Ya he dicho más de una vez entre mis amistades, que los últimos diez años nos están regalando un periodo de aburrimiento terrible en lo que se refiere a la originalidad del cine más comercial, y todo lo que es la clásica industria del entretenimiento que se extiende a través de la televisión. Vemos una y otra vez remakes, adaptaciones de lo mismo, precuelas continuaciones (¡esos Fast & Furious que llevan 22 años en marcha y no se quedan sin gasolina!), y en un ejemplo de apogeo máximo, el género de "superhéroes" ya sea en la pequeña o gran pantalla, que está quemado especialmente desde los últimos tres años.
Nota "pureta": poned más gente en el cartel, que va a parecer un video de No me pises que llevo chanclas |
Pero hoy no quiero hablar de esto, y aunque me voy a centrar en Disney, una de las grandes industrias que vive de esto, especialmente gracias a sus universo de Marvel (que incluso se podría extender al de Star Wars), mi punto de mira se centra en los llamados "live action" que pueblan su catálogo de "streaming" y que nos venden en sus últimos estrenos cinematográficos (siendo el último La Sirenita, que se estrena hoy en España).
Disney, que hace unos años parecía Sauron y había conseguido acaparar bajo su poder a Lucasfilm o Marvel (Pixar siempre fue algo suya), parecía prosperar con estas nuevas divisiones de productos, pero hacía tiempo que no resaltaba tanto con sus clásicos animados. De hecho, la por entonces independiente Pixar (creativamente hablando), siempre iba por delante, excepto cuando apareció la omnipresente Frozen (aunque Enredados ya apuntaba alto). No sé sabía muy bien el motivo, pero la animación más "moderna", y también el ataque Dreamworks, entre otros, parecía impactar a esos clásicos de "ayer y hoy" y no recibían tan buena taquilla (aunque su calidad fuera más que correcta con casos como "Hermano Oso", por ejemplo).
Hermano Oso, una joyita incomprendida por algunos en su día |
Supongo que fue entonces cuando alguien pensó que las películas familiares de "carne y hueso" de Disney seguían teniendo éxito, y había que volver a los clásicos de otra manera, y esa forma era el "live action", o volver a hacer una película animada pero con escenarios, personas y animales reales. Quizá se pensó en el éxito que fue 101 Dálmatas con Glen Close en los 90, y se le dieron las "llaves del reino" en 2010 a la Alicia en el País de las Maravillas y a Tim Burton, con una película que resultó decepcionante, tanto como adaptación, como versión del clásico de Disney e incluso como producto "burtoniano", aunque curiosamente tendría una continuación dirigida por James Bobin. Pese a esto, la taquilla funcionó y en 2014 Angelina Jolie recoge el testigo con Maléfica. Esta vez, no sólo era volver a contar el cuento o la película, también habiá que darle un nuevo aire. Y Maléfica lo consiguió, con la posmoderna costumbre de "justificar" al villano a través de una historia trágica e injusta (algo que ya resulta hasta "cansino" más que sorprendente).
La "Maléfica" Angelina en todo su esplendor. |
Durante un periodo de nueve años, Disney nos ha traído más de 15 películas de una calidad ciertamente dudosa, pese a los grandes nombres en la dirección o en su elenco. Films que han tenido la suerte de llegar a la gran pantalla o, suponemos que por los resultados de los tests con público, han ido directamente al streaming de la compañía del ratón Mickey. Curiosamente, se han visto envueltas en la polémica, debido a la gran base de fans del film animado original, o del cuento en el que se basan, y de unas elecciones de cambio de historia verdaderamente controvertidas, especialmente los últimos años, debido a las políticas internas de Hollywood y de esta compañía en particular (por ejemplo, la aparición de "niñas perdidas" en Peter y Wendy (porque no podía ser Peter Pan solamente),para que hubiera diversidad, creando el problema de que las "niñas" resultan tan tontas como los "niños" y por tanto, también se caían de sus cunas).
Ahora se me viene a la cabeza, otra adaptación de "Peter Pan", la de 2003 de P.J. Hogan. Éste es un ejemplo de "live action" hecho con cariño y destreza, que convive a la perfección con la obra literaria e incluso con la adaptación de Disney. Es un film que funciona, cosa que parece que no ocurre con estos "live action", que o bien resultan irrelevantes, o de una controversia machacona, forzada y extenuante.
Isaacs y Sumpter en la maravillosa versión de 2003 del clásico de Barrie |
Si los cambios creados para generar originalidad en sus propuestas no son aceptados por el público (que obviamente, debe tener espíritu crítico), y no se nos aporta nada nuevo que sea realmente reseñable en la historia, ¿para que nos sirven estos "live action"? ¿para qué querer poner las historias en "carne y hueso cuando al final están llenos de CGI, pantallas de Chroma y ordenador? ¿No sería mejor gastar esos presupuestos en nuevas ideas que generen "nuevos clásicos"? ¿en adaptaciones de cuentos que nunca se han realizado?
Realmente, no me salen las cuentas, pero si una película animada tiene una gran base de seguidores que la adoran porque representa su infancia, más que originalidad de forma forzada, hay que aportar un homenaje cariñoso y respetuoso al original. Así será como ganarás a ese público que sabes que la va a ver siempre (no sólo porque sea el nuevo estreno de Disney, aunque hay gente para todo). Si haces otra cosa, será como volver a un restaurante al que te llevaban de pequeña y que te sirvan tu plato favorito de forma que no reconoces, y peor aún, que te resulta imposible de digerir. La decepción será mayúsucula y cambiar la sensación será realmente muy difícil, por mucho que nos quieran obligar a comer una y otra vez. Y ese hartazgo es el que me produce ver nuevas versiones de Disney, que lo único que demuestran es que "las ideas están muertas".
Carmen R
(*): "película en vivo" o las "ideas muertas".