viernes, 9 de mayo de 2025

La peste

He tardado mucho tiempo en ver esta serie. Se estrenó en el Festival de Cine de San Sebastián en 2017 y, pese a que soy muy aficionada a ver series completas, esta se me pasó. Ahora he podido disfrutar de las dos temporadas seguidas y tengo que decir que me ha parecido una buena serie. Los creadores son Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, lo que ya podía hacernos suponer que el producto sería de calidad. Ambos están detrás de la dirección y el guion de películas tan buenas como La isla mínima, El hombre de las mil caras o Modelo 77. La acción se desarrolla en Sevilla en el siglo XVI. Una epidemia de peste comienza en los barrios pobres y hay intereses cruzados sobre qué hacer: cerrar la ciudad o no. Cerrar la ciudad podría ser bueno de cara a la epidemia y permitiría conseguir ayuda económica de la corona. Por otro lado, si cierran el puerto en un momento floreciente del comercio con el Nuevo Mundo, los comerciantes perderán mucho dinero. En esta situación, llega a la ciudad Mateo, un impresor al que busca la Inquisición por publicar biblias protestantes. Acude a la ciudad para rescatar al hijo bastardo de su amigo Germán, al que dio su palabra. Cuando llegue, no solo deberá intentar cumplir su cometido, sino que se verá implicado en la resolución de unos crímenes de protestantes que se están produciendo en Sevilla. Los actores elegidos están muy bien, no solo los protagonistas como Paco León, Pablo Molinero, Sergio Castellanos, Manolo Solo o Patricia López Arnaiz ( y mira que a esta mujer, no sé por qué, le tengo manía, pero en esta serie me ha gustado); también los secundarios como Manuel Morón, Paco Tous, Antonio Dechent y muchos más hacen un trabajo excelente. La verdad es que en este país tenemos buenísimos actores y actrices, al margen de los que salen en la prensa constantemente, hay un montón de gente con una larga carrera a sus espaldas de los que muchas veces no sabemos ni el nombre, aunque los reconocemos perfectamente. En la segunda temporada, la ciudad se ha enriquecido con el comercio o, mejor dicho, algunos se han enriquecido porque el pueblo sigue viviendo fatal dominado por la nobleza y por la Garduña, una mafia local que controla la prostitución, la venta ambulante y muchas cosas más. Mateo vuelve de América porque se lo pide Teresa, la viuda de su amigo German para ayudar a Valerio, el hijo bastardo al que salvó en la primera temporada. A la ciudad ha llegado un nuevo asistente llamado Pontecorvo que quiere imponer el orden y acabar con la Garduña. Mientras tanto, Teresa está empeñada en rescatar a las prostitutas que malviven bajo la Garduña y darles una nueva vida en América. También en esta segunda temporada los actores están muy bien, con nuevos personajes como los interpretados por Jesús Carroza, Federico Aguado o Estefanía de los Santos. Me ha gustado especialmente Julián Villagrán como el flamenco. Es una serie oscura, con muchas escenas nocturnas o en interiores mal iluminados, que muestra la miseria, la enfermedad y la injusticia en que vivía el pueblo. Los colores son marrones, pardos, grises y negros. Solo hay ráfagas de color en los vestidos de las damas nobles (me fascina el vestuario del personaje de Teresa, vestidos, turbantes y pendientes). Da la sensación de que la vida no valía nada y la de las mujeres y los niños, menos. Creo que consigue meterte totalmente en el ambiente y la época que pretende describir, no sé si está bien documentada, pero es muy verosímil. La única pega que le veo es que el sonido es malísimo. No sé por qué, no se entiende a los personajes. He leído que había gente que la veía con subtítulos. Algunos decían que era por el acento andaluz, pero no tiene nada que ver; se entendía igual de mal a los que venían de Valladolid y no era cuestión de subir el volumen. Con todo, me ha parecido una muy buena serie. En los últimos años se están haciendo series españolas de gran calidad.

1 comentario:

TRoyaNa dijo...

Mona Jacinta, me ha generado curiosidad y estoy de acuerdo en que en este país hay actrices y actores de alto nivel y trayectoria.