viernes, 27 de abril de 2012

Il sorpasso (La escapada, 1962)


Esta es una fabulosa road-movie de culto italiana rodada en 1962. Dos individuos que comparten compañía y automóvil, por juegos del destino, un par de emocionantes días en el caluroso ferragosto (Festividad italiana laica entorno al 15 de agosto)  de la Italia central. Los años 60 dejan los años de penuria y guerra detrás. El ciudadano medio puede llegar a poseer automóviles e incluso veranear. Dos elementos que tienen mucho que ver en esta atractiva historia que paso a detallar:

Bruno y Roberto en ruta

Un animado swing suena mientras por una vacía Roma un automóvil deportivo, un Lancia Aurelia Soprt, practica el slalom por sus calles y plazas. Al volante, un atlético maduro (Vittorio Gassman) busca, con desesperación, un teléfono. En un barrio de las afueras se detiene para refrescarse en un grifo cuando sorprende a un joven veinteañero (Jean Louis Trintignant) con cara de apocado mirando por la ventana. El conductor pide al vecino que llame a un número telefónico para avisar de que llegará tarde. El chico, no sabiendo qué hacer, le invita a casa a que telefonee él mismo. Así se conocen Bruno Cortona (Gassman) y Roberto Mariani (Trintignant). Bruno busca desesperadamente un cigarrillo pero Roberto no fuma. De pronto, Roberto mira con atención por la ventana la casa de enfrente. Parece que alguien abre las persianas, pero es la portera. En esa casa vive Valeria, una chica de la que Roberto está enamorado, pero a la que no se atreve ni a hablar. Cambian unas pocas frases y Bruno, en agradecimiento, le invita a tomar un aperitivo, aunque Roberto, tímido, se muestra reacio y aduce que debe estudiar, pues cursa derecho. A Bruno le es fácil convencer al apocado chaval de que por un día y en ferragosto (festivo) no va a pasar nada por salir a dar una vuelta en el Aurelia Sport.
 Roberto etaba en su casa estudiando

Roberto se siente apabullado por la arrolladora personalidad del locuaz Bruno y asustado por la conducción temeraria de la que hace gala. Bruno es todo un personaje, se dedica a atronar con su bocina y a gritar lo que se le ocurre a la gente con la que se cruzan. Roberto mira espantado la aguja del velocímetro, y Bruno, que en todo el film resulta ser un gran observador, le dice que no se empeñe, que está trucado para marcar menos. Bruno inicia una conversación despreocupada a la que Roberto contribuye con poco más que monosílabos. Bruno declama a García Lorca “Y yo que me la llevé al río, creyendo que era mozuela, y sin embargo, tenía marido”, y salta de la poesía a la música, porque la poesía no le gusta, poniendo la música de “Vecchio frac” de Domenico Modugno y de ahí salta a “El eclipse” de Antonioni, mientras adelanta a un coche cuyos ocupantes  hacen gestos de desaprobación. Bruno pide a Roberto que agarre el volante, mientras el primero dedica al vehículo adelantado un gesto de cuernos antológico.

Las cosas claras....

En esto que un auto alemán con dos rubias les adelantan y ellos van tras las alemanas con el fin de intimar, pero les para un coche de curas polacos que les piden en latín un gato para cambiar una rueda pinchada. Roberto traduce a bruno, y este, pensando en las alemanas suelta:

-¿Cómo se dice no tenemos?
- Non habemus.
-Non habemus “gatus, desolatus”.

Deciden pasar de las alemanas e ir al aperitivo, pero casi todo está cerrado. Aquí hay una de las pocas intervenciones magistrales del pobre Roberto:

-Parece que estemos en Inglaterra.
- ¿Por la campiña?
- No, porque vamos por la izquierda.

Después de un par de cosillas que nos enseñan la jeta que le echa a la vida el dueño del auto, deciden repostar. Bruno, además desea hacerse con cigarrillos desde el inicio de la peli, pero la máquina está rota. Bruno, además, no se corta a la hora de pedir a Roberto 5000 liras para pagar la gasolina y el aperitivo. Roberto se pregunta escamado si el caradura del conductor es un artista del sable. Roberto va a los servicios y se queda encerrado, pero tiene vergüenza de pedir ayuda, a pesar de que hay una cola enorme esperando que salga. Bruno consigue sacarlo del apuro. Hay algún otro episodio mientras se acercan a comer a la costa, y es que esta peli tiene muchos momentos simpáticos.

¡Abre la boca y fíate de Bruno!

