay ejemplo, y a no ser que sea uno de generación espontánea (como Marty McFly en Regreso al Futuro), es dudoso que vayan a atreverse a estos retos.
Así, que en un mundo con plataformas de cine, bibliotecas e incluso cadenas que rellenan sus programación con películas “antiguas”, estamos en un momento ideal para empezar a sorprendernos, a ver cosas desconocidas. Como toda obra, habrá cosas obsoletas, pero también se descubrirán elementos inmortales, atemporales e incluso más modernos de lo que creeríamos para un film tan “viejo”. Y lo mejor, es que se empezará a conocer un tipo de films cuyo lenguaje es más sutil de lo que pensamos, y a medida que se vean más, esto "delicadeza" será mayor.
Démosle oportunidad al momento. Veamos películas antiguas (muchas recomendadas en este blog). Si no gusta, siempre podemos pulsar el botón de STOP. Y si tenemos niños o jóvenes con nosotros, sentémonos alejados de móviles y tabletas a ver una película a la antigua usanza. Es el momento de ver algo nuevo, aunque haya que viajar al pasado.
Y con esto me despido, ¡que tengáis una Feliz Navidad y un mejor 2021! Que todo lo bueno llega.
Carmen R.
Nota: los vídeos son de películas clásicas que en mi casa se vieron siempre. Gracias, papá y mamá.