viernes, 21 de junio de 2024

No Way Out


 Os traigo hoy una peli de 1987 que, casi dos décadas después, encaja con bastante exactitud en el canon del thriller político setentero, un subgénero del que ya os he hablado muchas veces y que, como ya habréis deducido, me complace bastante. Por zanjar de una vez el asunto del género, os cuento que la Wikipedia en inglés dice que este film es un neo-noir y la Wikipedia en español, que es un film de suspense; no me voy a poner yo a discutir con la Wikipedia. Dicho está.

Sea lo que sea, No Way Out (en adelante NWO) reune felizmente ingredientes como la intriga política, escenas de acción, erostismo, incluso homoerotismo, espionaje, corrupción... Se me ocurre, incluso, que NWO adelanta el estilo de producciones más contemporáneas, pues tiene características que me hacen pensar (por señalaros solo unas pocas coincidencias), por ejemplo, en El ala oeste de la Casa Blanca o, más todavía, en House of Cards. Así, el secretario personal (Will Patton) del todopoderosísimo Secretario de Defensa de los Estados Unidos me recuerda mucho al personaje de Doug Stamper, la mano derecha de Frank Underwood. Me impresionan esas devociones totales a sus jefes y se repiten tanto en los guiones que he dado en pensar que tienen que ver mucho con la realidad, con lo que verdaderamente sucede en esos coquetos despachos de la Casa blanca y el Capitolio, con su mobiliario tranquilo, sus mullidos sofás, sus colores neutros, su iluminación indirecta y su mueble-bar, tan acogedor todo que te dan ganas de quedarte a vivir allí, no tener que pasar por casa para nada y no ver jamás el pelo a la mujer y a los niños.

O es todo una pedrada mental mía, yo qué sé. 

Volviendo al thriller político setentero, me enlaza del todo con él que me aparezca de prota Gene Hackman, ese maldito monstruo, en el típico papel de típico jefazo de Washington y el típico talón de Aquiles de ser un abusador de mujeres. Y, de la mano de Gene Hackman, me introduzco en el resto del reparto, que tiene bastante que comentar.

El otro gran prota es Kevin Costner, vilmente explotado aquí como objeto erótico. Al bueno de Costner todo el mundo lo considera una estrella de Hollywood cuando, en realidad, no ha hecho gran cosa en la pantalla, si exceptuamos aquella producción tan sobrevalorada de los indios y los lobos. Ahora parece que resurge de sus cenizas, tras haber sido aclamado en Cannes con un western en el que se ha dejado el alma. Ya veremos. Para mí, hasta ahora, en NWO hace su mejor papel.

Otro objeto erótico explotado es Sean Young, que exhibe más piel y carne que Costner y ha tenido todavía peor suerte profesional. Alcanzó los cielos pocos años antes, en Blade Runner, enseguida le colgaron la etiqueta de "conflictiva" y pasó a formar parte de ese grupo de actrices malogradas, desdichadas e inadaptadas a las que algún día dedicaré una entrada completa. Una pena. En NWO se luce; por pocos minutos de metraje, pero se luce.

Completa el cuadrilátero amoroso el ya mencionado Will Patton y luego vienen secundarios de verdadero lujo, como Iman, Georde Dzundza y David Paymer.

NWO posee también un guion muy sólido que transcurre, cómo no, en la capital del thriller político, en Washington, ciudad que, contra todo pronóstico, me maravilló. Reconozco en los fotogramas de NWO su estación de tren, la Union Station, con sus coquetas tiendas y cafés; reconozco sus calles, sus monumentos y sus museos imponentes y la sensación es más que agradable. 

El guion de NWO es una adaptación de El gran reloj, novela de Kenneth Fearing, de 1947, que tuvo otra versión cinematográfica en 1948. Como os decía, es sólido y original e incluye, hacia el final, un plot twist ante el que me quito el sombrero. No soy yo muy fan de los giros bruscos de guion. Me parecen efectistas y arriesgados. Pocas veces considero que se resuelven bien. Este de NWO es muy correcto, es de los que te reconcilian con el plot twist, tras tantos abusos.

Pues esto es todo. Si no habéis visto NWO, echadle un ojo. Y, si la habéis visto, vedla otra vez, pues seguro que encontráis cositas que os sorprenden para bien. Sin más, se despide vuestra amiga


Noemí Pastor


1 comentario:

Eugenio Bretagne Klein dijo...

Hola Noemí, esta película es de lo más entretenida. Gran guión, la dirección eficaz de Roger Donaldson y un final de vértigo. Gran personaje el de Will Patton, tiene un punto débil y en el mundo frío y duro de la alta política, eso se paga.

A su haber, Costner también protagonizó Un mundo perfecto de Clint Eastwood.