Llegan a comer una sopa de pescado en un restaurante en el puerto. Bruno, zalamero y simpático, zascandilea por la cocina del restaurante ganándose a la dueña y mientras comen, Bruno, mujeriego, planea acostarse con la camarera, para ello pide una habitación, cosa que no vemos, porque la cámara se queda con un solitario Roberto en un desierto restaurante que decide largarse, dejando recado para su ocasional amigo y guarda cola –es un decir- en medio de un barullo terrible para el autobús de Roma, en eso que pasan unos guardias con un detenido y una joven se acerca desesperada para denunciar el robo de una maleta.

Roberto, solo, pensando en largarse

Roberto, buen chico, se apresta a colaborar explicando lo que ha visto, cuando entra Bruno, lo desdice y se lo lleva a toda velocidad.  Roberto se excusa diciendo que no quería ser una carga, aunque se calla el que no las tiene todas consigo con la actitud del atlético conductor, Bruno le contesta que se ha sentido abandonado. Es algo histriónico y voluble como una veleta al viento. Roberto, entonces, le cuenta que cerca viven sus tíos, en el campo, y deciden acercarse allá. Roberto desgrana sus recuerdos infantiles de verano al lado de su tío Michele, su tía Enrica, que se comía al tío Michele con los ojos, su primo Alfredino y su tía Lidia, de la que estaba enamorado. Al llegar Bruno sentencia: “Yo firmaría por vivir en el campo”. En esto que aparece un criado visiblemente afeminado al que Roberto saluda y presenta como Occhiofino, cuando este se va, Roberto, recordando la niñez, afirma:

- La de veces que me ha tenido ese hombre en los brazos de niño
- No me extraña, no hay mejor ama de cría.
- ¿Por qué dices eso?
- ¿Por qué lo llamas Occhiofino?
- Es su apodo
- Occhiofino, “finocchio” si es que no te enteras…  (maricón en italiano),

Aparecen el tío Michele y la tía Enrica, Bruno enseguida se hace el alma de la fiesta. Llega el primo Alfredino, casado y notario en Rietti, dando un plomo de discursito un pelín facha.  Roberto sabe que él tendrá que ser como Alfredino cuando acabe la carrera. Mientras, alejado de la soporífera charla del primo, Bruno está maquillando y soltando el recatado peinado de la tía Lidia. Cuando vuelve al grupo, Bruno, gran observador, nota que Alfredino es clavado, hasta en los gestos, al capataz de la finca, así se lo demuestra a Roberto al oído mientras Alfredino sigue dando la paliza.  Bruno dice: “Tu tía se comería con los ojos al tío Michele, pero se acostaba con el capataz”. Acaba arrancando a Roberto de la casa para regresar a Roma y, después de despedirse de la familia, Bruno proclama: “Ni loco me quedo a vivir en el campo”, justo lo contrario que manifestó al llegar. Así es Bruno, cambiante como el aire.

¿Te has fijado en Alfredino?

Cae la noche y bruno sigue arrastrando al pobre Roberto, que se muestra melancólico y afirma que se dice que la infancia suele aparecer como la época más feliz de la vida porque se recuerda distorsionada. Bruno, en este momento se muestra amigo y le contesta que la mejor edad es la que se tiene en ese momento, que sea valiente y que se atreva a hablar con Valeria, la vecinita que tanto le gusta. Acto seguido tiene un pique con un 600, hacen una carrera tan peligrosa por adelantarse, que el 600 está a punto de estamparse contra una pared.

Conductor temerario

Llegan al Cormorán, un local de música y copas. A la puerta está el comendador, un hombre serio y mayor, de bigote, con su esposa, con el que Bruno tiene algún negocio sin acabar. Es un compromiso que Bruno tiene que afrontar y se excusa con Roberto. Prácticamente lo deja tirado. Roberto se acerca a la estación, pero no tiene tren a Roma  hasta las 5 de la mañana, se muestra fastidiado y algo enfadado con Bruno. En la estación hay una chica que él confunde con Valeria, pero no es ella, sin embargo se hacen compañía un buen rato. Roberto ha comenzado a cambiar, hasta utiliza alguna pequeña estratagema de Bruno para hacerse simpático, pero vienen a buscar a la chica y Roberto vuelve a la soledad, con lo que decide llegarse al Cormorán. Allá Bruno baila con la mujer del comendador mientras este se dedica a contar un chiste tras otro en la mesa. Bruno y la esposa del otro bailan pegadísimos, lo cual es un descaro, admitido por los dos, hasta el punto de que ella exclama de manera sugerente algo que nota, mientras Bruno suelta un “modestamente…”  En esto que aparecen los ocupantes del 600 de la tarde anterior y se monta una pequeña bronca. El comendador, su señora y quienes los acompañaban, abandonan el local dejando libre a Bruno de compromisos y a Roberto, que ha acudido a la trifulca en ayuda de su amigo.

