viernes, 12 de diciembre de 2025

Múnich (Steven Spielberg, 2005)


En el mismo año en que estrenó La guerra de los mundos estrenó Spielberg Múnich, una historia que transcurre meses después de la masacre de los Juegos Olímpicos celebrados en dicha ciudad en 1972. Os refresco la memoria: un comando del Mossad asesinó uno tras otro a once palestinos, algunos de ellos pertenecientes al grupo terrorista Septiembre Negro, para vengar la muerte de once miembros del equipo olímpico israelí.

En la ficción, dirige el comando del Mossad un guapísimo Eric Bana, un tipo que no ha hecho un carrerón en Hollywood y que con esta peli parecía bien encarrilado. A este dirigente acompañan (parece un chiste, pero no tiene gracia) un sudafricano, un alemán y un belga, entre otros.


Como La guerra de los mundos, Múnich también está basada en una novela, pero esta es bastante más  desconocida. Se trata de Vengeance (Jonas book), del más desconocido todavía autor George Jonas. Bueno, no. Me corrijo: era un húngaro nacionalizado canadiense que no fue tan tan desconocido en los Estados Unidos. Y el libro está traducido al español, Venganza, y publicado por RBA en 2006.

Se encargaron del guion otros dos judíos ilustres: Eric Roth y Tony Kushner

Múnich obtuvo cinco nominaciones a los Óscar y no se llevó ni uno. En mi humilde opinión, el guion y la dirección se lo habrían merecido.

Aunque Múnich es básicamente una obra de ficción, narra muchos hechos que sucedieron de verdad y nos presenta a personajes que también existieron en la realidad. Por ejemplo, en el lado israelí nos aparece la primera ministra Golda Meir y muchos otros líderes políticos y militares. 

El propio Spielberg se vio fuertemente marcado por los sucesos reales y quiso recrear el secuestro y asesinato de los atletas israelíes tal y como verdaderamente sucedió. Así pues, filmó el tiroteo que acabó con los atletas de manera exacta a como dijeron las autopsias que aconteció y, además, insertó en su metraje fragmentos realmente filmados durante el secuestro.

En otro punto también estuvo Spielberg escrupuloso con la historia: los miembros de Septiembre Negro que salen en su película y la forma en la que murieron son también del todo reales, aunque, como os voy a contar,  fueron atentados muy peliculeros

Abdel Wael Zwaiter, por ejemplo, era un traductor palestino que trabajaba en la embajada de Libia en Roma. Además de árabe, hablaba francés, inglés e italiano. Precisamente al italiano estaba traduciendo Las mil y una noches cuando recibió once disparos, uno por cada atleta asesinado, el 16 de octubre de 1972, con 38 años. 

El 8 de diciembre del mismo año cayó en París Mahmoud Hamshari, un veterano de la OLP, tras estallar una bomba que le habían colocado bajo la mesilla del teléfono. 

No los voy a nombrar a todos, pero sí a uno más de los integrantes de Septiembre Negro que atentaron en Múnich. Ali Hassan Salameh fue asesinado en Beirut en 1979, con un coche bomba que mató a otras cuatro personas que pasaban por allí e hirió a otras dieciocho. Añado un detalle curioso: estuvo casado con Georgina Rizk, una libanesa que fue Miss Universo en 1971. Este es un mundo raro.

Los métodos que utilizó el Mossad para encontrar y asesinar a los de Septiembre Negro fueron bastante más complejos que los que aparecen en la película. Trabajó en ello toda una red de agentes; no fue una información proporcionada por un confidente, como se inventó Spielberg. En realidad, había bastantes divergencias entre lo narrado por éste y lo declarado por los agentes del Mossad entrevistados en un documental de 2006: Munich: Mossad's Revenge.

Una de las principales discrepancias fue que, en la peli, el grupo detiene su serie de asesinatos porque pierde fuerza, cuando el realidad el parón se debió al caso Lillehammer, que ni siquiera se nombra en el film y le costó la vida a un inocente camarero marroquí en 1973.

Os resumo mucho este caso Lillehammer. Sucedió en Lillehammer, Noruega. El marroquí Ahmed Bouchikhi  fue asesinado porque los agentes del Mossad lo confundieron con Ali Hassan Salameh. Ahmed era hermano  del músico francés Chico Bouchikhi, uno de los miembros de los Gipsy Kings. Como os decía, un mundo raro. 

Llegada hasta aquí, me doy cuenta de que me ha vuelto a pasar que he hablado de muchas cosas y muy poco de cine.  Me disculpo: una cosa me lleva a otra y me desvío. En fin, espero que lo que os he contado os haya resultado interesante y me despido hasta la próxima, que será ya en 2026. Recibid un abrazo de vuestra amiga


Noemí Pastor

viernes, 5 de diciembre de 2025

Suarez en la pantalla: serie Anatomía de un instante y documental Voladura 76

Algunos temas atraen al público de una manera especial. Cualquier película sobre el asesinato de Kennedy, la carrera espacial o el espionaje durante la guerra fría tiene el éxito garantizado. Con el 23F pasa lo mismo, y mucho más si es una serie basada en un libro de la categoría del de Javier Cercas, y además mantiene su altura. Del golpe de estado del 81 siempre quedan incógnitas. Se cuente lo que se cuente, el espectador no tiene más remedio que preguntarse si será toda la verdad; y es en esto, precisamente, donde acierta de pleno el docu-thriller «Voladura 76», que no va sobre el 23 F, sino un momento anterior —pero tan apasionante como el golpe—, como fue la elaboración y aprobación de la «Ley para la reforma política», que permitió el paso del franquismo a la democracia. El documental aporta datos absolutamente reales y hasta ahora bastante desconocidos para el público. Las dos tienen como protagonista a Adolfo Suárez. En el documental aparece en su momento de ascenso, líder absoluto con la confianza del rey, «cocinando», con pasión y todo el futuro por delante, el paso de la dictadura a la democracia, la legalización de los partidos y las bases de la Constitución. Como un Kennedy cualquiera. En la serie, 23 F, en las horas bajas, su momento de menor popularidad. El resto de políticos lo consideran un lastre: para avanzar en democracia, la izquierda, o para arreglar España, la ultraderecha, y lo malo es que lo intentaron a su modo. Es un contraste magnífico muy recomendable.
«Voladura 76», dirigida por Marisa Lafuente, tiene ritmo de thriller. El título alude a como se derogó el sistema desde dentro por los propios diputados que integraban las cortes franquistas, gracias a la «habilidad» de Suárez y los suyos. Servicios secretos, conspiraciones, encuentros clandestinos, soluciones originales que recuerdan a la película «Argo». Avalada por horas de grabaciones originales de RTVE en el Congreso y otras instituciones, transmite, por encima de todo, credibilidad. La serie, de Alberto Rodríguez y Paco R. Baños, es más una obra de personajes. El punto de partida, igual que el libro, es el instante en que todos los diputados se agachan ante los disparos de Tejero en el Congreso. Todos menos tres: Suárez, Carrillo y Gutiérrez Mellado. Son geniales las interpretaciones de los cuatro protagonistas: Suárez (Álvaro Morte), Carrillo (Eduard Fernández), Gutierrez Mellado (Manolo Solo) y el rey Juan Carlos (Miki Esparbé), así como las del resto de personajes. Y la ambientación me ha resultado curiosa porque, aunque toda la estética está adaptada a la época, como no podía ser de otra manera, tiene el efecto de no resultar anticuada, es más bien, inmersiva, te transporta a aquellos años. Me queda pendiente una serie de RTVE sobre la transición que va a ser la siguiente. Almudena Fernández Ostolaza.