 Momento antológico

Los dos acaban borrachos y, sorprendentemente, es Roberto quien maltrata los pedales del auto. Bruno le está enseñando a conducir. Acaban en casa de la mujer de Bruno que los recibe curada de espanto y con grandes dosis de excepticismo. Por lo que hablan, nos enteramos de que Bruno conoció a Gianna, así se llama ella, recién acabada la guerra, siendo los dos muy jóvenes y él, llevando un uniforme de oficial del ejército que no era suyo. Tuvieron que casarse por quedar ella embarazada. Ella aguantó lo que pudo a un hombre tan individualista y aventurero y un buen día lo plantó. La hija de ambos, Lilly, llega poco tiempo después acompañado de un maduro hombre de negocios del norte de Italia que atiende por Bibí. A Bruno le da un repentino ataque de responsabilidad que es cortado por la mirada irreprochable de su esposa, de la que está separado. Lilly, la hija, es muy joven, pero tiene claro que no quiere un joven alocado a su lado, como debió ser su padre. Quiere un hombre protector, algo que no ha tenido nunca en casa. Ellas se van a dormir y Bruno y Roberto se quedan hablando. Él le explica que aún siguen casados porque él cree en los lazos. Que ella una vez le dio 600.000 liras para pedir la nulidad, pero que a él le disgustaba deshacer el lazo…Y se quedó con la pasta.

Escena familiar

Bruno, con la excusa de hablar de la hija, se mete en el cuarto de su esposa, pero lo que pretende es acostarse con ella, lo cual ella impide de una manera tajante e impecable. Bruno, entonces, decide largarse de la casa y despierta a Roberto para que lo acompañe. Acaban durmiendo en un par de hamacas en la playa.

¿Qué clase de padre soy?

En la misma playa despierta Roberto en medio del bullicio de los bañistas. No hay ni rastro de Bruno. Roberto pasea por la playa cuando se topa con Gianna, la mujer de Bruno, que le indica donde está su amigo, haciendo el pino mientras una morena le saca una foto. Bruno corre tras ella para descubrir que es su hija Lilly con peluca. Pasan la mañana en la playa. Roberto embarca en el yate de Bibí,  el serio pretendiente de Lilly, y Bruno aparece por estribor saludando mientras hace esquí acuático. Bibí quiere de verdad a Lilly y habla en serio con Bruno sobre lo formal de sus pretensiones. Poco después Bruno y Bibí apuestan una cantidad que se juegan al ping-pong y Bruno gana, así devuelve a Roberto lo que éste le había prestado.
 Roberto se atreve a llamar a Valeria

Roberto se decide a llamar a Valeria, que veranea en una localidad cercana. Bruno lo felicita por su actitud y se deciden a ir a comer a aquél lugar. Montan de nuevo en el Lancia Aurelia sport y recorren la carretera serpenteante que bordea la costa. Adelantan como locos y se muestran exultantes. Hasta Roberto se muestra feliz, y así se lo comunica a Bruno. Afirma que son los días más felices que ha pasado nunca. Es un Roberto nuevo, alegre y más seguro, que descubre los alicientes de la vida. Se cruzan con un motocarro en cuya parte de atrás va un niño. Roberto se despide: “¡Adiós! ¡Adiós!” 

Pique automovilístico

Intentan adelantar a un auto con el que se pican. En pleno adelantamiento, un camión viene de frente, Bruno pierde el control del auto que choca contra un pretil de seguridad y sale despedido del auto. Roberto no tiene tanta suerte, cae con el coche al acantilado, y lo más probable es que no haya sobrevivido después de los numerosos golpes sufridos en la precipitación. Bruno se asoma malherido al acantilado y un guardia recién llegado le pregunta:

 -¿Familiar?
- Se llamaba Roberto, no conozco su apellido. Nos conocimos ayer.



El film acaba así, de súbito, con la imagen del amasijo de hierro golpeado por las olas del mar que chocan contra la roca.

Es una película que atrapa desde el primer momento por el magnetismo del atlético caradura en el que se ve envuelto un apocado jovenzuelo. La película, ganadora de varios premios, se tituló en los EEUU “Easy life”, y fue punto de inspiración para que siete años después Dennis Hopper rodara “Easy Rider”. La segunda cosa que Hopper tomó prestada de la cinta de Risi fue el colorear la historia con música del momento, al igual que en la italiana. La escapada es una película que crece y crece y contagia alegría, sobre todo por la música sesentera y veraniega de Edoardo Vianello o Gino Paoli,  hasta que acaba con un mazazo brutal.


Escena cultural y...taurina:



Escena del baile "arrimao", para Gassman, su "Hamlet":


Ficha técnica:


Il sorpasso (La escapada, España; Easy life, EEUU)

País: Italia

Año 1962

Duración: 105 min.

Dirección: Dino Risi

Guión: Dino Risi, Ettore Scola, Ruggero Maccari

Música: Riz Ortolani

Fotografía: Aldo Contini

Reparto:

Vittorio Gassman (Bruno Cortona)
Jean Louis Trintignant (Roberto Mariani)
Catherine Spaak: Lily Cortona (la hija)
Luciana Angiolillo: Gianna Cortona (La esposa)
Claudio Gora:(Bibí)


Espero que no os haya aburrido la historia.

Juli Gan

viernes, 20 de abril de 2012

El guateque

La triste realidad es que estamos viviendo una crisis. Las vacaciones son más cortas, el fondo de armario es el mismo que el del año pasado, las cenas fuera de casa son menos frecuentes y las fiestas nocturnas casi inexistentes. Ahora, invitamos a los amigos a casa a cenar y a tomar unas copas después de cenar en el mismo salón de casa. Esto es algo inofensivo… ¿o no?



Título en español El guateque
Título original The Party

Año 1968

Director Blake Edwards

Guión Blake Edwards, Tom Waldman, Frank Waldman

Música Henry Mancini

Fotografía Lucien Ballard

Productora Warner Bros. Pictures

Duración 99 minutos

Reparto 
Peter Sellers, Claudine Longet, Marge Champion, J. Edward McKinley, Fay McKenzie


Sinopsis

Hrundi V. Bakshi es un patoso actor de origen hindú que se encuentra rodando una película en el desierto. Por sus continuas meteduras de pata, es despedido del rodaje. Inesperadamente, recibe una invitación para asistir a una sofisticada fiesta organizada por el productor de su última película. Gracias a Hrundi, en la fiesta se producirán las situaciones más disparatadas.




Se trata de una comedia principalmente visual. Presenta algunos diálogos divertidos pero básicamente, sus puntos fuertes están en las secuencias donde en ausencia de diálogos nos presentan unas situaciones que, aunque a priori inofensivas, se ven transformadas como si de una bola de nieve se tratase, en situaciones cómicas absurdas, todas ellas protagonizadas y producidas de la manera más inocente e insospechada por nuestro bobalicón protagonista.

 

El inocente, cándido y tontorrón personaje principal está interpretado por el actor británico Peter Sellers. Se trata de un personaje de origen hindú, por lo que vemos a Sellers con un tomo de piel moreno y los ojos pintados, pero lo que más destaca es su acento a la hora de hablar. De fama mundial en este momento, gracias a su interpretación del torpe Inspector Clouseau de La pantera rosa (1963) de Blake Edwards y todas su secuelas, Peter Sellers se alejó de la comedia en otras películas como Lolita (1962), ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964) ó Bienvenido Mr. Chance (1974), pero aunque estas películas le consagraron como buen actor, el público siempre lo recordaremos en la comedia disparatada.


En cuanto a su vida personal Peter Sellers, perteneciente durante toda su vida a la masonería (asociación secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua cuyo objetivo es la búsqueda de la verdad a través de la razón y el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social) se dice que era una persona inestable, obsesiva, que consumía drogas, enigmática, celosa y que huía de la vida pública. Él mismo confesaría que no tenía una personalidad propia fuera de sus personajes y que no era fácil convivir con él.


Esta difícil personalidad hizo que el lo profesional tuviera problemas con actores y directores. En el rodaje de El guateque tuvo sus roces con el director de la película Blake Edwards, con el que ya había trabajado anteriormente y con el que estaría sin hablarse durante los siguientes siete años hasta el rodaje de El regreso de la Pantera Rosa (1975).

Con sus más y sus menos, tanto Peter Sellers como Blake Edwards lograron realizar una comedia visual que nos engancha, nos divierte y nos asombra en cada secuencia.

Desde el primer momento sentimos simpatía por el causante de tantos momentos disparatados que parece imposible que puedan ocurrir. De lo más inocente y tonto, surge con lío tremendo en el que el resto de los personajes van cayendo sin remedio y haciendo así que la situación sea más disparatada si es que eso es posible.


Personalmente, una de la secuencias -por supuesto cien por cien visual-, que más me divierte en el momento en el que Hrundi V. Bakshi (Sellers) llega a la fiesta y entra en la casa. Una camarera abre la puerta y le invita a entrar. Lo mira de arriba abajo y se fija en que uno de sus zapatos blancos está manchado de barro. La camarera lo invita a entrar y se retira. Entonces es cuando nos muestran que dentro de la casa hay un pequeño estanque que hay que cruzar a través de un pequeño puente. Al ver el agua, Hrundi, decide, disimuladamente, meter el pie en el agua para limpiar el barro con tan mala suerte que el zapato se le descalza y se va flotando sólo debido a un corriente de agua. Hrundi se queda descalzo y es a partir de entonces cuando empieza la ‘caza del zapato perdido’ a través de los diferentes estanques de agua comunicados que se distribuyen por el salón de la casa…  


Este zapato pasará de estar flotando en el agua a estar volando y a aterrizar en la bandeja de los aperitivos… ¿qué cómo es esto posible? Pues sinceramente no lo sé, pero en este guateque todo es posible.

Otro de los personajes clave para la comedia es uno de los camareros, que a pesar de ser un personaje secundario, y en principio sin importancia, es el causante de muchos gags muy divertidos y que no estaría bien que revelase. Y es que con un camarero borracho puede pasar de todo…


Ya he mencionado anteriormente al director de la película, Blake Edwards, que también firma el guión de El guateque. Director de grandes comedias como La Pantera Rosa (1963), Desayuno con diamantes (1961), 10, la mujer perfecta (1979) ó ¿Victor o Victoria? (1982), etc…

Y siempre asociado a las películas de Blake Edwards nos encontramos con el gran compositor Henri Mancini que junto con Don Black, compuso las dos canciones que se escuchan en la película Nothing to Lose y The Party El resto de la banda sonora está formada por la música que ameniza el guateque que estamos viendo.


Continuamente presente en todo momento tenemos el agua, que al formar parte del decorado de la casa, también está implicada en muchas de las situaciones disparatadas de la película. Bueno, el agua y también el elefante, los bailarines rusos, el pollo volador, el camarero borracho…

Una comedia disparatada que hace que la próxima vez que invitemos a unos cuantos amigos a una fiesta en casa, nos pensemos muy mucho a quién invitar porque ¿quién no tiene un amigo de esos que la acaban liando?



viernes, 13 de abril de 2012

Las mujeres de Billy Wilder

El 27 de marzo hizo 10 años que nos dejó Dios, según Fernando Trueba, el gran Billy Wilder.
Me gustaría dedicarle una entrada pero no especialmente a él que evidentemente se lo merece , aunque aquí ya hemos hablado de él , además algunas de nosotras somos fervientes seguidoras de su cine... si no a sus chicas, a esos monstruos cinematográficos que una vez o dos se pusieron en sus manos para interpretar a papeles que han pasado a la historia del cine, y si me dejáis, al arte en general! Hablo de Phyllis, de Norma, de Sabrina, de La chica, de Christine, de Sugar, de Fran (y me dejaré a Irma), de Polly, de Pamela, de Fedora y de Ninotcka.
No están todas pero quizás he escogido a las más significativas, sobretodo para mi,


PHYLLIS RICHARDSON (Barbara Stanwyck)
PERDICION – 1944
Phyllis es la esposa de un posible cliente, quien pretende deshacerse de su marido y para ello utiliza a Walter, un agente de seguros (Fred McMurray el pardillo en cuestión) , el cual cegado por ella , interviene en el asesinato. A través de un estupendo flashback, el mejor amigo y jefe del chico (Edward G Robinson) descubrirá lo que pasa.
Se puede ser más malaaaaa.... que arrastrar a un pobre hombre a cometer el más terrorífico asesinato planeado que existe??? Si, Phyllis lo hace y de la forma más fría que hay. Stanwyck con este papel reconoció que fue uno de los mejores de su carrera, y no me extraña porque está fabulosa.... hasta da miedo y todo. Basada en un personaje real Ruth Snyder que fue ejecutada en la silla eléctrica en 1920, casi nada! Puro cine negro!


NORMA DESMOND (Gloria Swanson)
SUNSET BOULEVARD – 1950
Yo soy grande....es el cine que se ha echo pequeño.”
Y que razón tenia Norma cuando bajando por esas escaleras aparecía como la más grandes de las diosas cinematográficas. El personaje de Desmond es un lujazo, una delicatessen maravillosamente interpretada por una actriz del cine mudo que aquí es un reflejo de su propia realidad: Gloria Swanson.
Cuando Joe Guillis (William Holden) aparece en la vida de Desmond despierta en ella a ese monstruo dormido que renace para volver a creerse la estrella que en el pasado fue! Y nadie se atreve a contradecirla.
Otro genial flashback de Wilder... la famosa escena de la piscina. Impresionante! Y no olvidar esa inolvidable partida de cartas con otros tres monstruos del cine mudo (Anna Q. Nilsson, H.B. Warner y el maravilloso Buster Keaton)
¿Quien no ha visto todavía esta película????


SABRINA (Audrey Hepburn)
SABRINA- 1954
Probablemente uno de los personajes más tiernos del sr. Wilder junto con Irma y Fran. Y nadie mejor que Hepburn para protagonizar a esta joven hija de un chófer en una casa de ricos en el que dos hijos , muy diferentes ambos, tienen la total atención de Sabrina, sobre todo del más joven. Nada que ver con la versión de 1995 (aunque reconozco que Ormond daba el pego). Aquí Hepburn despliega belleza, glamour, encanto y todo lo que tenia en una obra muy menor de Wilder, pero que se deja ver sobre todo por ella, muy creíble en la segunda parte después de llegar de París, no tanto en la primera donde quiere parecer jovencilla y feucha.... para nada.... of course!


LA CHICA (Marilyn Monroe)
LA TENTACIÓN VIVE ARRIBA – 1955

Que decir de esa escena del aire del metro subiéndole las faldas a Marilyn, todo un clásico! Dejarme escribir algunas de las no menos clásicas frases de Mr. Wilder sobre Monroe:

Sobre la impuntualidad de Marilyn debo decir que tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató cada mañana a las seis y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés. Pero, ¿quién querría verla?... Además, mientras esperamos a Marilyn Monroe todo el equipo, no perdemos totalmente el tiempo... Yo, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de leer Guerra y Paz y Los miserables

El problema de Marilyn es que se enamoraba con mucha rapidez. No era la clase de mujer que se supone que debe ser un símbolo sexual, y eso la mató... Marilyn era una mezcla de pena, amor, soledad y confusión

Existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la II Guerra Mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos: era el infierno, pero valía la pena

Me han preguntado si volveré a trabajar con M. M. (Marilyn Monroe), y tengo una respuesta clara. Lo he discutido con mi médico, mi psiquiatra y mi contable, y todos me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante.”

"Marilyn era un absoluto genio como actriz cómica, con un sentido extraordinario para los diálogos cómicos. Tenía ese don. Nunca después he vuelto a encontrar una actriz así".

"Marilyn no necesita lecciones de interpretación; lo que necesita es ir al colegio Omega, en Suiza, donde dan cursos de puntualidad superior".

Ya veis la tenia en mucha estima. No tengo más palabras.


CHRISTINE HELM VOLE (Marlene Dietrich)
TESTIGO DE CARGO- 1957
Aunque perfectamente podríamos hablar de Miss Plimsoll, esa maravillosa y olvidada Elsa Lanchester que resiste estoicamente a todas las fechorías del sr. Laughton (su marido en la vida real), dedico la entrada a Marlene Dietrich, (con la que ya había trabajado en Berlín Occidente) simplemente por que es ella. Y su transformación , he de confesar, que ha sido una de las que más me han impactado en la vida, y no exagero, cuando descubrí que era esa zíngara, con esa marca en la cara, aún se me ponen los pelos de punta!.
Dietrich adoraba a Wilder y fue ella quién al querer llevar a la pantalla esta obra de Agatha Christie propuso a este director. Una de sus muchas y grandes interpretaciones.


SUGAR KANE (Marilyn Monroe)
CON FALDAS Y A LO LOCO- 1959
Nadie es perfecto” decía Oswood Fielding III al final de la película.... pero ella si, ella lo
era!!! aunque permitirme hablar de esas otras dos “chicas” que también salen en la película... Josephine y Daphne. Con quien os quedáis?? Yo sin duda alguna con Daphne, después de tantos años y de engancharme una vez tras otra cuando la hacen por la tele, me sigue enamorando su papel. No hay dos actores en la historia del cine que hayan interpretado a dos “mujeres” con tanta naturalidad y sensibilidad como Curtis y Lemmon (actor fetiche de Wilder, eso si que fue una gran pareja de hecho!).
Pero , no me olvido de esa maravillosa Sugar, tocando el ukelele y dejando absolutamente anodad@s en la vía del tren a Daphne y Jo …. y al resto del mundo.


FRAN KUBELIK (Shirley MacLaine)
EL APARTAMENTO -1960
Wilder tiene muchas obras maestras, imposible decir cual de ellas es la mejor... yo me quedo con El apartamento, sin dudarlo. Fran es uno de los personajes más tiernos y amargos a la vez de la historia del cine (sin olvidarme de Irma , por supuesto). La candidez de Fran-Shirley pero a la vez esa ternura y esa amargura reflejada siempre en su rostro hacen de su personaje uno de los más bonitos que se han escrito nunca y además esos diálogos durante toda la película la hacen absolutamente redonda. No sé con que escena me quedaría porque evidentemente una siempre mejora la anterior, pero quizás el final, ese final en que C.C.Baxter (estupendo Lemmon again!) le dice que la quiere y ella simplemente le pasa el juego de cartas.... por dios que maravilla!


POLLY (Kim Novak)
BESAME, TONTO – 1964
Una película , quizás no tan conocida de Wilder o sin tanto éxito que tuvo muchos problemas en su estreno porque era de “alto contenido erótico”... es una comedia agridulce en que Novak en el papel de la prostituta Polly estaba divertidísima. Wilder solo tuvo palabras de elogio por su interpretación.


PAMELA PIGGOTT (Juliet Mills)
AVANTI- 1972
Actriz inglesa hija del gran John Mills, y hermana de Hayley, empezó como actriz infantil junto a actores muy famosos como Rex Harrison, David Niven, o Marlon Brando, de hecho sus padrinos fueron la gran Vivien Leigh y Noel Coward. En esta cinta de Wilder comparte protagonismo con Lemmon al que conoce en Italia cuando debe ir a recoger el cuerpo de su madre y allí se entera de que tenia un lío con el padre de Lemmon.
Es quizás por la película que más se la conoce.


FEDORA (Marthe Keller)
FEDORA-1978
Cuando se estrenó Más allá de la vida de Clint Eastwood, no podía sacarme de la cabeza esa actriz que hacia de psiquiatra... la recordaba y no sabia quien era, cuando reconocí a Marthe Keller se me puso la piel de gallina.... era Fedora, otro de mis traumas infantiles, similar a Marlene en Testigo de cargo, me impactó el personaje de una actriz que quiere ser eternamente joven y queda desfigurada después de una operación quirúrgica y entonces quiere que su hija la reemplace. De hecho Wilder pensó en Marlene pero rechazó el papel por demasiado paralelismo con su propia vida e hija... y Sydney Pollack le dijo que utilizara a Keller. Obra menor pero sin duda se la considera la segunda parte de Sunset Boulevard.


NINOTCHKA (Greta Garbo)
NINOTCHKA – 1939
Me permito una última licencia... no fue el director, fue el gran Lubitsch pero claro él, Billy Wilder fue el guionista. Nos encontramos con el maestro y su mejor aprendiz realizando una de las mejores comedias de todos los tiempos y además consiguiendo una hazaña que nadie más consiguió ni conseguiría jamás: hacer reír a la gran Garbo!!!
Una autentica delicia. Greta Garbo hace una de sus mejores interpretaciones, esa camarada del gobierno ruso que solo cae delante de los encantos de Melvyn Douglas... y quién no???


En fin creo , que quizás me he dejado alguna pero básicamente he descrito a los personajes femeninos más representativos del gran Wilder... y como siempre me lo he vuelto a pasar en grande!

Hasta la próxima.
Bargalloneta.

viernes, 6 de abril de 2012

Cine semanasantero: Ben-Hur

Que viva el péplum

Este es mi homenaje sentimental al cine "de romanos", que por los pelos alcancé a ver en salas enormes y añejas, en sesiones con intermedio, cigarrito y ambigú. Al cine de interminable tele de tarde, o interminable tarde de tele, que tanto da, en casa con sofá y mantita. Al cine de aventuras, de milagros, de buenos sentimientos; al cine violento, voluptuoso y piadoso a la vez.

Nunca había dedicado a nadie una entrada, pero esta quiero dedicarla a mis alumnas y alumnos de cuando servidora de ustedes era profesora de lengua vasca, porque los torturaba sin piedad con Quo Vadis y Los Diez Mandamientos, en primorosas traducciones que grababa de EITB. Espero que algún día me perdonen.

Mucho antes de Wyler

Todo comenzó cuando Lewis Wallace, un militar de vida verdaderamente agitada, publicó en 1880 la novela Ben-Hur: a tale of the Christ.

Casi veinte años después llegó a conocer una adaptación teatral que tuvo bastante éxito: se programó y reprogramó varias veces, gracias a la osadía de subir caballos y cuadrigas al escenario [sí, señoras y señores, se dice y se escribe cuadrigas, no *cuádrigas].

En 1907, cuando Wallace llevaba ya dos años muerto, hicieron una primera peli. Duraba quince minutos, se limitaba casi a la carrera de cuadrigas y tiene el honor de haber provocado uno de los primeros litigios que se conocen sobre propiedad intelectual, ya que se rodó sin permiso de los herederos de Wallace, estos lo denunciaron y la sentencia les dio la razón.

En 1925 Fred Niblo rodó la versión protagonizada por el gran Ramón Novarro, un tipo que se merece un post para él solito. Aunque, a decir verdad, la peli entera carece de desperdicio, pues es el típico desparrame bíblico de los años 20, con unos pedacitos en blanco y negro y otros en tecnicolor y romanas semidesnudas que arrojan flores a los pies de los héroes.

No podía faltar tampoco en esta versión la famosa carrera de cuadrigas, en la que trabajó como assistant director un William Wyler de veinte añitos y, como figurantes entre el público del circo, John Barrymore, Lionel Barrymore, Joan Crawford, Marion Davies, Douglas Fairbanks, John Gilbert, Dorothy Gish, Lillian Gish, Samuel Goldwyn, Harold Lloyd y Mary Pickford. 

El peliculón

Y llegamos ya a la madre de todos los péplum, a su apoteosis y canto del cisne, si olvidamos por un momento, que ya es olvidar, el Espartaco de Kubrick, película muy apreciada por servidora de ustedes, pero tan impecable, tan impecable, que carece del encanto kitsch de sus predecesoras.

Llegamos, pues, al clásico de tres horas y media que me sé de memoria, porque cada vez que lo pillo en la tele no me resisto y lo veo. Os juro que recito los diálogos al unísono con Charlton Heston y en varios idiomas, además.

Me quiero detener un momento a homenajear a William Wyler, el director, un tipo tremendamente prolífico, que tocó casi todos los palos y los tocó bien. Además, me acabo de enterar de que nació en Mulhouse, Alsacia, ciudad encantadora que hoy pertenece a Francia y en 1902, cuando Wyler nació, a Alemania. Aprovecho para recomendaros que visitéis Alsacia entera y especialmente, en Mulhouse, la Ciudad del Automóvil, un alucinante museo de coches muy para todos los públicos. Servidora de ustedes no es lo que se dice una loca del motor y, sin embargo, se lo pasó en grande.

Volviendo a la peli, si el éxito popular de un film se mide por la cantidad de leyendas urbanas que genera, a Ben-Hur seguro que le corresponde el dudoso honor de figurar en el palmarés, pues mira que ha dado pie a dimes, diretes y chascarrillos tontos para relleno de un tipo de programa presuntamente cinematográfico que personalmente detesto.

Como Internet es un caldo de cultivo perfecto para estas chorradicas, seguro que, si queréis, las encontraréis fácilmente en la red. Solo os cuento una; bueno, no, venga, dos; las dos relacionadas con las dichosas cuadrigas: que el especialista al que en el film vemos caer al suelo y ser arrastrado y pisoteado por los caballos, murió allí mismo y que durante la carrera se ve un Ferrari rojo. En fin.

La escenita de marras

Lo de Gore Vidal es otra cosa, porque yo al señor Vidal le tengo respeto y me lo creo.

Recapitulemos. El novelista Lewis Wallace había escrito Ben-Hur anegado de amor a Cristo y como exaltación de su fe católica. El también escritor y guionista Gore Vidal no era ni es, a sus casi noventa años, lo que se viene entendiendo por un cristiano ferviente y, al parecer, colaboró muy a su pesar en el guion de Ben-Hur. Tan a su pesar que, al final, no pudo evitar un conflicto gordo con la productora y por eso en los títulos de crédito suele aparecer solo Karl Turnberg como guionista oficial.

Vidal siempre ha sostenido que, en la escena del rencuentro del protagonista Judá (Charlton Heston) con su amigo de la infancia Messala (Stephen Boyd), a Boyd le pidieron que actuara como si estuviera loquito de amor por Heston, sin que este se enterara, claro.

Tanto Heston como Wyler han negado siempre que esto fuera cierto. Vidal, en cambio, lo sostiene y así lo declaró en ese precioso documental que es El celuloide oculto (The Celluloid Closet, 1995).

Repesco la escena para que Vidal lo explique directamente, que lo explica muy bien, y para que ustedes juzguen. A mí, desde luego, siempre me ha parecido que Boyd se lo come con los ojitos y nunca me ha extrañado, porque Heston sería como actor un leñazo, como persona un fascistilla y todo lo que queráis, pero estaba buenorro.

















Tachán, tachán

Para acabar, os dejo con la banda sonora, una de las grandes bazas de Ben-Hur, la musicota romanticona, emocionante y épica del gran Miklos Rozsa.

Y envuelta en este fragor de trompetas y timbales se despide vuestra amiga

Noemí Pastor


Ben-Hur (USA, 1939)
Dirección: William Wyler.
Intérpretes: Charlton Heston (Judah Ben-Hur), Jack Hawkins (Quintus Arrius), Haya Harareet (Esther), Stephen Boyd (Messala), Hugh Griffith (Sheik Ilderim), Martha Scott (Miriam), Cathy O'Donnell (Tirzah), Sam Jaffe (Simonides), Finlae Currie (Balthasar), Frank Thing (Pontius Pilate), Terence Longdon (Drusus), George Relph (Tiberius), André Morell (Sextus).
Guión: Karl Tunberg, basado en la novela de Lew Wallace.
Producción: Sam Zimbalist.
Fotografía: Robert Surtees.
Música: Miklós Rózsa.
Montaje: John D. Dunning y Ralph E. Winters.
Dirección de producción: Edward Woehler.
Dirección artística: Edward C. Carfagno y William A. Horning.
Decorados: Hugh Hunt.
Vestuario: Elizabeth Haffenden.